Camino a lo ruin - Ensayo sobre el desamor PDF

Title Camino a lo ruin - Ensayo sobre el desamor
Course Apreciación Literaria
Institution Universidad de los Lagos
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Ensayo sobre el desamor...


Description

CAMINO A LO RUIN Todos somos personas, todos alguna vez fuimos al colegio o lugar determinado de estudios, y a los que no tuvieron la oportunidad, lo siento por ellos. Fuimos introducidos a la vida social-estudiantil sin nuestro permiso, claro, a los 4 o 5 años de edad ¿Qué es lo que podíamos decir en contra de nuestros padres? –No quiero que me introduzcan al sistema, tampoco sufrir experiencias que marcarán mi vida. No lo creo. Comienzas a crecer y a creer en las personas, entre risas y juegos, se esconden lágrimas y sufrimientos. Es nuestra etapa inicial estudiantil, nuestra primera experiencia social “consciente” por así decirlo, con personas desconocidas, con gente mayor, que al momento de comenzar cada día, ellos se transforman en los dueños de tus acciones y también de tu desarrollo. Vas avanzando, encuentras lindo el día, la sala, los colores, los profesores(as), compañeros(as), etc. Todo es hermoso, el primer día es fácil, pero el siguiente difícil. Cada sueño o actividad que haces a esa edad tan temprana e inocente, es un regalo, es algo que te dan y tu simplemente disfrutas, si sueñas con reírte más, poder disfrutar más y también anhelar a querer más, es porque estas dejando cosas de lado, estos momentos aunque sean mínimos, se presentan en tu día a día, si los evitas involuntariamente, no te quejes, cuando sueñes por más, porque en realidad, nada que sueñes se expresara en tu futuro. Soñaste con ella, se estaban riendo juntos, pero la observas un momento y comienza a llorar. Quisiste cambiar el mundo a solo risas y alegría, pero tu realidad, se expresa, en paisajes grises pintados de acuarela. Nadie dice que el mundo es contrario a ti, pero la persona así misma, prefiere y ama, a esa “vocecita” que nos dice a cada uno: “odia a lo que es opuesto a tus principios y forma de pensar”. Pero, al final de cuentas, te conviertes en aquella oposición, puedo ser un proceso corto o largo, pero ni siquiera te das cuenta cuando pasas a convertirte en lo que más odiabas. Y esto señores, ocurre en un concepto tan abstracto, que nos inspira a querer, pero terminamos odiando: El Amor. Contar el primer amor de una persona, siempre es un recuerdo especial, a la persona que todavía no experimenta este proceso de “inocencia-daño”, le daré un consejo, aunque no

sirva de mucho: “La primera mujer nunca es la última”. También las mujeres pueden aplicar este consejo. Si alguna vez un niño(a) que veas a diario, se te acerca y te dice: “creo que quiero a una persona” acércate también y pregúntale sus razones, en caso de que este experimentando su primer amor, mucho mejor, lo que te dirá, serán las siguientes afirmaciones: “Por qué me hace reír”. “Me siento bien cuando estoy con ella y viceversa”. “No sé, pero siento que lo quiero y me cae muy bien”. ¿Cuál es el punto de estas preguntas? ¿Una risa causa cariño? ¿Estar cerca de alguien, significa un real bienestar? Trata de responder estas preguntas, podemos ser muy inocentes, tan manipulables, estar feliz un determinado lapso y después estar muy mal, sin ganas de nada, se van las ambiciones y sufres por las ilusiones, que, desde tu punto de vista, la persona a la cual empezaste querer te las provoco. Pero en realidad las ilusiones te las creaste y tragaste tú mismo(a), si reconoces estas “autoilusiones”, créeme, que te recuperaras anímicamente más rápido que aquellas personas que lloran y no asumen su propia culpa. ¿Qué puede hacer un niño a merced de una mujer o viceversa? ¿Quererse? ¿Apreciarse? Simplemente todo termina en sufrimiento y malas experiencias, que se convierten en lecciones, aprendes y te dispones a crecer. Puede que sea una afirmación muy pesimista pero durante tu vida, si te paras a pensar analíticamente con esta afirmación algunas situaciones de amor que te ha tocado vivir o ver en tu entorno, quisiera saber, si es efectiva, en algo vivido por ti. No me gustaría tomar un papel tan protagónico en este texto, pero si llegas a sentir lastima o pena por mis experiencias, cambia de idea, porque tu empatía no vale la pena. “¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida o la luz de la muerte? ¿Que se busca, que se halla, que es eso: ¿amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes o este sol colorado que es mi sangre furiosa, cuando entro en ella hasta las últimas raíces?” (ROJAS: 1964) Fragmento. “De Contra la muerte” 1964. Poema de Gonzalo Rojas: “¿Qué se ama cuando se ama?”.

De 12 a 16 años, la diferencia son 4 años, 1460 días para ser exactos, pero es relativo el periodo y la duración de los ejemplos que diré. Imaginemos el siguiente escenario: un niño

de 12 años, por situaciones inevitables y estúpidas se incursiona en una sala ajena, precisamente con algunos “amigos de recreo”, 2 años mayores que él. Entre juegos y bromas, ve a una niña, tan hermosa para sus ojos, que solo la ve y no puede ver otra cosa que no sea su rostro, gestos de naturalidad y aburrimiento de “ella”, para él, son unos gestos que nunca podrá olvidar, aunque pasen 5 a 6 años, y aquel niño este en frente de un computador escribiendo esto, son recuerdos únicos que solo le pertenecen a él. Él no vacila, a la clase siguiente, pone en marcha, una lapicera y una hoja, hacia un frio terrible en aquel recreo ordinario, pero llegando él a su sala, solo desparrama pensamientos cálidos y sentimientos inocentes rayando aquella hoja con formas que parecían letras. Esperanzas, ilusiones, ganas de querer, impresiones y un “te quiero” muy pasajero, son elementos presentes en aquel niño. Entregada la carta a la “hermosa destinataria” por un tercero, el niño solo se va a su casa con una sonrisa, y una mochila cargada de supuestos encuentros futuros, diálogos y por qué no decirlo: besos con ella. Al día siguiente, ella, observa al niño como con una mirada atenta, curiosa, hasta podríamos decir, con una mirada tierna. Para resumir esta relación, un proceso de conquista con altos y bajos, un día el niño se transformaba en: “el niño, pero, de ella” a ser un simple niño. En un lapso de 1 año y medio, el creía tener conciencia de que era el amor, pero, entre tanta esperanza y esfuerzo, aparece el sufrimiento, lo peor de todo es que, en esta vida, a veces nos afectan cosas que sentimos no merecer, pero pasa el tiempo y nos sentimos satisfechos con lo sufrido en el pasado. Se consigue una relación oficial, por así decirlo “estable”, pero pasa lo que acabo de decir anteriormente, ella en un paseo de curso, para decirlo no tan metafóricamente, y más sólidamente, le fue infiel a él. Simplemente el niño de un día a otro se apagó, fue la primera vez donde se sintió traicionado, pero fue peor al no querer aceptar el hecho de que “aquella mirada atenta, curiosa, hasta podríamos decir, esa mirada tierna” le causa un dolor nefasto de un momento a otro. ¿Explicaciones? Él no las pide. Pero ella se las da. ¿Cuáles eran? Imagínalas. Mientras piensas, te las diré: “Perdón, yo no soy así”. No crean que dijo más cosas además de esa frase, porque no fue así. Una última mirada entre ella y él. Para aquel niño, la mirada de ella había cambiado, pasó a ser: una mirada con tristeza y culpa, hasta podríamos decir una mirada ruin. ¿Qué podría decir él? -Fue mi culpa, forcé algo que no querías, fui cargante desde el primer día, siento que el colegio y

nuestra vida después de clases, fuera una constante molestia, además, no sé si también lo piensas, el colegio, desgasto el amor que nos teníamos, y solo puedo ver tu mirada tierna, transformada a una mirada ruin. No creo que un niño de 13 a 14 años, diga semejante reflexión cuando acaban de traicionarlo, y menos de esta manera. Volviendo al momento, después de que ella, se acercara a él, con esa silueta debajo de su nariz pintada en forma de beso, un beso que para el niño, tenía un sabor amargo, un sabor “traicionero”, en fin, un sabor a nada. En aquel momento, él, puede apreciar, en aquellas curvas que algún día tanto quiso tener y besar, pero ahora no quiere ni verlas, una frase que ella expreso, pero él no la escucho, porque para ese momento, él ya no estaba en aquel colegio, su cuerpo podrá estar en aquella escalera, al frente de esa “mirada”, pero su alma y sentidos, se quedaron en su cama, tapados con las sabanas, un poco mojadas, con lágrimas inocentes, por el daño que, en el futuro, se verá expresado en lecciones. El recuerdo de los labios de ella, diciéndole: “Nunca cambies”, es el tesoro de él, nadie se lo podrá robar, tampoco borrar de su conciencia, y lo peor de todo, está marcado a fuego en su corazón. Una vida turbulenta de relaciones, de traiciones y caídas, de fidelidades y levantadas por parte de él, de querer y odiar, el primer gran amor, fue la primera vez que traicionan al “niño”, pero tampoco fue la última. Más “miradas” se presentaron en su camino, más “besos sabor a nada”, pudo sentir, en fin, despidamos al niño, y solo tratemos de ayudarlo, secando sus lágrimas con las sabanas de su cama. Día a día puedo ver, como el amor se desgasta, en mi vida, alrededores y en mi familia, no puedo comparar mis experiencias, con las de mis padres, son meses largos, contra años, que parecen un abrir y cerrar de ojos, por lo que me expresan ellos. Si 20 años para ellos es pestañear, para mí, al momento final de cada relación, tan solo quería cerrar mis ojos, y dejar que las lágrimas no salieran, lo cual nunca conseguí, por más maduros que tratemos de ser, a veces nos equivocamos en cosas, pequeñas o grandes, no importa el tamaño, la palabra error, siempre será la misma. Si tienes la oportunidad de algún día, conversar con alguien que aún está en el colegio, pregúntale cosas sobre el amor, sus experiencias o lo que puede apreciar en su círculo cercano, te aseguro que hablara y hablara, sin un relato sólido, te dirá muchas cosas, pero entenderás pocas, entre esas pocas, él o ella te afirmara, a ver sido traicionado(a), pero si

cuenta con un grado de madurez, y confiesa traicionar a alguien que tanto quiso, sea como sea, con mentiras, excusas o como le paso al “niño”, dale un apretón de manos, y no le digas nada. Deja que termine su relato, y antes de irte, exprésale esta afirmación: “El amor en el colegio, se desgasta y se vuelve ruin”. Relativamente, esa frase, es el título, de todo aquel relato, que un niño, ya en proceso a ser un hombre, te podría decir, si le platicas sobre el amor. Esa conversación pasajera, podría ser una lección o aprendizaje, para el que escucha y también para el que habla. Es increíble el amor, tan abstracto y creemos tener la capacidad de poder algún día “tocar” el amor a través de una persona. Si pasa el tiempo, y vuelve aquel niño con quien platicaste pasajeramente, para ser precisos al que le obsequiaste la “frase” y te dice: “Tienes razón”. No te pongas feliz ni triste, solo dile: “El amor es una constante oposición, quédate al medio, evita el desgate y todo lo ruin en tu futuro.

Francisco Solis 4°A...


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