EL Informe Psicopedagógico (introducción a la práctica psicopedagógica) PDF

Title EL Informe Psicopedagógico (introducción a la práctica psicopedagógica)
Author Melanie Galuschka
Course INTRODUCCIÓN A LA PRACTICA PSICOPEDAGOGICA
Institution Universidad Nacional de Lomas de Zamora
Pages 3
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Summary

Una herramienta para comunicar la práctica clínica. Lic. María Alejandra Albacete. ¿Qué propósito persigue informar? ¿A quién informamos? ¿Qué se quiere informar y cómo?...


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El Informe Psicopedagógico: una herramienta para comunicar la Práctica Clínica Lic. María Alejandra Albacete.

El psicopedagogo no trabaja solo. No existe la posibilidad de un abordaje aislado, en la soledad del consultorio. Por la naturaleza de su trabajo, el psicopedagogo debe trabajar con otros. Así como los aprendizajes no se logran “solamente en el ámbito escolar”, las intervenciones con nuestros pacientes no se dan “solamente en el ámbito del consultorio”. Muchas de las intervenciones que realizamos con nuestros pacientes (que en varias ocasiones trascienden las paredes del ámbito privado) acontecen gracias a la comunicación e intercambio con otros profesionales e instituciones que también trabajan con nuestro paciente, ya sea niño, niña, adolescente o adulto. A su vez, consideramos que el saber comunicar o trasmitir a otros la práctica que llevamos adelante, forma parte de la formación e incumbencia de todo profesional, independientemente del espacio físico donde se desarrolle. En el caso de los psicopedagogos: escuela, hospital, consultorio, etc. Es por estas razones, que concebimos al INFORME como una instancia necesaria e importante en nuestra labor clínica. El mismo, se constituye en una herramienta cuya finalidad primordial es la de comunicar, estableciendo canales de contacto con otros: docentes, colegas, otros profesionales, instituciones, familia. A su vez, desde el aspecto formal, constituye un documento escrito que refleja la visión del profesional sobre el niño, adolescente o adulto en cuestión. Por ello posee determinadas características que desarrollaremos más adelante.

Siguiendo el planteo de Oscar Amaya (2004), el INFORME PSICOPEDAGÓGICO (IP), intenta generar un diálogo vivo y abierto con nuestros interlocutores, con los cuales intercambiamos información, sugerencias, preguntas. Pero para que la comunicación se transforme en un diálogo fecundo, es necesario tener en cuenta determinados aspectos, que se relacionan directamente con la construcción, del ya mencionado, saber comunicar. Siguiendo al autor citado, la escritura del informe se inicia mucho antes de la redacción (es decir, la escritura propiamente dicha). Comienza con una rigurosa atención, reflexión y selección de aquello que vamos a comunicar: “(…) el informe debe desarrollar una idea central que le otorgue una unidad de sentido, a partir de la cual se podrán desprender un número acotado de ideas secundarias. Esto significa que el informe debe poseer una estructura global donde se seleccionarán y reelaborarán ciertos aspectos de la clínica llevada a cabo con el paciente, a fin de transformarlos en parte del contenido de dicho informe”1.

Para lograr esta “unidad de sentido”, puntualizaremos una serie de características que se comportan como esenciales en la PLANIFICACIÓN, ESTRUCTURACIÓN Y REDACCIÓN de todo informe: ∙ Claridad, precisión y coherencia: de manera de lograr que nuestro interlocutor pueda interpretar aquello que estamos comunicando. ∙ Todo informe es una reconstrucción: es decir, no es la clínica misma, o la transcripción literal de lo sucedido en las sesiones. Cada informe adoptará un determinado formato según sea el motivo o intención y el destinatario2. ∙ La formulación de las tres preguntas básicas3, de manera de lograr el objetivo transversal de todo IP: comunicar: -¿Qué propósito se persigue informar? Dentro del IP debe quedar impreso el propósito del informe, es decir, la finalidad del mismo: ❖ Una interconsulta ❖ Una derivación a otro profesional ❖ El arribo a un diagnóstico ❖ El momento del tratamiento en el cual se encuentra el paciente ❖ Informar acerca de los logros observados, etc. -¿A quién se le está informando? Si tenemos en cuenta que es el destinatario quien construye el significado (Amaya, 2004), el IP debe ser adecuado al mismo. Es decir, será pertinente evaluar: - El tipo de términos que serán empleados, ya que un excesivo lenguaje técnico puede ocasionar confusiones y anular la comunicación. - Evitar presuposiciones (suponer que el destinatario posee determinada información) y redundancias (repetir o extenderse en información) - Tener en cuenta que la finalidad última del IP es orientar al destinatario en la comprensión del contenido del informe, de manera que el lector pueda acceder a las conclusiones que el psicopedagogo ha podido llegar, ya sea en la facilitación de determinada información

1

Amaya, O. (2004): “Comunicar la Clínica: el informe psicopedagógico. Pasos hacia una prosa científica”. En “Estrategias teóricas y clínicas de intervención en psicopedagogía”. Cap. IV. UNLZ. 2

Si bien no nos detendremos en especificar los diferentes tipos de informes, es pertinente establecer que hay distintos tipos de informes psicopedagógicos, que dependerán del momento del tratamiento psicopedagógico, el objetivo del mismo, como así también, la institución dónde nos encontremos desarrollando nuestra práctica profesional: escuela, ámbito privado, hospital, etc. 3

Ibídem.

acerca del tratamiento, o como ya mencionamos, una interconsulta o una derivación, entre

otras. -¿Qué se quiere informar y cómo? Debemos planificar y supervisar el lenguaje utilizado y la organización del contenido a trasmitir. Como establecimos en la cita textual n° 1, es deseable que el IP desarrolle una idea central, y desde la misma se desprendan las ideas secundarias. El prestar especial atención a los términos que vamos a emplear como la secuencia de ideas a desarrollar, dotarán al informe de claridad y precisión, características básicas que aportan al logro de una comunicación eficaz. ∙ Desde los aspectos formales, en todo IP debe constatar: - Datos del paciente - Destinatario del Informe - Lugar y fecha - Indicar motivo de consulta, en que momento del tratamiento se encuentra el paciente, nivel de competencia curricular, las hipótesis diagnósticas a las que hemos arribado, la justificación de las conclusiones y/u orientaciones a las que hemos arribado, entre otros aspectos que sean motorizados por la finalidad del informe. - Firma y sello profesional. En síntesis, el INFORME en sí es el medio de comunicación privilegiado que poseemos los profesionales de diferentes ámbitos para contactarnos, que desde ya, se complementará y potenciará con otros canales: reuniones, llamados telefónicos, mails, etc. Como psicopedagogos recibiremos informes, y desarrollaremos los propios. Los mismos, de alguna manera, contribuyen a la construcción de un abordaje interdisciplinario, entendiendo que el aporte de los diferentes profesionales que también intervienen con nuestros pacientes, nos permitirá ampliar la mirada acerca del desarrollo del sujeto en los diferentes contextos donde se desenvuelve. Apuntar a mantener una buena comunicación, sin lugar a dudas tendrá como resultado, un tratamiento psicopedagógico más rico y ajustado tanto, a las potencialidades como necesidades de nuestro paciente, en relación sus aprendizajes. Bibliografía ∙ Amaya, O. (2004): “Comunicar la Clínica: el informe psicopedagógico. Pasos hacia una prosa científica”. En “Estrategias teóricas y clínicas de intervención en psicopedagogía”. Cap. IV. UNLZ. ∙ Ayala, C., Galve Manzano, J (s/año): “Evaluación Psicopedagógica”. Instituto San Isidro, Barcelona. En Google. ∙ Pineda, E. (2005) “El Informe Psicopedagógico”. Artículo. www.xpsicopedagogia.com...


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