Apuntes sobre arte paleocristiano PDF

Title Apuntes sobre arte paleocristiano
Course Historia del Arte
Institution Bachillerato (España)
Pages 4
File Size 86.8 KB
File Type PDF
Total Downloads 95
Total Views 167

Summary

Apuntes sobre arte paleocristiano...


Description

Arte paleocristiano Contexto histórico-cultural. (siglos I-VI) Por arte paleocristiano entendemos las primeras formas artísticas cristianas, que son las elaboradas bajo el Imperio romano. Para comprender adecuadamente sus características debemos primero reparar en la evolución histórica de la religión cristiana en sus primeros tiempos. El cristianismo se expandió en el Imperio romano gracias a diversos factores: por supuesto por su carácter ecuménico, pero también porque la religión y el Estado romano eran, en principio, permisivos con otras formas religiosas diferentes a las propias. No fue permitida, pero sí generalmente tolerada hasta el siglo IV, momento (313, edicto de Milán) en el que fue aceptada como religión oficial del Imperio. No obstante la expansión fue lenta hasta el siglo III, y después mucho más rápida. El motivo fue que, en un contexto de crisis, el mensaje de salvación más allá de esta vida que ofrecía el cristianismo era más atractivo que las formas religiosas romanas. Y que el Estado romano, debilitado ante la crisis, no podía asumir la oposición de una parte importante de la población que puede negar o enfrentarse al poder del emperador, dado su carácter pagano: los cristianos niegan el culto al emperador. Por este motivo, desde Constantino, a principios del IV, se produce un progresivo acercamiento del Estado a la Iglesia (por el edicto de Milán del 313 se la reconoce como religión oficial del Imperio, realiza donaciones, legisla en su favor...y parece que se convierte al cristianismo) hasta que finalmente se produce una relación cerrada entre uno y otra: con Teodosio, también en el IV, se convierte en la única religión oficial del Imperio y se pasa a perseguir el paganismo. Este carácter y evolución de la Iglesia cristiana está detrás de algunos rasgos del arte que se elabora en estos siglos. •



En primer lugar, dependencia de las formas artísticas propias del Imperio , dado que el cristianismo, que proviene en última instancia del judaísmo, no posee una tradición pictórica o escultórica reseñable y la clásica del Imperio era muy rica. El judaísmo era de tradición anicónica porque el uso de imágenes en un contexto religioso podía llevar a la idolatría. Pero, en segundo lugar, el cristianismo va a adaptar estas formas en función de sus necesidades. El cristianismo es, decíamos, ecuménico, tiene voluntad de expandirse, y debe hacerlo en un contexto difícil en un principio, y sobre una población que es iletrada en su mayor parte. Utiliza entonces la palabra, la predicación, pero también resultan muy útiles en este sentido las imágenes y las formas arquitectónicas. Ahora bien, estas deben ser claras, expresivas, o encerrar un sentido simbólico para conseguir este fin. Y así, en definitiva, el arte paleocristiano no se sentirá tan atraído por los principios de belleza armoniosa, de idealismo propio de la tradición referida y desarrollará un carácter expresivo (simbólico y didáctico) adecuado para comunicar los principios de la fe.

1. Arquitectura Los primeros templos cristianos monumentales aparecen tras el edicto de Milán, (313). Antes sólo era posible el culto de forma clandestina en pequeños y discretos espacios, por ejemplo en estancias privadas en residencias de cristianos ricos. Cuando construyen las primeras iglesias no podían tener como referencia a los templos paganos, porque sus funciones eran muy diferentes. En éstos las procesiones y los sacrificios se celebraban en el exterior y los cristianos debían disponer de un espacio suficiente para toda la congregación de fieles reunidos con el fin de escuchar la misa y celebrar los sacramentos. Por eso, el modelo en el que se fijan es el de la basílica, la gran sala que servía en el mundo romano para la administración de justicia y tratos comerciales o financieros. Resulta muy adecuada en un sentido funcional: • •

Generan con facilidad espacios grandes, adecuados para acoger a muchos fieles. Tienen una forma longitudinal, que se adecúa muy bien al culto cristiano. Ante el ábside semicircular situado en el extremo de la nave central, el lugar de la cátedra del magistrado en la basílica romana, se dispondrá el altar y el sacerdote. Y hacia él se podrán dirigir todas las miradas de los fieles.

Pero lo interesante es notar como las necesidades propias del cristianismo alteran, como decíamos en la introducción, la tradición clásica, en este caso dando un sentido simbólico religioso a la basílica: •







la nave central representa la vida humana, que para los cristianos es un largo camino, un trayecto hacia la salvación del alma, produciéndose entonces su unión con Dios. Esta unión se materializa en el ábside, sobre el altar, con el misterio de la Eucaristía. Esta nave central se construye de modo proporcionado, armonioso, siguiendo los criterios clásicos, porque así debe ser el camino del cristiano hacia la unión con Dios. Para privilegiar este sentido longitudinal de la nave central se eliminan los accesos laterales que eran habituales en las basílicas paganas. Sólo hay uno en uno de sus extremos que da paso a un vestíbulo o nártex, (una galería porticada desde la que se accede a las naves de la basílica. En este espacio se situaban los catecúmenos, los que aún no se habían bautizado, los penitentes, y desde ahí asistían a la misa). los tramos de columnas indicarían las normas que todo cristiano debe cumplir y por lo tanto los pasos, las etapas que se han de superar hacia la unión con Dios. Sobre los tramos de columnas se abren ventanas por las que penetra la luz: es la gracia divina que guía al creyente a lo largo de su camino. Y bajo ellas, representaciones de santos que son modelo de conducta. Las naves laterales también tienen su sentido simbólico: representan con la oscuridad la pérdida de la gracia divina que se produce al transgredir las normas de vida pautada por las columnas que separan las naves. Pero de esa oscuridad es posible regresar a la gracia de Dios mediante el arrepentimiento y la confesión. De ahí que los confesionarios se sitúen a lo largo de las naves laterales y en las zonas más oscuras del edificio. Finalmente, hay también un sentido simbólico en la diferencia de riqueza ornamental que existe entre el interior y el exterior de estos edificios, que suele ser muy austero, de ladrillo Se hacer referencia así a la riqueza de la vida interior, espiritual, del fiel.

Hay, por otro lado, algunas diferencias formales más claras con las basílicas romanas estudiadas:





La forma de cubrir las primeras basílicas era muy sencilla. La más alta nave central, más alta, era cubierta con un tejado a dos aguas, dejando al interior las vigas a la vista. En las naves laterales el techo suele ser plano, también de madera. Otra diferencia estriba en que la separación entre naves se hace con columnas que soportan directamente arcos. Y finalmente, los muros de la nave central, y, sobre todo, el ábside podían ir ricamente decorados.

Aparte de la basílica, los primeros cristianos construyeron otros edificios de carácter religioso en los que podemos apreciar también la influencia clara del mundo clásico, y su alteración en función de sus necesidades. En ellos el modelo que se toma son los templos de planta circular romanos, y se adaptan ahora para las ceremonias de bautismo (baptisterios) para enterramientos (mausoleos) y para la custodia de restos, reliquias, de martires (martyria). El mausoleo de Santa Constanza, en Roma, o el baptisterio de San Juan de Letrán son ejemplos de este tipo de edificios.

2 Artes figurativas paleocristianas Las primeras representaciones figurativas cristianas son pinturas en las catacumbas y relieves en los sepulcros, a partir del siglo II. Siguen, en muchas ocasiones, fielmente las formas griegas y romanas y simplemente se altera su significado, dándoles un sentido cristiano. Por ejemplo, a una representación de un pastor en las catacumbas de Priscila, en Roma, (una representación que podía ser normal en las pinturas al fresco romanas) se le da el sentido de representar a Cristo, que es pastor de hombres. Sin embargo, una vez que con el edicto de Milán (313) se permite el cristianismo en el Imperio y se construyen las primeras iglesias, la situación cambia. Su decoración supuso un problema religioso, porque se pensaba que la inclusión de imágenes religiosas en un templo podía lleva a la idolatría, a que se identificase Dios e imagen y hacer así que se no se entendiera adecuadamente la idea del mensaje cristiano (que Dios es omnipresente, único…). Este temor tenía sentido porque en los templos romanos la estatua del dios lo representaba verdaderamente, era el dios. La solución fue, por este motivo, evitar la representación escultórica de la divinidad en estos primeros templos. Pero no ocurrió lo mismo con las imágenes pintadas al fresco o en mosaicos (un mosaico es una superficie -en un muro o en el suelo- realizada con pequeñas piedras de colores, llamadas teselas, en las que se representan temas figurativos o simplemente decorativos con motivos vegetales o geométricos. Su origen está en el mundo griego, pero se utilizaron mucho en Roma, y por esta influencia están también muy presentes en la iglesias paleocristianas y bizantinas, e incluso en las mezquitas islámicas) que finalmente se aceptaron porque, por su capacidad para narrar, permitían conocer o recordar a los fieles los episodios sagrados, hechos de santos, (que enseñaban a los cristianos principios de la fe y pautas de conducta) y asumir las enseñanzas que estos suponían para los cristianos, dado que muchos miembros de la Iglesia eran analfabetos. Este era, por ejemplo, el influyente punto de vista del papa Gregorio el Grande, a finales del siglo VI. Vamos a ver como son estas imágenes, que, partiendo de la tradición clásica, pronto (hacia el siglo V) adquirirán características propias, diferentes y adecuadas a su función. El milagro de los panes y los peces, un mosaico de la basílica de S. Apollinare Nuovo, en Rávena puede servir como ejemplo para analizar esta evolución. La escena ilustra la historia evangélica según la cual Jesús alimentó a una multitud de 5000 personas con cinco panes y dos peces. Sin duda en la escena hay todavía ecos de la tradición clásica: escorzos (representación de una figura, pintada o en un relieve, de modo transversal al plano de representación. Se logra de este modo un marcado efecto de profundidad en la representación. Se utilizó esta técnica ya en la cerámica y pintura griega y romana, pero su uso se perderá en el Edad Media para recuperarse

después en el Renacimiento) contrappostos, pliegues que se adaptan a la anatomía, uso de sombras para sugerir profundidad, degradación de tonos... Y, sin embargo, también hay muchas diferencias, las formas han evolucionado: • •

• •

El fondo no es aprovechado para crear un paisaje, profundidad (algo habitual en pintura y mosaicos romanos) sino que se rellena de teselas doradas. Las figuras no son tratadas con ese afán de naturalismo que caracteriza al arte clásico. Los cuerpos, los rostros son esquemáticos, resaltándose en ellos la mirada, sobre todo en el caso de Cristo. El resultado es un tanto rígido, envarado. Algunos elementos están incluso realizados desde un punto de vista extraño. Toda la representación está vista de frente, pero los panes y los peces están vistos desde arriba. La composición es muy sencilla, nada que ver con los mosaicos o la pintura romana en los que un tema como este permitiría representar a una muchedumbre. Sólo cinco figuras, una de ellas claramente central.

Pero estas diferencias tienen un sentido expresivo (didáctico y simbólico): el fondo dorado indica al espectador que algo misterioso y extraordinario está sucediendo, y que no pertenece al mundo real. Las figuras de los apóstoles, con su simplicidad, muestran sin lugar a dudas lo que hacen: ofrecer a Cristo los panes y los peces. Y queda muy claro qué se ofrece porque se elige un punto de vista superior para representarlo: no se finge una visión natural, pero queda muy claro qué se representa. Las manos están cubiertas, como era costumbre que en aquel tiempo llevasen sus ofrendas los súbditos a los señores: están ofreciendo los víveres a Cristo. Y la sencillez de la composición no deja lugar a dudas sobre su interpretación: la figura central, flanqueada por los apóstoles es Cristo. Este es representado con una túnica púrpura y con un nimbo. Y su actitud es la de bendecir a los alimentos que se le presentan. Pero destaca en él sobre todo el rostro: inmóvil (frente al de los apóstoles) sereno, mirando fijamente al espectador. Se diría que no se ha querido simplemente representar el milagro, sino algo más: el poder permanente de Cristo (materializado en la Iglesia), que no alimenta sólo a los cananeos, sino también al espectador. Vemos, por lo tanto, que si el mosaico nos puede parecer primitivo es realmente porque se hace un esfuerzo por ganar sencillez para expresar principios religiosos con claridad....


Similar Free PDFs