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Title Comentarios - comentario de la triada de micerino
Course Arte Universal
Institution Universidad de Sevilla
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comentario de la triada de micerino...


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LA TRÍADA DE MICERINOS

Se trata de un altorrelieve escultórico, de autor anónimo y cuyo título es “La tríada de Micerinos”. Es de la IV Dinastía, del Imperio Antíguo, del 2530-2500 a.C. aproximadamente. Se localiza en el Museo Egipcio de El Cairo y procede del templo funerario del faraón Micerinos, situado junto a su pirámide en Giza. Pertenece a la escultura del Imperio Antiguo egipcio. Se trata de una estela de piedra gris que forma un único bloque. Encontramos tres figuras talladas mediante altorrelieve de gran profundidad, la base que da estabilidad al conjunto muestra algunas inscripciones jeroglíficas. Mide 92 cm. La obra está realizada mediante talla directa sobre la piedra, con pulimentado posterior. Muestra al faraón Micerinos entre dos divinidades femeninas. Este aparece representado con la corona blanca del Alto Egipto, y se viste con un sencillo faldellín que deja al descubierto su torso, piernas y brazos. También podemos observar que lleva la barba postiza característica de la realeza egipcia. La musculatura de Micerinos queda muy marcada y aparece con la pierna izquierda adelantada como si fuese a avanzar. Las dos divinidades que encontramos aparecen vestidas con sencillas túnicas casi transparentes y poseen melenas que caen por delante del cuello y llegan casi hasta los pechos. A la derecha del faraón encontramos a la diosa Hathor, representada con cuernos de vaca en su cabeza, entre los cuales se muestra el disco solar. A la izquierda encontramos a la diosa protectora del nomo de Cinopolis, representada con su emblema, un chacal. Hathor aparece avanzando su pie izquierdo, mientras que la otra diosa se mantiene estática por completo, con los pies juntos. Las dos divinidades femeninas se encuentran agarradas a los brazos del faraón. Las tres figuras muestras rasgos geométricos y una gran rigidez e hieratismo, brazos pegados al cuerpo y los puños cerrados. Se ha aplicado el canon de los 18 puños y se hace evidente la ley de la frontalidad, para ser contempladas de frente. En esta obra la simbología es evidente. La posición del faraón al estar en el centro entre las dos diosas nos remite a la concepción del monarca como otra divinidad más. Hathor, diosa cósmica, simboliza la protección a los difuntos. Debido a que esta es esposa del dios Horus explica la aparición de esta diosa en este tipo de estelas. La otra diosa aparece como protectora y

patrona de nomo de Cinopolis, ubicado en el Alto Egipto. La diferente posición de las piernas de las tres figuras simboliza una cierta preeminencia en cuanto a la importancia de su representación. Micerino es el último faraón de la IV Dinastía, consolida el Imperio Antiguo e incrementa el poder real en el país, prueba de las pirámides de Giza. Nos muestran a los faraones egipcios como criaturas divinas con acceso a tan espectaculares tumbas para disfrutar de la eternidad. La escultura egipcia supera el nivel más primitivo de la mera yuxtaposición de estatuas originariamente elaboradas por separado, para dar unicidad, en caso de ser necesario, a sus producciones escultóricas.

LAOCOONTE Y SUS HIJOS

“Se trata de una escultura de los escultores Palidoro, Agesandro y Atenodoro, cuyo título es “Laocoonte y sus hijos”. Esta escultura es del periodo helenístico y es una copia de mármol del siglo I a.C. que se encuentro en el Museo Vaticano de Roma, la original era de bronce de los siglo III-IV a.C. aproximadamente. Se trata de una escultura de busto redondo, de gran volumen, que es subrayado por el movimiento y la tensión de la escena. Presenta una concepción bidimensional, está concebido para ser visto de frente. La escultura griega ha alcanzado el grado de barroquismo, como podemos apreciar en la tensión y dramatismo de los rostros cuerpos y el movimiento y la inestabilidad de todo el grupo.” El personaje central que es el Laocoonte es el de mayor tamaño, y destaca por su estudio anatómico y de rostro. Tiene postura semisedente, parece apoyarse en el asiendo, del que cuelgan unos rígidos ropajes. La pierna derecha se encuentra doblada y la izquierda restrasada, acentuando la idea de tensión. La composición es triangulas. En los laterales se encuentran las figuras de sus hijos, se abren en forma de ángulos rompiendo la verticalidad. Se trata de un gran desequilibrio compositivo. El movimiento forzado y la tensión del conjunto se acentúan por la disposición de las serpientes, que con sus anillos de formas sinuosas con curvas y contracurvas a la vez cierran y abren el conjunto. El cuerpo desnudo de Laocoonte es un perfecto estudio anatómico, se trata de la anatomía de un atleta ya maduro, con una musculatura hiperdesarrollada, propia del helenístico, que contrasta con los cuerpos menos expresivos y más clásicos de sus dos hijos. Se puede apreciar las rugosidades y texturas de la piel, los rizos con abundante labor de trépano en barbas que presenta profundas incisiones para dar efecto de gran relieve de claroscuro, los cabellos que acentúan los efectos de luz y sombra y el acanalamiento rígido de los paños. Los rostros y gestos son tremendamente expresivos, reflejan miedo y dolor, pero lo gestual y emotivo no sólo están en los rostros, sino en los cuerpos en movimiento, en el dinamismo de la composición, en el ritmo marcado por brazos, piernas y serpientes: Lo dramático, el “Pathos” se ha impuesto definitivamente. El tema de esta obra es mitológico. El sacerdote Laocoonte y sus hijos son castigados por los dioses a morir juntos por dos serpientes marinas. Esta obra simboliza el enfrentamiento entre las fuerzas poderosas de lo incomprensible y la impotencia humana. Laocoonte es castigado por

aconsejar a sus compatriotas a no aceptar el Caballo de Troya como regalo de los griegos. Los dioses al ver frustados sus planes de destruir Troya, enviaron dos serpientes de mar gigantes para que se apoderaran de Laocoonte y de sus hijos. En el rostro del Laocoonte podemos apreciar el dolor tanto físico como moral al verse impotente y no poder hacer nada por sus hijos inocentes. Esta obra tiene una función propagandística, ya que en el mundo helenístico las obras se hacían por encargo de personajes poderosos. También tiene una función religiosa, esta mostraba los castigos que recibían los mortales al enojar a los dioses. La obra pertenece al arte griego, al periodo helenístico, se caracteriza por la pérdida del equilibrio formal y psicológico, así como la atenuación del idealismo clásico y tendencia a representar lo naturalista y el realismo extremo, aunque éste resulte desagradable o deficiente, se prefiere lo feo a la belleza formal, triunfa lo anecdótico, lo recargado, lo expresivo; se alcanza la perfección en el movimiento, con escorzos, composiciones en diagonal, desequilibrio en los cuerpos, dramatismo y tensión en los rostros. Se pierde parte de la independencia e individualismo de los artistas, al concentrarse estos en talleres o escuelas. Pertenece a la escuela de Rodas, característica por el movimiento exagerado, el sentido expresivo hasta lo agónico, complicación formal y dinámica, dramatismo y patetismo, la acentuación del sufrimiento y el dolor, el gusto por lo recargado y lo barroco.

LA LIBERTAD GUIANDO AL PUEBLO

Se trata de una pintura histórica no realista, tiene como titulo “La libertad guiando al pueblo”, realizada por Eugene Delacroix, pintor de estilo romántico y crítico con la Francia de la época de la restauración. Fue pintado en 1831, tras proclamarse la Monarquía parlamentaria. Esta obra se encuentra en el Museo Louvre-Lens en Paris, Francia, y es un óleo sobre lienzo. Representa la insurrección burguesa de finales de Julio de 1830, el triunfo del pueblo y de la libertad en la lucha contra la reacción. El tema elegido fue el de la Libertad con la bandera tricolor, lidera en la lucha de las barricadas al pueblo francés, con una clara finalidad propagandística y agitadora. Podemos observar una estructura en posición de pirámide, los muertos en la base y la Libertad en la cima sosteniendo con la mano izquierda un fusil y con la derecha la bandera tricolor. De fondo se ve el cielo de Paris tormentoso, característica romántica. Se muestra una multitud en actitud de combate que se dirige hacia el espectador, con lo que refuerza la idea propagandística e impactante. Las tonalidades y el juego de la luz iluminan la escena central, se utilizan colores pálidos con pinceladas sueltas destacando el azul, rojo y blanco de la bandera. El rojo y el azul de la bandera, de la vestimenta del herido que se alza delante de la Libertad y de la camisa del muerto de la izquierda resaltan por encima de todo el predominio de las tonalidades ocres y grises del conjunto. Esta obra tiene sensación de perspectiva debido a los edificios de fondo y a la multitud, que se va alejando y reduciendo en tamaño al fondo del lienzo. La bandera, la camisa del muerto de la izquierda y la vestimenta del herido que se alza frente a la Libertad forman una línea recta imaginaria formando un eje central. La luz es irreal, ilumina la Libertad con la bandera, una parte del cuerpo del niño que hay a su lado, al moribundo de la chaqueta azul, al muerto del margen inferior izquierdo y las manos y piernas del hombre del sombrero de copa, esto es para potenciar el movimiento.

Los personajes que encontramos son: la Libertad representada con una mujer, que era la manera clásica de representar a las virtudes, esta estaba

revestida con los símbolos de la revolución francesa: el gorro frígido y la bandera tricolor, también va armada, guiando en la lucha al pueblo. El autor representa lo que posteriormente se convertirá en un icono de Francia y de su revolución: la Marianne, la revolución con forma de mujer. El resto de personajes que encontramos en primer plano son distintos representantes del pueblo francés: desde un burgués, hasta un representante humilde del pueblo, incluso el protagonismo de los niños al lado de la Libertad con dos pistolas. Uno de los muertos está uniformado y otro semidesnudo y descalzo. Se pretende aglutinar a los distintos a los distintos estratos sociales que forman la nación en armas, la nación revolucionaria. Esta obra muestra mucha coincidencia con “La Balsa de Medusa” de Gericault. Otra obra que ha podido influir por las asimetrías, las diagonales y los estallidos de color es “Los fusilamientos del 3 de mayo” de Goya. Esta obra ha pasado a ser un icono representativo de las revoluciones....


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