Carnaval - Documentos de Google PDF

Title Carnaval - Documentos de Google
Author Yohanly Hernández Almonte
Course Sociología Dominicana
Institution Universidad Autónoma de Santo Domingo
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INTRODUCCIÓN A continuación, en el presente trabajo de investigación, tratamos como tópico El Carnaval cuyo evento se conmemora en fecha cercana a cada 27 de febrero, fecha en la cual se conmemora el aniversario de la independencia de la República Dominicana. El carnaval se prolonga y el entusiasmo de los dominicanos se celebra en cada rincón del planeta donde estén presentes. Asimismo, explicaremos con claridad y precisión el concepto, origen, historia, instrumentos y situación nacional del Carnaval. El carnaval dominicano es la celebración de la cultura e identidad dominicana más vibrante. Es una época donde los dominicanos de todas las edades y regiones del país se lanzan a las calles, en sus pueblos o en carnavales de pueblos cercanos, para disfrutar de desfiles con sus familiares y seres queridos. Cabe resaltar que en tema en cuestión representa una gran visualización de lo que es la cultura dominicana.

CARNAVAL En República Dominicana, es posible distinguir dos tipos generales de Carnaval. Él de Carnestolendas, proveniente de la cultura católica de España, se celebra antes del inicio de Cuaresma, aunque con el tiempo se ha ido asociando más a la fiesta patria de la Independencia (27 de febrero) o de la Restauración (16 de agosto). Fue descrito, por primera vez, por Fray Bartolomé de las Casas, en 1520, durante una visita a la vieja Ciudad de La Vega, donde los habitantes se disfrazaban de moros y cristianos, en una fiesta que evolucionó en las celebraciones actuales. El otro es el Carnaval Cimarrón, que usualmente se celebra en los últimos días de Semana Santa y origina de tradiciones africanas. El Carnaval Dominicano es una de las tradiciones más coloridas y celebraciones más alegres de la República Dominicana. En el mismo participa todo el pueblo, que se lanza a las calles a disfrutar, compartir y celebrar con alegría. Su mayor intensidad ocurre a finales del mes de febrero en su último fin de semana, aunque dependiendo de la región, se celebra todos los fines de semana del mes de febrero e incluso hasta inicios de marzo. Existen otras fechas particulares en las que algunas poblaciones celebran carnavales aislados, pero con la misma creatividad y entusiasmo mostrado en febrero por toda la nación. Con disfraces y máscaras, diablos cojuelos y desfiles de comparsas en las calles, bailes de disfraces en los clubes sociales y alegría general, exaltamos cada año nuestra Independencia, mezclándola con el tradicional carnaval pre-cuaresma celebrado en otros países católicos. En 1844 los dominicanos expulsamos a los haitianos que nos ocuparon durante 22 años luego de que en 1821 llegáramos a un acuerdo amistoso de independencia con la Corona Española. En busca de su propio destino y un futuro mejor, la colonia española en Santo Domingo se separó de España en forma no bélica mediante transacciones pacíficas. Sin embargo, el ansia de libertad e independencia de los habitantes de la parte española de la isla de Santo Domingo se vio cercenado con la inesperada invasión de nuestro país por el ejército de la vecina nación haitiana.

El Carnaval es la fiesta popular de mayor tradición de República Dominicana. Se produce desde la colonia, en víspera de la cuaresma cristiana, cuando los habitantes de Santo Domingo se disfrazaban como un remedo de las carnestolendas europeas. La celebración del Carnaval tiene su origen probable en fiestas paganas, como las que se realizaban en honor a Baco, el Dios del vino, las saturnales y las lupercales romanas, o las que se realizaban en honor del buey Apis en Egipto. Según algunos historiadores, los orígenes de las fiestas de Carnaval se remontan a las antiguas Sumeria y Egipto, hace más de 5,000 años, con celebraciones similares en la época del Imperio Romano, desde donde se difundió la costumbre por Europa, siendo traído a América por los navegantes españoles y portugueses que nos colonizaron a partir del siglo XV. Durante 22 años ocuparon los haitianos nuestro territorio e intentaron eliminar nuestro idioma y nuestras costumbres. Obligaron a publicar los documentos oficiales en francés y otras medidas que atentaban contra la esencia misma de las tradiciones y cultura de lo que vendría a ser más tarde el pueblo dominicano. Con disfraces y máscaras, diablos cojuelos y desfiles de comparsas en las calles, bailes de disfraces en los clubes sociales y alegría general, exaltamos cada año nuestra Independencia, mezclándola con el tradicional carnaval pre-cuaresma celebrado en otros países católicos. En los últimos años, y en particular a partir de 1997, las autoridades gubernamentales han buscado separar la celebración de las fiestas patrias de la celebración del principal Carnaval Dominicano, para no restar solemnidad a la celebración de la Independencia Nacional el día 27 de febrero. Como resultado, la segunda mitad de febrero presenta una intensa agenda de actividades separadas en conmemoración de la lucha patriótica de los héroes de la Independencia Nacional y alrededor del carnaval fiestas populares, conciertos multitudinarios, desfiles de comparsas, así como los tradicionales carnavales cada domingo del mes. Disfraces Los dominicanos celebramos el carnaval disfrazándonos de diablos y demonios con trajes de vistosos colores, adornados por espejos, cascabeles y otros accesorios.

Uno de los aspectos más llamativos del atuendo carnavalesco lo constituye la máscara, típicamente de gran tamaño y con enormes cuernos, representando demonios y/o animales. De singular importancia en la celebración de los festejos en las calles es la vejiga de vaca, tradicionalmente curada con limón, cenizas y sal. Modernamente las vejigas son reforzadas con material plástico en su interior y cubiertas con tela para protegerlas. Secas e infladas, sirven para asestar ruidosos golpes en los espectadores y otros demonios. Si bien estos golpes pueden causar dolor, por la naturaleza misma del instrumento usado para golpear, infringen daños mínimos duraderos en quien los recibe. Existe también en algunas zonas, como Santo Domingo, la costumbre de algunos de disfrazarse de "indios", con el torso al desnudo y de pantalones un atuendo de hierba y matas, así como otros embadurnan su cuerpo con betún negro y deambular con el torso y las piernas tiznadas al desnudo. Estos atuendos en particular y otras variantes tienen una clara raíz africana, siendo bastante similares a algunas de las vestimentas rituales y de celebración usadas por tribus africanas, miembros de las cuales presumiblemente fueron traídos a la isla como esclavos en tiempos de la colonia. El carnaval llega a la isla con la colonización española, cuya expresión sigue siendo común en muchos lugares de Europa. Según fichas informativas del Instituto Dominicano del Folklore (INDEFOLK), existía desde antes de 1520 y la llegada de los esclavos africanos enriqueció extraordinariamente estas celebraciones con música, canto, danza y capacidad creativa. La ética cristiana de la época colonial estaba ‘‘acomodada a las esencias de un sistema monárquico, cruel y explotador en nombre de la paz, el amor y la justicia '', según publica Dagoberto Tejada. Esta condición ‘‘se convertía en un obstáculo para una nueva visión del mundo, llena de progreso'' por lo que ‘‘las festividades religiosas, sociales, culturales y patrióticas fueron grandes pretextos para crear catarsis sociales, necesarias en un ambiente asfixiante. Detrás de un disfraz la gente podía presentarse como realmente era o quería ser''. Santo Domingo El carnaval popular en Santo Domingo tenía su centro a mediados de siglo en el Parque Enriquillo, donde se reunían comparsas de Villa Mella, Sabana

Perdida, Los Mina, Mendoza y Mandinga, así como de los solares del Almirante y Aguacate, donde vivían muchos negros de Curazao que ‘‘acompañándose de acordeón y güira, vociferaban hasta altas horas de la noche''. De los barrios de la Capital, definidos por Marcio Veloz Maggiolo como ‘‘factor fundamental de identidades urbanas y suburbanas'', surgen los personajes de comparsas Se me muere Rebeca, Califé, Los Indios, Los Alí Ba-Bá (adoptados hoy en otras comunidades del país, como se vio recientemente en el carnaval de Santiago), Robalagallina, Los Waikiki, Los Africanos, etcétera, que se enriquecieron con los Diablos Cojuelos. El Carnaval Dominicano es una de las tradiciones más coloridas y celebraciones más alegres de la República Dominicana. En el mismo participa todo el pueblo, que se lanza a las calles a disfrutar, compartir y celebrar con alegría. Su mayor intensidad ocurre a finales del mes de febrero en su último fin de semana, aunque dependiendo de la región, se celebra todos los fines de semana del mes de febrero e incluso hasta inicios de marzo. Existen otras fechas particulares en las que algunas poblaciones celebran carnavales aislados, pero con la misma creatividad y entusiasmo mostrado en febrero por toda la nación. Pero es febrero el mes de Carnaval en la República Dominicana y el júbilo y la celebración masiva en las calles y clubes sociales son el sello que distingue estas fechas. Nadie está en casa. Todos están en las calles.

En la República Dominicana la celebración del tradicional carnaval que precede a la cuaresma se encuentra entremezclada con la conmemoración de la Independencia Nacional. En los festejos populares de las calles participan todos los miembros de la sociedad, trasladándose algunas personas de una localidad a otra y viajando cientos de kilómetros para participar de las distintas costumbres del carnaval en cada región.

CONCLUSIÓN Al concluir el presente trabajo de investigación, es importante resaltar qué: El Carnaval es una tradición muy arraigada entre el pueblo dominicano y una auténtica expresión de su identidad. Las primeras celebraciones de Carnaval en la isla se remontan a 1520, época colonial. Durante el período de ocupación haitiana, los disfraces se dejaron de lado hasta que de nuevo, a partir de 1844, los dominicanos volvieron a las calles, aunque ya sin asociar el Carnaval a festividades religiosas, sino constituyéndose como auténtico festejo que se celebraba tres días antes del Miércoles de Ceniza. Es por eso que el mes de febrero se ha mantenido desde entonces como el mes del Carnaval en la República Dominicana. Cada domingo del mes distintas ciudades organizan sus desfiles. Pese a la belleza que envuelve a todas y cada una de estas exhibiciones, el Carnaval más conocido a nivel internacional es el de La Vega y, como cabía esperar, el que se organiza en la capital, Santo Domingo, celebrado normalmente entre el último domingo de febrero y el primer domingo de marzo. En este último, el Ministerio de Turismo y Cultura reparte premios a mejor vestuario, grupos, etc., divididos en distintas categorías. Lo característico del increíble carnaval dominicano es la influencia de distintas culturas en su evolución. Además de la innegable presencia española, cuenta con una gran variedad de personajes procedentes de las culturas africanas o de las tradiciones de otros países, tales como el “Diablo Cojuelo”, el “Califé” o el “Roba la gallina”, entre otras muchas figuras que, al ritmo de la música y el baile, se mezclan y confunden en los coloridos desfiles.

ANEXOS...


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