Análisis La zapatera prodigiosa PDF

Title Análisis La zapatera prodigiosa
Course El Teatro Español Y Sus Puestas En Escena En Los Siglos Xx Y Xxi
Institution UNED
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FEDERICO GARCÍA LORCA LA ZAPATERA PRODIGIOSA La escena que se nos presenta a analizar pertenece a la obra La zapatera prodigiosa, escrita por Federico García Lorca. Federico García Lorca nace el 5 de junio de 1898 en Fuente Vaqueros (Granada), donde pasó su infancia y parte de su juventud. En 1914, se matriculó en la Universidad de Granada, en la carrera de Filosofía y Letras y Derecho, donde conoció, entre otros, a Fernando de los Ríos y don Manuel de Falla, quien le transmitió su amor por el folclore y lo popular. En 1918 publica su primer libro en prosa: Impresiones y paisajes. En 1919, se traslada a Madrid, a la Residencia de Estudiantes. Este período fue fundamental, ya que conoció a Juan Ramón Jiménez y a Machado, e hizo amistad con Salvador Dalí, Luis Buñuel y todos los que después formarían parte de la Generación del 27. En 1920 consigue estrenar su primera obra: El maleficio de la mariposa, aunque el éxito literario de Lorca llegó con la publicación de C anciones (1927) y las representaciones en Madrid de Mariana Pineda; alcanzando su madurez artística con el Romancero gitano en 1928. En este mismo año se propuso estrenar su “aleluya erótica” Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, intento frustrado por los censores del régimen de Primo de Rivera. En 1929 viajó a Nueva York, donde escribió uno de sus libros más importantes: Poeta en Nueva York, el cual fue publicado cuatro años después de su muerte. En 1930 viaja a Cuba donde trabajó su drama homerótico El público y Así que pasen cinco años. El autor volvió a España con la proclamación de la II República en 1931, siendo su aportación más importante en este periodo la organización del teatro universitario La Barraca, grupo de teatro ambulante que representaba obras del Siglo de Oro. En este período escribió: La zapatera prodigiosa (1930), Bodas de sangre (1933), Yerma (1934), Doña Rosita la soltera y La casa de Bernarda Alba (1936). Fue fusilado en 1936 en Vizna, Granada

Federico García Lorca vivió entre los años 1898 y 1936, ambos años muy importantes en la historia de nuestro país. Nació el año que se desmoronaba por completo lo que había sido el Imperio Español, acontecimiento que pasó a llamarse el Desastre del 98. La guerra contra Estados Unidos desembocó en la independencia de Cuba y en la pérdida de las últimas colonias españolas en América y Asia, como Puerto Rico o Filipinas. En 1931 se instauró en España la II República, época en que Federico ejerció de secretario del ministro de Instrucción Pública, Fernando de los Ríos. Finalmente, en 1936 con el estallido de la Guerra Civil y con ella la decadencia artística, pues empezó el exilio de la mayoría de los intelectuales españoles, idea que fue rechazada por el poeta. Federico García Lorca, perteneció al movimiento literario conocido como: La Generación del 27, que reunía a los autores: Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Emilio Prado, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre, León Felipe o Miguel Hernández. Una de sus principales influencias y fuente de inspiración fue el poeta del Siglo de Oro español Luis de Góngora y Argote, por quién fueron bautizados con este nombre; pues en 1927, con motivo de la conmemoración del tercer centenario de su muerte, se celebró un homenaje en el que participaron la mayor parte de los que ahora son considerados miembros de esta generación y fue a partir de este evento que se les dio dicho nombre. A pesar de que cada uno de estos posee rasgos propios de su estilo, podemos destacar características comunes a todos ellos, pues tienden a utilizar distintos tipos de métrica, demostrando un gran interés por las estrofas tradicionales como el soneto o el romance y el verso libre; demuestran un gran interés por el cuidado de la forma a través del uso de metáforas e imágenes; y por último, aunque cada uno de los autores desarrolló temas propios, compartían temas como la naturaleza, el amor o el compromiso social. La zapatera prodigiosa es una farsa violenta de dos actos y un prólogo que se estrenó en Madrid en 1930. Este fragmento se encuadra dentro del acto II, interviniendo en el mismo la zapatera y el zapatero. Este, quién previamente había aparecido disfrazado de titiritero (es por ello que su mujer no lo reconoce) comienza una conversación con la zapatera, instantes después de que la protagonista hubiera echado de la taberna a las gentes del pueblo. Ante el estado de nerviosismo en el que ella se

encuentra, el zapatero le pregunta que si esto era debido a la presencia de su marido en las calles; la zapatera, llorando, le confiesa que su marido le abandonó tiempo atrás debido a los hablares de las gentes del pueblo. A medida que transcurre la conversación, el zapatero le cuenta a la mujer que él vive su misma situación, pues su mujer también le abandonó y ahora recorre el mundo para buscarla y perdonarla. De esta manera, el zapatero se gana la amabilidad de la zapatera quién le ofrece un café y le revela que ella solo guarda su corazón para su marido. Ante esta confesión, el zapatero se da cuenta de cuánto ama realmente a su mujer. Al final de la escena aparece el niño, quien cuenta a la protagonista que el motivo de los gritos del exterior, ha sido una pelea entre dos mozos que han acabado a navajazos; y que, las gentes del pueblo la culpan a ella como responsable del conflicto, llegando, incluso, a pedir su expulsión del pueblo.

El tema principal que se trata en esta escena es el abuso que sufren las mujeres por parte de una sociedad arcaica y tradicional. Además, a lo largo de la obra se tratan temas como los matrimonios de conveniencia, reflejados en los personajes del zapatero y la zapatera; el primero se casa por no quedarse solo, y la segunda porque el zapatero disponía de una mejor situación económica que ella. Otro tema que se refleja en la obra de Lorca son los asuntos de honor y honra, en la mayoría de los casos de la mujer, pues en más de una ocasión y concretamente en este fragmento, la zapatera dice: “¡Yo guardo mi corazón entero para el que está por esos mundos, para quien debo, para mi marido!” a lo que este responde: “Así son las mujeres verdaderas, ¡así!”

La escena tiene lugar en la casa de la zapatera, en el pasado el taller del zapatero y ahora reconvertida en una taberna. La habitación de la protagonista da a la plaza del pueblo, donde puede observar el jaleo de los vecinos al final de la escena. Aunque el autor no menciona explícitamente la ubicación geográfica, se entiende que los hechos transcurren en algún pueblo de Andalucía, pues era el escenario por excelencia de Lorca. En cuanto a la información temporal, la escena sigue una progresión lineal, pues no se producen saltos temporales, si habiéndolos anteriormente, entre el acto I y el acto II, tras la marcha del zapatero.

Una de las características más significativas del teatro de Lorca, es el lenguaje que emplea: un lenguaje poético, lleno de lirismo, que intercala elementos populares y tradicionales, como son la música o las canciones, con elementos más vanguardistas, como son las figuras literarias. En cuanto a la escena a analizar, dividiremos el análisis del lenguaje en dos: primero se analizará el lenguaje empleado en las acotaciones y a continuación, el de los diálogos entre los personajes: Las acotaciones de este fragmento tienen un función informativa y descriptiva, de extensión breve, informan sobre las acciones o emociones que experimentan los personajes: “Levantándose y cogiendo una silla”, “Indignada”, “serio”, etc. El autor hace uso de un gran número de adjetivos opuestos entre sí, consiguiendo así una mayor rapidez en la acción, pues los personajes consiguen pasar por distintas emociones en un período corto de tiempo: “Enérgica pero conmovida”, “Un poco guasona y sorprendida”, etc. El cambio en el estado anímico de los personajes también está reforzado por la presencia de formas verbales en gerundio: “dejando”, “rompiendo a llorar”,

“cogiendo”,

etc.,

y

de

adverbios

de

modo:

“rápidamente”

o

“exageradamente”. En cuanto a los diálogos, prima un lenguaje coloquial reflejado en expresiones populares como “tonta de capirote”, “¡Ah, eso ya es harina de otro costal”! o palabras como “jaleo”, “tracamundana” o “chupaletrinas”, siendo esta última característica del habla andaluza. En este fragmento hace uso de un gran número de figuras literarias, pudiendo destacar las siguientes: presencia de personificaciones: “Parece que las manos se quieran escapar ellas solas”, uso de elipsis: “sin calor de nadie”, puesto en boca de la zapatera, consigue una mayor emoción en su discurso y mayor poder sugestivo en el zapatero. Presencia de un gran número de hipérboles, que dan un sentido desmesurado de la realidad y muestra la alteración de la percepción de nuestros protagonistas: “Tiene usted razón, pero yo desde entonces no como, ni duermo, ni vivo; porque él era mi alegría, mi defensa”, “Pues todo eso es un ochavo comparado con lo que él sabía..., él sabía... ¡el triple!, ¡Porque se pudo casar con la mujer más preciosa de la tierra! Presencia de pleonasmos: “su marido de usted era un hombre de pocas luces”, haciendo hincapié en el marido de la protagonista; eufemismos: “Haga el favor de guardar la lengua en el bolsillo” , derivaciones: “Impresionan a las almas impresionables; o etopeyas, describiendo el carácter de la zapatera en el propio diálogo:

“Ella soñaba con un mundo que no era el mío, era fantasiosa y dominante, gustaba demasiado de la conversación y las golosinas que no podía costearle”. Además, Lorca emplea un lenguaje lleno de ironía y retórica con el que consigue el tono de burla propio de la farsa: “¿Ha visto usted que infamia?”, “Y queriéndolo tanto como lo quería, ¿la abandonó?” o “¿Cómo quiere que no esté acechando la ocasión más pequeña para defenderme?”, entre otras. Aunque en esta escena no aparezca como principal recurso estilístico, ha de mencionarse que la figura literaria por excelencia de Federico García Lorca eran los símbolos. Dentro de su obra encontramos una serie de elementos, que se repiten, y que cuentan con una gran carga de significado. Dentro de este simbolismo podemos destacar algunos como: El agua: El agua como fuente de vida, de purificación y de regeneración, pero también puede ser un elemento de abismo y de muerte. La presencia del agua como río es una constante en la poesía lorquiana. A su vez, el mar es un símbolo sexual, símbolo de fecundidad. La luna: Otro constante en Lorca. Portadora de dolor, tragedia y muerte. También es un símbolo de fecundidad. Colores: El verde se asocia a lo fatídico y a la muerte. El blanco es el color de la pureza y la revelación. O el rojo, ligado a la vida y a la pasión. Así en la acotación que da inicio al segundo acto, se nos describe a la zapatera con un vestido rojo, confirmando su belleza y su fuerte personalidad. El lenguaje de los diálogos y las acotaciones, refleja los conflictos que tienen los personajes en este fragmento. La zapatera, es el personaje que mayor número de enfrentamientos tiene: en primer lugar, con el zapatero, con quién, en el primer acto, mantiene una relación tortuosa pues no se soportan, y en el segundo acto anhela su regreso, ya que dice haberle amado siempre. En segundo lugar, con el pueblo pues la acusan de ser la responsable de las peleas entre los hombres del pueblo, llegándola a asediar y a desarrollar coplas en su contra. En tercer lugar, con el espacio, ya que, tras la marcha de su marido, se vio obligada a reformar el taller en una taberna a la cual asisten todos sus pretendientes, siendo víctima de todos sus descaros y proposiciones indecentes, que dan por tanto de que hablar a las gentes del pueblo.

Al igual que la zapatera, el zapatero presenta un conflicto con esta, pues en el acto I la abandona cansado de soportar sus numerosos desprecios y en el acto II vuelve con la intención de darle un escarmiento, sin embargo, ante las confesiones de la protagonista, descubre que realmente no puede vivir sin ella y que la ama profundamente. Además, el zapatero también presenta cierta nostalgia hacia la que fue su antigua casa. De la misma manera, en el lenguaje podemos encontrar datos que nos faciliten la descripción física y psicológica de los personajes, así en este fragmento nos encontramos con lo siguiente:

Zapatera Mujer joven, de gran belleza, pues así se refiera a ella en esta escena el zapatero. De carácter fuerte, rebelde e independiente, capaz de defenderse ante las críticas y los abusos que sufre por parte del pueblo. Muestra un gran número de cambios de estados anímicos, tan rápido empieza a llorar como pasa a estar enérgica. Se ha creado una realidad paralela en la que idolatra y ama a su marido, y por ello es una mujer honrada, pues solo guarda su corazón para este.

Zapatero Hombre de avanzada edad, que dispone de algunos dineros. Hombre ingenioso y conocedor de un gran número de romances e historietas, que aprovecha para engañar a la zapatera. Defensor de los valores tradicionales, pues considera que las mujeres de verdad son las que se guardan para su marido. Al final del fragmento se da cuenta cuánto echa de menos a su esposa y el amor que siente hacia ella, llegando a maldecir a las gentes del pueblo, cuando estos se amotinan contra la protagonista. Para finalizar con este análisis dramático, me gustaría establecer una pequeña relación entre la obra escrita por Lorca y la actualidad, para ello es necesario reseñar la afinidad que sentía el autor hacia los personajes femeninos pues gran parte de su obra está protagonizada por mujeres. Estos personajes son una auténtica crítica a la sociedad arcaica y tradicional de la época, pero que, sin duda, a día de hoy, todavía podrían trasladarse a la actualidad. La zapatera es, según el pueblo, por su forma de actuar y de vivir (montar su propio negocio para salir adelante) la responsable de las insinuaciones

y faltas de respeto que sufre por parte de personajes como el alcalde o el mirlo; así como la culpable de los enfrentamientos violentos que tienen lugar en la villa. A día de hoy, esta situación todavía tiene lugar en nuestra sociedad, pues a diario aparecen casos de mujeres que han sido víctimas de agresiones, que muchas instituciones públicas, justifican en la forma de vestir, de actuar o de hablar de la víctima. Todavía se castigan las actitudes extrovertidas, alegres o desinhibidas de las mujeres hacia los hombres, pues muchos confunden un comportamiento cordial con una insinuación, al igual que le sucedía a la zapatera. También son castigadas las mujeres que deciden ser independientes económica y laboralmente, pues en muchos sectores y sociedades, las mujeres tienen que soportar un gran número de insinuaciones y despropósitos si quieren seguir avanzando y crecer dentro de su trabajo; también reflejado en la obra de Lorca, en el ofrecimiento de una mansión por parte del alcalde a la zapatera, a cambio de los favores de esta. En conclusión, aunque la obra de Lorca se estrenase en el primer tercio del S.XX, todavía, y desgraciadamente, guarda muchas similitudes con la realidad de nuestros días. Encarnar cualquiera de los personajes femeninos creados por Lorca, supone todo un reto; pues el autor desarrolló mujeres con un carácter más que complejo; mujeres fuertes a la vez que delicadas, llenas de rebeldía que se veían obligadas a adquirir un papel sumiso dentro de una sociedad machista que las impedía avanzar. Así lo sentí yo, cuando tuve la suerte de ponerme en la piel de La novia y llevarla a escena en un taller de teatro del instituto, o en la piel de Martirio, de La casa de Bernarda Alba; quién supuso todo un reto a nivel interpretativo, pues representar de manera fehaciente, sin caer en la violencia y en el grito fácil, todo el dolor y odio que lleva este personaje en su interior, conllevó el desarrollo de un gran trabajo corporal y expresivo, pues debido a su educación, el personaje debía de mantener el decoro y las formas siempre, aun cuando se enfrentaba a su hermana Adela, con la que presentaba el mayor conflicto. Los movimientos debían ser lentos, pues según el autor era la más fea y chepuda de las hermanas, y además ser limpios y precisos, pues se mostraba con una actitud fría, igual que su madre. Era importante jugar con los silencios, en los momentos de enfrentamiento con Adela, pues me ayudaba a aumentar la carga dramática y así favorecer la tensión entre las dos mujeres. A pesar de la ira que sentía hacia su hermana pequeña, era importante que el personaje no la fuera buscando constantemente, ya que

de lo contrario no podría haber transmitido ese dolor y esa debilidad que también tenía Martirio. Para interpretar a un personaje como La zapatera, creo que habría que encontrar el equilibrio entre el trabajo corporal y gestual y el textual, pues al ser un personaje tan visceral, sería fácil caer en la exageración y esto es justo lo que hay que evitar, pues la farsa requiere naturalidad, ya que no hay que olvidar que su objetivo es hacer una crítica social. Desde el punto de vista corporal, habría que jugar con el ritmo del movimiento, pues al ser un personaje que pasa por tantos estados anímicos en unidad corta de tiempo, será importante jugar con los movimientos rápidos que paren de manera súbita y se inicien de la misma manera, este trabajo ha de verse reflejado especialmente, en los momentos de rabia, ira, enfado o incluso sarcasmo, aunque en este último caso la velocidad de los mismos deberá verse reducida. El personaje también tendrá momentos de dulzura, concretamente cuando aparezca el niño en escena, por lo que esa rapidez deberá de transformarse en movimientos delicados, suaves, lentos y de menor tamaño. De la misma manera, ocurrirá cuando coquetee, donde se deberá jugar con una actitud más altiva a la vez que inocente, debe mostrarse segura, para ello debe cobrar especial importancia la expresión facial, jugando con el movimiento de ojos y labios. Quizás se podría permitir algo más la exageración corporal en la escena que aquí se presenta, pues de la misma manera el autor juega a nivel literario con la realidad desmesurada, ya que no hay que olvidar que, en este fragmento, la zapatera ha idealizado una realidad que nunca ha vivido y por tanto lo lleva al máximo, pudiendo llegar incluso al victimismo. A nivel textual será importante, al igual que con el cuerpo jugar con el ritmo y la musicalidad de la voz, pues no se podrá hablar con la misma velocidad cuándo se encuentre en un estado de enfado y de reproches hacia su marido, que cuando se encuentre con el niño, teniendo que adquirir en el primero de los casos una velocidad mayor en el enunciamiento del texto, prestando especial atención a la vocalización; y en el segundo un ritmo más lento y un tono más dulce. Importante será diferenciar el tono de las ironías, pues si sigue siempre la misma línea, la obra perderá interés y caerá en la monotonía. En conclusión, Federico García Lorca ha sido el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del S.XX, tanto por su estilo como por su temática, y que a día de hoy, se mantiene.

MUY BUEN ANÁLISIS DE TEXTO… AÚN PUEDES RESUMIR MÁS LA VIDA DE LORCA. DESARROLLA UN POCO MÁS LA CONCLUSIÓN. SE QUEDA UN POCO CORTA. ESTE ANÁLISIS ES DE UN 9....


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