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ENSAYO Nº1 Platón, Aristóteles y Epicuro

Nombre: Sofía Urbina Peña Profesor: Robinson Lobos

A lo largo de nuestra vida se nos ha inculcado que debemos alcanzar la felicidad, pero ¿qué es la felicidad? La felicidad es un estado de ánimo que nos produce satisfacción, bienestar e incluso llanto. La mayoría de los seres humanos han alcanzado la felicidad a lo largo de su vida, ya sea por haber cumplido alguna meta, deseo o simplemente, sin razón alguna. La felicidad produce un estado de satisfacción inigualable, y no solo se manifiesta en el ámbito sentimental, sino que también físicamente: sensación de ligereza al caminar, posición corporal, rasgos faciales, etc. Nadie tiene una definición certera acerca de lo que es la felicidad, no obstante, podemos acercarnos a una en la filosofía griega, donde tres de los filósofos más importantes de nuestra historia, nos dieron distintas respuestas a esta paradoja. Estos tres filósofos, denominados Platón, Aristóteles y Epicuro, nos hicieron replantearnos la idea sobre qué es la felicidad y cómo podemos alcanzarla. Sin embargo, cada uno de estos filósofos tiene distintas posiciones respecto a la felicidad; mientras que uno la considera cómo un bien supremo, otro, por el contrario, la define cómo el dominio del miedo. Incluso para uno de ellos la felicidad solo es posible en un mundo inteligible. Pero ¿Cómo saber cuál es el real estado de felicidad según estos tres filósofos? Para comenzar, hablaremos de Platón, el cual expone en su célebre libro denominado “LA REPÚBLICA” una noción acerca de la felicidad relacionada con la virtud. En otras palabras, para este autor la felicidad se alcanza mediante el uso de la virtud cómo elemento esencial. Asimismo, Platón plantea que para que el hombre encuentre su felicidad necesita de un estado ideal que posea las cuatro virtudes: Templanza“ Un orden que el hombre pone en ciertos placeres y pasiones y un dominio que ejerce sobre ellos”(Platón, 2017:221); valor “el valor es una especie de preservación” (Platón,2017:218); prudencia (grado más alto de conocimiento) y por último, la justicia (cada hombre se ocupa de sus propios asuntos). Del mismo modo, Platón expone que el hombre justo es feliz, es decir, para Platón la justicia es fundamental en relación a la felicidad, ya que, si un hombre es injusto, no poseerá virtud y, por lo tanto, nunca podrá llegar a la felicidad plena “El alma justa y el hombre justo vivirán bien, y el hombre injusto vivirá. mal” (Platón,2017:86). Con respecto a los tipos de gobierno, Platón señala que existen cinco: Aristocracia, Timocracia, Oligarquía, Democracia y por último la peor forma de gobierno la Tiranía, para Platón el tipo de gobierno se relacionaba íntimamente con la felicidad ya que “Un hombre es justo de la misma manera que es justa la ciudad” (Platón,2017:241); es decir, al ser una ciudad

justa donde exista educación, ambiente, harán que los ciudadanos de dicha ciudad vivan plenamente felices y dichosos , por el contrario si una ciudad es injusta, abundarán los malos deseos, la delincuencia, y los ciudadanos no lograrán ser felices. En definitiva, las personas serán dichosas en una ciudad justa, sin embargo Platón plantea que “No hemos fundado la ciudad con el objetivo de que una clase de ciudadanos sea particularmente dichosa, sino con miras a que toda la ciudad sea lo más feliz posible” (Platón, 2017:200); es decir, Platón funda una ciudad a servicio de todos sus ciudadanos, no sólo de una parte, ya que el estado tiene como propósito la felicidad de la sociedad completa, vale decir, que la ciudad debe responder a los bienes de cada ciudadano para brindarles una vida dichosa y agradable. En cuanto a la concepción que tiene Platón acerca de la vida, en uno de sus libros de La República, específicamente el número VII expone su mito más aclamado conocido como “el mito de la caverna” pero ¿Por qué relaciono este mito con la felicidad? pues en aquel mito, se observa explícitamente la ignorancia en la que a veces nos encontramos comparándolo con estar encadenados a una caverna y solo ver como real y único las sombras reflejadas en la pared las cuáles representan lo que relacionamos con el conocimiento verdadero. Entonces para lograr alcanzar la felicidad debemos darnos cuenta de la realidad en la que vivimos y no quedarnos solamente con lo que percibimos, sino que ver mas allá. Por otra parte, tenemos al discípulo de Platón, Aristóteles, quien comparte con su maestro la idea de que la felicidad se obtiene por medio de la virtud. En sus dos libros más conocidos “Ética Nicomaquea” y “La Política” trata el tema de la felicidad, la cual la define cómo un bien supremo el cual podemos alcanzar mediante el uso de la razón, es absolutamente autosuficiente “La dicha deberá ser un bien completo, precisamente porque se lo busca por sí mismo; por otro lado, ha de ser suficiente de por sí” (Aristóteles,2019: xxi). Para Aristóteles la felicidad es lo máximo y el fin último al cuál todos nosotros aspiramos por naturaleza, entonces nadie desea la felicidad con segundas intenciones, ya que de por sí es la perfección. Dicho en otras palabras, la felicidad no es un medio, es la meta “La dicha es tenida por una cosa de esa clase en el más alto grado, pues la elegimos siempre por ella misma, y nunca a causa de otra cosa”(Aristóteles,2019:22). Asimismo las personas buscamos medios para alcanzar dicha meta. Ahora bien, aquí surge un problema,

pues no a todos nos hacen feliz las mismas cosas o situaciones. Cómo respuesta a esto, Aristóteles clasifica tres formas de felicidad: Primero, la felicidad basada en bienes materiales (voluptuoso) y placeres, en donde las personas más materialistas la utilizan; Segundo, la búsqueda de la felicidad, en la obtención de fama y gloria (político); y por último, se encuentran aquellos que basan su felicidad en poseer una vida intelectual (contemplativa). Para Aristóteles el hombre sí puede llegar a ser feliz y de los tres modos de vida, sin embargo, solo puede ser feliz de manera aristotélica si posee la forma contemplativa, ya que las demás no son un fin en sí mismas, siempre buscarán algo más, pues el político buscará el honor y el voluptuoso el placer. No obstante, la dicha debe alcanzarse a través de la virtud, ya que “La dicha es la virtud o una forma de la virtud”(Aristóteles,2019:30). En otras palabras, la virtud es la excelencia, es el punto medio entre dos vicios, donde cada extremo no es sano; uno está asociado al exceso y, por tanto, el otro al defecto. Un claro ejemplo corresponde a la Valentía, la cual, en su exceso, abundaría de un ser temerario y en su defecto, sería una persona cobarde; entonces para este filósofo debe existir un punto medio, para no caer en un mal camino. Asimismo, las virtudes según Aristóteles se pueden dividir en dos tipos: las primeras corresponden a las virtudes éticas, las cuales se desarrollan a partir de la costumbre y el hábito y se encuentran en el alma irracional; las segundas hacen referencia a las virtudes que se adquieren a través de la enseñanza de la verdad y se denominan virtudes intelectuales o dinoéticas y se localizan en la parte racional del alma. Estas, a su vez, se subdividen en cinco conocimientos, tanto prácticos como teóricos: Arte, ciencia, inteligencia, prudencia y sabiduría. Entonces para Aristóteles las virtudes nos ayudan a encontrar la felicidad, pero no son innatas. Por otra parte, no solo las virtudes se necesitan para llegar a la felicidad, sino que Aristóteles plantea la importante relación que existe entre el placer y la dicha. Pero ¿Qué es el placer? Es algo natural presente en nosotros, está asociado cómo un complemento a una actividad en específico y no en la actividad en sí, es el resultado, la emoción. Sin embargo, los placeres tienen riesgos, ya que para llegar a la verdadera felicidad, el placer tiene que regirse por el bien, de lo contrario, el hombre corrupto encontrará placer en lo que no es un bien y se dejará llevar por agrado. En definitiva, a diferencia de Platón, Aristóteles plantea que la virtud no viene simplemente del conocimiento, necesita de un hábito y enseñanza.

Finalmente, tenemos a Epicuro, el cuál en su libro denominado “Carta a Meneceo: Máximas Capitales y Sentencias Vaticanas” nos da a conocer una serie de respuestas respecto a la felicidad y cómo podemos alcanzarla. Pero ¿Cómo podemos alcanzar la felicidad en esta vida? Epicuro llega a la conclusión de que la única forma de alcanzar la felicidad es por medio del placer. Sin embargo, eso no significa que para este filósofo la felicidad se alcance a través de festines, sino todo lo contrario, para Epicuro el placer era la ausencia de dolor “Sino de no padecer dolor en el cuerpo ni turbación en el alma”(Epicuro,2017:16); es decir, la felicidad para Epicuro es sinónimo de un placer que se adquiere a través de la carencia de dolor. Su filosofia va enfocada a la mesura, lo cual significa que a veces es necesario rechazar placeres que a largo plazo nos pueden provocar dolor. Por otro lado, Epicuro afirma que el miedo es el mayor obstáculo para la felicidad, es por esto que se enfoca en la eliminación del temor a través de la creación del tetrafarmakon “Se trata de los cuatros preceptos éticos fundamentales”(Epicuro,2017:21). Este remedio se fundamenta en anular los cuatro miedos relevantes: el miedo al dolor, al destino, a los Dioses y a la muerte. Este último miedo es crucial para Epicuro, ya que “Así, el más terrorífico de los males, la muerte, no es nada en relación a nosotros, porque, cuando nosotros somos, la muerte no está presente, y cuando la muerte está presente, nosotros no somos más” (Epicuro,2017:13). Entonces, cuando la muerte está, yo no estoy, en cambio, cuando la muerte no está presente, nosostros sí, y podemos vivir placenteramente el día como si fuera el último de nuestra vida. Para Epicuro la mayor virtud y el principio de todo es la Prudencia “Pues ella nos enseña que no es posible vivir placenteramente sin vivir juiciosa, honesta y justamente” (Epicuro, 2017:16); en otras palabras, la prudencia consiste en saber elegir entre placeres, pero siempre y cuando estos sean virtuosos y honestos. En síntesis, Epicuro nos invita a examinar nuestras vidas y preguntarnos realmente qué es lo que nos hace feliz y que nos percatemos de qué placeres nos traen felicidad pura y no solo por momentos. A modo de cierre, cada autor tiene distintas nociones acerca de qué es la felicidad y cómo se vive una vida dichosa. Para Platón se alcanza mediante las virtudes y se vive feliz en un estado donde abunde la templanza, la prudencia, el valor y la justicia. No muy distinta a la

opinión de Platón, para Aristóteles la dicha es autosuficiente, un bien supremo, lo más deseable que cualquier otro bien. Y por último, tenemos a Epicuro que, según mi perspectiva, es el que tiene una respuesta más acertada a la pregunta qué es la felicidad y cómo podemos alcanzarla. Estoy convencida de que la felicidad es distinta para cada persona, es decir, no todos los seres humanos son felices en las mismas circunstancias, pero de algo estoy segura y es que la vida, o más bien los momentos, se tienen que vivir al máximo y no preocuparnos por lo que puede pasar el día de mañana, sino que enfocarnos en el presente. Epicuro plantea que “Pues no hay nada temible en el vivir para aquel que ha comprendido rectamente que no hay nada temible en el no vivir” (Epicuro,2017:13). Finalmente, para mí no existe una vida dichosa, nadie puede pasar toda su vida feliz, siempre existirán altos y bajos, obviamente que habrá momentos placenteros, en donde disfrutaras al máximo y sentirás que tu vida tiene un propósito, pero la felicidad es un estado difícil de alcanzar, no todos son felices con las mismas cosas, y si consideras la dicha como algo relacionado a lo material, estás muy equivocado, ya que como lo expresa Epicuro, esos placeres solo te darán una satisfacción momentánea. En definitiva, desde mi punto de vista, nadie es del todo feliz porque al final del día si uno se pregunta soy completamente feliz ¿tienes la respuesta?

Bibliografia Platón. (2017). La República (1º ed.) Chile: Ril editores. Aristóteles. (2019). Ética Nicomaquea (1º ed.) Buenos Aires: Colihue/ Universidad Adolfo Ibáñez. Epicuro. (2017). Carta a Menecceo: Máximas Capitales y Sentencias Vaticanas (1º ed.) Santiago de chile: Ediciones Tácticas/ Universidad Adolfo Ibáñez....