Adela Cortina Ciudadanos del Mundo PDF

Title Adela Cortina Ciudadanos del Mundo
Course Justicia Social Derechos Y Ciudadanía
Institution Universidad de Chile
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Resumen libro ciudadanos del mundo, para el curso de justicia social y ciudadania de la facultad de ciencias sociales de la universidad de chile....


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Ciudadanía política. Del hombre político al hombre legal. La naturaleza de la ciudadanía. El hombre y el ciudadano: La ciudadanía es una relación política entre un individuo y una comunidad política, en donde hay pleno derecho y lealtad, es el reconocimiento oficial del individuo en la comunidad política, que desde la modernidad es Estado nacional de derecho. El vínculo político en que consiste la ciudadanía constituye un elemento de identificación social, que constituye su identidad. La identificación con un grupo supone descubrir rasgos comunes, las semejanzas entre miembros, pero también tomar conciencia de las diferencias a los foráneos (extranjeros), por lo que conjuga con dos miembros: aproximación a los semejantes y separación con respecto a los otros. El ciudadano ateniense se vincula a los como él, libres e iguales y se distancia de los que no lo son, el romano se sabe defendido por sus leyes, a las que no pueden acogerse los bárbaros. El concepto ciudadanía se genera desde la dialéctica interno/externo, desde la unión con los semejantes que separa a los diferentes. Es por lo que, Rousseau en el contrato social distingue entre hombre y el ciudadano y entre la religión del hombre y la del ciudadano. El hombre (la persona) trasciende con mucho su dimensión política, la persona es miembro de una familia, de una comunidad vecinal, de una iglesia, en los que ingresa voluntariamente, por lo que es esencial su identidad personal. Es imposible reducir a una persona al ciudadano, como resulta imposible reducir la religión de la persona a la de la ciudad. Las religiones griega y romana son religiones de ciudad, que une en torno a unos simbolismos sagrados a los ciudadanos y les separa de los demás, el cristianismo, en cambio, es una religión de la persona, que vincula con un dios trascendente y con una comunidad universal, antinacionalista. El vínculo entre ciudadano y comunidad política origina dos tradiciones, la republicana, según la cual la vida política es el ámbito en el que los hombres buscan conjuntamente su bien y la liberal que considera la política como medio para poder realizar en la vida privada los propios ideales de la felicidad. Ambas se reflejan en dos modelos de democracia, la participativa y la representativa, los participacionistas, bajo el fin que la democracia sea el gobierno del pueblo, y el representacionismo el gobierno querido del pueblo. La idea de ciudadanía es la idea clásica que remonta en el tiempo de Arenas del siglo V y IV antes de Cristo y a la Roma del siglo III a.C. hasta el I de nuestra era, ya en estos siglos aparecen dos conceptos de ciudanía que originan a su vez dos tradiciones: la tradición política, propia del polités griego, y la tradición jurídica del civis atino. El ideal ciudadano: La idea de que el ciudadano es el miembro de una comunidad política, que participa activamente ella, nace en la experiencia de la democracia ateniense, la célebre oración fúnebre de Pericles por los héroes muertos, nos dan un cierto bosquejo de lo que era un ciudadano, y Aristóteles posteriormente le da cuerpo teórico a la nación de la ciudadanía política prestándole apoyo ético y metafísico (primer atisbo de ciudadano). El ciudadano es, desde esta perspectiva, el que se ocupa de las cuestiones publicas y no se limita a lo privado, es quien sabe que la deliberación es el procedimiento adecuado, más que la violencia, incluso que la votación que es el recurso mínimo La tradición república cívica entenderá la política no como el momento de legitimación de la violencia, sino como la superación de la violencia por medio de la comunicación, por lo que son las sociedades pre políticas las que recurren a la violencia y son quienes optan por la deliberación pública para resolver los asuntos comunes, pues el hombre es un ser dotado de palabra, se puede relacionar, convivir y discernir, lo que es bueno, malo, justo e injusto. ¿Qué es una vida digna de ser vivida? La del ciudadano que participa activamente en la legislación y administración de una buena polis, deliberando en conjunto con sus conciudadanos, siendo capaces de la palabra, de la socialidad, esta es la capacidad de convivencia pero también de participar en la construcción de una sociedad justa. Logos: palabra, zoon politikon: animal social. Si entendemos logos por razón se justifica la critica por la cual el occidente opto por la razón, olvidando lo tendente humano, la dimensión de deseo, pues el hombre es hasta tal punto una unidad de inteligencia y deseo que solo puede caracterizarlo

como inteligencia deseosa o deseo inteligente, en otras palabras, deseoso de felicidad, en este caso si lo aplicas a la comunidad, donde los miembros deliberan, se entra al ámbito de la ciudadanía. Por otro lado, el animal político es quien participa en la actividad política, sea cual sea, una de estas formas es la comunidad política, entiende la forma suprema de a sociedad que constituye una

unidad autosuficiente, independiente de las demás. La unidad social autónoma es la polis, provista de instituciones indispensables para proporcionar una vida feliz, de ahí que exija participar el hombre, iguales y libres. La igualdad se entiende como que todos los ciudadanos tienen derecho hablar, y la libertar consiste en participar de activamente y ejercer cargos públicos, quien así actúa demuestra que la ciudadanía no es un medio para ser libre, sino el modo de ser libre, el buen ciudadano es aquel que intenta construir una buena polis, buscando el bien común en su participación política. Un medio para ello es la educación, pues la educación cívica es la clave ineludible en la ciudadanía griega y de la republicana. Esta noción originaria de ciudadanía es más bien un mito que una teoría de la práctica. Los límites de la ciudadanía ateniense: El ideal del ciudadano participativo ha inspirado a modelos de democracia, la participación directa en asuntos públicos es la marca de la ciudadanía, sin embargo, este ideal a través de los años han tenido que superar cuatro grandes limitaciones: 1ro: el ciudadano era excluyente y no inclusivo (mujeres, niños, metecos, esclavos sin privilegio), 2do: libres e iguales solo eran los ciudadanos, no los seres humanos, 3ro: permitir que la Asamblea interviniera en la vida privada, y en el quehacer doméstico, y 4to: la participación directa solo en comunidades reducidas (democracia congregativa), no en estados nacionales, por lo que el ciudadano se desplaza desde la participación a la protección: El ciudadano es aquel al que la comunidad política protege legalmente, más que aquel que participa directamente en asuntos políticos. De la teoría a la práctica: Las asambleas se hacían ver como si fueran algo masivo, a pesar, de estar abiertas a todo público, no eran muchos los que asistían, más bien parecía que las intervenciones que se hacían eran más bien para satisfacer sus ambiciones privadas, más que el de la ciudad, como ha ocurrido siempre los pobres preferían seguir ocupándose de sus asuntos privados, ya que pocas probabilidades tenían de llevar adelante sus propuestas. Ciudadanía como estatuto legal: En la extensión del imperio de Roma, el ciudadano es ahora, el que actúa bajo la ley y espera la protección de la ley a lo largo y ancho de todo el imperio, es miembro de una comunidad que comparte la ley y que puede identificarse o no con una comunidad territorial, puede decirse entonces, que el advenimiento de la jurisprudencia traslada el concepto de ciudadano del polites griego al civis latino, del zoon politikon al homo legalis. La ciudadanía entonces es un estatuto jurídico, más que una exigencia de implicación política, una base para reclamar derechos, y no un vinculo de responsabilidades. El estado moderno Ciudadanía moderna: Aunque la raíz de la ciudadanía sea Roma y Grecia, el concepto de ciudadano como tal es más bien del siglo XVII y XVIII, de las revoluciones francesa, inglesa y americana y del nacimiento del capitalismo. La protección de derechos de la edad medieval exige una creación que obligue a defender la vida, la integridad y la PROPIEDAD de sus miembros, con la aparición del estado moderno se configura el actual concepto de ciudadanía, ligado a estado (ordenamiento político) y nación. El elemento nuclear del estado moderno es la centralización del poder, que abarca todo ámbito de relacione políticas, entre los orígenes del estado es necesario tener en cuenta cuatro perspectivas: 1) la paz, interés común. 2) agencia protectora (evita la justicia por sus propias manos). 3) voluntad general del abandono de la libertad natural por una libertad civil. 4) como garantía una libertad extrema para una libertad trascendental, que garantiza alcanzar las metas por medio de la ley. En el estado son los ciudadanos quienes ostentan de la nacionalidad (estatuto legal por el que una persona pertenece a un estado por el derecho internacional), la residencia y el nacimiento son las razone por las cuales tener nacionalidad de un estado, pero en la modernidad es primero la voluntad del sujeto para conservar o cambiar su nacionalidad. La nación: El término nación es vago, sin embargo, se puede decir que una nación es una comunidad acuñada por una raíz común, con un lenguaje, cultura e historia común, a la que acompaña un requisito

indispensable: la voluntad de sus componentes de configurar como nación, la persona se convierte en ciudadana de un estado, está dispuesta a someterse a su coacción, pues obtiene ventajas, no es miembro de un estado por naturaleza, sino por artificio. El estado es una unidad administrativa en

que cuyo seno podemos encontrar distintas lenguas, culturas y etnias que forman a estados plurinacionales. La nación aparece como la comunidad natural en la que se nace, comparten miembros, costumbren, lengua, paisaje, naturaleza, y no por coacción, la nación se ha ido configurando como la otra cara de la moneda del Estado, a partir de la revolución francesa los estados necesitan legitimar su existencia, por lo que recurren a sus habitantes (la nación). Hoy en día la idea de nación genera adhesión y lealtad no por acciones coactivas, sino por la libre aceptación de la historia y símbolos que los mantiene unidos. Señas de identidad: Las bases del estado nacional propias de una constitución republicada: 1. La libertad de cada miembro, en cuando hombre, 2. La igualdad de este con cualquier otro, en cuanto a súbdito, 3. La independencia de cada miembro de una comunidad, en cuanto ciudadano. La vivencia de la igual autonomía es la condición sin la cual una persona no puede sentirse de una comunidad política. La nacionalidad no se refiere al estatuto legar de quien goza pasaporte, sino el sentimiento de compartir unas tradiciones y una cultura, la solidaridad, por último, es la fuerza emocional que ligar al grupo en una identidad común, estos rasgos darán forma a la ciudadanía política. Ciudadanía social. Del estado del bienestar al estado de justicia. El concepto canónico de ciudadanía: El concepto ciudadanía que ha venido a convertirse en canónico (establecido por tradición) es el de ciudadanía social, desde esta perspectiva es ciudadano aquel que en una comunidad política goza no sólo de derechos civiles libertades individuales), no solo derechos políticos (participación política), sino que también de derechos sociales (trabajo, educación, vivienda, salud, prestaciones sociales), es entonces los derechos sociales los cuales garantiza el estado nacional, entendido como estado social de derecho, que ha sido llamado históricamente estado del bienestar. El surgimiento del Estado del bienestar: El estado del bienestar se inicia a finales del siglo XIX, implementando medidas como el seguro de enfermedad, de vejez, contra accidentes laborales, para contrarrestar al socialismo y fomentar el bienestar de los trabajadores menos favorecidos, por lo que se le reconoce también al estado providencia, que nace como estrategia política. Estos sistemas son los que sientan las bases de la política social. Tras la evolución del estado de bienestar se configura distintos elementos: 1. Intervención del estado en los mecanismos del mercado para proteger a grupos determinados, 2. Política de pleno empleo, 3. Institucionalización de sistemas de protección para cubrir necesidades, 4. Institucionalización de ayudas para los que no pueden estar en el mercado de trabajo. Después de la segunda guerra mundial el gobierno pasa a ser gestor y no proveedor, donde comienza a surgir la idea de megaestado que es hacedor adecuado para todas las tareas sociales y todos los problemas sociales (Peter Drucker), además surge la idea de estado fiscal que es que no hay límites económicos a lo que gobierno pueda tomar prestado, por lo que no hay limites económicos. Criticas a la solidaridad institucionalizada: El estado de bienestar actualmente se encuentra en crisis, por lo que es necesario sustituirlo por otra forma de Estado más adecuada a los tiempos poscapitalista, pues lo que ha fallado es la solidaridad institucional, se produce inexorable paternalismo (imponer determinadas medidas en contra de la voluntad del destinatario para evitarle un daño o para procurarle un bien, y está justificado cuando declararse que el destinatario es un incompetente básico) y un intercambio malsano que acaba con los fundamentos del Estado democrático, ya que las democracias nacieron como un medio de defender a los ciudadanos, el estado benefactor desvirtúa este recurso de los ciudadanos, hasta el punto de usar los recursos económicos para comprar votos, logrando que la ciudadanía quede a merced de los gobiernos a costa de su propio dinero. El estado providencia elimina los frenos de la democracia originaria y entra a saco en aquel ámbito que los individuos se habían reservado como sagrado. El estado nacional que nació como guardián de la sociedades civiles...


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