Historia y Evolución del Uso de La Hoja de Coca PDF

Title Historia y Evolución del Uso de La Hoja de Coca
Author sara elián
Course Química Forense
Institution UNED
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Historia y Evolución del Uso de La Hoja de Coca Resumen:

La Hoja de Coca (Erythroxylum coca), es una planta que crece habitualmente en Sudamérica, y tuvo un papel importante en las culturas andinas, quienes conocían esta planta y sus efectos desde épocas muy anteriores a la aparición del Imperio Inca. Los primeros arbustos de coca fueron llevados en 1750 de Sudamérica hacia Europa. En el año 1855 el químico Gaedcke aísla de las hojas de coca un alcaloide al que llama erythroxyline, por el nombre genérico de la planta. En 1859 se alcanzó por primera vez el aislamiento del alcaloide, al que se conoce desde entonces con el nombre de cocaína por Albert Friedich Emil Niemann, y en 1898 logró la explicación de la fórmula química de dicho alcaloide. Finalmente, en el año 1902 se logra la síntesis química de la cocaína, impulsada por Richard Willstätter. Durante el siglo XIX la cocaína fue utilizada en la industria alimenticia, y a lo largo del siglo XX el uso de este alcaloide tuvo bastante protagonismo en Europa, limitándose actualmente a una droga de carácter recreativo con innumerables efectos secundarios, y pocos efectos terapéuticos.

Palabras Clave: Hoja de Coca; Sudamérica; Cultura Andina; Imperio Inca; Cocaína Introducción: La planta de coca (Erythroxylum coca) es originaria de los países de América del Sur (Bolivia, Colombia y Perú) donde crece y se cultiva. Es utilizada desde hace miles de años por culturas andinas como las naciones chibcha, aymara y quechua tanto para fines rituales en la relación entre los hombres y la naturaleza, como agente psicoactivo para inducir trances ceremoniales, como energético para el trabajo, como digestivo, y con fines analgésicos y curativos en intervenciones médicas. En esta cultura andina, la hoja de coca era un obsequio que significaba amistad y generosidad. En la cultura de los Incas, la masticación de las hojas de coca estaba reservada a la clase dirigente y los sacerdotes, que la mascaban de manera continuada, considerándose sacrílego el uso esporádico; la conocían como hoja sagrada por su utilización entre los miembros de la casta superior de los nobles El cultivo del arbusto pasó a ser monopolio de los conquistadores, quienes vendieron coca en los mercados indígenas, la introdujeron en Europa para ser usado como anestésico y tónico nervioso y la suministraron a los trabajadores, que con el rígido sistema de mita rendían sus vidas en las minas. El estado español y la Iglesia, según testimonio de los primeros cronistas de indias, también se enriquecieron con los diezmos correspondientes a la comercialización de la hoja de coca. A partir de este momento, se utilizó de forma amplia y se recurría a distintas sustancias alcalinas locales para ser mezcladas en el bolo masticatorio. El avance tecnológico en Europa facilitó que se explotaran sus cualidades, con lo que el consumo cambió su propósito. Las hojas de coca se mastican como estimulante para resistir inclemencias como el mal de alturas, además de poseer propiedades anestésicas y analgésicas. Dichas hojas poseen 14 alcaloides, de los cuales el principal es la Cocaína, que más adelante tendrá una repercusión

importante tras su descubrimiento y posterior aislamiento. El aislamiento de la Cocaína tuvo lugar en el año 1859 por el farmacéutico y químico alemán Albert Friedich Emil Niemann, quien se trajo un bulto de hojas de coca de un viaje alrededor del mundo y las sometió a un procedimiento químico, con la consecuencia del aislamiento de dicho alcaloide. Dos años después de su muerte, su colega Wilhelm Lossen continuó con sus investigaciones logrando determinar la fórmula química de la cocaína. El padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del siglo XIX, Sigmund Freud se va a interesar por este alcaloide que cobrará mucha importancia durante la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del siglo XX. Por medio de la revista Therapeutic Gazette que publica comunicaciones de médicos sobre el uso de la Cocaína para curar hábitos de opio, morfina y alcohol, S. Freud se ve influenciado por toda esta información, y escribe su monografía Uber Coca en el año 1884, en la que examina los efectos subjetivos de la droga, y la cual tuvo grandes repercusiones al poco tiempo de ser publicada. También escribió otro artículo denominado Contribución al conocimiento de los efectos de la cocaína, en los que examina ya los efectos objetivos del alcaloide. Más tarde escribía artículos en defensa de las numerosas acusaciones que sufría por parte de otros médicos El potencial recreativo de la cocaína iniciado por Sigmund Freud, tuvo un gran impulso en la última década del siglo XIX, al descubrir que se podía inhalar en forma de polvo. Era utilizado por individuos de toda clase social, pero despertaba especial interés por aquellos individuos que poseían más medios económicos o un contacto más estrecho con el producto. El neuropsiquiátra vienés Friedrich Erlenmeyer fue el primero en poner en duda los criterios de S. Freud sobre la cocaína tras la publicación de su monografía "Uber Coca", negando toda utilidad terapéutica asociada a la misma y clasificándola como la "tercera plaga bíblica" junto a la morfina y el aguardiente. A su juicio, los individuos empezaban tomándose cantidades moderadas de modo esporádico, y acababan administrándose cantidades enormes por puro placer. F. Erlenmeyer tenía el concepto de que el hábito de consumo de la cocaína comparada con otras drogas, producía una clara decadencia física y moral. Más tarde, en el año 1902 Richard Willstätter logró sintetizar por primera vez la cocaína en el ámbito del laboratorio, motivo por el cual le otorgaron el premio Nobel de Química de ese mismo año. Desde este momento la cocaína se convertirá en la protagonista de las vidas de muchos científicos y empresarios que sabrán sacarle provecho. En la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, aparecen tanto en Europa como en Ámerica bebidas alcohólicas y no alcohólicas aderezadas con cocaína, aprovechándose la industria alimenticia de sus ventajas. Una de las primeras había sido la Coca-Cola, que contenía 9mg de cocaína. Sin embargo, los estragos que dejaba la Coca-Cola a su paso, hicieron que en 1903 la cocaína se sustituyera por la cafeína, la base que contiene actualmente. Años más tarde, el italiano Angelo Mariani, creó el Vini Mariani, un vino con cocaína disuelta para darle un giro al efecto del alcohol. A parte de presentar propiedades terapéuticas, fue de gran popularidad entre los bohemios de la época. Por lo que posteriormente no era de extrañar que el consumo de este alcaloide se disparase, haciendo que numerosos inversores europeos habilitasen grandes extensiones en Java y en

Oriente para el cultivo de dicha planta, que les hizo competir ventajosamente con los productores sudamericanos. La cocaína se utilizó en un primer momento para tratar a los adictos a la morfina, pero pronto las propiedades anestésicas de la misma empezaron a deslizarse hacia el campo de la medicina común, sobre todo en Alemania. Actualmente se encuentra disponible a nivel comercial en una variedad de formas, y se aplica sobre las membranas mucosas para su uso como anestésico tópico, y también sobre los ojos para determinar la causa de la miosis. El riesgo de abuso y la intensa vasoconstricción local que genera, impide que se utilice ampliamente en la clínica y para su uso es imprescindible una receta de estupefacientes. También posee otras propiedades no menos importantes, cuando se mastica en la hoja de origen, que la convirtieron en el producto de consumo estrella de la civilizacion andina, como estimulantes, mitigadoras del apetito, la sed y el cansancio. Es importante destacar que mediante esta forma de consumo, la absorción de la cocaína es mucho menos rápida y eficiente que la de las formas purificadas del clorhidrato de cocaína, por lo que no causa los mismos efectos psicoactivos y eufóricos asociados con el uso de la droga en su forma química de laboratorio. Actualmente el consumo de cocaína de forma abusiva provoca una serie de efectos psicofisiológicos que la convierten en una de las principales drogas de dependencia, y se encuentra en el punto de mira de la OMS como uno de los principales problemas de salud pública en los países occidentales. Entre los síntomas que provoca se encuentra la tolerancia y los síntomas de abstinencia leve que se traduce en ansiedad, cierta fatiga y malestar, y los síntomas de abstinencia grave como una acusada irritabilidad, depresión, agitación, malestar intenso, aumento de frecuencia cardíaca y respiratoria, etc... Uno de los principales problemas que nos podemos encontrar con los cocainómanos es el tratamiento de las enfermedades infecciosas que se producen al administrar esta droga por vía endovenosa, pudiendo producir Hepatits B y/o C, Tuberculosis y VIH. Por lo que esto provoca un impacto a nivel sanitario, y mayor inversión en los tratamientos farmacológicos que no son precisamente económicos. También se debe proporcionar programas de desintoxicación o deshabituación públicos y/o privados para las personas que se encuentren en esta situación, pero para ello debe haber un previo reconocimiento del problema por parte del propio individuo, y la voluntad de querer involucrarse en el proceso de cura.

La Hoja de Coca y la Civilización Andina •

Primer contacto

Las excavaciones que se hicieron recientemente en el país de Ecuador muestran que el contacto con la hoja de coca tiene como mínimo cinco milenios de antigüedad, pero los testimonios "civilizados" más antiguos sobre el uso de fármacos psicoactivos se remontan al siglo X a.C. y están relacionados con la cultura chavín. A esta cultura la siguió el agresivo estado de moche, del que se conserva variedad de piezas cerámicas. Después de la moche vino el Imperio huari, y ya en la baja Edad Media europea llega el Imperio chimú. Tanto de forma espontánea como de forma cultivada la planta se expande desde Ecuador hasta Bolivia, pasando por los Andes peruanos, y su uso pervive en rituales religiosos y curas chamánicas.

• La Coca y Los Incas

La política de incursión y saqueo de esta tribu sólo se convirtió en actitud de expansión imperial con Viracocha, a principios del siglo XV. No mostraron un don especial para las artes y las ciencias, pero sí popularizaron el uso de aperos agrícolas e hicieron espléndidas calzadas además de sembrar su territorio de albergues y almacenes. Naturalmente, el uso de esta planta es anterior en muchos milenios al Imperio incaico. La palabra "coca" procede de la lengua aymara y significa "planta" o "árbol". Se conservan dos leyendas sobre el origen de esta planta, por una parte, para los indios yunga fue este arbusto lo que permitió vencer a un dios maligno, y para la tradición incaica fue Manco Cápac, fundador del Imperio incaico, quien en los primeros tiempos descendió de los cielos sobre las aguas del lago Titicaca(Perú) para “difundir entre los hombres el conocimiento de los dioses, enseñarles la agricultura y las artes y traerles la coca, planta divina que consuela el afligido, da fuerzas al cansado y sacia al hambriento”. En el caso de los yunga: " la sustancia se descubre y se usa por el hombre a despecho de la autoridad", mientras que en el caso de los incas "la autoridad otorga a la planta un don" razón por la cual su uso está sujeto a serias limitaciones.

Usar libremente la coca era un privilegio de la oligarquía, pero en determinadas ocasiones se ofrecía como un favor a los soldados, campesinos y mensajeros. Mascar la hoja de coca sin autorización previa significaba cometer un crimen. Una parte considerable de la corvea o tributo de trabajo se centraba en producir los llamados "panes de coca", los cuales eran consumidos por la corte en enormes cantidades, mientras que existía un control de su consumo por parte del pueblo bajo que constituía un sistema de prohibición. De ahí que los incas representaran por un lado un estímulo hacia el cultivo de la planta, pero por otra una de las primeras incursiones históricas del derecho penal en dicha materia. Las esculturas más antiguas del consumo de coca provienen del siglo III a.C. en forma de estatuas que se encuentran en las costas de Ecuador y Perú, donde aparece un rostro con las mejillas hinchadas por el “bocado” o “cocada”. Anteriormente había aparecido en bocas de momias, y en sacos llenos de hojas dispuestos junto a los difuntos en sus tumbas; también se utilizaba como amuleto en bodas y otros negocios. Estos son indicios del valor “enteogénico” que poseía, que se entiende como algo formal o simbólico, ya que el efecto que provoca esta planta no se corresponde ni con las finalidades de la hechicería de posesión, ni con las metas de la visionaria. Cuando llegaron los españoles, prohibieron su uso debido a preocupaciones religiosas y destruyeron los cultivos por considerarlo costumbre pagana, pero su consumo estaba muy arraigado en los indígenas y las órdenes del Virrey (1570-1574), volvieron a autorizar el cultivo, si bien sujeto a diezmo. Las primeras noticias de este material fueron aportadas por Thomas Ortiz en 1499 y Pedro Cieza de León, durante sus estancias en Perú, en donde estudiaron detenidamente la droga. Para cortar esta costumbre, en un concilio celebrado en Lima a mediados del siglo XVI se prohibió la masticación de la coca bajo pena de excomunión y un Real Decreto de 1569 especificaba que el “consumo de coca era una idolatría y obra del diablo” lo que no impidió a los españoles adquirir grandes fortunas mediante la comercialización de esta planta, que algunos como Juan de Matienzo o Juan de Solórzano defendían la costumbre de masticar coca,

sosteniendo que el zumo de las hojas de coca le quitaba al indígena parte de su debilidad natural y pereza innatas, ante lo cual trabajaba mejor y con mayor resistencia física. La hoja de la coca se había introducido en el mundo colonial español, junto al tabaco y al cacao. Sin embargo, los españoles no tardaron en darse cuenta de que el uso ritual de la coca era un freno a la cristianización de los indígenas y comenzaron entonces a combatir su consumo.

Descubrimiento y Aislamiento de La Cocaína •

Primeros experimentos con el alcaloide

En el año 1855 se logró alcanzar el aislamiento del principal alcaloide de la Hoja de Coca, por parte del químico alemán Friedrich Gaedcke, quien le dio el nombre de erythroxyline por asociación al nombre de la planta, y publicó una descripción en la revista Archiv der Pharmazie. El profesor de Göttingen, Albert Friedich Emil Niemann, aisló en 1859 la “Cocaína” mediante un procedimiento químico en el que empleaba principalmente alcohol, ácido sulfúrico, bicarbonato sódico y éter. Tras su muerte, su colega Wilhelm Lossen continuó con sus investigaciones logrando determinar la fórmula química de dicho alcaloide.

Años más tarde, el médico parisino Ch. Fauvel fue uno de los primeros en utilizar la sustancia para distintas finalidades y especialmente para los problemas de garganta, pues la consideraba el tensor de las cuerdas vocales por excelencia. Los vieneses Schroff y von Anrep realizan experiencias con animales y descubren que el fármaco funciona como estimulante en los de sangre caliente y paralizante en los de sangre fría. A partir del año 1800 hubo numerosos testimonios de médicos sobre dicha droga causante de gran repercusión en el mundo científico, y que se recogían en las publicaciones de la revista Detroit Therapeutic Gazette, donde se preconiza el uso de la Cocaína para curar hábitos de opio, morfina y alcohol. En la primera comunicación encontramos una recensión sin firma a un artículo publicado por otra revista científica: “Parece necesario probar con la coca, tanto en casos de opiomanía como en otros. Es imperioso encontrar la forma inofensiva de curar la tristeza” Nosotros también lo decimos. Los juicios médicos que se empiezan a hacer sobre la coca tampoco ven en ella un fármaco como tal. El doctor W.H Bentley afirma que “puede producir los más elevados sentimientos de exaltación mental, mucho más cercanos al éxtasis de lo que se pueda haber experimentado usando opio o alcohol” Pero a eso añade que “los efectos se desvanecen gradualmente al cabo de unas poas horas, dejando un sentimiento de serenidad flotante no seguido por ningún tipo de depresión” El vienés K. Koller descubre la posibilidad de operar la córnea gracias a la cocaína, y J.L. Corning fue el primero en aplicar anestesia local en lugares distintos, explica que esta sustancia no solo ha revolucionado la odontología, la oftalmología y la cirugía menor, sino que “es lo más eficaz para tratar los estados de agotamiento o irritación del sistema nervioso central”



Intervención de Sigmund Freud

El psicoanalista y una de las principales figuras intelectuales del siglo XIX Sigmund Freud, proporcionó la perspectiva necesaria del conjunto de todo lo que se había expuesto sobre la droga, bajo el lema de: “aceptar grandes riesgos, tener grandes esperanzas, y trabajar mucho”. Por ello, en el año 1884 escribe su famosa monografía Uber Coca, que a los pocos meses sería traducida, tergiversada y atacada. Algunas de sus citas son: “El efecto consiste en optimismo y una duradera euforia, que no se diferencia de la normal en una persona sana. Se nota un aumento del autocontrol, y también que uno tiene gran vigor y es capaz de trabajar; por otro lado, si uno se pone a trabajar echa de menos el aumento de fuerza que el alcohol, el té o el café producen. Uno se encuentra sencillamente normal, y pronto le resulta difícil creer que se encuentra bajo los efectos de una droga”

Freud consideraba que la droga poseía seis efectos terapéuticos: como estimulante, para trastornos gástricos, para la caquexia, para curar morfinómanos y alcohólicos, para el tratamiento del asma, como afrodisíaco y en aplicaciones locales como anestésico local. En el año 1885 publica el artículo Contribución al conocimiento de los efectos de la cocaína , considerado por algunos como el primer estudio de psicofarmacología de los tiempos modernos, donde examina los efectos objetivos de la droga, medidos con aparatos como un dinamómetro y un neuroamebímetro, que permiten la cuantificación de la energía muscular y el tiempo de reacción. Tal como las culturas primitivas se sirven de drogas para poner a los individuos en contacto con lo numinoso, Freud habría utilizado la cocaína para entrar en contacto con lo inconsciente. Es preciso señalar que al principio, S. Freud buscaba en el empleo de la cocaína una especie de alternativa contra la adicción a la morfina que padecía su mejor amigo, Fleischl-Marxow, psicólogo que se hirió un dedo al diseccionar un cadáver, produciéndole un dolor crónico que sólo se calmaba a base de morfina, pero en vez de curar su hábito a la misma, solamente logró inyectarse cocaína en dosis exageradamente altas, y a los pocos años moriría de sobredosis. Por ello, publica su quinto y último artículo Ansia y Temor a la Cocama, para salir del paso de las acusaciones que algunos médicos habían vertido sobre sus publicaciones, con respecto a la droga. Freud no vacila en admitir su error al recomendar ese tipo de tratamiento, aunque se niega a caer en el extremo contrario. Parece ser que Freud no creía en que la cocaína fuera adictiva, sino que sólo lo era si se usaba como sustituto de la morfina por quien ya fuera adicto a la morfina. El neuropsiquiátra Friedrich Erlenmeyer fue uno de los primeros en cuestionar las sugerencias y criterios expuestos por Freud sobre la cocaína. Al año de aparecer la obra de “Uber Coca” Erlenmeyer atacó el uso terapéutico que se le había otorgado a dicha sustancia por parte del psicoanalista, donde llegó a negar todo efecto terapéutico asociado a la droga y la denominó como la “tercera plaga bíblica”. Las observaciones hechas por F. Erlenmeyer no distaban mucho de la realidad de los efectos que provocaba esta droga, tales como delirio persecutorio, insomnio y depauperación psicosomática producidos por el empleo crónico y masivo de la droga por vía intravenosa. Para este científico era muy importante su papel en la advertencia del pueblo sobre

este elogio irracional, y la propaganda realizada para presentar la dr...


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