Facismo en colombia - HFHF PDF

Title Facismo en colombia - HFHF
Course Comercio Internacional
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Notas sobre los grupos fascistas en Colombia Jhon Florián Guzmán

Cultura política

Profesor universitario

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l escalonamiento de la violencia de los grupos fascistas y ultranacionalistas, junto con el exitoso reclutamiento de jóvenes en sus filas, no es marginal, ni es simple producto de la malsana apropiación de una ideología ajena y anacrónica. Abandonar toda caracterización arrojándolos al rincón de los desadaptados es un error que subestima un fenómeno que se entremezcla con las peculiaridades históricas nacionales y una ideología totalitaria. Una errada caracterización simplemente provocará reacciones ineficaces, mientras se incrementan las hostilidades contra la comunidad LGBT, indigentes, drogadictos, prostitutas, inmigrantes, defensores de DD.HH y miembros de otras tribus urbanas. El simple hecho de que estos grupos hayan logrado elevar su número es señal de la capacidad para responder a las hondas preocupaciones de jóvenes entre 17 y 28 años sobre su entorno y su papel en él.

El mensaje totalitario El mensaje fascista no puede ser leído como un cuerpo de ideas valioso por su texto, sin mayor consideración de su contexto. Éste está rodeado de una simbología, de dogmas y de una organización política y económica que cohesiona su praxis en contra del desorden, la corrupción social y moral y la ausencia de un Estado fuerte y autoritario. La fuerza de su mensaje está en el totalitarismo de sus organizaciones cuyo rol es absorber todos los aspectos de sus vidas. Los sujetos disuelven su _42

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Entre las tendencias musicales más reconocidas se encuentran el black metal nacionalsocialista, punk nazi, rock contra el comunismo (RAC: Rock Against Communism) y la música White Power.

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Entre los pocos grupos de izquierda que considera que debe defenderse la burguesía nacional destaca el MOIR (Movimiento Obrero Independiente Revolucionario)

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individualidad en la llamada “comunidad del pueblo” con similares gustos musicales1, creencias religiosas y concepciones estéticas y éticas (Mateo Ferrer, 2003). Por su parte, el fascismo como régimen político, no está circunscrito a la personalidad de líderes carismáticos y providenciales como Hitler, Mussolini y Franco, ni está limitado al exclusivo mundo políticoestético-organizativo. Fue una forma excepcional del Estado capitalista, históricamente determinada por la reacción de la burguesía industrial-nacional contra sus antagonistas domésticos y extranjeros (Borón, 2003). Tras la subsunción del individuo en la totalidad de la organización se encontraba el esfuerzo por crear unas masas fieles y cohesionadas a favor de un nuevo pacto hegemónico, cuyo objetivo fue emprender un vasto conjunto de reformas para absorber los capitales medios y pequeños en manos de inmigrantes y judíos, y reemplazar con un selecto grupo de grandes empresarios y banqueros la antigua y desacreditada clase de dirigentes políticos. Esta caracterización sobre el auténtico fascismo es imposible de ser extendida a un régimen político en el Tercer Mundo, por lo que los grupos que se reclaman nazis, fascistas o ultranacionalistas quedan aparentemente huérfanos de cualquier respaldo y articulación, o por lo menos en su manifestación clásica. Es improcedente calificar a estos grupos como fascistas en Colombia dado que no existe burguesía cuyo destino coincida con un interés nacional2. De acuerdo con Martínez (2013), la acumulación históricamente determinada en Colombia ‒patrón de acumulación‒ se define reprimarizadora y financiarizadora, por lo cual la valorización del capital se funda sobre

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actividades económicas que son complementarias de las del capital transnacional. La burguesía nacional está resignada a su carácter parasitario en relación con los grandes procesos de valorización de capital. Sin embargo, viejas ideas toman vida cuando son adaptadas y funcionales a un proyecto de clase. La fuerza del mensaje totalitario cobra importancia en un escenario de fragmentación del tejido social, corrupción, frustración, resentimiento y desprecio de las ideas de izquierda por su vínculo con la guerrilla. Estos grupos no crecen sólo en virtud de la fuerza de sus argumentos en una población vulnerable y marginada, sino que han sido arropados por organizaciones católicas y cristianas ultraderechistas, financiados y entrenados por grupos paramilitares y más recientemente se agazapan bajo la respetable denominación de víctimas de la guerrilla (Coronell, 2013). Esta triada los arropa con prestigio moral, dinero, conocimiento militar y empatía social: mezcla tóxica para la convivencia pacífica y democrática en el país.

Dios y patria La cercanía con organizaciones católicas y cristianas se debe al protagonismo que han ganado los grupos “fascistas” y ultranacionalistas en la lucha contra el aborto, el matrimonio igualitario, la adopción de parejas LGBT, la eutanasia y la legalización de la dosis mínima. De igual manera proponen en conjunto medidas severas para combatir la corrupción social, entre ellas la judicialización de los menores de edad cuando cometen delitos graves, la pena de muerte, la cadena perpetua para violadores, la ampliación del fuero militar y la derogación de los excesos garantistas de la Constitución de 1991. No son pocos los grupos católicos que coinciden en acelerar la creación de frentes de lucha contra el programa liberal de varios de los gobiernos en la región, y encuentran en los grupos “fascistas” y nacionalistas de extrema derecha una reserva de cruzados para el combate.

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No d be subestimarse el potencial de estos grupos apologistas de la violencia, articulados a la urgencia de una ultraderecha que aguarda a la desaparición del otro para la consolidación de su proyecto político y económico. Estos grupos no son desadaptados y marginales, sino que son una prolongación siniestra de un proyecto de clase, una extraordinaria adaptación de la ultraderecha colombiana.

http://w ww.flickr.com/photos/marcha-pat riotica/. Fotografía: Cannela María

Una de las entidades religiosas más cercanas al activismo político simpatizante con los grupos ultranacionalistas, anticomunistas y “fascistas” es la Sociedad Colombiana de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad (TFP). De hecho se reconocen como “el mayor movimiento cívico-cultural anticomunista de inspiración católica del mundo”3. Su prédica reaccionaria contra cualquier reforma agraria en América Latina fue defendida con sendas campañas contra el marxismo y la teología de la liberación durante los años setenta en Perú, Chile y Brasil (Zanotto, 2003), mientras que en Colombia a finales de los años ochenta, sobresalió como promotora de una propuesta jurídica que buscaba tanto la legalización del paramilitarismo como la unión de los hacendados entorno a una acción ideológica y publicitaria contra

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Página de Internet www.pliniocorreadeoliveira.info Consultado el 12 de junio del 2013.

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el “agrorreformismo confiscatorio”. La difusión del mensaje fue suscrito por grupos políticos influidos o totalmente cooptados por los paramilitares durante los noventa, incluyendo el Movimiento de Reconstrucción Nacional (MORENA), tan íntimo de los neonazis en Colombia.

Anticomunismo y paramilitarismo El vínculo entre paramilitares y grupos “nacionalsocialistas” y “fascistas” no es reciente. Este nexo viene desde finales de los años ochenta, cuando grupos de paramilitares del Magdalena Medio, fundaron MORENA para combatir desde una tribuna política las diferentes expresiones del comunismo. Fue una respuesta armada de balas y votos contra las perversas prácticas institucionalizadas por la guerrilla en la zona (secuestro, boleteo, extorsión y ajusticiamiento) (Revista Semana, 1989). Tras del programa anticomunista, fascista y nacionalista de MORENA estaba la pluma Cultura política

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de Armando Valenzuela Ruíz, quien, además de ser uno de los tres fundadores del primer ensayo político electoral del paramilitarismo, fue creador de uno de los grupos neonazis más importantes del país. Es por ello que este grupo lo considera “la figura más saliente e incontaminada de la generación del medio siglo en Colombia” e igualmente “padre y fundador de Tercera Fuerza” “baluarte para la lucha nacionalista”4. Los otros dos fundadores de MORENA fueron Iván Roberto Duque y Fernando Vargas Quemba. Duque fue posteriormente conocido por su alias "Ernesto Báez", jefe paramilitar del Bloque Central Bolívar y vocero político de las Autodefensas Unidas de Colombia junto con Carlos Castaño; mientras que Vargas Quemba, preside una fundación familiar para la defensa de las víctimas de la guerrilla en Colombia (Coronell, 2013). Trágica paradoja en la que los victimarios tienen francas oportunidades para reclutar a las víctimas del conflicto y prender con mayor combustible humano el actual conflicto armado en las ciudades.

Conclusión El crecimiento de los grupos “fascistas” y ultranacionalistas en Colombia, en particular en Bogotá, Medellín y Cali ‒y hasta en ciudades pequeñas como Popayán‒, responde a la radicalización de las ideas conservadoras, la acumulación de frustraciones y el desprecio de las ideas de izquierda. Grupos como Tercera Fuerza, Alianza Social Patriotas, Unión Nacional Socialista de Colombia (UNSC) y Comando Radical Nacionalista (Rugeles, 2013) acogen a través del totalitarismo la insatisfacción que la izquierda y derecha democráticas no han podido canalizar, con un costo muy alto para la democracia, ya que estas manifestaciones promueven la exclusión del “otro”, hasta el punto de

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Página de internet www.tercerafuerzanacion.org/biografias.html Consultado el 12 de junio de 2013.

organizar la desaparición de sus adversarios. La efectividad del mensaje totalitario es potenciada por el abrazo de la ultraderecha religiosa, política y paramilitar colombiana, hasta el extremo de constituirlos en grupos armados, embestidos con legitimidad y tribunas para su apología del odio nacional, racial, político y religioso. Aunque una sociedad que aspire a la democracia debe velar por la libertad de expresión, esta no puede ser una garantía infinita. La libertad de expresión no puede confundirse con libertad de discriminación. De acuerdo con el artículo 13 de la Carta de la Convención Americana de Derechos Humanos, suscrita por Colombia en 1969, “Estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma u origen nacional.” Es un error no combatir los mensajes de estos grupos simplemente alineándolos al pesado muerto del nazismo y el fascismo. Hay que escrutar sus vínculos con el bloque social hegemónico ya que viejas ideas pueden cobrar vida si son oportunas y toman cuerpo a través de la defensa de un proyecto de clase. Por esta razón, no debe subestimarse el potencial de estos grupos apologistas de la violencia, articulados a la urgencia de una ultraderecha que aguarda a la desaparición del otro para la consolidación de su proyecto político y económico. Y si bien estos grupos no están amalgamados con la defensa de una burguesía industrial y nacionalista, como en el fascismo clásico, tienen el respaldo para reclutar apoyos que, en última instancia, garantizan la sobrevivencia de un patrón de acumulación reprimarizador y financiarizador. Estos grupos no son desadaptados y marginales, sino que son una prolongación siniestra de un proyecto de clase, una extraordinaria adaptación de la ultraderecha colombiana.

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Trabajos citados BORÓN, A. (2003). Estado, capitalismo y democracia en América Latina. Buenos Aires: CLACSO. CONTI, R. (18 de 01 de 2013). “A propósito de los neonazis”. Prensa Rural . CORONELL, D. (11 de 05 de 2013). “La huella nazi”. Revista Semana. EL ESPECTADOR. (17 de 05 de 2013). “Neonazis dicen que “sería genial” que los patrocinaran paramilitares”. El Espectador. ESPINOZA, J. (09 de 06 de 2013). “Neonazismo en Colombia”. RCN Radio . MARTÍNEZ, A. (2013). “Los ejes de la acumulación de capital en Colombia”. Revista Izquierda , 16-23. MATEO FERRER, M. (2003). “Los fundamentos estéticos del nacionalsocialismo”. Acta Poética . PAREDES, D. (2009). “De la estetización de la política a la polítización de la estética”. Revista de Estudios Sociales. No 34 , 91-98. REVISTA SEMANA. (11 de 09 de 1989). “MORENA se destapa: La extrema derecha pide pista electoral”. REVISTA SEMANA. (08 de 07 de 2011). “Somos de derecha; pero ni fachos, ni godos, simplemente nacionalistas”. RUGELES, G. (08 de 06 de 2013). “Radiografía del Neonazismo”. El Espectador . ZANOTTO, G. ( 2003). É o Caos: A luta anti agro-reformista de Plínio Corrêa de Oliveira. Florianópolis: Tesis de maestría en historia cultural de la Universidad de Santa Catarina.

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