Historia Contemporánea - Resúmenes - RESUMEN PDF

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Course Historia Contemporánea
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BLOQUE 1 – LA FORMACIÓN DEL MUNDO CONTEMPORÁNEO

1. REVOLUCIÓN Y CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL. Las revoluciones liberales americana y francesa. Extensión y afirmación del liberalismo. Los nacionalismos y las construcciones nacionales El proceso de industrialización experimentado en el mundo occidental durante el s.XIX tenía como raíces la revolución industrial iniciada en Inglaterra a finales del s.XVIII. En el ámbito político los cambios tuvieron lugar durante el mismo periodo donde una serie de revoluciones políticas sientan las bases de las ideologías y sistemas políticos contemporáneos. Las grandes pasiones que movieron la voluntad del hombre trataron de consolidar la libertad (económica y política, de ideas y nacional) y, a su vez, resolver el problema de la igualdad. Todo ello tuvo como expresión política tres corrientes ideológicas dominantes en el s.XIX: liberalismo, nacionalismo y socialismo. Todas ellas nacen y se desarrollan mediante experiencias revolucionarias. Las transformaciones políticas del siglo XIX afectan a campos muy distintos donde lo predominante es la existencia de monarquías constitucionales y no parlamentarias. Bases Ideológicas del pensamiento revolucionario El pensamiento político desarrollado y aplicado en textos y acciones revolucionarias de finales del s.XVIII tienen su origen en las obras de los teóricos de los siglos XVII y XVIII. En Inglaterra las obras de Locke sentaron las bases de una nueva legitimidad del poder político derivando la soberanía de los derechos naturales del hombre que, en virtud de un pacto social, aquél puede delegar para que sus representantes ejerzan el gobierno. En Francia las principales aportaciones vienen a manos de Montesquieu estableciendo el principio de división de poderes como medio para evitar el despotismo y limitación del poder. Por otro lado, Rousseau estableció el principio del pueblo como única fuente de soberanía política expresándose a través de la “voluntad general”. Los principios más elementales del liberalismo político consisten en la sustitución del concepto de súbdito por el de ciudadano reconociendo las declaraciones de derecho. Se sustituye el origen divino de la soberanía para radicarla en la nación o en el pueblo. Las consecuencias políticas de estos principios vienen expresados en forma de constituciones que no solo regulan el ejercicio de poder sino recogen las declaraciones de derechos del hombre. En el nombre de la revolución Desde el último tercio del siglo XVIII tiene lugar un proceso de mudanzas políticas que constituyen los orígenes del mundo contemporáneo. Dichos cambios afectaron diversos aspectos desde la legitimidad del ejercicio del poder hasta la ordenación de los distintos poderes bajo el principio de responsabilidad y del control mutuo. El termino “revolución” no era nuevo pero a partir de ahora adquiere un significado distinto al anterior. La revolución, en tanto a mudanza política, era algo que podía hacerse y podía defenderse. Quienes la defendían se consideraban “revolucionarios” y quienes se oponían eran “reaccionarios” o “refractarios”. Este es el origen de la gran distinción política del mundo contemporáneo entre derecha e izquierda. El primer legado de la revolución fue hacer posible su preparación y su realización, por tanto, ser capaces de pensar y organizar el futuro. Las dos grandes revoluciones políticas de la época fueron la americana y la francesa. La Revolución Americana Las colonias inglesas en la costa este de América del Norte experimentaron un gran desarrollo durante el s.XVIII. Pero es a partir de 1763 con la llamada “guerra de los Siete Años” donde las grandes potencias europeas (Francia, Gran Bretaña, Austria y Prusia) se vieron enfrentadas consiguiendo empeorar como consecuencia las relaciones entre metrópolis europeas y sus colonias. En el caso británico, cada vez se hizo más incompatible el régimen económico y político de las colonias con la política de la metrópoli. Las medidas coercitivas del gobierno de Londres por aumentar los impuestos resultaron ampliamente impopulares siendo tachadas de ilegítimas ante la carencia de representación en el Parlamento británico y de una violación de derechos como ingleses. Sucedieron diversos incidentes donde el más conocido es el “Boston Tea Party” de 1773 donde se lanzó al mar todo un cargamento de té siendo acto de protesta de los colonos americanos. Todo ello fomentó la toma de conciencia de las diferentes asambleas políticas de las colonias sobre la necesidad de lograr la independencia.

La independencia de las trece colonias tuvo lugar entre 1776 y 1783. El 4 de julio de 1776 se produce la Declaración de Derechos de Virginia y la Declaración de Independencia en Filadelfia siendo tomada como fecha de conmemoración nacional. Comienza entonces una legitimación política de las trece colonias, el proceso de lucha militar contra el ejército inglés, que terminaría con el triunfo de las tropas americanas y el reconocimiento internacional de los nuevos EEUU de América. La guerra fue dirigida por George Washington, veterano oficial de la guerra de los Siete Años, en apoyo de los americanos junto a Francia y España transformando una rebelión colonial en un asunto europeo. La Declaración de Virginia, redactada por Thomas Jefferson, se trata de uno de los manifiestos políticos más importantes que hayan sido concebidos en la época de la Ilustración. En ella se hallan los principios básicos del liberalismo político forjado por teóricos ingleses con especial influencia de John Locke. En la Declaración se ve plasmado los principios esenciales de soberanía popular, igualdad entre todos los hombres y gobiernos con responsabilidad al mismo tiempo que se detallan una serie de libertades individuales. Mientras se desarrollaba la guerra de independencia tuvo lugar un proceso de creación de un nuevo orden político con la Constitución de 1787 que supone la primera plasmación de los principios del liberalismo político contemporáneo. Estos principios se resumen esencialmente en dos: la organización de un poder federal y el establecimiento efectivo de la división de poderes. La Revolución Francesa (1789-1799) La revolución francesa se trata de un proceso totalmente diferente del americano. Su objetivo no es lograr la independencia sino la transformación de una sociedad de Antiguo Régimen y en la que seguían manteniendo un fuerte peso cultural los valores de carácter aristocrático. Ello explica las diferentes fases pero también las enormes consecuencias que tuvo. Su influencia es tan grande hasta el punto de ser considerada como el punto de arranque de la época contemporánea. Su poder evocador fue una imagen presente en las sucesivas oleadas revolucionarias vividas en Europa. En una primera interpretación el protagonismo de la revolución se sitúa en la burguesía la cual termina con la culminación del ascenso social y económico terminando con el desarrollo de los límites del Antiguo Régimen. La revolución sería fruto de la prosperidad de la “burguesía conquistadora”, pues una nueva distribución de la riqueza exige una nueva distribución del poder. Una segunda interpretación posiciona como gran protagonista al pueblo y las clases populares (especial referencia a los sans-culottes) donde el estallido de la revolución vendría provocado por el creciente empobrecimiento de las clases populares y las continuas crisis de subsistencia que se suceden en las décadas anteriores a 1789. Las dos tendencias, enriquecimiento de la burguesía y empobrecimiento de las clases populares, como agente explicativo del estallido revolucionario son perfectamente aceptable y conciliables. Es evidente que la Revolución Francesa posee fases muy diferentes entre sí por lo que se podrán resumir en tres etapas: 1. Mayo del 1789 (reunión de los Estados Generales en Versalles) hasta otoño de 1791: Es la época de creación de las principales instituciones de la revolución. En este periodo tiene lugar la quiebra de las estructuras políticas y sociales del Antiguo Régimen así como la construcción de una nueva legitimidad política, que desemboca en la Constitución de 1791. En agosto de 1789 se produce la abolición del feudalismo y la Declaración de los derechos del hombre, como fruto de las triple revuelta social (nobleza, burguesía y clases populares) que rodea la celebración de los Estados Generales. En 1790 la Asamblea Constituyente aprueba la Constitución civil del clero que supone el primer paso hacia la separación de Iglesia y Estado. En 1791 se aprueba la Constitución, que es la primera en EU, sentando bases de un sistema político caracterizado por la división de poderes y la previsión de una monarquía de carácter constitucional, sometida al criterio del poder legislativo, que mantiene privilegios para proponer leyes y controlar la acción del poder ejecutivo. Se establecen los principios del liberalismo político: soberanía nacional, libertades individuales y defensa de la propiedad. 2. 21792-1795(periodo de la Convención jacobina): Se trata de la etapa más radical produciéndose la caída de la monarquía (y posterior ejecución del rey, en enero de 1793) y una situación política de emergencia nacional ante la guerra declarada por las monarquías europeas a los revolucionarios franceses. Se proclama la república, se instaura un modo de gobierno de carácter dictatorial donde un comité de salud pública (12 miembros) concentra todos los poderes y toma las principales decisiones de carácter radical: sufragio universal masculino, control de precios y salarios, confiscación de bienes de la nobleza, apoyo al proceso de conversión de los campesinos en pequeños propietarios y creación de un ejército nacional mediante el procedimiento de la “leva en masa”. Se trata de identificar a la nación con la revolución. A partir de 1794, ante las dificultades económicas, la guerra y luchas internas entre diversas facciones de los revolucionarios, se llega a la situación definitiva de revolución congelada o punto muerto. Fue el punto de arranque de la posterior

caída de los jacobinos (la muerte de Robespierre en julio de 1795 es el símbolo) e inicio de la “reacción termidoriana”. 3. A partir de 1795 se produce una nueva orientación con el retorno parcial a los años iniciales de la revolución que instauran una auténtica “república burguesa”. A pesar de ser una reacción contra los avances del periodo jacobino se produce la consolidación de las conquistas de 1789, tanto en lo político como en lo económico. El texto que refleja esta nueva situación es la Constitución de 1795 que mantiene el principio del sufragio censitario pero debilita el poder legislativo con la creación de dos cámaras. El poder ejecutivo se atribuye a un Directorio formado inicialmente por cinco miembros para acabar con uno sólo, tras el golpe dado a fines de 1799 por Napoleón Bonaparte inaugurando una fase diferente de la historia de Francia y Europa. Se pasa de este modo de la “tiranía de muchos al despotismo de uno solo”. Exportación de la revolución: Imperio napoleónico (1799-1814) La expansión de las ideas revolucionarias del continente europeo están vinculadas estrechamente al Imperio napoleónico. Durante este periodo se produce un doble proceso que refleja las dos grandes fuerzas revolucionarias: la jacobina y girondina. Por una parte, se consolida la mayoría de conquistas dentro del seno de la sociedad francesa cumpliendo el objetivo de afirmar la nación francesa frente al exterior y el de asentar su estructura política interior. Todo esto supone la redacción del Código Civil en 1804 (CC por excelencia en EU), la firma del Concordato con la Iglesia y la creación de un sistema educativo centralizado. La guerra fue una de las vías de difusión de la Revolución. El cambio producido en sus conquistas de la península Ibérica, norte de Italia, Holanda y regiones occidentales de Alemania fue consecuencia de las campañas mariscales de Napoleón. Se produjo la abolición del feudalismo, establecimiento de códigos, redacción de constituciones y creación de las primeras instituciones propias del liberalismo. La hegemonía europea de Napoleón finaliza con la derrota en Waterloo. A pesar de esta derrota, el legado de Napoleón es esencial para comprender el mundo contemporáneo. Tras dicho periodo se produce un retorno a la situación anterior aunque no de manera completa. Rechazo de la revolución: la Restauración La caída definitiva de Napoleón en 1815 abre el retorno hacia posiciones políticas próximas a las del Antiguo Régimen. La restauración integra no era posible pero si el rechazo de muchas de las conquistas de la Revolución. La corriente ideológica más relevante del periodo es el tradicionalismo, que arranca del propio rechazo de la Revolución y cuyo principales autores son Burke, Maistre o Donoso Cortés. De forma paralela surge el legitimismo: defensa de una legitimidad del poder en razón de los derechos históricos a favor de las monarquías. El fin del Imperio napoleónico provocó, asimismo, una racionalización del mapa político en EU. Esto fue resultado del Congreso de Viena que estableció las bases de la diplomacia europea por parte de las grandes potencias. Se creó una política internacional que descansaba en dos supuestos. La capacidad de intervención ante cualquier situación de perdida de equilibrio en EU (monarquía, ejemplo: “cien mil hijos de San Luis” en España a favor de Fernando VII). Un segundo supuesto con la construcción de una alianza doctrinal de base religiosa que desembocó en la Santa Alianza de escasa eficacia. Bases ideológicas de la Restauración: Tradicionalismo: Todo tiempo pasado fue mejor, plantea volver a mayo de 1789 y vuelven a un pasado purificado. Para impedir esto se establece una alianza entre el altar y el trono. Idea de la cogobernalidad. Se recoge de forma muy patente en la Santa Alianza donde monarcas absolutos como rusos o prusos plantean el gobierno de Europa de acuerdo con los principios cristianos. Frenaron el desarrollo de la ruptura con el orden tradicional. Movimientos contrarevolucionarios. Conservadurismo(se acerca al modelo británico): acepta el cambio liberal pero con una serie de condiciones: paulatina transformación respetando el pasado, no puede haber ruptura. Modelo que puede afectar a Francia donde tras la revolución y el Imperio Napoleónico todo lo realizado hasta el momento se debían mantener con los Borbones: se mantuvo la desamortización, educación y administración. No podía gobernar solo y otorgo poder mediante la Carta que permite una participación en el gobierno a las elites. Los Borbones se reservan casi todo el poder y la cámara elitista.

BLOQUE 1 – LA FORMACIÓN DEL MUNDO CONTEMPORÁNEO

2. TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS E INDUSTRIALIZACIÓN. La revolución industrial británica. La revolución demográfica. Los distintos procesos de la industrialización. La segunda revolución industrial. Occidente comenzó a adquirir ventaja desde el siglo XVI pero fue en el s.XVIII cuando consolidó su posición. Fue entonces cuando empezó un proceso que conocemos como revolución industrial que trastocó de forma decisiva y constante la vida de la humanidad. Un elemento central fue la capacidad de aplicar el conocimiento científico al proceso productivo, bajo la forma de tecnología. A mediados del s. XVIII tiene lugar una transformación profunda de la estructura económica del mundo hallándose en la revolución industrial y a sus efectos más inmediatos sobre el aumento de la productividad, modificación de calidad de vida y aplicación masiva de la tecnología al proceso de producción de bienes y mercancías. Se produce la transición de una sociedad rural y artesanal a una sociedad urbana, industrial y diversificada en un proceso complejo. La población sufre una gran expansión viéndose duplicada en poco más de un siglo, aparece la economía capitalista. Aparece una transición de un mundo pequeño, europeo y atlántico, a un mundo global de integración progresiva de hombres a economías, estados y culturas. La revolución industrial, “que acercó a todos los países del mundo”, también lo “empequeñeció y lo homogeneizó” otorgándole un sentido más accesible y globalizado. Se forjó la gran transformación. La revolución industrial (desarrollo cultural, económico y político) La revolución industrial no tiene fecha determinada, es un hecho acontecido en el siglo XVIII aunque sus efectos no se hicieron patentes hasta el siglo XIX. No se caracterizó por un incremento rápido de la tasa de crecimiento, sino por haber iniciado un proceso, es decir, “tiene más importancia la profundidad de los cambios que su rapidez”. La revolución industrial fue un proceso global de innovaciones tecnológicas y aumento de su capacidad de producción siendo estas las pautas de la industrialización. Los sectores líderes fueron: la industria textil algodonera, la metalúrgica y los ferrocarriles. La industria textil algodonera ejemplifica bien la naturaleza de la industrialización sustituyendo a la precedente de la lana y el lino, estrangula la producción textil de países como India y se dirige especialmente al mercado exterior. El sector algodonero efectuó una mayor rapidez de innovaciones técnicas dadas las nuevas formas organizativas. Se puede establecer como sector líder de la revolución industrial por su dimensión y capacidad de arrastre sobre otros sectores económicos. La industria metalúrgica tuvo una menor importancia al ostentar su auge a mediados del s. XIX. Se originó la sustitución progresiva del hierro forjado por acero y el carbón vegetal por el coque o carbón mineral permitiendo bastantes ahorros energéticos y evitando la deforestación e impulsando demás mejoras. Dentro de los transportes destacó la construcción del ferrocarril arrastrando efectos sobre la minería y siderurgia. Todo esto expresó la obsesión de la época por ganar tiempo consiguiendolo mediante una eficaz red de transportes. [DIVISIÓN DEL TRABAJO] Revolución industrial británica Fue en Gran Bretaña donde se llevaron, en pleno auge, las transformaciones derivadas de la revolución industrial nombrados anteriormente. La suma de dichos factores a la estructura política, intervención modernizadora de la monarquía y la concepción de la economía consiguieron establecer a Gran Bretaña como una gran potencia siendo este país exportador de la industrialización al continente europeo con experiencias similares. Revoluciones agrícolas La modificación de estructuras agrarias propias de una sociedad feudal fue una tarea lenta, pero decisiva, para poder afrontar el proceso de diversificación económica que supone la industrialización europea. Aunque no hay un acuerdo sobre la influencia de la agricultura en el despegue industrial es evidente su renovación acompañada del proceso de industrialización. La abolición del feudalismo fue tarea prioritaria de todas las reformas liberales agrarias europeas. El progreso del individualismo agrario, constante de la sociedad rural

contemporánea, se pone en relieve con la consolidación de la propiedad privada de la tierra tras la abolición de los derechos feudales sobre la misma. La expansión demográfica La población mundial experimentó un importante crecimiento durante el s. XIX y, especialmente, en el mundo occidental que fue la región del planeta pionera en llevar a cabo una verdadera transición demográfica. A principios del s. XIX EU estaba entorno a los 200 millones de hab, lo quesuponía un 20,4% del total mundial. Una centuria más tarde la población europea se había más que duplicado significando el 25,8% del total. La transición cara a un sistema demográfico moderno se basa en dos supuestos. El mantenimiento de la tasa de natalidad y en la reducción drástica de las tasas de mortalidad. El descenso de la mortalidad tuvo lugar ante diversos sucesos: mejor alimentación, fruto de las primeras fases de la revolución agrícola, introducción de nuevos cultivos, avances en el campo de la medicina, mayor higiene y extensión de sistemas hospitalarios. Estos avances fueron lentos y poco significativos hasta finales del siglo XIX. El descenso de la mortalidad tardó algún tiempo en ser seguido por el de la natalidad que, desde 1875 aproximadamente, posee una tendencia descendente en Europa hasta la actualidad. Fruto de ello fue la consolidación de un modelo familiar europeo “nuclear” frente a la familia “extensa”. La industrialización provocó un importante desplazamiento de la pobla...


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