Alberto Carmona Lopez - Ensayo Antropología II PDF

Title Alberto Carmona Lopez - Ensayo Antropología II
Author alberto carmona
Course Antropología
Institution Universitat de València
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En el presente trabajo trataré de exponer y comparar las distintas concepciones acerca de la antropología y la cultura griegas de tres autores: Gorgias, Protágoras y Platón....


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Alberto Carmona López Gr. A1

CONCEPCIÓN DEL HOMBRE Y DE LA CULTURA EN GORGIAS, PROTÁGORAS Y PLATÓN

Alberto Carmona López Gr. A1 Curso 2020/2021 Antropología II

Alberto Carmona López Gr. A1 En el presente trabajo trataré de exponer y comparar las distintas concepciones acerca de la antropología y la cultura griegas de tres autores: Gorgias, Protágoras y Platón. En primer lugar, tenemos al político Protágoras. Era un político del grupo de pensadores y filósofos que conocemos como sofistas. Son característicos, además de por su enfrentamiento ideológico directo con Platón y Sócrates, por haber gobernado en distintas ciudades democráticas griegas, pero sobre todo por haberlo hecho en Atenas. Además, se ganaban también la vida mediante la enseñanza, al contrario que Sócrates o Platón, quienes lo hacían sin recibir pago alguno de sus alumnos. Lo que conocemos historiográficamente de Protágoras son sus conversaciones con Sócrates en los diálogos escritos por Platón. Por lo que yo atenderé específicamente al diálogo platónico llamado Protágoras. En él , observamos una conversación entre Sócrates y el político ateniense que versa acerca de la virtud política y s u posible aprendizaje. Sócrates afirmaba que esa excelencia política no era enseñable, tal y como hacía Protágoras, que impartía clases sobre ella. Sócrates afirmaba que, al momento de la construcción de una casa, por ejemplo, se habría de recurrir a un experto en construcciones de casas, pero que en el ámbito de la política y más aún en una democracia, cualquiera estaba capacitado para poder ejercer la. La segunda objeción del filósofo griego consistía en el ejemplo de que aquellos considerados como excelentes en política no fueron capaces de transmitir esa virtud a sus hijos, por lo que no era algo enseñable. Protágoras, entonces, decide explicar su punto de vista mediante el Mito de Prometeo. En él narra que cuando los dioses crearon a los mortales, encargaron a Prometeo y a Epimeteo la distribución entre ellos de las técnicas (techné). Epimeteo reparte todas las habilidades a los animales y se olvida por completo de otorgar alguna a los hombres. Ante esto, Prometeo decide robarle el fuego a l dios Hefesto, que contenía las técnicas y la sabiduría a la diosa Atenea para otorgársela así a los mortales. De este modo, los hombres comienzan a agruparse y a vivir en pequeñas Polis, pero se atacan los unos a los otros al no conocer la virtud política. Poseen técnicas que ayudan a su supervivencia, pero no saben vivir en sociedad, lo cual imposibilita dicha supervivencia. Cuando Zeus observa esto, envía al mensajero de los dioses Hermes a entregar a los hombres la moral y la justicia, dos virtudes que debían ser repartidas por igual a todos los mortales. Después de narrar este mito, Protágoras comienza a argumentar por qué la virtud política sí es enseñable. Afirma entonces que, desde que nacen los griegos, se les

Alberto Carmona López Gr. A1 está enseñando la virtud o las distintas virtudes de un modo u o tro. Pretende argumentar también que la política es algo que se aprende mediante la experiencia y que no requiere de un don innato, como si afirmaban sus contrapartes Platón y Sócrates. En consecuencia, las concepciones antropológicas de Protágoras que encontramos en el diálogo son diversas. En primer lugar, Protágoras distingue dos esferas de la cultura humana, la técnica (techné) y las relaciones humanas que nacen de su carácter animal y de manera natural (nomos). Además, esta distinción la hace con un matiz, y es que ambas están conectadas entre sí y que no puede existir la una sin la otra. No hay dominio del entorno entonces (techné), sin un dominio del propio hombre en sí mismo y de su naturaleza más animal, más natural (nomos). El mito también muestra como Protágoras cree que la historia del progreso cultural es un capítulo más de la historia del universo (cosmos). Enmarca así su relato como una forma de concebir la historia que se hacía en la filosofía tradicional jonia. Ésta se dedicaba a estudiar la naturaleza con el objetivo de explicar todo aquello existente y perteneciente a ella, tanto el universo, como las especies naturales, el propio hombre y su correspondiente desarrollo cultural. Todo ello, partiendo de un estado inicial de desorden e indiferenciación del que se ha ido evolucionando. Epimeteo simboliza la necesidad de una naturaleza y Prometeo la inteligencia y habilidades humanas. Zeus otorga a los hombres la justicia y el respeto para crear lazos entre ellos y ordenar las ciudades, asegurando así su supervivencia, por lo que el dios de dioses representa el paso del tiempo y el aprendizaje mediante la experiencia adquirida. Todos los hombres deben poseer ambos dones para que la sociedad funcione correctamente. Cabe destacar también que Protágoras se consideraba agnóstico, por lo que las figuras de los dioses son meras representaciones de su concepción antropológica. En un segundo lugar, tenemos al político ateniense Gorgias. También formaba parte de los que conocemos como los sofistas. Lo que sabemos acerca de la concepción antropológica de Gorgias, es lo que podemos observar en su obra Encomio de Helena, a la cual yo atenderé específicamente para explicar su visión acerca del hombre. La Defensa de Palamedes es un texto perteneciente al Encomio de Helena acerca de un personaje ficticio, Palamedes, que es el protagonista del texto a analizar. Gorgias plantea a Palamedes como representante ideal de la máxima virtud humana y también representa la virtud de la retóri ca en la manera en que éste se defiende a sí mismo ante los jueces.

Alberto Carmona López Gr. A1 El fragmento comienza con el personaje de Odiseo, el cual no quiere ir a la Guerra de Troya en un primer momento y planea mostrarse a sí mismo como demente para no asistir al conflicto. Palamedes descubre su mentira y la expone ante los jefes del campamento militar en el que se encontraban ambos. A modo de venganza ante esta deshonra, Odiseo traza un plan para acabar con la honra y finalmente incluso con la vida, de Palamedes. El héroe homérico falsifica una carta en la que supuestamente Palamedes traiciona a sus compatriotas (la máxima deshonra para los griegos) en favor del rey de Troya. Odiseo, para añadir veracidad a su engaño, esconde junto a la carta del monarca una bolsa con oro, para que pareciera más real la traición, pues había recibid o un pago por ella. Odiseo oculta la carta y la bolsa de oro en la tienda de Palamedes en el campamento y avisa a las autoridades para que la descubran. Palamedes entonces es condenado a muerte por los regentes del campamento en primera instancia, pero con la posibilidad de defenderse a sí mismo en un juicio. Palamedes, al ser el paradigma de hombre virtuoso de la cultura griega, es un hombre de gran elocuencia y depurada retórica. Debido a ello, realiza unas demostraciones apagógicas o silogísticas, que consisten en el planteamiento de dos argumentos lógicamente contradictorios de modo que solo se pueda llegar a una conclusión lógica y verdadera a favor del enunciante. En primer lugar, Palamedes expone su defensa ante los hechos de los que se le acusa presentándose a sí mismo a ojos de aquellos que no le conocían. A continuación, expone ante los jueces que no tendría sentido ni sería lógico por su parte que fuera culpable de la traición que supuestamente ha realizado, pues él es ciudadano griego y sería ajusticiado por traición en el primer escenario, y si esto no sucediera, tampoco podría vivir como troyano, pues fue un traidor a su patria y nadie quiere a los traidores. Después, defiende su inocencia mediante preguntas retóricas al jurado acerca del hipotético beneficio que recibiría por su traici ón, lo cual no haría sino perjudicarle. Más tarde, Palamedes acusa directamente a Odiseo y expone los motivos vengativos que tiene al haberlo acusado de tan grave crimen como es la traición. Por último, el acusado se dirige directamente a los jueces y se posiciona a sí mismo como un hombre de gran virtud que no ha cometido jamás crimen alguno y cuya única motivación a la hora de actuar siempre ha sido el mayor beneficio para la civilización griega. Finalmente, los jueces dictan sentencia y condenan a muerte a Palamedes, pues ante las evidencias mostradas por Odiseo (la carta y la bolsa de oro), no tiene valor algun o su propia defensa. La característica antropológica principal de Gorgias que podemos observar en este texto es que, como buen sofista, creía que, al no haber una verdad objetiva y universal, todo dependía del punto de vista de cada persona, por lo que la manera de

Alberto Carmona López Gr. A1 explicitar ese punto de vista es la retórica (el hombre es la medida de todas las cosas). La importancia de Gorgias recae entonces en el uso de la retórica como m ét odo para convencer a los oyentes de su posición subjetiva acerca de la verdad. Además, enlaza esa excelencia retórica con la virtud humana, tal y como observamos a Palamedes, pues es virtuoso en tanto que es capaz de defender su posición mediante el discurso, aún incluso en un escenario tan extremo como es la vista para su propia condena a muerte. Por ello, podemos ubicar a Gorgias dentro de los sofistas y mostrarlo como un maestro de la retórica, que empleaba para mostrar y convencer a los demás de su punto de vista acerca de la verdad. Bien, por último, en nuestra lista de filósofos tenemos a Aristocles de Atenas, mejor conocido como Platón. Fue discípulo de Sócrates y maestro a su vez de Aristóteles. Fundó la conocida como La Academia, donde se enseñaban filosofía y otras disciplinas como la geometría, por ejemplo, sin remuneración en ninguna de ellas. La concepción platónica acerca del hombre y la cultura es algo que está recogido en diversas obras, por lo que creo que no se puede atender a ninguna en concreto. Así que explicaré su teoría antropológica atendiendo a una idea general extraída de su extensa obra. Platón, junto a su maestro Sócrates, eran la antítesis de la sofística ateniense, que hemos representado con Protágoras y Gorgias. Platón creía que la virtud política no era algo enseñable, y que era propio del alma racional y de los filósofos. Además, también afirmaba que si que existía una verdad objetiva y universal cognoscible por el ser humano. Platón basa toda su teoría filosófica, también la antropológica en su llamada Teoría de las Ideas. Esta teoría, dentro de la cual se enmarca también su antropología, explica que, ontológicamente existen dos mundos o realidades claramente diferenciadas, el mundo natural y el mundo de las ideas. El mundo de las ideas es un mundo opuesto al mundo natural y sensible en el cual habitamos los seres humanos. Este es un mundo perfecto, inmutable e inteligible, donde se hayan los modelos de todo aquello sensible que está en el mundo natural, de modo que en el mundo sensible lo que hay son muestras, copias o imitaciones de lo que realmente sería en el mundo de las ideas. Dentro de las muchas ideas que habitan este mundo perfecto, aparte de las ideas de cosas y objetos como un árbol o un ánfora, por ejemplo, también habitan las ideas objetivas y supremas que mencionábamos antes, como son la idea de justicia y la idea de bien. Siguiendo esa misma línea, Platón en su teoría antropológica afirmaba que el hombre está compuesto de dos partes: el cuerpo físico, compuesto por aquello que es

Alberto Carmona López Gr. A1 perceptible del propio cuerpo como pueden ser los órganos internos, las manos o los pies; y una sustancia incorpórea e intangible que se halla dentro de este cuerpo, el alma. Esta es originaria del mundo de las ideas, pero, al haber cometido algú n tipo de infracción de las reglas de ese mundo perfecto, es enviada a habitar un cuerpo humano del mundo sensible a modo de castigo. El alma, debido al impacto al entrar en contacto con el cuerpo humano físico sufre una pérdida completa de su memoria, olvidando entre otras cosas, su origen del mundo de las ideas. El cuerpo actúa entonces como cárcel del alma y la subordina al mundo sensible e imperfecto. El ser humano ha de llegar a conocer la idea de justicia y de bien para así, el día de la muerte física del cuerpo, que el alma pueda retornar a habitar el mundo de las ideas a modo de recompensa. Si esto no sucede, el alma volverá a introducirse en otro cuerpo humano hasta que se cumpla el requisito mencionado. Además, Platón afirma que al ser la verdad algo objetivo, es una idea que habita en el mundo de las ideas y es cognoscible mediante el ejercicio del alma, mediante la mayéutica. Después de conocer esto, Platón también hace una división de las distintas partes del alma y las relaciona directamente con su teoría política . El filósofo griego afirmaba que el alma estaba dividida en tres partes de desigual tamaño: la parte racional, irascible y concupiscible o apetitiva. La primera se encuentra ubicada en la cabeza del hombre, la segunda en el pecho y la tercera en el abdomen . La parte racional otorga sabiduría, la irascible otorga valor y la concupiscible templanza. Platón en su teoría política plantea una organización social de la Polis atendiendo a la parte predominante de alma en cada sujeto. Aquellos que tu vieran una mayor cantidad de alma racional debían ser los filósofos gobernantes. Estos no podían conocer el amor ni formar una familia ni poseer propiedades, para evitar así tentaciones. El alma racional, al ser la encargada de otorgar el conocimiento, daba así a los que poseyeran una mayor parte de esta, mediante el estudio, la idea universal de verdad, justicia y bien. Por lo que Platón los situaba como los más capacitados para gobernar. Por otro lado, están aquellos que tienen una mayor parte de alma irascible. Estos al tener un gran valor son los encargados de la defensa de la ciudad a modo de ejército. Por último, aquellos que poseyeran una mayor parte de alma apetitiva serían los artesanos o productores, encargados de la base de la pirámide social. Ellos serían aquellos que solo son guiados por sus placeres más inmediatos y físicos. Pues bien, debido a esto, entendemos que Platón es la antítesis a los sofistas Protágoras y Gorgias en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, creía que la verdad era algo objetivo y cognoscible para unos pocos que debían tener un don innato (la predominancia de alma racional). Este concepto se encuentra en clara contraposición a la idea sofista que afirma que El hombre es la medida de todas las cosas y a su correspondiente creencia de múltiples verdades subjetivas, tantas como sujetos

Alberto Carmona López Gr. A1 pensantes. En segundo lugar, en su concepción de la virtud política como algo no enseñable y también reservada a unos pocos, a los filósofos, en contraposición a la enseñanza remunerada de la excelencia política que ejercían los sofistas. Platón, además, también era antidemocrático. Creía en una meritocracia en la que debían gobernar los filósofos, también de manera opuesta a los dos sofistas tratados en el ensayo. Este descontento con la democracia se le suele achacar a la injusticia que él consideraba había sido la muerte de su maestro Sócrates a manos del gobierno democrático de Atenas. Al creer injusta la condena, cree injustos a los jueces y por tanto planeta que solo aquellos que posean en su conocimiento la idea suprema y objetiva de justicia debían ser quienes gobernasen la Polis. En otra línea, encontramos también una diferencia entre Protágoras y Platón en lo que respecta a la idea de progreso cultural humano. Protágoras, con el Mito de Prometeo y su posterior explicación, concebía el progreso humano como una línea ascendente que parte de un estado de indiferenciación y barbarismo. Platón no menciona demasiado explícitamente su idea sobre el progreso del hombre, pero en uno de sus Diálogos, se observa su concepción gracias al relato de la Atlántida. Esta concepción del progreso cultural platónica va en la línea por ejemplo del Mito de las Razas de Hesíodo . Ambos afirman que el progreso humano es descendente y que partimos de un estado inicial muy superior cultural y antropológicamente, como es la Atlántida para Platón y la Edad de Oro para Hesíodo.

Alberto Carmona López Gr. A1

Bibliografía: Gorgias (2000): Encomio de Helena. Buenos Aires: Cúspide. Platón (2019): Diálogos I. Madrid: Gredos....


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