Actas de las XVI Jornadas sobre la Historia de Tauste. Tauste en su historia Nobiliario de la Villa de Tauste. Heráldica gentilicia y civil. Volumen 2 PDF

Title Actas de las XVI Jornadas sobre la Historia de Tauste. Tauste en su historia Nobiliario de la Villa de Tauste. Heráldica gentilicia y civil. Volumen 2
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Tauste en su historia Actas de las XVI Jornadas sobre Historia de Tauste 25, 26 y 27 de febrero y 5 y 6 de marzo de 2015 Vo l u m e n 2 Nobiliario de la Villa de Tauste Heráldica gentilicia y civil Francisco Castillo Sola Tauste en su historia Nobiliario de la Villa de Tauste Heráldica gentilicia y ...


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Tauste en su historia Actas de las XVI Jornadas sobre Historia de Tauste 25, 26 y 27 de febrero y 5 y 6 de marzo de 2015

Vo l u m e n 2

Nobiliario de la Villa de Tauste Heráldica gentilicia y civil Francisco Castillo Sola

Tauste en su historia Nobiliario

de la Villa de Tauste Heráldica gentilicia y civil Francisco Castillo Sola

Actas de las XVI Jornadas

Sobre la Historia

de Tauste

25, 26, 27 de febrero, 5 y 6 de marzo de 2015

VOLUME N 2

© de los textos: sus autores © de la presente edición: “E l Patiaz” y la Institución Fernando el Católico E dita: Asociación Cultural “E l Patiaz” Publicación núm. 67 del Centro de E studios de las Cinco Villas y núm. 3525 de la Institución Fernando el Católico

D.L. Z 240-2017 ISBN: De la obra completa: 978-84-617-7999-4 De este volumen: 978-84-617-8419-6 Imprime: Imprenta Félix Arilla

QuEDA ProHIBIDA LA rEProDuCCIóN ToTAL o PArCIAL DE

LA PrESENTE oBrA

SIN AuTorIZACIóN PrEVIA y Por ESCrITo DE LoS TITuLArES DEL CoPyrIgHT .

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“No hay en el mundo señorío como la libertad del corazón” Baltasar Gracián y Morales. “El Criticón, II parte. Juiciosa cortesana i losofía en el otoño de la varonil edad” (1653).

A mi padre José Castillo Pola, apasionado de la Historia

Para la elaboración de los blasones heráldicos se han tomado imágenes del Taller de Heráldica y Vexilología in the Spanish Wikipedia bajo licencia CC BY-SA 3.0 y GNU Free Documentation License.

ÍNDICE

Prólogo

9

Linajes

21

Señoríos

71

Escudos varios

95

Escudos del obispo Supervía

97

Escudos de difícil adscripción

101

Escudos municipales

105

Apéndice documental

117

Fuentes: bibliografía y archivos

141

PRÓLOGO

La “moda” heráldica nace en Europa occidental durante el S. XII, adornando el equipo militar de caballeros y hombres de armas dedicados a la guerra con la i nalidad de ser reconocidos en batalla. Los emblemas heráldicos no son un simple distintivo, sino que, encierran un sentido simbólico que, a partir del S. XIII, pasarán del atuendo del combatiente a la vida civil, cuidando escrupulosamente su valor estético. Desde la Edad Media, el blasón, junto con el apellido, se convierte en el elemento identii cador hereditario de la nobleza como una forma de cohesión de sus miembros. Estos emblemas pronto se extenderán a todas las actividades de la vida social, sirviendo de medio diferenciador del estamento noble y, serán usados para adornar sus vestimentas, casales, capillas, panteones, lápidas, retablos y otras pertenencias, llegando incluso a marcar el ganado con sus armas como podemos ver en el excepcional cuadro de la Virgen del Ligallo de Tauste. En los reinos de Aragón y Navarra, el concepto de linaje asociado a un territorio, y por ende a un casal, conduce al hecho de que blasonar las casas con sus armas sea una prerrogativa exclusiva de los infanzones, cuyos escudos podían ser “picados” de los portales si no se lograba probar su condición de hidalgo. En cambio, en los condados catalanes y territorios vascos el uso de emblemas heráldicos se podía extender a las capas más pudientes de la población campesina y artesana. Por ello, se debe subrayar que, el escudo no es propio del apellido sino de un linaje, es decir, de los descendientes por línea masculina directa de un antepasado que obtuvo el derecho a un blasón. Tanto es así, que tenemos el caso de los Andrés de Tauste, originarios del sur de Francia, en el cual, uno de sus antepasados toma como principal el apellido de su madre por pertenecer a una casa de mayor rango. En los blasones de las familias infanzonas taustanas observamos una evolución en las formas de ser representados, desde los más simples con un sólo cuartel que caracterizan a los linajes más antiguos, hasta los más complicados y elaborados, a partir del S. XVII, con escudos cuartelados, timbrados con yelmos, bureletes, penachos y lambrequines y, hasta en algún caso coronas, dotándoles de una gran solemnidad. A la hora de realizar los diseños de los diferentes blasones se ha tenido que prescindir, en casi todos los casos, de este tipo de acompañamientos de épocas más modernas para darle un toque de uniformidad al conjunto de los blasones y así, exista una mejor lectura y comprensión del estudio. 9

“NoBILIArIo DE TAuSTE . HEráLDICA gENTILICIA y CIVIL”

Algunos blasones también disponen de divisa, complemento consistente en un lema que expresa el ideal de vida del caballero que lo elige. También es curioso observar, fruto de la casualidad o no, como hasta cuatro linajes taustanos -Ahe, Frontín, Lacasta y ruestausan como emblemas las calderas, insignia propia de los caballeros. Hoy en día, la Heráldica es considerada una ciencia auxiliar de la Historia, imprescindible para descifrar y describir los escudos de armas, permitiendo al investigador extraer del blasón y su lenguaje las claves para completar documentos, conocimientos sobre personajes y linajes, nombres de benefactores que costearon retablos o capillas, y datación de edii cios militares, civiles y religiosos. La fuente principal en que se basa este estudio ha sido el Nobiliario de armas y apellidos del Reyno de Aragón que usan los Nobles, Cavalleros e Infanzones de Don Pedro Vitales, Abad de Montearagón, escrito entre 1573 y 1574. Este Nobiliario, lamentablemente extraviado y que nunca llegó a editarse, fue copiado y aumentado, en 1610, por Pedro Torres de Zayas, canónigo de Montearagón, y por Diego Vincencio de Vidania, Marqués de Arellano. Las cinco copias que han llegado hasta nuestros días son manuscritos de los siglos XVIII y XIX. De estas cinco, el recopilado por Don Tomás Francisco de Monteón y ramiro en Madrid, el 22 de diciembre de 1726, y depositado en la Biblioteca de la Universidad de Zaragoza, es la copia utilizada en este trabajo. otra copia la podemos encontrar en la real Academia de la Historia, y tres más en la Biblioteca Nacional, todas ellas en la capital de España. La Biblioteca Nacional recomienda para el conocimiento de los apellidos la consulta del Diccionario heráldico de los hermanos carraf a pero, por caracterizarse esta exhaustiva compilación como una gran obra de tipo generalista, la mayor proximidad en el tiempo del Nobiliario de Vitales a los emblemas más antiguos y su especialización en linajes aragoneses y navarros, me ofrece una mayor rigurosidad a la hora de su consulta. Por supuesto que, como fuentes secundarias he “echado mano” del diccionario de los carraf a y otros armoriales que se muestran en la bibliografía. Además, es justo destacar el trabajo de Miguel Ángel cortés Usán, recogido en las Actas de Historia de Tauste de 2002, pionero en la Heráldica local y el estudio genealógico de David Maruri orrantia, un referente a nivel comarcal, becado en 1995 con el Premio Isidoro Gil de Jaz del centro de Estudios cinco Villas. En este trabajo vamos a estudiar un listado de las familias infanzonas más importantes de la villa de Tauste, desde i nales del S. XII hasta principios del S. XIX. La pretensión i nal, a la par que ambiciosa, es la de reunir en una colección los escudos de armas de estos linajes para servir de modelo en futuras publicaciones y aclarar, de una vez por todas, las dudas sobre cuál es el blasón correcto a utilizar, ya que varias ramas de un mismo apellido pueden lucir diferentes emblemas, y por ello, vamos a intentar dei nir las armas especíi cas de las familias que en algún momento se hallaron ai ncadas en Tauste o fueron oriundas de este lugar. De los numerosos linajes infanzones que poblaron la villa, actualmente se conservan apenas unos pocos testimonios heráldicos, agravados por la desaparición de sus casales en una población que, por su riqueza económica, está en constante renovación de sus edii cios. Pero primero, y para comprender mejor la importancia de “tener hidalguía” haremos un repaso al gobierno de Tauste, que va unido estrechamente a estas familias infanzonas, desde la incorporación de la villa al reino de Aragón en la Edad Media hasta la llegada F rANcISco cASTILLo SoLA

10

del liberalismo. Pasando por los escudos de armas de Mariano Supervía y, i nalmente, y en cuanto a la heráldica cívica, se analiza el escudo dieciochesco de la Plaza Aragón y, se lleva a cabo un estudio histórico de las armas de Tauste, modii cadas con el paso del tiempo, desde las originales del S. XV hasta el emblema actual. En este último apartado quiero agradecer la colaboración de Sara Marco Gracia, trabajadora del Ayuntamiento de Tauste que encontró el expediente del año 1929 sobre la adopción del nuevo escudo municipal de la villa, y por supuesto a todos mis compañeros de la Asociación cultural “El Patiaz”, ya que, sin su colaboración y ayuda desinteresada no hubiera sido posible la publicación de este trabajo.

TERRITORIO DE INFANZONES

LA MONARQUÍA Y EL CONCEJO La Villa de Tauste aparece, ya desde mediados del siglo XII, como un territorio poblado por gentes denominadas infanzones que, a partir de entonces, se caracterizará por una alta densidad de miembros de la baja nobleza y de sus solares o casales. Estos hidalgos serán francos, libres y gozarán de importantes privilegios i scales, sociales y jurídicos. El origen de las franquezas e ingenuidades de esta zona radicará en el vacío demográi co que ocasionó la huida de la mayoría de la población musulmana, castigada por la campaña de conquista del valle medio del Ebro por Alfonso I, en las primeras décadas del S. XII, y en los problemas de repoblación de un espacio fronterizo bastante inestable, puesto que, aunque se empezaba a alejar el peligro islámico, la secesión navarra a la muerte de “El Batallador” conllevaba nuevas dii cultades ocasionadas por las disputas territoriales entre los dos reinos. La solución innovadora encontrada por la monarquía aragonesa, en el caso especíi co de Tauste, será la carta Puebla de 28 de abril de 1138 1 y la coni rmación a sus pobladores de la incorporación a la corona en octubre de 1134. Ambas prerrogativas otorgadas por el rey ramiro II, complementadas con el privilegio de infanzonía de población otorgado por Martín I y coni rmado por Alfonso V el 26 de marzo de 1420 2, hicieron más atractivo el establecimiento de pequeños propietarios libres y, especialmente, de aquellos “colonos” que pudieran costearse el empleo de armas. A la llamada responderán, principalmente, gentes provenientes del vecino reino navarro y de lugares del norte de las cinco Villas, la Jacetania y la Hoya de Huesca. El reparto de tierras benei ciará, en mayor medida, a estos infanzones-soldado en perjuicio de los “labradores”. Los primeros recibirán mayor cantidad de tierras, y de mejor calidad, en las zonas de regadío próximas a los cursos l uviales del Arba y del Ebro. La acumulación de capitales originados por la posesión de la tierra, complementada por una importante cabaña ganadera con libre derecho al uso de abundantes pastos, permitirá a estos caballeros una preeminencia en los siglos siguientes que se plasmará en un control de los cargos políticos, administrativos, religiosos y militares de la villa. En el 1

PALLArÉS: “La carta de Población de Tauste…”, p. 685.

2

corT ÉS USÁN: “Los Infanzones y la Heráldica de la Villa de Tauste…”, p. 91. 11

“NoBILIArIo DE TAUSTE . HErÁLDIcA GENTILIcIA y cIVIL”

terreno eclesiástico, los infanzones se reservaron el puesto de presbítero racionero, para lo cual, todavía en 1729, la Iglesia de Santa María contaba con hasta dieciséis de estos empleos, con el derecho de disponer de las rentas de la parroquia y que, según el Padre Iturri, el Papa Sixto IV las hizo patrimoniales en el S. XV para los naturales de la villa3. En un proceso paralelo, otros nobles, también pertenecientes a las capas más bajas pero en un escalón por encima, se instalarán en torres y lugares periféricos al concejo. Así nacerá el señorío de canduero, dominado por los Monteagudo primero y Ayerbe después; el señorío de Mira perteneciente a los Frontín, y la torre de la Gabardilla, propiedad del Vizconde de Biota en el S. XV. El señorío era un conjunto de tierras y casas obtenido por donación, venta o merced real, en el cual, un particular cobraba ciertas sumas en reconocimiento de su autoridad y que poseía el derecho de nombrar alcaldes y jueces para la administración de justicia. En 1472, el concejo de Tauste intentará anexionarse la jurisdicción de la Gabardilla, que en algún momento debió conseguir, pues se integró i nalmente en el término municipal. En 1538 fuerza la misma situación con la pardina de Mira, pero sin éxito, ya que continuó siendo señorío independiente de Tauste hasta el S. XVIII4. Desde la incorporación de Tauste al patrimonio de la casa real de Aragón, y durante todo el S. XII, el gobierno de la villa se articula mediante la fórmula de la tenencia, que en estos momentos es la organización administrativa general para todo el reino. El tenente, como delegado del rey, ejercía las funciones i scales, administrativas y judiciales de la villa. El primer tenente de Tauste fue, en 1123, Lope Garcés Peregrino, pasando por la jefatura de la villa hasta un número de nueve, terminando el último su mandato en 1196 5. Paralelamente a la tenencia, se desarrolla el concejo taustano, dei nitivamente consolidado en el S. XIII, época en que cristalizan sus instituciones. con la desaparición de la tenencia, el concejo foral se convierte en la principal forma de gobierno de la localidad, con el justicia y jurados a la cabeza, cuyo número alcanzará, en algún momento, hasta un máximo de siete jurados. El concejo de realengo, gozaba de una amplia autonomía con respecto a la administración regia y se ocupaba de la defensa, administración de las tierras comunales, obras públicas, riegos, policía, recaudación de impuestos y del mantenimiento de los privilegios y franquezas de la villa. Sus puestos son ocupados por los primeros repobladores privilegiados, que en esta primera centuria pertenecerán a los linajes de los Ahe, ortiz, Sada y Ayerbe. Ante el aumento creciente del número de infanzones, a mediados del S. XIII, se comienza a regular el acceso a este estamento, por ello, quienes pretendiesen pertenecer a la baja nobleza debían probar su condición mediante la Salva de Infanzonía ante la cancillería real de Aragón. Entre 1265 y 1361, hay documentados sesenta y cuatro Salvas en Tauste con familias como los ortiz, Eslava, Blasco, Luna, ruesta, rada, San Juan y Ayerbe6. En el S. XIV, gran parte de estos infanzones son denominados en los documentos de la época como escuderos u hombres de armas que, en tiempos de paz, se ocupaban de la ganadería y de la administración de tierras. con los inicios de la Baja Edad Media,

F rANcISco cASTILLo SoLA

3

IT UrrI: Historia de Nuestra Señora de Sancho Abarca , p. 48.

4

PALLArÉS: “La Gabardilla y Mira en Tauste, hace quinientos años”, pp. 53-81

5

UBIETo: Los tenentes de Aragón y Navarra en los S. XI y XII.

6

Apéndice documental nº 1

12

en la villa se producen abundantes roturaciones, gracias a los avances agrarios, donde el bosque cederá terrenos a los pastos y cultivos. Las mejoras en las condiciones de vida y el resurgimiento del comercio provocarán un incremento de la población que se plasmará en la edii cación de la Iglesia de Santa María a i nales del S. XIII y principios del S. XIV, cuya puerta principal y atrio serán lugar de reunión del concejo. En 1405, el censo de población de Tauste, elaborado con i nes i scales por orden de las cortes aragonesas celebradas en Maella, daba como resultado la cifra de 262 fuegos, de los cuales 135 pertenecían al brazo de caballeros -70 infanzones y 65 francos de condición- y 22 de judíos. Descartando al grupo sefardí, tendríamos que más de la mitad de la población, a principios del S. XV, era hidalga. comparando al resto de localidades nombradas en el fogaje de Maella, Tauste aparece como la tercera población con mayor número de personas libres de “pecha” en el reino de Aragón, sólo superada por Zaragoza con 150 infanzones y Ejea con 300 7. Tauste gozaba de representación en las cortes del reino a través de síndicos, cuyo número osciló entre uno y tres comisionados a lo largo del tiempo. Sin embargo, tan alto número de hidalgos residentes en la localidad hace que los procuradores taustanos intervengan por el brazo de caballeros e infanzones, y no por el brazo de las universidades. Aunque hubo excepciones, como en el caso de las cortes de Maella de 1423, en el que sí engrosaron las i las del estamento concejil junto con las demás villas y ciudades del reino8. El que la villa se encuadre en el estamento noble provocaba la protesta de las demás universidades, ya que este brazo veía como disminuía el número de sus miembros y, por tanto, tenía menor fuerza a la hora de la toma de decisiones. Una de estas reclamaciones queda rel ejada en las actas de las cortes de Alcañiz de 1436 9. En el S. XV, según Pallarés, se restringe el acceso a los cargos públicos taustanos, reservándose exclusivamente a caballeros e infanzones ya sean por nacimiento o nombramiento regio. En esta nómina continúan los ortiz y Ayerbe, y aparecen nuevas casas que han comenzado a obtener sus infanzonías como los Sada, Blasco, Sallent, San Juan, rada, Frontín, Lacasta, Luna, rueda y ruesta, desapareciendo de la villa y sin dejar rastro la destacadísima familia de los Ahe. con la llegada al trono aragonés de la dinastía de origen castellano de los Trastámara, la reina y lugarteniente doña María escribió, el 1 de febrero de 1445, al concejo de Tauste, entre otras villas y ciudades, anunciándoles la introducción de la insaculación como deseo de la monarquía de homogeneizar la administración local10. Esta innovación serviría para evitar las corruptelas de unos cargos que no eran vitalicios, pero que en la práctica se prolongaban en el tiempo. Además, se pretendía poner i n a las luchas de intereses particulares entre quienes pugnaban por el control del municipio, y que ambicionaban perpetuar su dominio a través de la cooptación, en la que los cargos salientes elegían a los entrantes. Dichos comicios se llevaban a cabo mediante un sorteo anual que asignaba el oi cio a través de cinco “sacos” o bolsas con los nombres de los candidatos en papel e introducidos 7

ABELLA: “La población del reino de Aragón según el fogaje de 1405”, pp. 123-163.

8

Apéndice documental nº 2

9

Apéndice documental nº 3

10

ABELLA: “La concesión de la infanzonía…”, p. 17 13

“NoBILIArIo DE TAUSTE . HErÁLDIcA GENTILIcIA y cIVIL”

en unas bolas o “redolinos”, elegidos al azar mediante extracción por una mano inocente, según se regula en las ordenanzas de Tauste de 17 de abril de 1544. Las sacas y redolinos se guardaban en un arca de oi cios, bajo llave y custodiada en el archivo municipal. como órgano de control existía un comisario insaculador, funcionario real que se encargaba de revisar las bolsas, que ese mismo año de 1544 fue rechazado hasta por dos veces de la villa de Tauste, como muestra de las desavenencias entre el municipio, que se resistía a la insaculación, y la monarquía11. En estos momentos el despegue económico de la villa es considerable, gracias a una abundante cabaña pecuaria respaldada por el Ligallo de Ganaderos. Por ello, se presentan más linajes en la escena política como los Monteagudo, Aragüés, Artieda y oblitas, con lo que las luchas de poder se complican. En el S. XVII se inicia la decadencia económica del concejo agobiado por las deudas contraídas por la construcción del canal de Tauste en la centuria anterior, y la carga de los censales acumulados. La situación económica se ve agravada por cierta ilegalidad en la dirección del consistorio debido a que el procedimiento de...


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