Guillermo de Ockham - Apuntes Historia Uned Filosofía 1º PDF

Title Guillermo de Ockham - Apuntes Historia Uned Filosofía 1º
Author Íñigo Astiazarán García
Course Filosofía
Institution UNED
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Apuntes Historia Uned Filosofía 1º...


Description

La doctrina de la libertad de Duns Scoto El voluntarismo es el núcleo central de la propuesta filosófica de Duns Escoto: lo primero tanto en orden de la realidad como en orden de inteligibilidad es la voluntad, la libertad (lo que tiene que ver con el entendimiento es algo secundario, inferior). La voluntad quiere un fin y lo persigue hasta alcanzarlo, el entendimiento conoce las cosas aplicando la lógica, el razonamiento, un conjunto de pruebas y demostraciones. Este voluntarismo es radicalmente teológico: en base a su estricta omnipotencia, Dios ha creado el mundo y el mundo es así porque Dios lo ha querido. Por tanto, Dios no crea a partir de unas previas formas o esencias contenidos en su entendimiento (tesis común en San Agustín y Santo Tomás). Dada la omnipotencia de Dios, la creación es enteramente contingente, no es algo necesario. En los seres humanos sucede lo mismo que en Dios: la voluntad, la libertad es previa y superior a su entendimiento. Esta primacía de la voluntad es completamente crucial respecto a lo más importante en última instancia: la salvación eterna del alma. Santo Tomás pensaba que lo primero es el conocimiento del bien, porque este determina la voluntad y orienta la libertad. Para Duns Scoto esto socava la soberanía de la libertad y subordina a la voluntad al ponerla bajo el gobierno del entendimiento, lo principal es la voluntad: querer unos fines y perseguirlos. La voluntad se define por su estricta autonomía y por su completa autodeterminación. La reivindicación de la experiencia y la observación. El nominalismo de Guillermo de Ockham. Ockham refuta el realismo esencialista, es decir, la tesis de que lo primordialmente real y verdadero son las esencias universales que subyacen y sustentan todos los fenómenos particulares, todas las cosas concretas. No hay ni esencias eternas ni formas universales: solo particulares, individuos. De las cosas particulares se tiene una experiencia sensible: un conocimiento intuitivo, es decir, una captación directa inmediata y por eso, cierta y evidente. Sobre la base del conocimiento intuitivo, se eleva el conocimiento abstracto: el conocimiento conceptual. Ockham no niega que este se refiera a lo general, pero eso general solo se alcanza partiendo de la experiencia perceptiva y reteniendo todas las semejanzas que se repiten. Esto es lo que lleva al proceso abstractivo. Lo único general alcanzo por el conocimiento son los conceptos, y los conceptos son signos caracterizados por tener una referencia (remite a algo ajeno a él y lo sustituye). La teoría de la suposición pone en relieve tres formas de representar o sustituir, es decir, tres tipos de signos. En estos tres modos hay una estricta jerarquía. El modo básico y principal es la suposición personal, un modo de significar que reposa el conocimiento intuitivo de la experiencia perceptiva (Ejemplo: el hombre es un animal). Los otros dos modos son derivados: una suposición simple (lo representado es un concepto) y una suposición material (lo representado es una palabra). El modo principal de la suposición es aquel que se apoya en la percepción de las entidades particulares, en el conocimiento intuitivo. Según su teología la razón y la fe son enteramente distintas y deben actuar por separado. Si Dios ha creado el mundo sin acudir a esencias o formas previas, la teología nada debe decir sobre cómo es el mundo. El conocimiento general de la verdad de los juicios se sustenta sobre la experiencia sensible de las realidades particulares, esto alienta a la observación atenta y detallada de los procesos naturales, pues solo ella proporciona un auténtico conocimiento.

Las ideas políticas de Guillermo de Ockham Aboga por una separación entre la Iglesia y el Estado, entre la autoridad religiosa y el poder político (laicismo). El poder político del monarca procede primordialmente de los súbditos: estos consienten o aceptan, y por tanto secundan, las disposiciones legales del soberano. Por otra parte, Ockham negó la idea frecuente en la Edad Media de que los reyes eran súbditos del Papa, representante de Dios en la tierra. Además, sostuvo que el Papa no debe tener un poder absoluto en la Iglesia: el poder eclesiástico corresponde al conjunto de los fieles y no a una autoridad unipersonal propensa al despotismo; el Papa, por último, no es infalible en las cuestiones de fe. La mística del maestro Eckhart Este monje dominico propugnó que Dios era para los hombres incognoscible, inaccesible para la razón, por eso, el contacto con él es la experiencia mística. Ella implica que algo en los hombres es semejante a Dios, por ello alude a la analogía, aunque siempre insiste en el enorme abismo que hay entre hombres y Dios. Esto conduce a una teología negativa, de Dios apenas se puede saber algo determinado. Eckhart alude a la radical dependencia de las criaturas respecto al Creador: sin el ser supremo lo creado no es propiamente nada, un puro no-ser. El místico solo puede aproximarse a Dios a través del despojamiento, de un vaciamiento de su propio yo en un proceso de interiorización, solo así logrará la quietud y el sosiego perfecto: el gozo contemplativo de Dios, el nivel superior o el grado máximo de fe....


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