Resumen - Bajtin, La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento. El Contexto de Francios Rabelais PDF

Title Resumen - Bajtin, La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento. El Contexto de Francios Rabelais
Author May Ver
Course Sociología
Institution Universidad Central del Ecuador
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Un pequeño resumen del texto La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento. El Contexto de Francios Rabelais...


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]. La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento. El Contexto de Francios Rabelais

El escritor empieza hablando de la importancia de Rabelais, autor de la literatura mundial. Rabelais tiene para el escritor la cualidad principal de estar más profundamente ligado que los demás a las fuentes populares. El conjunto de estas fuentes determinaron su sistema de imágenes tanto como su concepción artística. Esta introducción propone plantear los problemas de la cultura cómica popular de la Edad Media y el renacimiento, discernir sus dimensiones y definir previamente sus rasgos originales. Se considera que la naturaleza específica de la risa popular es cambiada totalmente por cumplir el papel de complacer a la cultura y estética burguesa. Pese a esta cultura burguesa no se podía ocultar del todo la naturaleza de lo cómico y popular dentro de sus distintas manifestaciones, sobre todo de la cultura carnavalesca. Para lo cual se pueden dividir en tres grandes categorías: Formas y rituales del espectáculo, obras cómicas verbales y diversas formas y tipos de vocabulario familiar y grosero, hay que entender que estas manifestaciones están entrelazadas y que son parte de tradiciones. “Todos estos ritos y espectáculos organizados a la manera cómica, presentaban una diferencia notable, una diferencia de principio, podríamos decir, con las formas del culto y las ceremonias oficiales serias de la Iglesia o del Estado feudal” (Bajtin ,2003, p. 8). Se conocía una dualidad de la percepción del mundo u la vida humana ya existente. En la Edad Media, por su carácter concreto y sensible y algo que podemos denominar como elemento de juego, se relacionan preferentemente con las formas artísticas y animadas de imágenes, es decir con las formas del espectáculo teatral. Y es verdad que las formas del espectáculo teatral de la Edad Media se asemejan en lo esencial a los carnavales populares, de los que forman parte en cierta medida. Sin embargo, el núcleo de esta cultura, es decir el carnaval, no es tampoco la forma puramente artística del espectáculo teatral, y, en general, no pertenece al dominio del arte. Está situado en las fronteras entre el arte y la vida. En realidad es la vida misma, presentada con los elementos característicos del juego. Los bufones y payasos son los personajes característicos de la cultura cómica de la Edad Media. En cierto modo, los vehículos permanentes y consagrados del principio carnavalesco en la vida

cotidiana (aquella que se desarrollaba fuera del carnaval). Cualquier festividad son una forma primordial que determina a la civilización humana, y estas siempre tienen una relación profunda con el tiempo natural, biológico e histórico. Bajo el régimen feudal existente en la Edad Media, este carácter festivo, es decir la relación de la fiesta con los objetivos superiores de la existencia humana, la resurrección y la renovación, sólo podía alcanzar su plenitud y su pureza en el carnaval y en otras fiestas populares y públicas. La fiesta se convertía en esta circunstancia en la forma que adoptaba la segunda vida del pueblo, que temporalmente penetraba en el reino utópico de la universalidad, de la libertad, de la igualdad y de la abundancia (Bajtin, 2003: p.11).

Por otro lado las fiestas oficiales que existían en la Edad Media tanto de la Iglesia como del Estado feudal, no lograban llevar la segunda vida que tenían las otras fiestas sino más bien mantenían el régimen. A diferencia de la fiesta oficial, el carnaval era el triunfo de una especie de liberación transitoria. Existía una relación jerárquica entre individuos y cuando esta se eliminó provisionalmente se creaba en la plaza pública un tipo particular de participación inconcebible en situaciones normales. El objetivo fundamental del autor es hacer asequible la lengua malinterpretada, de que se ha comenzado a perder la comprensión de ciertos matices porque esta es la lengua que utilizó Rabelais. Una importante cualidad de la risa en la fiesta popular es que escarnece a los mismos burladores. El pueblo no se excluye a sí mismo del mundo en evolución. También él se siente incompleto; también él renace y se renueva con la muerte. Esta es una de las diferencias esenciales que separan la risa festiva popular de la risa puramente satírica de la época moderna. La segunda forma de cultura cómica popular son las obras verbales en latín y en lengua vulgar. Está relacionada con la cosmovisón carnavalescas. La literatura cómica medieval se desarrolló durante todo un milenio y aún más pero ha sufrido cambios, géneros diversos, variaciones estilísticas pero aun así sigue siendo la cultura popular. La Cena de Cipriano es de las obras más antiguas y célebres. La tercera forma de expresión de la cultura cómica popular son ciertos fenómenos y géneros del vocabulario familiar y público de la Edad Media y el Renacimiento. Siempre, una nueva forma de comunicación produce nuevas formas lingüísticas: géneros inéditos, cambios de sentido o eliminación de ciertas formas desusadas, etc. El nuevo tipo de relaciones familiares establecidas

durante el carnaval se refleja en una serie de fenómenos lingüísticos. Son estos fenómenos los que usa Rabelais. Existe un cuerpo grotesco de las imágenes presentadas en la cultura cómica, que a diferencia de los cánones modernos no está separado del mundo sino más bien se sale fuera de sí. Una de las tendencias fundamentales de la imagen grotesca del cuerpo consiste en exhibir dos cuerpos en uno: uno que da la vida y desaparece y otro que es concebido, producido y lanzado al mundo. En el dominio de lo literario, la parodia medieval se basa completamente en la concepción grotesca del cuerpo. Los elementos lingüísticos ejercieron una influencia organizadora directa sobre el lenguaje, estilo y construcción de las imágenes de esa literatura. Lo usaban para expresar la verdad y por estar emparentadas por su origen y funciones con demás formas de degradación y reconciliación con la tierra como Bajtin reconoce, en el caso de las groserías contemporáneas son el solo la negación pura y llana, el cinismo. Esos cánones consideran al cuerpo de manera completamente diferente, en otras etapas de su vida, en relaciones totalmente diferentes con el mundo exterior (no corporal). Dentro de estos cánones el cuerpo es ante todo algo rigurosamente acabado y perfecto (Bajtín, 2003; pág; 28). Los historiadores y teóricos de la literatura y el arte consisten en recomponer ese canon, en restablecer su sentido auténtico. Es inadmisible interpretarlo desde el punto de vista de las reglas modernas y ver en él sólo los aspectos que se apartan de estas reglas. El canon grotesco debe ser juzgado dentro de su propio sistema, los dos cañones que se utilizan son el grotesco y clásico que han ido evolucionando de a poco. El realismo grotesco se desarrolla plenamente en el sistema de imágenes de la cultura cómica popular de la Edad Media y alcanza su epopeya artística en la literatura del Renacimiento (Bajtín, 2003; pág; 30). En los siglos XVII y XVIII, mientras el canon clásico reinaba en los dominios del arte y la literatura, el grotesco, ligado a la cultura cómica popular, estaba separado de la última y se reducía al rango del cómico de baja estofa o caía en la descomposición naturalista a que nos hemos referido. El siglo XVIII fue un acontecimiento a nivel mundial marca tendencias de una seriedad unilateral y limitada con el racionalismo, autoritarismo estatal y lógica formal, aspiración a lo

perfecto, completo rechazado por el romanticismo grotesco sobre todo las tradiciones del Renacimiento especial con Shakespeare y Cervantes. Hay temas de lo grotesco que lo hacen peculiar como la risa, la locura, es en si esa locura festiva con acentos sombríos y trágicos. Para Hegel lo grotesco es en tres cualidades; 1) mezcla de zonas heterogéneas de la naturaleza, 2) exageración y 3) multiplicación de ciertos órganos. Fischer disiente de Hegel. Según él, la esencia y la fuerza motriz del grotesco son lo risible y lo cómico. «El grotesco es lo cómico en su aspecto maravilloso, es lo cómico mitológico». (Bajtin, 2003; 40) En el siglo xx se produce un nuevo y poderoso renacimiento del grotesco, aunque hay que reconocer que el término «renacimiento» puede difícilmente aplicarse a ciertas manifestaciones del grotesco ultra-moderno. Para Kayser, lo esencial del mundo grotesco es «algo hostil, extraño e inhumano» Conclusiones: Una de las conclusiones del relato del autor es que el proceso de la cultura cómica ha sido a lo largo del camino un proceso que ha evolucionado pero también ha ido manteniendo rasgos tradicionales. Para nosotros observar este cambio hay que entender todo lo que conlleva como las manifestaciones en distintas áreas y la concepción de lo que en su momentos e consideraba como cultura, También es necesario comprender que la cultura cómica no era igual al hablar de estratificaciones sociales. Las conclusiones que tiene Bajtin son dos hechos positivos, el primero es que los románticos buscaron raíces populares del grotesco y segundo no se dejaron atribuir al grotesco funciones exclusivamente satíricas. Hay que reconocer que el romanticismo ha hecho un descubrimiento positivo, de considerable importancia: el descubrimiento del individuo subjetivo, profundo, íntimo, complejo e inagotable. Bajtin, M. (2003) [1941]. La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento. El Contexto de

Francios

Rabelais.

Madrid:

Alianza

Editorial,

pp.

4-51

Disponible

culturaspopulares.org/populares/.../MijailLaculturapopularenlaEdadMediayelRenacimiento

en:...


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