Analisis importancia Película (Juicio Nuremberg) PDF

Title Analisis importancia Película (Juicio Nuremberg)
Course Fundamentos del Derecho
Institution Universitat de Barcelona
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Trabajo desde el punto de vista del derecho sobre la pelicula LOS JUICIOS DE NUREMBERG...


Description

Ernst Janning; el juez juzgado Introducción Ernst Janning, es uno de los personajes principales de los que trata la exitosa película de 1962: “¿Vencedores o Vencidos?”. El papel fue interpretado por el célebre actor Burt Lancaster y el largometraje fue premiado con dos premios Oscar y otros dos Globos de Oro. La película trata sobre los juicios celebrados en Alemania el año 1945, que pretendían juzgar los delitos cometidos por los altos cargos alemanes, durante la segunda guerra mundial. De entre los diferentes procesos iniciados para condenar los actos cometidos, la película se centra en “el juicio a los jueces”, que se llevó a cabo contra abogados y jueces del estado alemán. (La película gira en torno al caso de los jueces, únicamente).

(Cartel Película en 1962)

Ernst Janning, el personaje y desarrollo La película se inicia con la presentación de los cuatro principales cargos que ayudaron a condenar, injustamente; a judíos, presos de guerra, incapacitados, etc. Entre ellos destaca la figura de Ernst Janning, uno de los jueces acusados y que en un primer momento parece muy reticente a la realización de dicho juicio. Al inicio de la comparecencia, ya en la primera escena en la que éste aparece, se niega a responder al juez presidente del tribunal y a reconocer al mismo organismo como un “ente” habilitado para juzgarlo. Por lo tanto, la primera sensación que transmite el personaje es la seriedad y hostilidad que presentará el juez, por el hecho de ser juzgado. Parece entonces, una persona con un carácter duro, que no se muestra arrepentido de los hechos cometidos durante su cargo como juez en la época nazi. Ya que, destaca entre sus compañeros condenados, como el único que se muestra distante y reticente a colaborar con la causa. A medida que avanza el juicio, se puede apreciar como su semblante va cambiando de forma sutil, conforme los testimonios dan paso a los duros relatos que acontecieron años atrás y la crudeza con la que cuentan sus injustas condenas. Incluso, los compañeros que anteriormente parecen sentirse culpables, el fiscal estadounidense refiere cada vez más fieles a los dictámenes y órdenes del führer (Adolf Hitler). Cuando llega el turno del caso particular por el cual se juzga al señor Janning, aparece en escena el personaje de Irene Hoffman (Judy Garland). Ésta es citada en calidad de testigo, por el juicio y posterior condena a sentencia de muerte del señor (…). El juicio, presidido por Janning como juez, dictaminó la culpabilidad del señor … por supuestas relaciones sexuales con la joven Irene, cuando ésta todavía era menor de edad, teniendo dieciséis años. Llegado el turno del abogado defensor (Hans Rolfe), comienzan las duras presiones contra la testigo por tal de desmontar su testimonio, el cual alega no haber mantenido ningún tipo de relación íntima con el ejecutado y éste haber sido juzgado únicamente por el hecho de ser judío. Finalmente, interviene de forma espontánea el propio Janning, admitiendo su culpabilidad y recriminando la dureza con la que injustamente se estaba señalando a la testigo por tal de defender inútilmente su causa. Solicitando un aplazamiento de la sesión, al día siguiente se dispone a declarar él mismo.

El discurso final Comprendo esta secuencia como el punto álgido del personaje de Ernst Janning. En ella el protagonista se auto inculpa de los hechos de los cuales se le acusan en el proceso. A partir de este momento, la visión dura e implacable del personaje se desvanece para dejar paso al verdadero Janning, el cual se muestra verdaderamente arrepentido de los actos que se vio obligado a cometer y culpable por las consecuencias que Hitler dejó en la sociedad alemana;

Burt Lancaster (fotograma de la película)

Fragmento del discurso pronunciado por el personaje Ernst Janning: “Una fiebre se apoderó de la nación. Una fiebre de desgracia, de indignidad, de hambre. Teníamos una democracia, sí, pero corrompida por elementos que la componían. Por encima de todo, había miedo: miedo al presente, miedo al futuro, miedo de nuestros vecinos, miedo …de nosotros mismos. Los mismos principios de odio y de poder con que Hitler fascinó a Alemania, fascinaron al mundo. Nos encontramos de pronto con poderosos aliados. Cosas que se nos negaron cuando éramos democracia se nos ofrecieron entonces. El mundo dijo: ¡Adelante, cogedlas! La región de los Sudetes, las tierras del Rin, remilitarizadlas. ¡Coged toda Austria, cogedla! Lo que iba a ser una fase pasajera, se convirtió en un modo de vivir […] No es fácil decir la verdad […] Pero si ha de haber alguna salvación, ha de contarse, cualquiera que sea el dolor y el castigo”. El personaje muestra como presionado por los nuevos tiempos que acontecían al país y al régimen autoritario de Adolf Hitler, por temor tuvo que someterse a las influencias de sus superiores. Por este motivo, reconoce que su culpa no es menor que la de los demás pero que su remordimiento y arrepentimiento es totalmente real. Con su posterior afirmación: “¿Donde estábamos? […] Estábamos ciegos, sordos, mudos?, el personaje admite ser conocedor de todas las atrocidades cometidas en el Holocausto y acusa directamente al pueblo alemán con los acontecimientos, según él, sabidos por toda la población pero que igual que él negaron su conocimiento por temor a las posibles represalias que podrían recaer sobre ellos por parte del Reich. Su cobardía no le permitió rechazar las normas que debía acatar y se limitó a obedecer a sus superiores salvando así su vida. Es durante la pronunciación de este discurso cuando otro acusado le atribuye el hecho de ser un “traidor” al régimen. Este hecho pretende reflejar las presiones que sufrían los altos cargos alemanes a la hora de gestionar su mandato a favor del nazismo. Finalmente, tras el veredicto del Tribunal, es declarado culpable y condenado a cadena perpetua. Posteriormente solicita una visita con el presidente de la mesa, el cual le señala que el sentimiento de arrepentimiento que ha demostrado en el juicio no le exime de su total culpabilidad y su alta participación en el exterminio de personas durante años. Janning, se muestra visiblemente afectado por las palabras del juez.

Fotograma Juez Haywood (Spencer Tracy)

Conclusión En conclusión, con los hechos observados a lo largo de la película, cabe destacar la figura de Jannin. Dentro de todos los personajes que aparecen en el filme, él muestra una cierta evolución en función del desarrollo de los testimonios del juicio. Inicialmente tiene un semblante frío y de cierta rudeza, en la que parece el juez que menos considera su culpabilidad ante los hechos acontecidos en el país. Todo y que posteriormente se demostrará que es el único que realmente tiene remordimientos y sentimientos de culpabilidad ante las exposiciones de los testigos y las imposibles alegaciones que hace su propio abogado por tal de atribuir parte de la culpabilidad a las mismas víctimas de sus dictámenes. Es, por tanto, importante resaltar su figura y la paradoja que supone su caso; “un juez al que se le juzga por sus propios juicios”. Este hecho es importante ya que representa un punto de inflexión en su propia carrera, la cual se ha visto perturbada por las ordenes de terceros que le han llevado a cometer actos atroces. Jannin reconoce y atribuye a su propia cobardía, haber seguido adelante con la detestable labor que estaba llevando a cabo desde el poder judicial hacia el propio pueblo. La responsabilidad de la muerte de miles de ciudadanos recae directamente sobre sus hombros, independientemente de su grado de conocimiento de los hechos, pues como representante del estamento jurídico en Alemania su colaboración comprende su completa culpabilidad. Dictar leyes y sentencias en contra de gente inocente le convierten en un ser igual de peligroso que sus compañeros, incluso su noción de los terribles actos que estaba aprobando llevar a cabo contra el pueblo todavía pueden resultar peores hacia su propia consciencia humanitaria....


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