5.1. Latín clásico y posclásico (Parte 1) PDF

Title 5.1. Latín clásico y posclásico (Parte 1)
Course Historia de la Lengua Latina: Fonética y Morfología
Institution Universidad Complutense de Madrid
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Apuntes completos con el profesor López Fonseca...


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Bloque V: El latín clásico y postclásico La lengua literaria clásica ! La lengua latina en el período clásico se va a dejar influenciar por Grecia. A esto hay que sumarle el hecho que ya se apuntó hablando del comienzo de la literatura; se van a seguir intensificando los estudios de naturaleza gramatical, a los cuales van a continuar también los de naturaleza estilística y métrica. De este modo, las reglas ya no sólo se aplican a la lingüística, sino también al estilo. Así pues, la lengua del período clásico resulta en cierta medida de la fusión con la cultura griega. Esto tiene como consecuencia que la lengua culta se va a alejando progresivamente de la lengua popular. La importancia que tiene esto en la Historia de la Lengua es que a partir de ahora vamos a tener menos datos visibles para analizar la lengua. !

La prosa

! Los grandes representantes de la lengua culta en prosa son Cicerón y César, que van tendiendo cada vez más a una especie de purismo. Van a intentar alejar la lengua culta de la popular fundamentalmente en la elección del vocabulario: se hace una selección del vocabulario de la literatura (ello no impide que se cuelen partes del léxico hablado en la literatura). Hay dos características fundamentales del latín más clásico (que en la prosa casi se puede marcar como ciceroniano): en primer lugar, una perfecta simetría entre el orden de palabras y la estructura del período, que es lo que se llama concinnitas (cualidad de la lengua caracterizada por una especial pureza), según la cual se busca un determinado ritmo y estructuras complejas; la segunda carcterística es la concienzuda elección del vocabulario. ! Este ideal lingüístico pasó a convertirse también en la lengua de las capas más elevadas de la sociedad: los ciudadanos más cultos intentaban imitar este lenguaje; este demográfico se encontraba en Roma, y por ello esta lengua fue la que se instaló en Roma y se denominó urbanitas, y llegó a formar una suerte de situación de diglosia. ! No todos los prosistas de la lengua hacen esto; Salustio no encuentra su modelo en este tipo de prosa, sino que prefiere mirar hacia atrás, en concreto hacia Catón. En la misma época tenemos a otros, como Livio, que hacen un poco lo contario; éste se acerca más al latín de la época postclásica. Hay un intento de hacer una lengua latina que no es aceptado por todos, pero como los que sí que lo aceptaron tuvieron tanta repercusión, acababó por convertirse en el modelo de determinadas cosas. En esto también influyó la valoración que de ellos hizo Quintiliano.

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El verso

! Se podría pensar que los autores de verso de este período se sumarían a la misma línea, pero no lo hicieron. Así pues, intentaron tener una expresión diferente a la de la prosa, y hay una voluntad manifiesta de separarse de éstos. Por tanto, en el período clásico hay una diferenciación clara. Su alejamiento con respecto a la lengua del pueblo, pues, es aún mayor. Esto implica que desde el punto de vista de la Historia de la Lengua son textos poco interesantes, pero sí para los estudios estilísticos. Esta tendencia ya había empezado con Ennio, y culmina con Virgilio. ! La lengua de la poesía va a intentar conjugar las características peculiares del latín, que se relacionan con la fuerza y la sonoridad, con el arte de la literatura griega. Mezcla las características connaturales de la lengua latina con la estilística de la cultura griega. Por un lado, se llama a la simplicidad y al refinamiento. En esta fusión, vamos a ver que se combinan distintas circunstancias: por ejemplo, se combinan elementos arcaicos con innovaciones y características helenísticas. Se podría decir que la lengua de Virgilio es una sabia combinación de estos elementos. El género poético que no cumple con estas pautas es la sátira; se le cuelan muchos más elementos de la lengua popular.

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La gramática

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Va a continuar el interés por fijar la lengua, y va a haber grandes obras gramaticales que ya

no conservamos. Por ejemplo, sabemos que César escribió un De analogia. En esta época, destaca sobre todo la actividad lexicográfica de Verrio Flaco, que es el más célebre maestro de la época augústea, y escribió tratados de gramática, religión e incluso historia, pero no conservamos nada de manera directa. Sólo tenemos una parte de un compendio (escrito por Festo) que se llama De uerborum significatu.

La lengua literaria postclásica ! Por el desarrollo de la retórica, nos encontramos aquí una prosa antinatural, barroca, y que va a tener como principal objetivo poner en primer plano todo lo relacionado con la estilística. Está completamente alejada de la lengua hablada. Lo que más interesa en este período son sólo las características estilísticas de los autores, ya que cada uno de ellos tiene unas características individuales en su prosa; es casi una manera individual de usar la lengua, y es por tanto artificial. La búsqueda aquí mira hacia la originalidad, y sin duda Tácito es el principal exponente. Tácito inserta los elementos de la poesía en la prosa, empezando por el vocabulario. Esta mezcla hace que la división que había en el período clásico entre prosa y verso ya no exista, sino que se mezcla todo, de suerte que se puede decir que la lengua de la prosa es poética, y la de la poesía está prosificada. 76

Hay también una clara tendencia arcaizante. Otro autor de esta época también muy interesante para apreciar estas características es Estacio. Se podría decir que a lo largo del período postclásico lo que hay es polémica entre escuelas y tendencias estilísticas. ! Este período es importante desde el unto de vista de la historia de la lengua porque gracias a la tendencia arcaizante se pueden conocer muchos elementos que estaban sepultados en la lengua hablada; así, las Noches Áticas, de Aulo Gelio, nos dan muchísima información de este tipo. En el período postclásico también es interesante la entrada del cristianismo en la literatura latina, y el inicio de la literatura cristiana (en torno al año 200 d.C.), con el Octauius de Minucio Félix. !

Conforme la historia de Roma avanza, ésta va a envejeciendo, y así se desarrolla también la

añoranza por el pasado. En el progresivo envejecimiento, los elementos arcaizantes fueron de nuevo aflorando. También es posible que se tratara de elementos de la lengua hablada, sepultados por la literatura. Uno de los grandes problemas fue que con Quintiliano, Virgilio y Cicerón se convirtieron en modelos muy cerrados que se fueron sintiendo cada vez más lejanos. ! Hay un autor que refleja perfectamente la corrupción del gusto, que es Sidionio Apolinar, formado en la gramática y retórica tradicional, que desarrolló su actividad en la Galia (s. V d.C.); a fuerza de individualismos y juegos con la retórica, se llegó a una situación lingüística absurda que ya no se sustenta en el pueblo (razón por la cual la tradición literaria acabó por caer en picado). ! Mientras, la lengua hablada siguió evolucionando de una manera natural, motivada simplemente por el uso que se adaptaba a las exigencias y nuevas situaciones. La lengua hablada llevaba su propio ritmo, abslutamente distinto al de la lengua rtificial de la literatura, la cual estuvo siempre distorsionada por la atracción que le impuso su admiración por la cultura helénica. Esto hizo que la lengua fuera absolutamente articial.

Consideraciones sobre lenguajes técnicos o especiales !

Los lenguajes especiales, o jergas (entendidas como subsistemas dentro del sistema del

latín), transparentes para los “iniciados”, pueden ser voluntariamente oscuras para los demás. Los lenguajes técnicos tienden ser el ejemplo más típico de esto. Este tipo de textos se elaboran siguiendo unas normas determinadas, y además adoptan una tipología concreta en función del destinatario. Entre los mejores estilistas de la literatura latina técnica nos encontramos a Vitrubio (s. I a.C.), así como Celso y Columela (s. I d.C.). Según avanza el tiempo, sin embargo, también cae el nivel de estas obras, como muestran Paladio o Faventino, con una lengua mucho más vulgarizada y pobre. Ésta es la razón por la que los autores técnicos son una importante fuente para el estudio del latín vulgar.

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! Una obra técnica ha de ser comprendida por sus destinatarios. Hay dos formas básicas de presentar una obra técnica; ya como manual, ya como enciclopedia. La primera es la forma típica para los fines didácticos, y puede servir también para la divulgación general; Apicio, por ejemplo, está dedicado a un público bastante general. La enciclopedia, por otro lado, es muy típica del pueblo romano, y está dedicada a la cultura general. Los grandes autores son Plinio el Viejo, y ya más tardíamente, Boecio y Casiodoro. La dimensión didáctica que tiene la literatura técnica la impregna en todos los niveles, tanto organizativos de la propia obra, como en la lengua que se utiliza y en el estilo, de manera que estas obras pueden estar destinadas a la formación de hombres de cierta cultura, o gente sin formación o con una muy concreta. !

Su característica principal es la de tener un vocabulario especializado; hace referencia a

objetos que se utilizan en la actividad de la comunidad que las utiliza. Además, busca la precisión y la claridad. Esto implica que el vocabulario tiene que ser tanto concreto como para no ser polisémico. Desde el punto de vista lingüístico, la literatura técnica empieza a mostrar una preferencia por los términos abstractos en lugar de los concretos (algo que la lengua latina había afanado). Se comienzan a utilizar también los diminutivos sin valor afectivo. También encontramos abundantes neologismos y vulgarismos; la lengua técnica inserta el vocabulario propio de la lengua del pueblo. Además, por lo avanzado de la cultura griega, encontramos la introducción de helenismos en estos textos.

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La lengua militar

! Dentro de ésta, hay que distinguir distintos niveles: el vocabulario puramente militar (términos específicos del ejército), y el sermo castrensis (la lengua que utilizan los soldados en el campamento. Entre expresiones del lenguaje militar general nos encontramos expresiones como maximis intineribus, signum petere, caput porci (un tipo de formación en cuña), nouerca (irregularidades del terreno), conterraneus (paisano), commilito, compar (camarada), contubernalis (compañero de tienda)... !

El latín cristiano

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Ésta es una lengua que implica un cambio de mentalidad, y por tanto el calado novedades va

a tener más implicaciones. El latín cristiano nos dice cómo entiende la vida este grupo social, y por qué necesitaban una nueva forma de expresión que el latín no satisfacía. En el caso del cristianismo, hay tres puntos muy destacables: en primer lugar, la influencia del cristianismo sobre la vida de sus adeptos; en segundo lugar, hay que destacar el aislamiento de las primeras comunidades cristianas, lo cual va a condicionar también su lengua; en tercer lugar, la solidaridad entre los miembros del grupo. Con este caldo de cultivo, lo más normal es que se desarrolle una lengua especial. Esta

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lengua especial se va a distinguir fundamentalmente en vocabulario. El cristianismo comienza ganando adeptos en las clases más desfavorecidas, lo cual también condiciona su desarrollo (más adelante, sin embargo, se va a llegar a desarrollar una literatura cristiana). Hacía falta crear una nueva lengua, ya que el cristianismo es una lengua que trae ropaje griego, y había que traducirla para ser comprensible por los fieles. Por ello, se renovó el vocabulario, no sólo creando nuevas palabras, sino dándole palabras a nuevos conceptos; ello supuso la creación de muchos términos abstractos, con los problemas que para esto tenía el latín. ! Algunos de los recursos que utilizó el latín fueron los siguientes: la adopción de préstamos a partir del griego con significados muy concretos, de manera que van a tener un sentido muy limpio (angelus, martyr, iglesia...), o del hebreo (sabatum, amen...); también se usan neologismos, imitando procedimientos del griego (πνευματικός frente a spiritalis), y en este procedimiento es donde más se nota el carácter vulgar de la lengua; el tercer procedimiento es el desplazamiento semántico (la especialización de términos que ya existían en la lengua), de manera que términos como fides, uirtus u oratio obtienen un significado nuevo. ! Las diferenciaciones más importantes van a ser las que afecten al léxico, y en sintaxis la influencia no va a ser significativa. Hay sitios en donde se ve con mucha claridad lo vulgar del latín cristiano, como por ejemplo en las traducciones uetus latina de la Biblia, que cometían incorrecciones por calcos de la lengua griega (de la que traducían), y a partir del latín vulgar nos han llegado a las lenguas románicas. Determinados falsos cortes (típicamente vulgares) han llegado al castellano a partir del latín cristiano (e.g. busilis, adefesio...). ! La lengua de los cristianos fue “mejorando” según ascendía a las capas más altas de la sociedad; los cristianos tenían que competir ahora dialécticamente con los paganos, y por tanto la retórica se fue introduciendo en el latín cristiano.

El latín tardío !

Se considera que este período comienza en el año 200 y se extiende hasta la fragmentación

lingüística de la romania; por convención, este momento se marca en el año 600 d.C., y el último autor de la latinidad es Boecio. Hay autores que a la última parte del latín tardío lo llaman bajo latín, cuando los textos son bastante incorrectos, y la diferencia entre lengua hablada y escrita es muy pronunciada. En este último período hubo autores que intentaron que la tendencia al avulgaramiento se revirtiera, como es el caso de Lactancio (s. IV d.C.), conocido como el Ciceron cristiano, precisamente por la corrección de los textos; también lo es así Boecio (s. VI a.C.). !

Sea como fuere, el latín tardío es una continuidad del latín literario, más allá de que la

calidad literaria sea mucho menor. Sin embargo, sin duda se trata de una lengua que ya ha dejado de 79

ser fiel a la tradición. Aún así, la retórica sigue ejerciendo una gran influencia, ya que se ha instalado en la escuela, y esto supone que se mantiene un cierto alejamiento respecto de la lengua hablada. Donde más se nota esto es en África y en la Galia, las zonas en las que el latín siguió intentando ser maś artificioso. !

Autores a destacar en este período son Amiano Marcelino (historiador del s. IV), Claudiano,

Ausonio... En esta época entra también en juego la confrontación entre los autores paganos y los cristianos. De estos segundos, los más significativos son: Tertuliano (comienzo de la gran literatura, en torno al 200 d.C.), San Agustín y San Jerónimo (s. IV-V d.C.). También encontramos poetas cristianos, como San Ambrosio o Prudencio. A pesar de estas grandes figuras, no se consiguió frenar la caída de la lengua. !

En personas como San Agustín y San Jerónimo comienza a surgir la preocupación por la

traducción; en San Jerónimo hay desde afirmaciones tan genéricas como que Plauto y Terencio tradujeron a Menandro. Esto indica que la lengua latina está completamente normalizada, y por ello se intenta respetar el sentido del griego, pero al mismo tiempo también las reglas del latín. !

En estos momentos, la Iglesia se ha apoderado del latín y lo ha convertido en su propia

lengua; se ha introducido en el culto, y se ha hecho literatura cristiana en latín. Por ello, en el 600 la Iglesia fue la primera en darse cuenta de la dialectalización tan acusada que había sufrido el latín, y se empezaron a cuestionar si la lengua hablada era ya latín. Esto se dio en el Concilio de Tours (813 d.C.), en el que se confirmó la existencia de una rustica romana lingua, a la cual es necesario traducir hasta las homilías. La denominación que se le da, incluyendo la rusticitas, es curiosa sobre todo si se tiene en cuenta la valoración que se le había dado a la urbanitas desde el latín preclásico. Es importante notar que la Iglesia seguía considerando que había una sola lengua, que se diferenciaba de la escrita; estaba al mismo nivel que la theotisca lingua (antecedente del alemán). El primer testimonio de que el latín se había fragmentado son los Juramentos de Estrasburgo (842), que son un texto bilingüe. Aún así, en el seno de la Iglesia todavía hay un latín que intenta adaptarse a la gramática clásica. Cuando ya tenemos constancia de que la lengua se ha fragmentado, lo que sucede es que la nueva lengua también se va a empezar a recoger por escrito, y esto es lo que vemos en los mencionados juramentos. !

Se ha llegado, entonces, a la fragmentación, después de un período en el que los textos se

habían acercado mucho al registro oral. Los principales cambios no se van dar en la fonética y en la morfología, tanto como en la sintaxis. No es menos cierto que la sintaxis va a cambiar, empujada por la morfología, por la caída del sistema flexivo nominal del latín, que supuso la búsqueda de nuevos procedimientos sintácticos. Desde el punto de vista fonético, van a continuar los cambios que se han visto en el latín arcaico: monoptongaciones, aperturas de timbres, tendencias antihiáticas... 80

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Los grandes cambios en la lengua escrita latina se empiezan a ver a partir del siglo V, que

coincide por tanto con las invasiones bárbaras. Ésta es la época merovingia. Se empieza a testimoniar que la lengua ha sufrido grandísimos cambios, de manera que esta lingua romana uulgaris es distinta a la lingua romana antiqua; se habla de dos lenguas diferentes, de manera que la lengua del pueblo no coincide con la de los romanos antiguos. Aún así, hasta los Juramentos de Estrasburgo, seguimos hablando de dos realizaciones (aunque muy diferentes) de un mismo sistema lingüístico. ! El momento de la fragmentación es increíblemente interesante para el estudio de la lengua latina, porque verifican muchos fenómenos de la lengua hablada que habían quedado sepultados por la gran literatura. El latín que se podría reconstruir a partir de la lingüística comparada corresponde únicamente con la lengua oral, no con la lengua escrita. !

La primera gran razón para el avulgaramiento de la lengua escrita fue la desaparición de la

escuela, que era la que había transmitido la tradición, y por tanto del latín literario clásico. A su vez, la progresiva interferencia entre el nivel oral y el escrito aceleró el proceso. Lo que es una obviedad, es que las lenguas están continuamente evolucionando, pero lo que hay que preguntarse es por qué la evolución del latín fue hacia el registro oral, en vez de hacia el registro escrito. ! En el caso del latín, hay tres grandes factores que decidieron esta tendencia. En primer lugar, su rápida y enorme difusión geo-demográfica; se podría decir que el crecimiento en el número de hablantes fue antinatural, lo cual trajo el problema de que, además de la influencia de los sustratos, la influencia de los parastratos. Al final del período clásico, el 90% de los latino-parlantes descendían directamente de gente que no tenía el latín como lengua materna. Una lengua en esta situación se caracteriza por ser muy permeable, de manera que los extranjerismos (fonéticos, morfológicos, léxicos y sintácticos) entran con mucha facilidad. Esta permeabilidad supone que la lengua se deja influenciar con muchísima facilidad, y es por tanto tremendamente tolerante, no sólo con los elementos ajenos, sino también con sus propios errores, por la carencia de una conciencia idiomática clara. !

En segundo lugar, el avulgaramiento se vio propicioado por el anquilosamiento de la

literatura, al establecer a Cicerón y Virgilio como modelos de latinidad; con el paso del tiempo y la variación de las corrientes estéticas, estos se perciben como demasiado lejanos, y en consecuencia no se identificaban con ellos. A esto hay que sumarle la distancia cronológica que tenían con los textos modélicos. La ausenci...


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