COMO Despertar A LA Bella Durmiente PDF

Title COMO Despertar A LA Bella Durmiente
Author Diego Perez del Rosario
Course Antropología
Institution Universidad Nacional Mayor de San Marcos
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Summary

Resumene del ensayo "Como despertar a la bella durmiente"...


Description

Con el título La Antropología ante el Perú de hoy, la UNMSM y la PUCP organizaron conjuntamente, en agosto del 2005, el IV Congreso Nacional de Investigaciones en Antropología.Con el propósito de hacer un balance y convocar al mayor número posible de antropólogos e investigadores, buscando actualizar y socializar el conocimiento antropológico sobre el Perú, el congreso convocó cerca de 800 participantes, presentándose 300 ponencias. Para esto se organizaron tres mesas especiales, que buscaban proporcionar diversas miradas y análisis desde y en el país, pero también situarlo en el contexto de del ambito latinoamericano. Así, la primera mesa tenía como propósito brindar un panorama de los estudios en antropología desde cada una de las escuelas de antropología en el país: Arequipa, Ayacucho, Cusco, Huancayo, Trujillo, Puno y Lima. La segunda pretendía proporcionar un balance comparativo de los estudios de antropología en los ámbitos nacionales de un número de países latinoamericanos: Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, México y Perú. La tercera buscó, finalmente, reunir una serie de balances sobre estudios peruanistas desde diversos países: Alemania, Francia, Gran Bretaña y Japón. Este congreso es inagurado por la ponencia de Carlos Ivan degregori:¿Como despertar a la bella durmiente?,donde se hace un un balance crítico sobre el estado de nuestra disciplina y su relevancia para la sociedad peruana actual El antropólogo peruano Carlos Iván Degregori nos dice que la antropología que se enseña en las aulas peruanas tuvo un momento brillante durante los años cincuenta y sesenta, pues por estas décadas se pudo extraer una producción académica de altísima calidad que se produjo gracias a la construcción de las diversas escuelas antropológicas en distintas universidades a lo largo y ancho del país que contaban con una conexión parcial. Degregori afirma que el Perú es un país escindido. La mayor causa de esta división se da debido a la hegemonía que representaba la capital que no estaba conectada con las otras provincias donde también se estaban haciendo investigaciones de calidad. En “la edad de oro” de la antropología se crearon puentes entre Lima y las demás provincias, para que de esta forma los conocimientos no se aislaran en solo una región, sino se expandieran. No solo se tenía la unión entre la capital y las otras provincias, a esta

conexión también se le agregaba la relación que se tenía con los peruanistas extranjeros. En estos tiempo se dieron grandes oportunidades laborales para los antropólogos especialmente por la Reforma Agraria de Velasco, pues la aplicación de esta reforma requería del conocimiento profundo de los antropólogos para ejecutar los diversos programas relacionados a la reforma agraria, así que desde el estado se recurrió a revalorizar las ciencias sociales, como herramienta para la construcción de un país más desarrollado, no solo en el plano económico sino también en el plano social. Toda esta “edad de oro” llego a su final cuando la antropología cayó en una profunda crisis hacia la década de los setenta por los siguientes motivos: 

El repliegue del compromiso del Estado con la educación que se tradujo en una disminución de la participación presupuestaria de la educación pública; este desinterés de parte del estado por la educación pública se da después de los fracasos de la reforma universitaria y la ley universitaria de 1972.Se redujo drásticamente el presupuesto destinado a la educación universitaria que se dio como una estrategia de las elites económicas que contaban con el apoyo de las elites políticas. Estas elites vieron en las universidades privadas un negocio y por ello dejaron agonizar a la educación universitaria pública a través de presupuestos paupérrimos que no podían satisfacer la población universitaria creciente que se estaba germinando.



La masificación de la educación universitaria sin tener en consideración un proyecto que democratizara y buscara el pluralismo para de esta manera adaptar a la comunidad académica a la diversidad de población estudiantil, no hubo una respuesta que pudiera abordar de manera eficaz y clara el rápido crecimiento de la población estudiantil de las universidades públicas que se multiplicaba en pocos años.



Se fue ampliando en las universidades especialmente en las universidades públicas las enseñanzas del marxismo de manual, con lo que se homogenizaba un pensamiento único que era intolerante y por ello no aceptaba un pluralismo ideológico.



Los errores de las reformas impuestas por los gobierno de Velasco y Bermúdez, hicieron que se acabara la relación idónea entre el estado y la antropología. Lo

cual se tradujo en la poca salida laboral de los antropólogos para trabajar en instituciones públicas. En este momento se tenía el paradigma de la antropología indigenista que buscaba unir el país a través de mejoras sociales para la población más marginada del país. 

El descuido de la antropología en su relación con los movimientos sociales y con un proyecto de país, el declive de los movimientos sociales y la pérdida de peso político de la izquierda peruana trunco la posibilidad de una alternativa para poder conectarse la antropología a los movimiento sociales



No hubo algún movimiento étnico que pudiera renovar y descentralizar la antropología peruana, esto tiene como causa el no contar con una intelectualidad indígena como se dio en el caso de otros países.



El sector más extremista de los jóvenes decidieron optar por la “lucha armada”, y las secuelas de esto fue una violencia tanto desde el estado como de los grupos subversivos que dejaron en mal estado a las principales universidades publicas donde se realizó intervenciones militares.



Se mantuvo en vigencia un marxismo ortodoxo y dogmático aun después de la violencia política,esto no dejaba que la universidad se desarrollara en ideas para seguir avanzando y curar las heridas profundas que dejo este suceso tan traumatico.

Gran parte de estos motivos fueron los que condujeron a que no hubiera la necesidad de que se proceda a realizar una reforma neoliberal dentro de la universidad peruana, ya que todos estos motivos señalados ya hacían que la estructura de la universidad peruana reprodujera una “tradición de exclusión y discriminación” la cual servía al neoliberalismo que era promocionado desde el estado. Se podía observa un “radicalismo economicista” que no dejara que surgiera otra alternativa de desarrollo, la antropología peruana no supo cómo renovarse y no quedarse desfasada ante los cambios veloces que se dieron en esta época, esto se pudo observar a través de las universidades publicas donde no había una renovación de la burocracia y de los docentes de las universidades públicas marcadas por docentes de una edad avanzada y un pensamiento que relegaba el papel de la mujer en una carrera donde la población juvenil estaba aumentando y también crecía la cantidad de mujeres en esta carrera. Se observaba también la paupérrima formación académica que ocasionaba que los mejores estudiantes que podían ingresar a carreras de letras, se decepcionaran y se

fueron a carreras con mayor salida laboral y con mayor formación académica dieron diversos casos de alumnos que ingresaban a Antropología solo como una carrera para poder pasar a otra por los bajos puntajes con los que se ingresaba en comparación a otras carreras

Se puede dividir el análisis de Carlos Ivan sobre la antropología universitaria del Perú en tres comunidades: los peruanistas extranjeros junto con los antropólogos que emigran al extranjero, los antropólogos de las universidades de Lima con una tendencia marcada en las universidades de San Marcos y la PUCP y los antropólogos en las universidades de provincia. Esta comunidad de antropólogos de provincias es la más marginada, ya que se encuentra en un estado de aislamiento grave si se compara con los otros grupos que ya se encontraba unidos a comunidades internacionales. Entre los antropólogos de lima y los demás de otras provincias surge una desconfianza mutua. En los antropólogos de provincia hay una frustración y rencor hacia los antropólogos de Lima y de parte de ellos tenemos indiferencia y desconocimiento hacia los primeros. Aunque el autor realiza un diagnostico donde todo parece estar condenado al fracaso, Degregori señala con optimismo que este S. XXI le brinda muchas oportunidades a la antropología para su renovación y para volver a ponerse en una situación de amplio desarrollo para esta ciencia social. Este resurgimiento de la antropología se podría dar para llegar a explicar coherentemente los fenómenos sociales ligados etnicidad, parentesco y cultura y esto junto al método etnográfico se vislumbra como una ciencia que tiene un potencial de capacidad explicativa frente a la caída de los discursos de la modernidad incluido el que estuvo tan de moda el S.XX, el economicismo marxista. Cómo negar que existen posibilidades para revertir esta situación, más aún en un contexto internacional y nacional favorable para nuestra disciplina; sobre todo, ahora que el más reciente de los reduccionismos economicistas comienza a resquebrajarse. Porque, al igual que la teoría de la modernización y que el marxismo ortodoxo, el neoliberalismo jugó todas sus cartas a que la mano invisible del mercado fuera la panacea, a que la economía reemplazara a la política y nos llevara al fin de la historia. En ese mundo, la Antropología y otras disciplinas que estudian la cultura tenían muy poco oxígeno. Pero si el nuevo motor del desarrollo es la información, entonces las Ciencias de la Comunicación, la Lingüística y, si tomamos en cuenta que toda comunicación se da en un contexto

sociocultural, también la Antropología y disciplinas afines tienen un papel importante que jugar en el nuevo escenario. Por otro lado, la globalización tiene una cara no precisamente oculta, pero sí contrapuesta. En efecto, conforme se intensifican los lazos globales, se fortalecen también las identidades y las lealtades locales, especialmente aquellas conformadas alrededor de la lengua, la religión, las tradiciones, en otras palabras, alrededor de la cultura y la historia.11 De esta forma, cuando la antropología y otras disciplinas de la cultura parecían condenadas a terminar en el baúl de las antigüedades, se reubican en el ojo de la tormenta, como herramienta necesaria para entender el mundo en que vivimos y, de ser posible, hacerlo más vivible. El parentesco, uno de los temas centrales de la Antropología, resulta ser importante no solo para entender las pequeñas sociedades sin Estado en las selvas o los desiertos más remotos del Planeta, sino también para explicar el sorprendente crecimiento de países como Japón, China o Corea. Convertido en análisis de redes de parentesco y paisanaje, sirve para entender las grandes migraciones transnacionales o incluso conflictos como los de Kosovo o crisis como la albanesa, para no mencionar nuevamente las grandes migraciones andinas hacia las ciudades del Perú, o entender el comportamiento de nuestro presidente y su familia extensa. Por otro lado, basta encender el televisor o la radio para ver cómo los conflictos étnicos, sociales, religiosos, lingüísticos, es decir, otra vez, histórico-culturales, han reemplazado a los conflictos ideológicos del pequeño S.XX, como lo llamó Hobsbawm. Esos conflictos étnicos, que hasta hace poco se creían supervivencias arcaicas destinadas a desaparecer con el desarrollo, sea por la vía capitalista o socialista, hoy desangran no solo países de la periferia como Sudán o Congo, sino que se instalan con fuerza en el corazón mismo de Europa, en Rusia, en la ex-Yugoslavia o en la propia España. Y, como se sabe, así como el parentesco, la etnicidad es otro de los temas clásicos de la Antropología. Y, si alguna ideología cobra fuerza en los albores de este nuevo siglo hasta generar lo que se ha denominado fundamentalismos, es la ideología religiosa, tanto islámica como cristiana, tanto hindú como judía. Según Huntington (1996), si el S.XX estuvo signado por sangrientos conflictos entre ideologías contrapuestas, el S.XXI presenciará el «choque de civilizaciones», pues las fracturas ideológicas vienen siendo reemplazadas por los clivajes étnico-culturales. Si bien su argumento resulta demasiado unilateral y apocalíptico, lo cierto es que en el futuro cercano el mundo enfrenta una disyuntiva crucial: o reconoce, respeta y promueve la diversidad cultural o trata de reconstruirse en compartimientos estancos homogéneos. Interculturalidad o limpiezas étnicas, ese es el dilema en el terreno de la cultura. O el atrincheramiento en el particularismo, o la creatividad en la mezcla, como afirma Hopenhayn (1999). Pero no se trata de la simple celebración de una diversidad cultural que, como advierte Zizek (1998), puede resultar funcional a la lógica del capitalismo transnacional si no se tiene en cuenta que la «aldea global» en construcción no tiene la estructura inclusiva y simétrica de las aldeas Bororo estudiadas por Levi-Strauss, ni propicia la comunión dionisíaca generalizada como la de Asterix el Galo, sino que está marcada por una grotesca desigualdad en la distribución del poder económico, político y simbólico. Ubicado el estudio de la diversidad cultural en este contexto, nuestra disciplina tiene

potencialmente relevancia analítica y crítica. Digo solo potencialmente, porque depende también de los antropólogos hacerse relevantes, producir los virajes indispensables para ser útiles en este nuevo capítulo de la historia, que nos dice que los temas culturales están allí, a la orden del día, esperando para que los abordemos con los instrumentos teóricos y metodológicos más adecuados para poder aportar a la comprensión crítica de nuestra realidad. Más aún ahora que la etnografía, nuestra principal herramienta metodológica, se renueva, se complejiza, traspasa las barreras disciplinarias y es adoptada por otras disciplinas e incluso por el marketing. Más aún ahora que los estudiantes están, como dicen ellos mismos, «en otra», buscando temas nuevos, desde migraciones transnacionales hasta etnografías del ciberespacio. El peligro es la dispersión, o que, por la forma en que se encaran los temas, éstos se vuelvan irrelevantes, porque faltan planes generales de investigaciones en las escuelas, o al menos ciertas líneas principales de investigación definidas, que enmarquen las inquietudes de las nuevas generaciones.

RESUMEN CRÍTICO: En conclusión me parece certero lo que ha expresado Degregori. Su análisis acerca de la situación de San Marcos aún es palpable, pues todavía se puede observar una gerontocracia que esta insertada en la plana docente, y que se niega a una renovación que está siendo impulsada por la ley universitaria a través de la jubilación de profesores de más de 70 años. Se puede observar la vigencia de su análisis, en la actualidad de diversos gremios universitarios que por un erróneo radicalismo se oponen sin ningún sentido crítico a cualquier medida que se da de parte de la

universidad cuando los servicios

universitarios se ven amenazadas por las privatizaciones en vez de poder negociar diversas mejoras para el bien del estudiante. Y a todo esto se le suma la precariedad académica. Es por ello que siguiendo la recomendaciones de Degregori se debe superar las vallas que frenan el avance de las Ciencias Sociales en el peru,que se observan en un marxismo fosilizado y el clientelismo que genera la gerontocracia y la misoginia. Se debería seguir leyendo los clásicos pero tratar de abárcalos con los debates actuales y con autores contemporáneos que han sabido renovar el pensamiento marxista. Es decir no reivindicar el marxismo de manual como el único camino, sino de mostrar al marxismo como una corriente pensamiento que ha sido desarrollada en diferente

contexto y esto debe impulsar a las escuelas marxista a tener que buscar una actualización ideológica que abarcara un análisis del contexto en donde se quiere aplicar estas ideas y no plasmar tal y como se impone de una manera sectaria tal y como paso en el Perú. Esto es algo que se está dando, pues se vislumbra un pensamiento de izquierda más democrático, aunque lamentablemente en el Perú se da de manera muy incipiente. Esto debe concluir en que se estudie al marxismo desde múltiples facetas como se puede observar en un pensamiento de izquierda pluralista moderno, donde se pueden encontrar autores como Hebert Marcuse, Ernesto Lacau,etc. Estos referentes deben darnos la idea de tenemos que buscar más allá de los clásicos del marxismo y que puedan logran un dialogo del pensamiento marxista con otras corrientes de pensamientos para dejar de lado el adoctrinamiento que tanto daño hace a cualquier sociedad, como se pudo observar el siglo pasado a través de grupos subversivos que llegaron al poder amparándose en un socialismo de carácter autoritario y homogéneo como los Jemeres Rojos en Camboya. Por ello solo mientras se puede lograr un pluralismo de ideas se puede avanzar hacia un desarrollo del país

que no solo

involucre la parte económica sino también la social y política.

PREGUNTAS: 1. ¿A qué se refiere Degregori con el elogio de la mochila? Hace referencia a los deseos de los estudiantes de explorar las diversas realidades para empaparse de conocimiento del país, se tenía un romanticismo que venía de las décadas pasadas. No fue capaz de renovar o reinventar su identidad como comunidad académica. 2. ¿Cuáles son los mitos que se encuentran en la disciplina? Dentro de la comunidad antropológica surgieron diversos prejuicios que dañaban la conexión entre la antropología que se hacía en Lima y la de las demás provincias. Teoría y trabajo: Ellos sabrán mucha teoría, pero nosotros somos privilegiados porque tenemos el trabajo

de campo a la vuelta de la esquina, tenemos verdaderos laboratorios antropológicos.

este mito supone que el enunciado «trabajo de campo» hay que tomarlo como trabajo en el campo en contraposición al trabajo en la ciudad. Si eso fuera así, la antropología sería una disciplina enclaustrada en las zonas rurales. En la expresión «trabajo de campo», campo es más bien sinónimo de «terreno». Trabajo sobre el terreno, que puede ser rural, urbano o incluso virtual. Más bien llama la atención, por ejemplo, que, aparte de los trabajos muy iniciales realizados por la Comisión de la Verdad, no existan etnografías históricas sobre el proceso de violencia que asoló universidades como la de Huancayo, Huamanga o la propia San Marcos. Ellos serán buenos para los libros pero nosotros somos mejor para el trabajo Es una variante del mito anterior, anclada en el romanticismo de las primeras décadas de la antropología. porque tal afirmación condena a ese «nosotros» a ser los que recogemos información, materia prima para quienes realmente producen conocimiento. Ésta es una polémica que se remonta hasta los inicios de nuestra disciplina. Peor, aun en caso de ser ciertos los dos mitos mencionados, ¿de qué sirve estar cerca de los lugares de trabajo de campo y tener disposiciones —digamos— «naturales» para ese trabajo, si no sabemos cómo hacerlo; si no tenemos las herramientas teóricas y metodológicas para diseñarlo bien; ni dominamos las herramientas etnográficas para llevarlo Adelante con éxito; ni conocemos la literatura previa sobre el tema investigado, parte de ella en lengua extranjera que no podemos leer; ni hemos aprendido las técnicas que nos permitan redactar informes académicos de manera adecuada? c) «Ellos» son postmodernos y, por consiguiente, reaccionarios La verdad es que en el Perú no ha habido antropología postmoderna. El adjetivo ha sido adjudicado con frecuencia a quienes trabajan corrientes o autores posteriores a la década de 1980, por los guardianes de la bella durmiente, que no quieren que nadie la despierte, ni príncipe ni plebeyo, ni hombre ni mujer. d) El Colegio de Antropólogos es un instrumento crucial para resolver por lo menos nuestros problemas laborales, porque obligará a que contraten antropólogos Estoy de acuerdo la conformación del Colegio, pero centrarnos solo en la creación...


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