( Bajtin) La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento PDF

Title ( Bajtin) La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento
Author Dina Weisberger
Course Cultura Popular y Masiva
Institution Universidad Nacional de San Martín Argentina
Pages 5
File Size 157.7 KB
File Type PDF
Total Downloads 4
Total Views 134

Summary

Resumen...


Description

BAJTIN - Planteamiento del problema (Cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento) La presente introducción se propone plantear los problemas de la cultura cómica popular de la Edad Media y el Renacimiento, discernir sus dimensiones y definir sus rasgos originales. La risa popular constituye el campo menos estudiado de la creación popular. Ni siquiera los especialistas del folklore y la historia literaria han considerado el humor del pueblo en la plaza pública como un objeto digno de estudio. La risa popular aparece deformada porque se le aplican ideas y nociones que le son ajenas porque pertenecen al dominio de la cultura y la estética burguesa contemporánea. Sin embargo, su amplitud e importancia eran considerables en la Edad Media y en el Renacimiento. El mundo de las formas y manifestaciones de la risa se oponía a la cultura oficial. Dentro de su diversidad, estas formas y manifestaciones poseen una unidad de estilo y constituyen partes únicas e indivisibles de la cultura cómica popular. Las múltiples manifestaciones de esta cultura pueden subdividirse en tres grandes categorías: 1. Formas y rituales del espectáculo; festejos carnavalescos y obras cómicas representadas en plazas públicas. 2. Obras cómicas verbales; orales o escritas, escritas en latín o en lengua vulgar. 3. Diversas formas y tipos del vocabulario familiar y grosero; insultos, juramentos.

1.

Formas y rituales del espectáculo

Los festejos del carnaval, con todos los actos y ritos cómicos que contienen, ocupaban un lugar muy importante en la vida del hombre medieval. Además, casi todas las fiestas religiosas poseían un aspecto cómico popular y público, consagrado también por la tradición. La risa acompañaba también las ceremonias y los ritos civiles de la vida cotidiana. Ninguna fiesta se desarrollaba sin la intervención de los elementos de una organización cómica. Todos estos ritos y espectáculos organizados a la manera cómica, presentaban una diferencia de principio con las ceremonias oficiales de la Iglesia o del Estado feudal. Ofrecían una visión del mundo, del hombre y de las relaciones humanas totalmente diferentes, deliberadamente no oficial, exterior a la Iglesia y al Estado. Parecían haber constituido un segundo mundo y una segunda vida [circularidad]. Esto creaba una dualidad del mundo y creemos que sin tomar esta dualidad no se puede comprender la conciencia cultural de la Edad Media [ambivalencia]. La dualidad en la percepción del mundo ya existía en la civilización primitiva. En el folklore de los pueblos primitivos se encuentra, paralelamente a los cultos serios, la existencia de cultos cómicos, que convertían a las divinidades en objetos de burla. En las etapas primitivas, dentro de un régimen social que no conoce ni las clases, ni el Estado, los aspectos serios y cómicos son igualmente sagrados. Pero cuando se establece el régimen de clases y de Estado, se hace imposible otorgar a ambos aspectos derechos iguales. De modo que las formas cómicas adquieren un carácter no oficial, su sentido se modifica para transformarse en las formas de expresión de la cultura popular. ¿Cuáles son los rasgos típicos de las formas rituales y de los espectáculos cómicos de la Edad Media? El principio cómico que preside los ritos carnavalescos que los exime de todo dogmatismo y están desprovistos de todo carácter mágico. Mas aún, ciertas formas carnavalescas son una parodia al culto religioso. Todas estas formas son exteriores a la Iglesia y a la religión. Pertenecen a una esfera particular de la vida cotidiana. Por su carácter concreto y en razón de un poderoso elemento de juego, el carnaval se relaciona con las formas del espectáculo teatral. Sin embargo el carnaval no pertenece al dominio del arte. Esta situado entre la frontera del arte y la vida. En realidad es la vida misma presentada como elementos característicos del juego. De hecho, el carnaval ignora toda distinción entre actores y espectadores. También ignora la escena. Los espectadores no asisten al carnaval, sino que lo viven, ya que el carnaval está hecho para todo el pueblo. Durante el carnaval, es imposible escapar, porque el carnaval no tiene ninguna frontera espacial. Solo puede vivirse de

acuerdo a sus leyes. El carnaval posee un carácter de universal, es un estado peculiar del mundo: su renacimiento y su renovación en los que cada individuo participa. El carnaval no era una forma artística de espectáculo teatral, sino una forma concreta de la vida misma. Que no era representada sobre un escenario, sino vivida durante la duración del carnaval. Durante el carnaval es la vida misma la que juega e interpreta. Los bufones y los payasos son los personajes característicos de la cultura cómica de la Edad Media. Son, en cierto modo, los vehículos permanentes y consagrados del principio carnavalesco en la vida cotidiana. Ellos seguirán siendo bufones y payasos en todas las circunstancias de su vida, no son actores. En suma, durante el carnaval es la vida misma la que interpreta, y durante cierto tiempo el juego se transforma en vida real. Esta es la naturaleza específica del carnaval. El carnaval es la segunda vida del pueblo, basada en el principio de la risa. Es su vida festiva. La fiesta era el rasgo fundamental de todas las formas de ritos y espectáculos cómicos de la Edad Media. Todas estas formas presentaban un lazo exterior con las fiestas religiosas. Las festividades (cualquiera sea su tipo) son una forma primordial de la civilización humana. Las festividades siempre han tenido un sentido profundo, han expresado una concepción de mundo. Para que sea una verdadera festividad, hace falta un elemento proveniente del mundo del espíritu y de las ideas. Su sanción de emanar del mundo de los objetivos superiores de la existencia humana. Las fiestas tienen siempre una relación profunda con el tiempo. La muerte y la resurrección, las sucesiones y renovaciones siempre son aspectos esenciales de la fiesta. Bajo el régimen feudal existente en la Edad Media, este carácter festivo, [es decir la relación de la fiesta con los objetivos superiores de la existencia humana, la resurrección y la renovación] sólo podía alcanzar su plenitud y su pureza en el carnaval y en otras fiestas populares y públicas. La fiesta se convertía en la segunda vida del pueblo. En cambio, las fiestas oficiales de la Edad Media no sacaban al pueblo del orden existente, ni era capaz de crear una segunda vida. Al contrario contribuyen a consagrar el orden vigente. En la práctica, la fiesta oficial solo miraba hacia el pasado, del que se servía para consagrar el orden presente. A diferencia de la fiesta oficial, el carnaval era el triunfo de una especie de liberación transitoria, era la abolición provisional de las relaciones jerárquicas y se oponía a toda reglamentación. La abolición de las relaciones jerárquicas poseía una significación oficial, ya que la fiesta oficial tenía por finalidad la consagración de la desigualdad, a diferencia del carnaval en el que todos eran iguales y donde reinaba una forma especial de contacto libre y familiar entre individuos normalmente separados en la vida cotidiana. El individuo parecía dotado de una segunda vida que le permitía establecer nuevas relaciones con sus semejantes. En consecuencia de esta eliminación provisional de las relaciones jerárquicas entre los individuos, creaba en la plaza pública un tipo particular de comunicación impensado en situaciones normales. Esto produjo el nacimiento de un lenguaje carnavalesco típico, del cual encontraremos numerosas muestras en Rabelais. Todas las formas y símbolos de la lengua carnavalesca están impregnadas de la compresión relativa de las verdades y autoridades dominantes. Se caracteriza por la lógica de las cosas “al revés” y “contradictorias”, de las permutaciones constantes de lo alto y lo bajo; del frente y del revés; y por las diversas formas de parodias, coronamientos y derrocamiento de bufones. La segunda vida, el segundo mundo de la cultura popular se construye como parodia de la vida ordinaria, como un “mundo al revés”. Es preciso señalar que la parodia carnavalesca está muy alejada de la parodia moderna puramente negativa. Sin conocer esta lengua carnavalesca, es imposible conocer a fondo y bajo todos sus aspectos la literatura del Renacimiento y el barroco. La naturaleza del humor carnavalesco, es un humor festivo: - La risa carnavalesca es patrimonio de todo el pueblo [carácter popular]. Todos ríen, la risa es “general”. No es una reacción individual.

-

Es universal, contiene todas las cosas y la gente. El mundo entero parece cómico y es percibido en un aspecto jocoso. Esta risa es ambivalente, alegre y llena de alborozo, pero al mismo tiempo es burlona y sarcástica, niega y afirma a la vez.

Una importante cualidad de la risa en la fiesta popular es que se burla de los mismos burladores. El pueblo no se excluye del mundo en evolución. También él renace y se renueva con la muerte. La risa popular ambivalente expresa una opinión sobre un mundo en plena evolución en el que están incluidos los que ríen. Debemos señalar el carácter utópico y de cosmovisión de esta risa festiva, dirigida contra toda concepción de superioridad. Es absolutamente necesario platear adecuadamente el problema de la risa popular. Los estudios que se le han consagrado incurren en el error de modernizarla groseramente, interpretándola dentro del espíritu de la literatura cómica moderna.

1.

Obras cómicas verbales en latín y en lengua vulgar

No se trata de folklore. Esta literatura está inspirada en la cosmovisión carnavalesca, utiliza ampliamente la lengua de las formas carnavalescas. En esta literatura, la risa era ambivalente y festiva. A su vez esta literatura era festiva y recreativa. La influencia de la cosmovisión carnavalesca sobre la concepción y el pensamiento de los hombres era radical: los eclesiásticos de alta jerarquía y los doctos teólogos se permitían alegres distracciones durante las cuales se desprendían de su piadosa gravedad. En sus celdas de sabio escribían tratados más o menos paródicos y obras cómicas en latín. La risa influye en las más altas esferas de pensamiento y culto religioso. Obras como “La Cena de Cipriano” y “Vergilus Maro grammaticus”, fueron las que inauguran la literatura cómica medieval en latín y ejercen una influencia sobre sus tradiciones y se sitúan en la confluencia de la Antigüedad y la Edad Media. Sabemos que existen numerosas liturgias paródicas, parodias de las lecturas evangélicas, de las plegarias. Este nuevo género literario estaba consagrado por la tradición y tolerado en cierta medida por la Iglesia. Además, existían otras variedades de la literatura cómica latina, como las disputas y diálogos paródicos; las crónicas paródicas. Eran los ecos de la risa de los carnavales públicos que repercutían en los muros de los monasterios, universidades y colegios. La literatura cómica en lengua vulgar era igualmente rica y más variada aún. Lo predominante eran las parodias e imitaciones laicas que ridiculizan al régimen feudal y su epopeya heroica. Se desarrollan diferentes géneros de retórica cómica: varios “debates” carnavalescos, disputas, diálogos. La risa carnaval replica en las fábulas y en las piezas líricas. Pero es la dramaturgia cómica medieval la que está más ligada al carnaval. Contiene en germen numeroso elementos del futuro mundo rabelesiano. Los milagros y moralejas son carnavalizados en distintos grados. La risa también se introduce en los misterios.

1.

Diversas formas y tipos del vocabulario familiar y grosero

Ya dijimos que durante el carnaval en las plazas públicas, la abolición provisoria de las diferencias creaba un tipo especial de comunicación entre la gente, imposible de establecer en la vida cotidiana. Era un contacto familiar y sin restricciones. Como resultado, la nueva forma de comunicación produjo nuevas formas lingüísticas: géneros inéditos, cambios de sentido o eliminación de ciertas formas desusadas.

El lenguaje familiar de la plaza pública se caracteriza por el uso frecuente de groserías. Lo que nos interesa son las groserías dirigidas a las divinidades y que constituían un elemento necesario de los cultos cómicos más populares. Estas blasfemias eran ambivalentes: degradaban a la vez que regeneraban y renovaban. Y estas blasfemias ambivalentes son las que determinaron el carácter verbal típico de las groserías en la comunicación familiar carnavalesca. En efecto, durante es carnaval estas groserías cambiaban de sentido para adquirir universalidad y profundidad. Gracias a estos cambios, las palabrotas contribuían a la creación de una atmósfera de libertad dentro de la vida secundaria carnavalesca. El lenguaje familiar fue el receptáculo donde se acumularon las expresiones verbales prohibidas y eliminadas de la comunicación oficial.

Acabamos de pasar revista de las tres fuentes principales de expresión de la cultura cómica popular de la Edad Media. Estos fenómenos, que fueron estudiados únicamente desde el punto de vista de las reglas culturales de la época moderna, sin ubicarlos en la época a la que pertenecen. Fueron modernizados, lo que explica porque fueron interpretados erróneamente. Sin embargo, las imágenes referentes a la vida materia y corporal en Rabelais son la herencia de la cultura cómica popular, de una concepción estética de la vida práctica. Vamos a darle a esta concepción el nombre de realismo grotesco. En el realismo grotesco [es decir, sistema de imágenes de la cultura cómica popular] el principio material y corporal aparece bajo la forma universal de fiesta utópica. Lo cósmico, lo social y lo corporal están ligados en una totalidad viviente e indivisible. El portador del principio material y corporal es el pueblo, un pueblo que en su evolución crece y se renueva constantemente. (pág. 64) De la clase práctica (ojo no tomar al pie de la letra lo que se dice acá). Bjatín elige un período histórico distante para demostrar que la literatura es potencialmente revolucionaria (No podía hacerlo de otra manera ya que estaba siendo perseguido por Stalin). Los sujetos de la cultura popular no producen textos. Cuando comienzan a producir dejan de ser cultura popular. Este es un problema que va a recorrer toda la materia. Los carnavales duraban tres meses porque ese tiempo se dejaba descansar la tierra luego de la cosecha. Plaza pública: lugar central porque ahí tenemos venta de mercancía, rumores, relato callejero. Rituales: venta de esposas. Circularidad (Concepto que retoma Ginzburg): entre cultura popular y cultura oficial hay una relación, no son autónomas. Entre ambas hay una comunicación. Ahora, esta comunicación, esta relación tiene lugar porque hay cosas que no son cuestionadas, hay universos compartidos de sentido por todos: - creencia en Dios - figura del Rey - sistema feudal La cultura cómica popular premoderna quedó incomprendida porque el análisis se hizo desde el punto de vista de la modernidad. Cultura cómica popular en oposición a la cultura oficial.

CCP: la risa CO: tono serio, religioso, feudal.

Construye tres líneas para estudiar la cultura cómica popular: 1. formas y rituales del espectáculo 2. obras cómicas verbales 3. estudio de los diferentes lenguajes 1. Fiestas lugar muy importante para el hombre medieval se difundieron por toda europa diferentes a las ceremonias oficiales Carnaval: Segundo mundo o segunda vida Los espectadores no asisten al carnaval, si no que lo viven. No hay frontera espacial. El carnaval sólo puede vivirse en libertad, no hay leyes. El juego se transforma en vida real. Estudiar las fiestas permite pensar la concepción del mundo en esa época. Fiestas oficiales: consagraban el orden social del momento. Fiestas carnaval: lo contrario. Realismo grotesco: Principio material y corporal. Sistema de imágenes, concepción estética de la época. Cuerpo: no es individual. el centro del cuerpo es la abundancia. sujetos que están cerca de la muerte y del nacimiento (ambivalencia)....


Similar Free PDFs