Bloque 3 resumenes amplios Completo PDF

Title Bloque 3 resumenes amplios Completo
Course Historia de España
Institution Bachillerato (España)
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Los resúmenes tienen más de 10-15 líneas ya que están resumidos para los primeros exámenes del curso de bachillerato en los que piden más contenido que en la evau. En mi perfil están colgados los resúmenes perfectos para Evau de 10 líneas....


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BLOQUE 3 de HISTORIA DE ESPAÑA

HISTORIA DE ESPAÑA Nota en EVAU: 8.5

Anónimo

3.1. Los Reyes Católicos: unión dinástica e instituciones de gobierno. La unión dinástica de Castilla y Aragón se produjo tras la boda secreta de Isabel y Fernando (1469), que pertenecían a dos ramas de la casa de Trastámara, ambos poseedores de derechos sucesorios al trono, y su conversión en reyes en 1479 al finalizar la guerra civil castellana, por el tratado de Alcaçovas, y morir el rey Juan II de Aragón. La unión dinástica había quedado establecida desde 1475 en la Concordia de Segovia, por la que Isabel y Fernando acuerdan gobernar conjuntamente Castilla. Después Fernando extiende esta decisión a Aragón. Pero se trataba de una unión dinástica, personal y no institucional. Aragón y Castilla mantuvieron sus fronteras, sus leyes, sus instituciones y Cortes, lenguas, sistemas tributarios y monedas. Castilla, por su mayor tamaño, población y poder económico, era hegemónica dentro de los reinos hispánicos. El reinado de los Reyes Católicos supuso el paso de una monarquía feudal a una monarquía autoritaria, caracterizada por el sometimiento de la nobleza (anulación de las mercedes enriqueñas); de la Iglesia (derecho de presentación); y el control de los municipios (corregidores). En lo referente a las instituciones de gobierno, se desarrolla un eficaz aparato burocrático, con los Consejos (que asesoran a los reyes; los hay territoriales y temáticos); las Chancillerías o Audiencias para la administración de justicia; y en Aragón, el Justicia Mayor, que ejerce de árbitro entre el rey y sus súbditos; y la figura del virrey también en Aragón. Las Cortes, dada la tendencia autoritaria de los reyes, fueron convocadas en pocas ocasiones.

3.2. El significado de 1492. La Guerra de Granada y el descubrimiento de

América. 1492 es un año muy significativo para la historia de España. En ese año tienen lugar la conquista del reino de Granada; la expulsión de los judíos; el descubrimiento de América. Granada era el último reducto musulmán en la Península. La toma de la fortaleza castellana de Zahara por Granada en 1481 desencadenó la Guerra de Granada (1481-1492). Tras la pérdida de Málaga y Almería, en 1492, Boabdil, rey de Granada, firmó las capitulaciones que garantizaban a los musulmanes la libertad religiosa y la conservación de sus bienes. Sin embargo, en 1502 los mudéjares fueron obligados a convertirse al cristianismo o a abandonar Castilla. Conquistada Granada, los Reyes Católicos deciden financiar la expedición de Colón, que busca llegar a las Indias navegando hacia el oeste, dada la esfericidad de la Tierra. En abril de 1492 se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, en las que los reyes conceden a Colón el título de virrey y gobernador de las tierras que descubra y la décima parte de los beneficios que se obtengan en la expedición. Los territorios descubiertos dependerían de la Corona de Castilla. La expedición partió de Palos de la Frontera y llegó a la isla de Guanahaní (San Salvador) el 12 de octubre de 1492. Después Colón descubrió Cuba y La Española (Haití) y regresó a la Península Ibérica en 1493. El segundo viaje (1493) sirvió para completar el reconocimiento de las Antillas. En el tercer viaje, Colón descubrió el continente americano, a la altura de la desembocadura del río Orinoco. En el cuarto, recorrió la costa centroamericana desde Honduras a Costa Rica. Colón murió en 1506 convencido de haber llegado a tierras asiáticas. La rivalidad entre Castilla y Portugal por la propiedad de las nuevas tierras se resolvió por el Tratado de Tordesillas: en 1494 Castilla y Portugal dividen sus esferas de influencia a partir de una línea imaginaria a 370 leguas al oeste de las islas Cabo Verde (oeste para Castilla; este, para Portugal), lo que permite a Portugal ocupar Brasil.

3.3. El Imperio de los Austrias: España bajo Carlos I. Política interior y conflictos europeos. Carlos I de la familia de los Austria o Habsburgo, hijo de Felipe el Hermoso y de Juana de Castilla, tomó posesión del trono de Castilla y Aragón en 1517, a la muerte de Fernando el Católico, sustituyendo a los Trastámara. Su herencia incluía, por parte materna, la Corona de Aragón con las posesiones italianas (Cerdeña, Nápoles y Sicilia); Castilla; Navarra; las plazas africanas y las Indias. Y de su padre hereda Flandes, Luxemburgo y el Franco Condado; los Estados patrimoniales de los Habsburgo en Austria (el sur de la actual Alemania, Austria y Tirol); los derechos a la corona del Imperio Alemán. Su principal interés es obtener recursos que le permitan conseguir la corona imperial. En 1520, partió hacia Alemania tras su elección como emperador, dejando Adriano de Utrecht como gobernador. Así la inicial oposición al monarca se convirtió en franca rebelión y se produjeron revueltas. La revuelta de las Comunidades (15201522) enfrentó a las ciudades del interior de Castilla con el monarca. Su objetivos son que Carlos I prescinda de consejeros extranjeros, respete las leyes de Castilla y proteja la industria textil castellana. Tras la derrota de Villalar (1521), los principales líderes comuneros (Juan Bravo, Padilla y Maldonado) son ejecutados. La revuelta de las Germanías (1519-1523), en la Corona de Aragón, enfrentó a artesanos, campesinos y comerciantes contra la nobleza, venciendo finalmente las tropas del virrey. La política imperial provocó el enfrentamiento con Francisco I de Francia (1525, batalla de Pavía, incorporación del Milanesado a los dominios españoles). También lucha contra los protestantes alemanes, en defensa de la unidad cristiana. Pese a la victoria de Carlos I en la batalla de Mühlberg, los príncipes alemanes obtuvieron el derecho de libertad religiosa en la Paz de Augsburgo (1555). En su enfrentamiento contra los turcos, Carlos I consigue el levantamiento del sitio de Viena y la conquista de Túnez.

3.4. La Monarquía Hispánica de Felipe II. Gobierno y administración. Los

problemas internos. Guerra y sublevación en Europa. Al abdicar en 1556, Carlos I cedió a su hermano Fernando el título imperial y Austria, heredando Felipe II el resto de territorios, a los que añadió Filipinas y Portugal. Durante su reinado tiene lugar la ”hispanización” de la política. La dificultad de reinar sobre tantos territorios llevó al monarca a fortalecer el gobierno centralizado polisinodial creado por los Reyes Católicos, aumentando el número de Consejos, tanto territoriales como los Consejos técnicos. En lo referente a la administración territorial, los virreyes son los representantes reales en los territorios que históricamente habían tenido la consideración de reinos y donde el rey no estaba presente. Las Cortes mantuvieron la misma estructura y funciones; estaban en todos los reinos. En la administración local, chancillerías y audiencias imparten justicia y corregidores llevan a cabo el control de las ciudades. En lo referente a los problemas internos, tiene lugar la rebelión de los moriscos de las Alpujarras (1568-1570); y la rebelión aragonesa (1591), para proteger sus fueros, provocada por el caso de Antonio Pérez (secretario del rey acusado de asesinato), cuya resolución provocó un recorte de los privilegios del reino de Aragón. La defensa de la hegemonía española enfrentó a Felipe II con Francia (victoria de San Quintín, 1557) e Inglaterra (fracaso de la Armada Invencible, 1588). La defensa de la fe provocó la lucha contra los turcos (1571, victoria en Lepanto) y la rebelión flamenca (1568-1581), que acabó con la división del territorio entre los protestantes de los Provincias Unidas (actual Holanda, que prácticamente alcanzaron la independencia, no reconocida por Felipe II) y los católicos de Flandes. La muerte sin herederos del rey de Portugal permitió a Felipe II hacerse con este trono (1581), logrando así la unidad ibérica, pero manteniendo las leyes e instituciones portuguesas.

3.5. Exploración y colonización de América. Consecuencias de los

descubrimientos en España, Europa y América. Los territorios americanos se incorporaron a Castilla, que impulsó expediciones de exploración y colonización mediante la firma de capitulaciones. Tras las Antillas, exploradas por Colón, las expediciones buscaron un paso hacia las Indias Orientales (llegada al océano Pacífico de Núñez de Balboa, 1513; primera vuelta al mundo de Magallanes-Elcano, 1519-1522). También se conquistaron los imperios precolombinos: Hernán Cortés conquista el Imperio azteca de México (1519-1521); Pizarro, el Imperio inca de Perú (1527-1533). A estas grandes empresas siguieron otras: Orellana exploró el Amazonas; Pedro de Valdivia, Chile…. Los indios fueron reconocidos como súbditos de la Corona. En los primeros años de la colonización se practicó el repartimiento o reparto de indios entre los colonizadores. Después se aprobaron las Leyes de Burgos (1512), que establecían el sistema de encomiendas en las explotaciones agrarias. Para la explotación de las minas fue muy común la mita (trabajo forzoso de los indígenas). Los dominicos Montesinos y Bartolomé de las Casas denunciaron las duras condiciones de trabajo de los indígenas, pero las disposiciones de la Corona para evitar estos abusos, como las Leyes Nuevas de Indias (1542) fueron incumplidas de forma sistemática. Para los españoles, la conquista supuso el desarrollo del comercio ultramarino, gestionado desde la Casa de Contratación de Sevilla (1503), motor de la economía española. Desde 1520 se explotaron las minas de oro y plata de América; la llegada de estos metales preciosos provoca la revolución de los precios, tanto en España como en Europa. Además de América llagan a España nuevos productos como maíz, patata, cacao, tabaco… Para los indígenas, la colonización supuso un desastre demográfico. Para compensar la pérdida de mano de obra, se importaron esclavos negros procedentes del continente africano. La mezcla de indígenas, colonizadores y población africana configuró una sociedad multirracial formada por criollos, mestizos y mulatos. La lengua castellana se consolidó como idioma común y muchas de las costumbres de los colonizadores quedaron incorporadas a la cultura americana.

3.6. Los Austrias del siglo XVII: el gobierno de validos. La crisis de 1640. Los Austrias menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) delegaron el gobierno en personas de su confianza, los validos, que actuaron al margen de los consejos, con el rechazo de la alta nobleza y del pueblo. Los validos eran, casi siempre, un miembro de la aristocracia, en el cual el rey depositaba su confianza plena, entregándole las principales decisiones de gobierno. Felipe III (1598-1621) tuvo como valido al duque de Lerma; durante su gobierno se firmó la paz con Inglaterra y Holanda (Tratado de Londres y Tregua de los Doce Años con las Provincias Unidas) y se decretó la expulsión de los moriscos (1609). Felipe IV (1621-1665) tuvo un nuevo valido, el conde-duque de Olivares. En 1621, reanudó la guerra con los Países Bajos, en el contexto de la Guerra de los Treinta Años, iniciada en 1618. Olivares intentó poner en marcha la Unión de Armas en 1625, para que todos los reinos de España contribuyeran a la formación de un ejército permanente, proyecto que fracasó por la oposición de la Corona de Aragón. Carlos II (1665-1700) contó con varios validos (Nithard, Valenzuela, Juan José de Austria) que no pudieron frenar el expansionismo francés ni la crisis económica. En 1640 tiene lugar la rebelión en Cataluña y en Portugal. En Cataluña, la participación de Francia en la Guerra de los Treinta Años provoca la entrada de los tercios reales en ese territorio para defender la frontera pirenaica y, tras el Corpus de Sangre (los “segadors” asesinan al virrey), se produce la unión temporal de Cataluña con Francia, hasta que en 1652 se reincorporó a España manteniendo sus fueros. En Portugal, en 1640 los nobles se negaron a colaborar en la represión de la rebelión catalana y a su vez, se sublevaron y proclamaron rey al duque de Braganza con el nombre de Juan IV. La guerra se prolongó hasta 1668, año en el que la corona española reconoció la independencia del reino portugués.

3.7. La Guerra de los Treinta Años y la pérdida de la hegemonía española en

Europa.

El conflicto se inicia con la rebelión de la Bohemia protestante contra la política absolutista y católica del emperador Fernando II. Derivó en una guerra total. La política de defensa del catolicismo y de la hegemonía de los Austrias promovida por el conde-duque de Olivares tras el ascenso de Felipe IV al trono (1621) llevó a España a participar en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que enfrentaba a los Habsburgo de Viena con los protestantes. España apoya al emperador. Se dirime el futuro de Europa en un gran conflicto bélico. Felipe IV se enfrenta a los Países Bajos en 1621, cuando expira la Tregua hispanoholandesa de los Doce Años; los tercios españoles vuelven a imponer su autoridad (rendición de Breda, 1625, acción que inmortalizará Velázquez, en su cuadro Las Lanzas). También se enfrenta a Francia, que interviene en 1635 en la Guerra de los Treinta Años en contra de España. En 1639, la escuadra española fue aniquilada en Las Dunas por Holanda. En 1640, las revoluciones de Cataluña y Portugal implicaron la apertura de un segundo frente en la Península Ibérica. En 1643, tiene lugar la derrota española en Rocroi, frente a Francia. Tras estas derrotas, España firma en 1648 la Paz de Westfalia, por la que reconoce la independencia de las Provincias Unidas (Holanda). Pero se niega a doblegarse ante Francia, continuando la guerra contra este país. En 1659, se firma el Tratado de los Pirineos, por el que se establece la paz entre Francia y España: España cedió el Rosellón y parte de la Cerdaña a Francia; y se acordó el matrimonio entre Luis XIV de Francia y la infanta española Mª Teresa, hija de Felipe IV. El fin de la hegemonía española se consumó bajo Carlos II tras la pérdida del Franco Condado por la Paz de Nimega (1678). Al morir Carlos II (1700) los territorios europeos españoles se limitaban a Flandes, el Milanesado, Nápoles, Sicilia y Cerdeña.

3.8. Principales factores de la crisis demográfica y económica del siglo XVII y

sus consecuencias.

Durante el s. XVII, en los reinos españoles, la población se estancó e incluso descendió. Como causas destacan las epidemias de peste (1597, 1647, 1676); las reiteradas malas cosechas; las guerras constantes; la emigración; la expulsión de los moriscos (1609) . La crisis económica fue generalizada. En la agricultura falta mano de obra y la presión de los impuestos es muy fuerte; así se produce una caída de la producción agraria. La ruina de la industria textil, sobre todo castellana, se produce por la disminución de la demanda, el aumento de los impuestos y la competencia extranjera, que arruinaron a los artesanos castellanos. La disminución del comercio con América es la consecuencia del contrabando inglés y holandés que hunden el monopolio comercial español. La crisis de la Hacienda Real se produce por el aumento de los gastos (guerras y gastos suntuosos) y la disminución de los ingresos, incluidos los metales preciosos que venían de América; por ello se suceden las bancarrotas (seis entre 1607 y 1678). La monarquía acudió a la creación de nuevos impuestos, la venta de cargos públicos, la venta de privilegios nobiliarios así como a la emisión de monedas de poca calidad (vellón, moneda de cobre, sin contenido de plata) lo que provocó una mayor inflación y agravamiento de la recesión. La crisis tuvo consecuencias sociales. La sociedad española del Barroco siguió siendo una sociedad estamental, marcada por los privilegios de nobleza y clero. La nobleza experimentó un aumento numérico, por las ventas de títulos e hidalguías a las que recurre la Corona en su búsqueda de ingresos. También creció el número de religiosos, como medio de vida en tiempos de crisis, lo que explica la falta de vocación y el bajo nivel de formación de buena parte de los clérigos. La burguesía tenía como máxima aspiración abandonar sus negocios e invertir sus beneficios en tierras, señoríos y rentas fijas -como los juros, o títulos de deuda pública-, e incluso la adquisición de un título nobiliario. El campesinado fue el sector social más afectado por la crisis económica. La pobreza también alcanzó a la población urbana. Las ciudades se convirtieron en refugio de pícaros y mendigos.

3.9. Crisis y decadencia de la Monarquía Hispánica: el reinado de Carlos II y

el problema sucesorio. Al morir Felipe IV, en 1665, Carlos II era un niño de cuatro años, débil y enfermo. Tiene lugar, durante su minoría de edad, la regencia de su madre, Mariana de Austria (1665-1675). Esta etapa se caracteriza por la debilidad económica y la lucha por el poder entre don Juan José de Austria, hijo ilegítimo de Felipe IV, apoyado por gran parte de la aristocracia, y los favoritos de la regente, el padre Nithard (1665-1669) y Valenzuela (1670-1676). Durante la mayoría de edad de Carlos II (1675-1700) don Juan José de Austria se valió del respaldo de Aragón, para organizar un golpe de Estado en 1677 y obligar a Carlos II a expulsar a Valenzuela, lo que significa la recuperación del control del gobierno por la alta nobleza. El duque de Medinaceli llega al poder en 1680. En el plano económico, se dictó un decreto de devaluación de la moneda de vellón, para equiparar su valor al que realmente tenía en el mercado. A partir de 1685, el conde de Oropesa sustituyó a Medinaceli. Se inició una lenta recuperación económica, más marcada en la periferia. En lo referente a la política exterior, el reinado se caracteriza por el desinterés por los problemas europeos y la preocupación por mantener el control del Mediterráneo occidental y el control en las Indias. Cuatro guerras sucesivas con Francia obligaron a España a ceder parte de sus territorios, dejando aislada a Flandes. En 1668 tiene lugar el reconocimiento de la independencia de Portugal. La Paz de Nimega (1678) significa la pérdida del Franco Condado. A la muerte del rey, los territorios europeos de España se limitaban a Flandes, el Milanesado, Nápoles, Sicilia y Cerdeña. El problema sucesorio se plantea al no tener Carlos II descendencia de sus dos matrimonios. En 1700 Carlos II nombra heredero en su testamento a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV. La posibilidad de que los Borbones reinasen a ambos lados de los Pirineos y en las Indias despertó la desconfianza de Inglaterra y los Países Bajos, que apoyaron la candidatura del archiduque Carlos de Austria, produciéndose la Guerra de Sucesión....


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