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América Latina una deuda social

América Latina cuenta con recursos privilegiados en muchos niveles. Los recursos naturales son indudablemente la mayor riqueza con cuenta la región, la diversidad, el clima, la proyección que pudiera tener en términos de la economía son indudables; pero también indudable la enorme contradicción que se presenta en la realidad en términos de los social, lo económicos, lo culturales,

ideológico y político lo que es fácilmente evidenciable en la

cotidianidad de sus pueblos que cada día persiguen ideales de igualdad y calidad de vida, lo que cada vez se asemeja más a una utopía. El mundo actual, el mundo interconectado, el mundo del futuro parece ser un cuento lejano del que oímos a diario a través de los múltiples medios posibles pero del que muchas regiones de América Latina conocen solo a del relato historias contadas por sus visitantes de otras partes del mundo, por los medios de comunicación y por imágenes publicadas en redes sociales y sitios de navegación. La Comisión Económica para América Latina y El Caribe-CEPAL (2014), publicó

un informe acerca del panorama social en América con datos

estadísticos que dan cuenta de la situación de pobreza y la distribución de la riqueza en América Latina; de acuerdo con este informe

La tasa de pobreza de América Latina en 2013 fue de un 28,1% de la población, en tanto que la indigencia, o pobreza extrema, alcanzó el 11,7%. Estos porcentajes equivalen a 165 millones de personas en situación de pobreza, de los cuales 69 millones son personas en situación de pobreza extrema (p.15) La pobreza, la desigualdad, la falta de oportunidades, el desempleo o empleos mal pagados, la carencia o inexistencia de servicios básicos de salud, educación, agua potable, energía y comunicaciones, vías de acceso en mal estado, precariedad en la vivienda, parecen ser un común denominador en todos los países de la región; estos factores generan incertidumbre y falta de

fe en las instituciones marcadas por la corrupción y el clientelismo y a eso se suman aspectos de orden y seguridad atravesados por el secuestro, la extorsión, el narcotráfico, el terrorismo, las instituciones al margen de la ley, sin una ideología clara, estructuradas a partir de la ambición de poder territorial que llevan a los pueblos a la marginalidad, el desplazamiento y la desvinculación del orden social que presupone la libertad y la igualdad de las personas. Por ejemplo, de acuerdo con la Organización de las Naciones UnidasONU (2015) en informe acerca de los objetivos de desarrollo del milenio, la desigualdad de género sigue siendo una de las brechas más significativas en el camino de desarrollo de América Latina; las mujeres reciben remuneraciones muy por debajo de la de los hombres a pesar de estar en igualdad de conocimientos académicos y experiencia laboral, su participación en decisiones de carácter público y privado sigue estando por debajo de la que tienen los hombres en el mismo ámbito lo que propicia que en temas de pobreza, las mujeres tengan una mayor probabilidad de ser más pobres que los hombres y con más restricciones incluso para acceder a bienes y servicios. En América Latina y el Caribe, la proporción entre mujeres y hombres en hogares pobres aumentó de 108 mujeres por cada100 hombres en 1997, a 117 mujeres por cada 100 hombres en 2012, a pesar del descenso de las tasas de pobreza de toda la región. (p.8) A esta realidad de desigualdad se suman aspectos nucleares en torno a lo social; eso que es visto por los planes de gobierno como el salvavidas cuando otros aspectos del mismo no van bien; “apoyar” a las comunidades con centros de salud bien dotados, “ayudar” a las instituciones educativas con infraestructura y recursos materiales y humanos, asignación de recursos para construcción de carreteras que lleven a lugares aledaños y permitan que las personas que habitan en ellos puedan ganarse decentemente la vida comercializando lo que producen es su tierra, pareciera ser aspectos complementarios y además convenientes de los gobiernos, que deciden casi siempre hacer recorte presupuestal justo en estos temas de orden central y que deberían ir mas allá de las simples promesas de valor en las campañas

políticas, en la que cada uno de los aspirantes, con un guion aprendido y con campañas de publicidad y fiestas barriales prometen esta vida y la otra con tal de lograr el tan anhelado poder, pero que en un plazo no mayor a su primer año de gobierno olvidan o aducen que por déficit fiscal, producto del mal gobierno de su antecesor, las escuelas tendrán menos profesores, los hospitales menos médicos y las obras viales en curso, en caso de haberlas, deben esperar y que los programas de alimentos para niños, madres lactantes y ancianos deben ser interrumpidos, vulnerando con todo esto los derechos humanos a la salud, la educación y otros y poniendo en entredicho la capacidad del Estado para dar protección y amparo a las personas menos favorecidos y en condición de vulnerabilidad. Según Kliksberg (2001) “Una de las vías fundamentales posibles en una democracia, es una agresiva política social que amplíe fuertemente las oportunidades para los pobres, en campos cruciales” (p.13). Todo este panorama, que indudablemente es desolador, porque todas las acciones llevadas a cabo y propuestas por entidades no gubernamentales en su mayoría, y por instituciones comprometidas con el desarrollo de la región, camina a pasos lentos porque debe contar con el involucramento no solo la voluntad de los Estados y de todas las instituciones que los conforman, sino además de las mismas personas que los habitan, del sector privado y de programas de gobierno que se respeten y se lleven a cabo, entendiendo que la pobreza no es solamente un indicador de la economía, que la igualdad, la equidad, la inclusión , el trabajo justo, la seguridad, la vivienda digna y todo aquello que representa la ideología de la libertad, el derecho a la libertad de expresión y a vivir según sus concepciones culturales le indiquen se verá reflejado en el bienestar y la calidad de vida de las personas. Los profesionales de hoy, especialmente aquellos que nuestro desarrollo profesional lo basamos en las ciencias sociales y humanas tenemos compromisos y responsabilidades innegables en el cumplimiento de los objetivos de desarrollo propuestos; desde la psicología particularmente, el rol del psicólogo social deberá estar orientado al trabajo con la comunidad acompañando por un lado y al gobierno ,desde la creación de programas socialmente responsables, programas educativos que forme no solo para el

trabajo, sino también para el emprendimiento, con la creación de programas de auto cuidado que disminuya prácticas de consumo de drogas, sicariato y toda conducta al margen de la ley, que deterioran no solo a la persona sino también a la misma comunidad y de cara a las personas con intervenciones participativas, propositivas y donde el saber del pueblo se respete para la construcción de seres humanos más sanos emocional y socialmente, que adquieran la capacidad de generar estrategias de afrontamiento activas para la construcción de una realidad distinta hoy y que perdure para las generaciones futuras, pero sobre todo que permita que América Latina sea el futuro no solo económico del mundo sino una región donde todos los pilares del desarrollo sean viables y se puedan llevar a cabo desde lo cultural, lo social, lo político y lo ambiental.

BIBLIOGRAFIA Comisión Económica para América Latina y El Caribe-CEPAL (2014). Recuperado de: https://auladigital.upb.edu.co/course/view.php?id=2420 Kliksberg, B. (2001). Diez falacias sobre problemas sociales en América Latina. Recuperado de https://auladigital.upb.edu.co/course/view.php?id=2420 Organización de las Naciones Unidas (2015). Objetivos de desarrollo del milenio. Recuperado de: http://www.un.org/es/millenniumgoals/

relaionados con la pobreza, la educación LatiLos informes acerca del desarrollo, deberían estar más centrados en cómo vive la gente que en cuanto produce y consume la gente. La pobreza no es solamente un indicador de la economía, hoy la pobreza se ve traducida también en la falta de libertad, aquella libertad como objetivo del capitalismo, pero va mas allá, en un mundo globalizado, interconectado, con desarrollos tecnológicos inimaginables , los países se han quedado cortos en brindar a sus pueblos esa libertad reflejada en el bienestar y a calidad de

vida, poder ser libres culturalmente, expresar sus ideologías, formas de relación , poder tener acceso a os servicios básicos de salud, vivienda y educación y trabajo digno. La desigualdad es un obstáculo para el crecimiento y una fuente de conflicto que està presente...