Globalizacion - Unidad 11 del programa 2019 PDF

Title Globalizacion - Unidad 11 del programa 2019
Author Florencia Guaymas
Course Sociología
Institution Universidad Católica de Salta
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Unidad 11 del programa 2019...


Description

UNIVERSIDAD CATOLICA DE SALTA

GEORGETOWN UNIVERSITY

Certificate Program In Globalization

______________________________________________________________________________

La ideología de la Globalización y el Estado Ricardo N. Casali Rey ______________________________________________________________________________

SALTA 1998

Frente

a

la

propuesta

de

abordar

el

tema

de

la

globalización, efectuando alguna consideración crítica respecto de “el fin de la historia”, me parece útil tratar de delinear ambos conceptos, para lo cual, entiendo, no hay mejor forma que recurrir a sus mismos mentores.El concepto del fin de la historia aparece, como sabemos, durante una conferencia con motivo de la caída del muro de Berlín, cuando el llamado nuevo orden mundial empezaba a perfilarse y creo que podría desentrañarse del siguiente párrafo: “En ese Estado Homogéneo Universal todas las contradicciones son resueltas y todas las necesidades humanas son satisfechas. No hay lucha o conflicto sobre grandes asuntos y, consecuentemente, no hay necesidad de generales o estadistas: lo que queda es, principalmente, la actividad económica ...”1. Ahora bien, es el mismo Fukuyama quien se encarga de proporcionar algunas otras notas distintivas del estadio que preconiza: “En el período post-histórico no habrá arte ni filosofía, sólo la perpetua mascarada del museo de la historia humana...”.Para entender la globalización, que aparece vinculada a ese final, resulta útil recurrir a las declaraciones efectuadas por David Rockefeller con ocasión de una reunión del Bilderberg Group en Alemania “...el mundo está ahora más sofisticado y dispuesto a marchar hacia un gobierno mundial que no conocerá ya la guerra, sino la paz y la prosperidad para el conjunto de la humanidad.”2. Se trata, pues, de la “aldea global” concebida como un “mundo electrificado capaz de enlaces instantáneos”3.1

FUKUYAMA, F. “El Fin de la Historia” .Cfr. la entrevista publicada por el periódico Minute (19-06-91), citada por A. Saénz en “El Nuevo Orden Mundial en el Pensamiento de Fukuyama”.3 Mc LUHAN, M, “Understanding Media”.2

Si bien es cierto que no puede negarse la actualidad de tales ideas y la notoriedad que han alcanzado, tampoco puede afirmarse que sean novedosas u originales, salvo, claro está, por lo nuevo y distinto que le aporta la tecnología de hoy. Ya en la antigüedad -Grecia, Roma,

Mesopotamia-

y,

desde

entonces,

hasta

nuestros

días,

encontramos antecedentes de este fenómeno, en cuanto planteaban formas organizativas cosmopolitas, englobadoras o universales4; más cercanas en el tiempo pueden citarse las ideas de fraternidad e igualdad universales de la Revolución Francesa y, más cerca aún, la utopía marxista de un mundialismo internacionalista, dominado por la igualdad social, fruto de la eclosión y triunfo del proletariado.A los fines de poder luego intentar alguna consideración crítica acerca de la cuestión planteada, me parece necesario agregar a la apretada síntesis histórica antes esbozada, un también sintético análisis de los que advierto como algunos de los fundamentos filosóficos de

estas

concepciones

del

mundo,

en

cuanto

constituyen

denominadores comunes que sirven como hilos conductores o líneas directrices que entroncan con la cuestión que tratamos. Me refiero, entre otros, a la idea del progreso permanente; la consideración del progreso como algo ilimitado o, cuando menos, fundamental y mayormente determinado a lo económico y al principio de inmanencia.La idea del progreso está íntimamente ligada al cambio, al punto que, según Zbigniew Brzezinski, es urgente efectuar el cambio para que la vida pueda seguir marchando y considera que los principales factores del cambio social son la tecnología y la electrónica, en tanto que permiten dejar atrás el proceso industrial y entrar en la 4

Al respecto puede consultarse la disertación de Antonio Caponetto en el IX Congreso del Instituto de Promoción Social Argentina.-

“era del proceso político global”, concebida como una suerte de unidad del género humano que permite superar las grandes visiones de la historia y alcanzar la igualdad ante lo sobrenatural5. El desarrollo de las tecnologías de comunicación y transportes, proporcionó a la producción una movilidad y flexibilidad geográfica, inusitados en la historia y fue eso lo que, de la mano del neoliberalismo, hizo posible la globalización de la economía6.Todo esto ha producido una nueva visión de la historia, ya sin un fin trascendente a si misma, sino con un fin inmanente al tiempo7.La “aldea global” vine a ser, entonces, algo así como la cúspide del proceso de cambio progresivo; en ella, -donde “La soberanía supranacional de una elite intelectual y de los banqueros mundiales es seguramente muy preferible a la autodeterminación que se practicaba”-8 se habría alcanzado el objetivo de paz y prosperidad tan arduamente buscado por la humanidad a lo largo de siglos de historia y, por ende, implicaría el fin de la historia. Podría decirse entonces y sin mayor temor a equivocarse que el fenómeno de la globalización ha devenido en nuestros días -en algunos ambientes presumidamente intelectuales- en ideología que, como tal, se caracteriza por ser asertiva y dogmática y en base a la cual se pretende desarrollar una sistema de respuestas que explique toda la realidad.-

5

Cfr. “Between two ages” (aquí publicado con el nombre de “La Era Tecnotrónica”).Cfr. DIETRICH, H. S. “La sociedad Global”: ‘Globalización, Educación y Democracia en América Latina - n° 1 Globalización, Estado Nacional y Estado Mundial’ (aunque el autor denomina estadismo reaccionario al neoliberalismo.7 Cfr. CATURELLI, A. “El principio de Inmanencia y el Nuevo Orden del Mundo” en el N° 22 de la revista Gladius.8 ROCKEFELLER, D. op. cit. loc. cit..6

Sin embargo, la ideología en cuestión encierra severas contradicciones

internas,

además

de

contradecir

la

naturaleza

humana.En efecto, el fin de la historia no puede ser sino una de estas dos cosas: un instante ya sin tiempo, o un período intratemporal y Fukuyama se inclina por lo segundo, desde que afirma que en el período post-histórico (sin arte ni filosofía, como viéramos antes) la “... misma perspectiva de siglos de aburrimiento en el fin de la historia sirva para que la historia comience de nuevo”; si es un período no puede ser fin (como término al que llega el proceso de cambio y progreso permanente) al mismo tiempo y, por ende, no puede ser más que una situación histórica. El fin de la historia implica, necesariamente el final del tiempo y, terminados ambos no parece serio que el aburrimiento humano

(no

sabemos

de

quien

porque

también

terminaría

la

humanidad) pudiera reiniciarlos; en todo caso, queda claro que ni la historia ha llegado a su fin y que, cuando llegue, no dependerá de ningún fenómeno de factura exclusivamente humana.Por el contrario, la naturaleza constitutivamente social del hombre, que obra guiada por la razón, el institnto de conservación y el libre albedrío, tienden más bien a contrariar la ideología de la globalización y el fin de la historia. Parece difícil admitir que el concepto de patria haya sido borrado de la conciencia humana, por obra de una prosperidad más declamada que lograda; ¿cómo podría olvidar el hombre el vínculo paterno filial ? ¿cómo podría evitarse la relación que se genera con la tierra donde se nace y se vive ? ¿cómo se podría obviar el legado de los antepasados ? ¿cómo negar las diferencias naturales y culturales? ¿cómo reducir todo a meras relaciones económicas?

Creo más bien, que el hombre no ha perdido el sentido de pertenencia nacional que, en virtud de los objetos compartidos,

le

proporciona identidad y le permite reconocerse y distinguirse, a la vez. De entre tales objetos compartidos, la cultura resulta, a mi juicio, determinante si, con Ortega y Gasset o Spengler, la entendemos como algo interior al hombre, como un dato fundamentalmente espiritual y, por ello intransferible.Por ello, me parece más adecuada para explicar la realidad, la teoría del choque de civilizaciones que expusiera Samuel Huntignton, tomando este choque como causa eficiente del cambio, aunque con las diferencias

que

señala

James

Kurth,

en

tanto

este

sitúa

el

enfrentamiento dentro del seno mismo de la civilización occidental.9 Lo verdaderamente importante es que en esta línea de pensamiento la globalización, que es hija legítima de occidente, representaría la nueva forma de civilización que se enfrenta con la conocida hasta ahora, pero nunca el fin de la historia, sino una etapa histórica más.La cuestión entonces reside en saber o poder determinar si la globalización ha venido para quedarse y, en tal caso si implica o implicará el fin de la historia; al respecto me parece sumamente interesante volver sobre el pensamiento del profesor del Swarthmore College, en su ya citado artículo y, parafraseándolo, interrogarnos acerca de si habrá alguien que crea lo suficiente en la globalización para pelear, matar y morir por ella en el choque de civilizaciones.Humildemente y sinceramente, creo que no y que tarde o temprano esta ideología economicista pasará de moda; entonces lo político resurgirá para reencontrarse con su misión clásica de orientar

9

Cfr. “The Real Clash” en el N° 37 de la revista The National Interest, del otoño de 1994.-

las conductas humanas hacia lo verdadero, lo bueno y lo bello, porque tal como sucediera con el comunismo, según las palabras del ex presidente Checoslovaquia Vaclav Havel- sería vencida “...por una revolución del color, la autenticidad, la historia y la individualidad humana contra el encorsetamiento dentro de una idea uniforme”10.-

Ricardo N. Casali Rey

10

Cfr. MONTEJANO, B. “El Régimen Político”...


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