AnÁlisis EL ODIO - Análisis de película El Odio desde la perspectiva sociológica. Profesor Xavier PDF

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Análisis de película El Odio desde la perspectiva sociológica. Profesor Xavier Ginés...

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ANÁLISIS “EL ODIO”

Primero de todo cabe mencionar que en la película “El odio” muestra de la existencia de desigualdad en un país desarrollado como Francia. Nos cuentan la historia de tres jóvenes

(un judío, un árabe y un marroquí), que viven en un barrio marginal que es descrito por ellos mismos como una “ratonera”, donde los que viven en realidad sobreviven como pueden. Si atendemos al caso de Hubert, de raza negra y marroquí, es bastante particular. Vive en dicho barrio porque nació allí (adscripción), pero en varias ocasiones durante la película verbaliza el deseo de salir de ese sitio, porque se ve rodeado de violencia y, en consecuencia, abocado a ella, porque es el lenguaje y el código por el que se mueve la gente que vive allí. En cierta, escena su madre le comenta que su hermano, preso, pide ayuda para estudiar, pero su madre comenta que no tienen bastante dinero para comprarle los libros. Aquí se ve muy claramente como la adscripción a un barrio y familia pobres, con pocos recursos, dificulta mucho la tarea de poder acceder a la educación; estas personas apenas subsisten y no pueden permitirse el gasto que supone la educación, por lo que acceder al sector laboral es muy complicado y, en consecuencia, la tarea de adquirir un logro es mucho más difícil. Además, vemos cómo Hubert se comporta de una forma muy diferente con su hermana y su madre a las que trata con respeto y cariño. También es diferente la forma que tiene de acercarse a las dos muchachas en la exposición de arte, por lo que el campo al que pertenece colisiona con el respectivo campo al que pertenecen sus amigos (se muestra que ni Vince ni Said se comportan de forma respetuosa con las mujeres porque sus campos son distintos al de Hubert, aunque coinciden en este aspecto). Otro campo que podemos ver en la película es el policial y más concretamente me gustaría centrar la atención en el caso del agente de policía que ayuda a los tres amigos. Se da a entender que es un hombre que ha nacido y crecido en los mismos barrios que los tres jóvenes (adscripción), pero que ha podido “ascender” (logro). Ocupa una posición de poder con respecto a los jóvenes y en ocasiones hace de mediador entre sus compañeros policías y los jóvenes, porque conoce cómo hablarles y cómo se comportan. Es decir, conoce el campo policial y también conoce el hecho de estar adscrito a un lugar y posición social baja. En él se ve la dificultad de su posición, porque está justo en medio y, a la vez que es juzgado por sus compañeros, con los que comparte el campo policial (“no voy a permitir que me avergüences delante de mis compañeros”), también pierde parte de respeto entre sus antiguos allegados porque lo consideran un enemigo por su posición, aunque tenga los mismos orígenes que ellos. Vemos, pues, el choque de campos (campo policial y el campo al que pertenecen cada uno de los jóvenes), pues mientras los primeros y en concreto, este hombre, pretende que los jóvenes entiendan que los policías están para protegerlos, ellos solo ven la violencia que vuelcan hacia ellos y a la que responden con más violencia. Otra escena que dice mucho de la desigualdad económica se encuentra en una de las escenas en el tejado, cuando Said no tiene dinero para comprar una salchicha y Vince solo tiene dinero para la suya. Esto muestra, de nuevo, cómo la lealtad se ofrece hasta cierto punto. A pesar de que son cientos los jóvenes que se manifiestan por el joven de 16 años agredido, apenas pueden ayudarse entre ellos porque solo miran por su supervivencia, cosa

que ha beneficiado a las clases dominantes hasta cierto punto, ya que si entre ellos solo miran por sí mismos, difícilmente se agruparan de una forma homogénea para reclamar mejoras frente a las clases poderosas. El factor económico es muy latente en la película, también cuando Said dice que le había surgido un trabajo pero que, “por culpa de las revueltas”, no había podido trabajar, desentendiéndose de la lucha colectiva porque no le beneficia de forma inmediata, por lo que no ve motivo para manifestarse y se inscribe en las revueltas tan solo para sentirse parte del grupo al que pertenece por su posición y mantener la red de relaciones que ya tenía establecida. En cuanto a la desigualdad cultural y social, es más latente en la escena del museo, ya que los jóvenes se ven incapaces de establecer una conversación tranquila con las dos chicas. Además de no entender el contexto en el que se encuentran en ese momento por un falta de capital cultural, son juzgados por los asistentes, que los miran mal e incluso hablan mal de ellos sin conocerlos, ya que su forma de comportarse, de vestirse e incluso de caminar ya es motivo para que los asistentes tengan prejuicios sobre ellos, más por lo que reflejan los medios (como se puede ver en la película con la escena de los periodistas, estos están más interesados en una exclusiva que en una información real), que por un contacto real con este grupo social. Quizá donde este prejuicio sea pasado por alto sea el caso de las dos jóvenes, aunque hay que matizar que Hubert se acerca a ellas hablándoles con su código, es decir, muestra más capacidad de adaptarse a la realidad de ellas, hablándoles con respeto. Son los otros dos jóvenes, Said y Vince, quienes no saben comunicarse con ellas y la situación se torna en una pelea. Aquí de nuevo es importante poner la atención en Hubert y cómo se posiciona con sus amigos cuando la pelea estalla. Se ve que actúa para estar acorde con las reglas de su grupo y acorde con su posición social de los bajos fondos, a pesar de que muestra que sabe adaptarse y cambiar el código. En conclusión, estas solo son algunas de las escenas que desvelan el baile que se crea en la realidad entre distintas clases sociales y campos, y cómo esta realidad está muy matizada por el contexto, las oportunidades, el sentido de pertinencia y otras cuestiones, temas que se retratan de forma excelente en la película por ser “como la vida misma”; una visión de doble significado, ya que del mismo modo que en un film nada es “inocente” aunque lo parezca, en la realidad tampoco, porque de la falta de unos, nace el beneficio de otros, en un ciclo que se reproduce generación tras generación hasta que se presiona lo suficiente para que esto cambie....