El rey de La Habana - Trabajo práctico, resumen y análisis sobre el libro de Pedro Gutiérrez, El PDF

Title El rey de La Habana - Trabajo práctico, resumen y análisis sobre el libro de Pedro Gutiérrez, El
Course Seminario
Institution Universidad Nacional de Mar del Plata
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Trabajo práctico, resumen y análisis sobre el libro de Pedro Gutiérrez, El rey de la Habana. Completo, con biografía y aprobado por docente a cargo. Profesorado de Letras, UNMDP...


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Universidad Nacional de Mar del Plata Seminario “Otros raros” Trabajo práctico n°4 El Rey de La Habana: visiones de Cuba El Rey de La Habana es una novela del escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez publicada 1999. En la misma se cuenta la historia de vida de Reynaldo, un joven que no ha conocido otra cosa que no sea la marginalidad y la pobreza desde su niñez hasta encontrar la muerte, luego de ser un fugitivo de la justicia. El Rey de La Habana no solo se exponen las vivencias del personaje en particular, sino que también da cuenta del contexto político, económico, social y cultural de Cuba en la década del ’90. Esta novela de Gutiérrez es compleja, por lo que se pueden encontrar múltiples ejes de lectura y, por ende, análisis. El siguiente trabajo abordará la imagen que se da de Cuba desde distintas perspectivas, otorgadas por las personas y/o situaciones que se presentan en El Rey de La Habana. Para comenzar es importante ver tres cuestiones relevantes: el título, la estructura y el narrador de la novela. Con respecto al título ( El Rey de La Habana) se puede decir que presenta a Reynaldo (Rey), el personaje principal; “Rey” está en mayúscula, como nombre y no como sustantivo. Además, se presenta el lugar donde transcurrirán los hechos: la ciudad de La Habana, capital de Cuba. Es interesante el hecho que el personaje se llame Reynaldo, que su apócope sea “Rey” y que él mismo se presente como tal: es paradójico en el sentido de que la historia se ubica geográficamente en un país donde se luchó -y pagó consecuencias- por la revolución. Por otra parte, El Rey de La Habana, estructuralmente, no presenta división en capítulos ni en partes: solo se utilizan pequeños blancos para cambiar de tiempo o de escena, pero sin ningún tipo de numeración o subtítulo. El narrador es atípico por el tipo de historia que relata: si bien maneja muchos datos biográficos y habla del personaje y de lo que vive siempre en tercera persona, por momentos parece que se fuesen la misma, por el tipo de comentarios. Un ejemplo se puede ver en el siguiente fragmento: “Estuvo tentado de montar en el tren y viajar hasta Matanzas. No. Desechó la idea.” 1 Como se puede notar, ese “No” equipara las dos voces: la del personaje y la del narrador. No utiliza ni el estilo directo ni el indirecto, sino que lo enuncia como propio cuando es un pensamiento de Reynaldo.

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Pedro Juan Gutiérrez, El Rey de La Habana. Barcelona, Editorial Anagrama, 1999. P. 36

La visión sobre Cuba está desde los primeros párrafos de la novela. En la primera hoja, si bien no se nombra el lugar, se dan indicios que hacen pensar en el país en crisis: “Aquel pedazo de azotea era el más puerco de todo el edificio. Cuando comenzó la crisis en 1990 ella perdió su trabajo de limpiapisos. Entonces hizo como muchos: buscó pollos, un cerdo y unas palomas. Hizo unas jaulas con tablas podridas, pedazos de latas, trozos de cabillas de acero, alambres. Comían algunos y vendían otros.” 2. El ambiente, como se puede ver, es pobre y refleja, justamente, la crisis; la escasez de alimentos, el aumento de la desocupación hizo común esta imagen que se describe: la cría de animales para comercializar y sobrevivir se volvió algo cotidiano. En este fragmento se ve la Cuba pobre, sobreviviente entre las ruinas. Hay un trabajo importante respecto a la sensorialidad: constantemente aparecen sustantivos, adjetivos, frases que dan cuenta de lo que es el ambiente cubano, ya sea en espacios exteriores como en interiores: las descripciones con imágenes sensoriales son predominantes. En el siguiente fragmento esto se puede ver: “El rastro de carrocerías oxidadas y podridas estaba a la vista. Rey se animó. Había mucha maleza verde y espinosa. Y mucho lodo. Pequeñas corrientes de agua corrían sobre la tierra. Después de cuatro días de lluvia, el suelo no podía absorber más. Rey la siguió. Entraron allí, sin zapatos, chapoteando agua y fango.” 3 Lo visual y lo táctil está presente: se hace hincapié en los detalles de cómo está el suelo, así como también en ensuciarse los pies con barro y el chapoteo, como acción pero también como sonido característico. Este tipo de procedimientos son frecuentes a lo largo de toda la novela. Aparte de la presencia de las características físicas del espacio, está la visión que tienen del país tanto los habitantes nativos como los extranjeros. Cuba, desde la visión de un cubano, tal como lo es Reynaldo, es la misma que se plantea en el primer párrafo: un país pobre con gente pobre, resignada a esa situación, tal como se expresa: “El pobre en un país pobre sólo puede esperar a que el tiempo pase y le llegue su hora”4. Si bien Cuba es pequeño, muchas de las cosas que sucedían en la capital no llegaban al resto de las ciudades, afianzando, una vez más la idea de marginalidad, no sólo en cuestiones sociales, sino también territoriales: “De noche el lugar se cubre de jineteras y chulos, travestis, mariguaneros, gente de provincias que no se enteran de nada.”5 El centro, indudablemente, era La Habana.

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Ibíd. P. 9 Ibíd. P. 206 4 Ibíd. Pp. 38-39 5 Ibíd. P. 39 3

En la figura de un borracho vagabundo que se cruzó en el camino de Reynaldo está la historia de todos aquellos que quedaron en Cuba solos, sin sus familias que se fueron exiliadas en busca de un futuro mejor, escapando de la crisis. La vida inmersa en la pobreza es algo que están dispuestos a sufrir:

-Te di todo mi dinero...,mira..., todos me dejaron, todos. Mis hijas, los nietos, mi mujer, los paridos de mis hijas. Todo el mundo se fue..., y yo no puedo más... (...) Ahora perdí hasta el cuarto, estoy en la calle hace días..., bueno, lo vendí todo, poco a poco, para el ron y los cigarros (...) –¿Pa’ dónde se fueron?- preguntó Rey. –Pa’ fuera, chico. Pa’ fuera. Pa’ donde se va todo el mundo. -¿Por qué no te fuiste con ellos? –Nooo... yo no tengo que irme. Yo nací en Cuba y me muero en Cuba.6 La idea de formar una familia y de quedarse en Cuba es algo imposible. Hasta para Yamilé, una chica que ejerce la prostitución y que vive de eso; su futuro está fuera de los límites territoriales cubanos: “-Ah, deja eso, Sandra, ¿parir pa’ que? ¿Aquí? ¿A pasar trabajo y hambre los dos? No, conmigo pasando hambre ya basta y sobra. Si algún día paro, tiene que ser de un hombre fuera de Cuba” 7 La salvación está en el extranjero. Esta es una idea que aparece constantemente en toda la novela. El extranjero está posicionado en un lugar importante, puesto que es quien le da de comer a los más pobres con las compras, con sus limosnas a quienes piden en las iglesias o se muestran en las calles. El extranjero, turista, tiene una visión exótica del contexto cubano y sus habitantes. Ese dinero que se deja en el país les permite a los isleños sobrevivir, vivir el día a día de la crisis; el exotismo siempre llama la atención: “Cuando un turista incauto y melancólico aterriza en medio de esta fauna no agresiva, pero pícara y convincente, generalmente cae fascinado en esa trampa. Finalmente compra ron o tabaco mierdero, creyendo que es original y que él es un tipo hábil y con una buena estrella. A veces, meses después, se casa con una de aquellas espléndidas muchachas o forma pareja con un muchacho – pinguero. Después de esas proezas, el turista le asegura a sus amigos que ahora es feliz, que la vida en el trópico es maravillosa y que le gustaría invertir aquí su dinero y tener una casita junto al mar, con su negrita complaciente y atractiva, y abandonar el frío y la nieve y no ver más a las educadas, cuidadosas, calculadoras y silenciosas personas de su país. En fin, cae en trance hipnótico y sale de la realidad.”8 Esta es, justamente, la visión del idealismo del extranjero, capaz de creer que su vida mejorara allí, porque podrá sacar rédito de todo ese contexto, desde encontrar el amor 6

Ibíd. Pp. 41 - 42 Ibíd. P. 77 8 Ibíd. P. 40 7

hasta los buenos negocios: todo está a la misma altura. La mirada contrapuesta a este discurso está en aquellos que se quieren ir de la isla y, de no ser así, creen que puede vivir/abusar del poderío económico de aquellos desprevenidos que llegan de visita. En este sentido, se puede ver como se complementa el fragmento elegido con el discurso de Yamilé, uno de los personajes, analizado anteriormente. Al mismo tiempo, este sujeto turista, que es capaz de salvar el día de los pobres con su dinero, también puede mentir y aprovecharse de la necesidad. Esto se ve reflejado en la historia de la hija de Fredesbinda, quien desapareció junto con un extranjero, que la utilizo para sacarle los ojos: “-Le hicieron firmar un papel y le sacaron los ojos. -¿Vendió los ojos’ –No. El papel decía que ella los donaba a la hija de ese hombre, El papel estaba en otro idioma y ella ni sabía lo que firmaba..., ay, qué desgraciao. Y parecía una persona decente, qué educado y qué fino (...)” 9 Este fragmento da cuenta de varios factores: primero la falta de educación y de recursos para comunicarse y poder evitar este hecho, luego lo que ya ha sido analizado, que es la idea de casarse y salir del país siendo esto, claramente, riesgoso, por las barreras culturales y falta de recursos. Como se puede ver, la construcción de la visión de Cuba está contrapuesta: los nativos del lugar quieren huir del ámbito de pobreza y marginalidad que hay en la isla, mientras que los extranjeros buscan oportunidades en ella, aprovechándose de la situación de crisis que hay. Al mismo tiempo, se debe decir que

ambos “bandos”

necesitan del otro, ya sea por limosna o para aprovecharse y sacar rédito de ello; en la figura de las prostitutas cubanas se ve esto claramente, puesto que ellas le cobran más a los turistas, frecuentan los mismos lugares y en caso de darse la oportunidad, casarse e irse de la isla. Estas visiones dan cuenta de lo cultural, histórico y económico y como afectaba a la cotidianeidad del país. Por otro lado pero complementando lo anterior, el trabajo con el lenguaje es muy importante. Se construye a través de la palabra el ambiente de manera de sensorial, ayudando al lector a ver Cuba y sus discursos desde lo sensorial: sus formas, olores, ruidos, etc. Es aquí donde se encuentran insertos los discursos, donde confluyen las distintas visiones, es, en definitiva, el espacio. Tal como se ha dicho al principio de este trabajo, la novela es compleja y permite muchas líneas de análisis. En este punto específico tomado, se ve como Gutiérrez le da lugar a distintas visiones y, al mismo tiempo, las ubica para que el lector comprenda los cómo y los por qué de esas palabras.

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Ibíd. P. 82...


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