Ensayo de análisis sobre las elecciones presidenciales en Estados Unidos, año 2017 PDF

Title Ensayo de análisis sobre las elecciones presidenciales en Estados Unidos, año 2017
Course relaciones internacionales
Institution Universidad Tecnológica de Bolívar
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En el documento hay un ensayo muy detallado que analiza las elecciones presidenciales hechas en el año 2017 en Estados Unidos en la que gano Donald Trump y las repercusiones en la política americana e internacional, con referencias al final....


Description

Las elecciones presidenciales de Estados Unidos llevadas a cabo el pasado martes 3 de noviembre de este año son consideradas una de las elecciones más importantes a nivel mundial, debido a que, al ser una superpotencia los cambios en la administración pueden repercutir en las relaciones entre países, e incluso en la economía de este mismo y de los demás. Con la victoria del demócrata Joe Biden es probable que en Estados Unidos se lleven a cabo múltiples cambios a nivel interno y externo, pero mientras se posiciona oficialmente y se termine la administración del Donald Trump es pertinente hacer un análisis sobre las elecciones, su importancia y sus consecuencias. Entonces, a continuación, veremos 4 puntos importantes, primero, un análisis del proceso electoral; segundo, una vista hacia las campañas de Trump y Biden, sus diferencias y el impacto que tuvo el Covid en cuanto a estos; tercero, un análisis de los resultados teniendo en cuenta los Estados más importantes, el impacto de la victoria de Biden a nivel interno y externo; y, cuarto, a modo de conclusión una visión de la situación actual. Sistema electoral presidencial El sistema electoral de Estados Unidos es un sistema de voto indirecto, es decir, no se vota por el candidato de manera directa, sino que se vota por el colegio electoral. A cada Estado se le otorga un número de votos electorales que se decide por su distribución demográfica, por tal motivo, los Estados más poblados son los que más votos electorales y los que más peso tendrá, por ejemplo, california tiene el mayor número de votos electorales (55), seguido Texas (38) y si contrastamos con su número de habitantes nos damos cuenta que efectivamente California tiene el mayor, seguido Texas y así. En total serian 538 votos electorales y el ganador será el que tenga mínimo 270 de esos votos. Podemos clasificarlo entonces como un sistema mayoritario donde el ganador se lleva todo. Y debido a la naturaleza de este sistema cabe señalar que siempre va a tender al bipartidismo, donde dos partidos, los más fuertes que este caso son el demócrata y el republicano, siempre se disputaran la administración. Esto no significa que no hayas otros partidos, si los hay y constitucionalmente pueden existir, pero por el tipo de sistema que manejan es muy difícil que un tercer partido cobre tanta fuerza como los tradicionales. Ahora bien, creo que es importante mencionar lo que sucedió en las elecciones presidenciales de 2016 en el que ganador resulto ser Donald Trump debido a que tuvo la

mayor cantidad de votos electorales, pero fue Hilary Clinton la tuvo la mayor cantidad de votos populares. Esto es algo que puede suceder y a lo que el sistema de voto indirecto está expuesto y por lo que muchas personas han puesto en duda la eficacia de la democracia en Estados Unidos, e incluso se ha llegado a afirmar que no lo es, una afirmación que considero errónea y sin fundamentos porque sin importar que el voto sea indirecto las condiciones para que un país sea considerado una democracia siguen en pie, hay sufragio universal, una competencia partidista y libertades civiles. Pero, además, la situación antes descrita no ha pasado una cantidad significativa de veces como para considerar que sea un sistema fallido. Por estas razones considero que es un sistema acorde a las necesidades del país y a su composición federal. Por otro lado, y aunque este sistema funciona, ningún modelo es perfecto y pronto nos encontramos con un problema, el fuerte bipartidismo que se desprende de un sistema electoral de voto indirecto donde el ganador se lleva todo, puede causar una crisis de gobernabilidad y Estados Unidos no es la excepción. Las elecciones presidenciales se han caracterizado por tener bajas tasas de participación, donde el promedio varía entre el 50 y el 60%, situación que había sido una constante hasta este año donde se registró una tasa de 66,4% de participación (statista, 2020) la más alta de los últimos 50 años. Esta situación se debe en parte a la naturaleza del sistema, donde las personas se abstienen de votar porque consideran que su voto no es significativo, situación que puede ser ilustrada con lo que paso en 2016 en la que Clinton tuvo la mayoría de voto popular, sin embargo, no resulto ser la ganadora. Además, la distribución de los votos de los colegios electorales puede influir en gran parte en esto, porque los partidos considerarían enfocarse solo en los Estados que podrían tener más peso que otros, harán más presencia y campañas en los lugares que les podrían dar la victoria y es que bajo la lógica que las bajas tasas de participación electoral incluso resultan ser de utilidad para la gobernabilidad, al generar menor estrés al sistema político y en ultimas indica que hay una aprobación tácita del sistema de partidos y del régimen democrático (Romero, 2018), es posible explicar el esfuerzo de los mandatarios en centrarse en zonas determinadas del país. Sin embargo, a la larga lo que genera es una crisis de gobernabilidad, pues al estar al mando de un país donde sus habitantes que no se sienten

representados por su presidente se vuelve más difícil gobernar. Para ilustrar lo anterior podemos remitirnos a la administración de Trump, donde continuamente se presentaron protestas por sus políticas racistas y xenófobas que se implantaron en un país donde hay un gran porcentaje de migrantes y de personas afroamericanas. Trump y Biden en campaña: diferencias cruciales Una vez ya comprendemos el funcionamiento del sistema electoral de Estados Unidos podemos pasar a analizar las elecciones como tal y el contexto previo a estas, entonces en materia de esto, a continuación, veremos algunas diferencias cruciales entre los candidatos, sus campañas electorales y su manejo de temas relevantes como la relación con China y la pandemia. En cuanto a temas económicos los mandatarios tienen posturas que coinciden algunas veces, por ejemplo, ambos están de acuerdo que medicamentos y suministros médicos esenciales sean producidos en el país. También coinciden en subir el salario mínimo de 10 dólares a 15 dólares. Sin embargo, las diferencias en cuanto a impuestos, inmigrantes y la guerra comercial con China representan sus más grandes diferencias. Debido a la pandemia Trump concedió ayudas económicas de hasta 300 dólares y ha luchado para que el congreso apruebe un paquete de ayudas más extenso, la situación aquí es que para esas ayudas los inmigrantes no serían tomados en cuenta. Biden por otro lado no concuerda y si les extendería las ayudas a todas esas familias inmigrantes cuya economía ha sido fuertemente afectada por el Covid. En este apartado podemos notar una característica particular de Trump y es su política anti-migrante. En cuanto a impuestos también tienen grandes diferencias. Mientras Trump piensa en reducir impuestos a las empresas y corporaciones, Biden tiene una mirada más hacia el pago de impuestos para quienes ganen más de 400,000 dólares al año y el aumento de unos cuantos impuestos, como el impuesto de renta o impuesto sobre los ingresos fiscales intangibles bajos globales (GILTI), decisión con la que Trump estaría en total en desacuerdo dada su lógica de “proteger el capital nacional”, ese capital nacional hace referencia a las empresas que más ingresos le dan al país y aunque no se puede decir propiamente que las personas naturales pagarían más impuestos que las corporaciones, ciertamente no hay un balance.

Y finalmente, la guerra comercial con China. Trump en varias ocasiones se ha referido a China como su rival y defiende la “guerra”, lo cual podría explicarse desde el equilibrio de poder existente en el contexto internacional y el peligro que representa para Estados Unidos que China ascienda económicamente. Pero Biden más que verlo como una guerra y como un rival los considera competidores y su postura ante las relaciones es tener mano dura ante los abusos comerciales que China comete. A diferencia de Trump, Biden tiene una posición que no se inclina al ataque, considero que más que verlo como una lucha física Biden comprende que la solución no está en enfrentarse a ellos como el enemigo directo de Estados Unidos, sino de enfrentarse a ellos en aras de proteger el comercio internacional sostenible. Por otro lado, en temas de inmigración también se presentaron grandes diferencias en las campañas, diferencias que reflejan muy bien la postura de los mandatarios y lo que se podría esperar de cada uno. Trump es conocido por su política “tolerancia 0” antes inmigrantes, la cual ha sido tan impactante que se ha mostrado por medio de videos y audios como se separa los niños de sus familias, una postura que ha generado gran polémica y que Biden rechazo completamente y aseguro eliminar esa situación durante su mandato. Otro tema muy controversial en su momento fue la construcción de un muro entre la frontera con México, el cual inicio Trump hace unos años y a la que ha prometido seguir construyendo y llegar a 450 millas hasta fin de año, además de eso también usa fondos del Departamento de Defensa al tratarse, según Trump, de un asunto de seguridad. Bajo esta situación Biden se mostró en total desacuerdo y prometió dejar de construir el muro y centrar en reforzar los controles en la frontera. Finalmente, en campaña Trump aseguro que las visas de trabajo y estudio serian restringidas, pero Biden manifestó que en vez de restringir prematuramente trabajaría en conjunto con el congreso para la revisión de estas. Entonces, hasta ahora hemos visto que la bien llamada política “tolerancia 0” de Trump refleja perfectamente su posición xenófoba, posición que muchas personas blancas y privilegiadas podrían estar de acuerdo. Biden, se muestra más como un candidato más conciliador que podría devolverle la seguridad a los inmigrantes y a las personas que soliciten asilo.

En cuanto a salud, una vez más se deja ver un poco esa concepción que tiene Trump de beneficiar solo a los privilegiados y se deja ver que todos sus proyectos se basan en dejar que las personas con menos recursos gasten más. El primer punto de diferencia es el Obamacare, el cual Trump siempre estuvo en desacuerdo y varias veces lo denomino cono un desastre y aunque si bien no logro desmontarlo, en caso de que fuera sido reelegido definitivamente sería una preocupación. Biden por el otro lado, no solo lo defiende, sino que también incluye la posibilidad de que se reduzca la edad para que las personas se puedan postular para el Medicare, un sistema de salud del gobierno, a lo cual Trump se opone. Además de que Trump no presenta planes para que las personas de escasos recursos accedan a salud, tiene la misma posición con los inmigrantes, mientras Biden propone la posibilidad que estos puedan comprar un seguro médico sin subsidios, este apoya proyectos de ley que le permitiría a los Estados soliciten exenciones, situación que solo hará que tratamientos médicos sean más costosos para las personas. Una vez más vemos que Trump mantiene una postura que no favorece a las poblaciones vulnerables y solo les agrega más peso a sus cargas económicas. En cuanto al cambio climático el enfrentamiento es “entre un político que planea vincular la recuperación económica del país a un plan para abordar el calentamiento global y otro decidido a eliminar la mayor cantidad posible de obstáculos regulatorios para la producción de petróleo, gas y carbón” (Arciniegas, 2020). Biden por un lado se muestra como defensor del fracking, una práctica para extraer petróleo que tiene serias consecuencias para el medio ambiente, una posición un tanto contradictoria con su discurso ambientalista. Y claro que en este aspecto Trump en oposición menciona en sus campañas que lo prohibirá mediante un discurso que considero meramente en aras de la competencia y no como una promesa que realmente llevaría a cabo, pues aun con las consecuencias ambientales que trae consigo sigue siendo beneficioso para la economía de manera inmediata, aunque a largo plazo los costos sean más grandes. Por último, y para finalizar esta sección, es importante tener en cuenta la influencia de la pandemia durante las campañas electorales. Ahora, tenemos a Trump que, como ya lo he mencionado anteriormente, gobierna siempre con miras en la economía, por este motivo fue criticado por su manejo durante la pandemia y sus políticas un tanto despreocupadas. En

sus múltiples discursos mencionaba que tendría la vacuna para este mismo año y se procedería a vacunar a todos para abril del 2021, el problema es que las vacunas deben pasar por muchísimas pruebas y no es posible que esté lista para este mismo año, sin embargo, considero que sus afirmaciones, sin argumentos, corresponden a decirles a las personas lo que quieren escuchar para lograr su voto. Por otro lado, Trump nunca anuncio una cuarentena total, ni el uso de la mascarilla obligatoria para todo el país y también menciono la salida de la OMS del país, que, si bien ha estado tambaleante en su administración durante la pandemia, sigue siendo una organización importante que necesita de cooperación internacional. Biden más que prometer vacunas dirigió su campaña a mostrar que acelerara el desarrollo de tratamientos y de la vacuna, además de dejar en manos de cada distrito si decide abrir las aulas, hacer del uso de la mascarilla como norma nacional y revertir la salida de Estados Unidos de la OMS. En este aspecto podemos ver que sus posiciones son totalmente diferentes y la realidad es que la elección de uno u otro candidato significaría dos escenarios completamente distintos para el país. Análisis de los resultados y su impacto a nivel internacional Luego de varios días contando los votos el candidato ganador fue el demócrata Joe Biden, quien tomara el puesto de Donald Trump a comienzos del siguiente año. En esta sección analizaré los resultados por Estados y posteriormente mencionare las consecuencias políticas y económicas en el contexto internacional, dada la victoria de Biden.

Fuente: The Guardian (2020)

El mapa anterior muestra dos colores, el rojo color oficial de los republicanos y el azul color oficial de los demócratas. Como vemos se pinta mayormente de rojo, sin embargo, y como mencione en la primera sección es importante enfocarse en el número de votos electorales que se le asignan a cada Estado para conocer el por qué si la victoria fue de Biden (color azul), el mapa se pinta mayormente del color rojo, es decir, Trump. Según The Guardian (2020) el presidente comúnmente se determina en ultimas por un número pequeño de Estados que cambian de partido entre elección, lo que se conoce como “swing states”, entre estos se encuentran Georgia, Florida, Ohio, Arizona, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin, los cuales tienen 16, 29, 18, 11, 16, 6, 15, 20 y 10 votos de colegio electoral, respectivamente. Como vemos, la gran mayoría tiene una cantidad de votos de colegio electoral significativo y así como es muy importante fijarnos en esto, también hay que mirar que estos Estados tienen la característica que es casi imposible determinar quien ganara en el territorio, es por esto que la encuestas que se realizan antes de las elecciones no son realmente confiable ni precisas y en ultimas sus resultados son decisivos. Primeramente, Georgia aún no define ganador, pero Biden lleva la delantera como el 99% de votos contados. Es importante este Estado porque tiene 16 votos de colegio electoral y ha sido tradicionalmente republicano, pero en estas elecciones se pudo ver una división

significativa entre los votos y se refleja en los resultados, Biden tiene el 49,5% de los votos y Trump el 49,2%. Entonces se le puede atribuir esto gracias a la creciente población electoral negra que se encuentra en el territorio (The guardian, 2020). Florida, por otro lado, es importante por su gran número de votos de colegio electoral que se debe a su densidad demográfica y es también considerado un swing state. Podemos explicar la victoria de Trump en las últimas dos elecciones desde un análisis a su composición poblacional, y es que florida es un Estado donde llega gran cantidad de migrantes documentados e indocumentados al año, según la BBC el número oscilaba entre 400,000 y 2,200,000 de inmigrantes indocumentados hacia 2016. Estos migrantes en su mayoría provienen de varias partes de Latinoamérica donde las ideologías de izquierda han golpeado fuerte a sus países y bajo esta lógica las familias que llegan a Estados Unidos tenderán a elegir candidatos totalmente opuestos a los gobernantes de su país de origen. Es por esto que podemos ver que aun con los discursos xenófobos de Trump, hay gran cantidad de inmigrantes que le dieron o le daría su voto. En Arizona Biden gano por 0,3%, sacando 1,672,054 votos, Trump, por otro lado, tuvo 1,661,677, también unos resultados muy parejos. Arizona ha sido un Estado históricamente republicano y su ultima vez que votaron por un candidato a la presidencia demócrata fue 1996, pero una vez más la composición demográfica es importante y su creciente número de votantes hispanos han hecho que los resultados se muestren tan balanceados y este año finalmente ganara un demócrata luego de 5 elecciones eligiendo republicanos. De hecho, primeramente, Trump iba por delante de Biden por muchos votos, pero al contar los enviados por correo se declaró a este último como ganador y si volvemos al mapa anterior nos damos cuenta que esta de color azul con rayas, esto indica que cambiaron de partido en comparación con 2016. En Michigan sucedió lo mismo que en el caso anterior, Biden gano por un porcentaje más alto, 2,8%, pero es históricamente un Estado demócrata, a excepción de las elecciones de 2016 en las que Trump gano por 0,2%. Sin embargo, su importancia también tiene que ver con sus 16 votos de colegio electoral, una cifra que para estas elecciones resulto ser de las más importantes y se convirtió en un Estado que Biden necesitaba para ser ganador.

Nevada es un caso muy particular por los pocos votos de colegio electoral que tiene asignado, y la victoria de Biden se puede explicar, una vez más, por su distribución demográfica y su población creciente de latinos, negros y asiático americanos (The Guardian, 2020). Además, así como con Michigan, Nevada se convirtió en un Estado crucial para las elecciones de este año y fue muy importante para la victoria de Biden. Carolina del Norte, tradicionalmente republicana se ha convertido un Estado competitivo y sus patrones de votos se ven cada vez más polarizados. En este año Trump gano con el 50,1% de los votos y Biden se quedó con el 48,7%, aquí podemos ver de nuevo una diferencia muy mínima y podemos empezar a ver un patrón entre estos Estado, vemos que entre ambos candidatos hay una diferencia muy pequeña entre el porcentaje de votos obtenidos. Pensilvania, tradicionalmente demócrata, se tornó republicana desde 1992 por primera vez en las elecciones de 2016, pero este año más gano Biden con un margen de diferencia de 1,2%, también si nos remitimos al mapa anterior nos damos cuenta que cambio de partido conforme se fueron contando los votos. Su importancia radica en sus 20 votos de colegio electoral y lo explicado anteriormente. Así mismo, tenemos a Wisconsin, tradicionalmente demócrata desde 1988 hasta 2012 (The Guardian, 2020), en 2016 Trump gano solo un margen del 1% y este año Biden gano con un margen de diferencia del 0,7%. Con 10 votos de colegio electoral, también se convirtió en un Estado decisivo. Y finalmente, tenemos a Ohio el “swing state” más grande del Medio Oeste y que tradicionalmente se ha convertido en el Estado que se alinea regularmente con el ganador final, este año resulto ser ganador Trump con el mayor margen de diferencia de los Estados antes mencionados, 8%, sin embargo, Biden termino ganado la presidencia. También es importante por sus 18 votos de colegio electoral. Entonces, de todos los Estados podemos decir que su importancia radica en la disputa interna que tiene por los candidatos, que es tan pareja que sus márgenes de diferencia son muy pequeños, razón por la que en las encuestas es difícil acertar al ganador. Además, los swing states resultan decisivos por sus cambios de partido, lo cual hace incluso más difícil anticipar un ganador. Y, por último, la composición de la población también cobra importancia, la presencia de inmigrantes, personas negr...


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