IDENTIDAD NACIONAL Y RESPETO POR LA DIVERSIDAD CULTURAL: DOS VALORES NECESARIAMENTE COMPATIBLES PDF

Title IDENTIDAD NACIONAL Y RESPETO POR LA DIVERSIDAD CULTURAL: DOS VALORES NECESARIAMENTE COMPATIBLES
Author Kontragem RR
Course Didactica General
Institution Universidad Nacional del Comahue
Pages 4
File Size 122.2 KB
File Type PDF
Total Downloads 46
Total Views 121

Summary

Download IDENTIDAD NACIONAL Y RESPETO POR LA DIVERSIDAD CULTURAL: DOS VALORES NECESARIAMENTE COMPATIBLES PDF


Description

IDENTIDAD NACIONAL Y RESPETO POR LA DIVERSIDAD CULTURAL: DOS VALORES NECESARIAMENTE COMPATIBLES. Entre el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, en casi todo el mundo, la escuela se convirtió en la forma hegemónica a través de la cual se resolvió la cuestión educativa. La mayoría de los países establecieron la obligatoriedad de la educación escolar básica, lo que resultó en una impresionante expansión matricular. El acceso a una institución educativa pasó de ser un atributo de unas pocas clases sociales a la situación común para la mayoría de la población. Por lo tanto, la escuela es una institución fundamental para entender la educación en nuestros tiempos, hasta el punto en que cuando le hablamos a alguien de educación inmediatamente piensa en la escuela. Sin embargo, es importante entender también que en la actualidad la escuela ya no posee el monopolio de la educación y que el fenómeno educativo permea casi todas las actividades e instituciones sociales. La cuestión de la identidad responde a la pregunta acerca de la pertenencia y tiene que ver con la identificación, la cual se construye sobre la base de algún origen común o unas características compartidas con otras personas o grupos o con un ideal. Sobre estos fundamentos se construyen los lazos de solidaridad y lealtad con un grupo de personas. Es importante remarcar en este sentido que la identidad no es una esencia, sino que es una construcción activa de las personas a través de la voluntad de conformar un “nosotros”. Históricamente, en la construcción de la identidad nacional en nuestro país, la escuela como institución tuvo un papel preponderante. En los orígenes del sistema educativo argentino, es decir, a mediados del Siglo XIX, los que habitaban el territorio argentino no tenían mucho en común. La escuela fue uno de los instrumentos fundamentales que se utilizó para construir la identidad nacional, es decir, los lazos de solidaridad entre los habitantes del territorio que hoy llamamos Argentina. Lo que la escuela transmitía era el sentimiento de que pertenecemos a un colectivo, a pesar de que los individuos eran muy distintos entre sí: había muchos inmigrantes con diferentes culturas, religiones y lenguas, había habitantes de pueblos originarios, y por supuesto también había una sociedad en la que convivían distintas clases sociales. Podemos hacer muchas críticas sobre cómo la escuela argentina construyó una identidad común, muchas veces negando o avasallando la cultura que cada sujeto tenía incorporada, pero lo que no podemos negar es que fue un proyecto exitoso en tanto construyó un sentido de pertenencia a una nación y a un proyecto de país. CAMBIOS SOCIALES Y NUEVOS DESAFÍOS Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han contribuido a la globalización de la cultura, entendida como flujo constante y permanente de símbolos. Los símbolos circulan en tiempo real por todo el mundo y colaboran a construir la fuente de identificación de las personas. Entonces se hace difícil sostener identidades nacionales como sucedía anteriormente.

Hoy en día es probable que un joven habitante de una ciudad latinoamericana, como por ejemplo, Buenos Aires, sienta que comparte más ideologías, valores y pautas de consumo con un joven de Nueva York que con un joven de la Puna jujeña. Debemos tener en cuenta, además, que esto no es sólo un problema cultural: en América Latina, y obviamente en nuestro país, en las últimas décadas se han incrementado como nunca antes los niveles de pobreza y exclusión social. Esto no implica solamente que la mitad de la población esté privada –en mayor o menor medidadel acceso a bienes y servicios básicos para la supervivencia, sino que aumenta también la brecha entre dos universos paralelos que no se tocan. Esta brecha que se está consolidando en la Argentina puede verse claramente cuando pensamos acerca de la infancia en nuestro país. Narodowski (1999) nota que el concepto moderno de infancia, el cuál fue fundamental para la constitución de la institución escolar como la conocemos, se reconfigura en la actualidad fugando hacía dos grandes polos. Por un lado está la infancia hiperrealizada, los niños que dominan mejor que los adultos los avances tecnológicos; mientras que por el otro está la infancia desrealizada, aquellos niños en situación de calle que se manejan como adultos independientes y autónomos en estos ámbitos. Si pensamos en lo que vemos todos los días en nuestras ciudades en términos de estos tipos ideales, notaremos que existen dos universos que funcionan en paralelo, ya que no existe el contacto significativo entre ellos.Aquellos chicos que poseen los medios de orientación para manejarse en Internet o en ámbitos escolares, cada vez conocen menos acerca de las reglas de la calle; mientras que los niños en situación de calle poco saben acerca de la cultura escolarizada y tecnológica. Es decir que la fragmentación socio-económica va de la mano de lafragmentación cultural y simbólica, y esto presenta una seria amenaza para la identidad nacional y la solidaridad social. Educar hoy debe implicar repensar cómo reconstruimos estos lazos y por ende, nuestra identidad nacional en una sociedad cada vez más fragmentada tanto en lo económico como en lo cultural. Éste es un desafío en el que se juega la existencia misma de la idea de sociedad. El reconocimiento de los otros como iguales, el respeto por las diferencias y el compromiso con un proyecto que nos integre a todos económica, cultural y socialmente, son fundamentales en la actualidad para construir una sociedad integrada y una identidad común. La escuela en este sentido tiene un rol fundamental: debe promover una visión del mundo y de los otros acordes con estos valores, debe promover un sentido crítico hacia la injusticia y debe contribuir a construir una identidad común, sobre el valor fundamental de reconocer en los otros a nuestros semejantes. Pero ... ¿por qué la escuela? Justamente, porque es una de las pocas instituciones capaz de llegar a todos y es una de las pocas instituciones que transmite explícitamente valores. La solidaridad, el respeto por la diferencia, la defensa de la justicia, son valores que no fácilmente los niños y jóvenes van a encontrar en los medios de comunicación.

A DISCRIMINAR SE ENSEÑA, A CONVIVIR, TAMBIÉN! En un gran libro titulado “Aprendiendo a dividir el mundo”, John Willinsky(1998) argumenta que las actitudes discriminatorias no son el resultado de la ignorancia, como muchas veces se dice desde el sentido común, sino de la educación que recibimos. Willinsky muestra como muchas de las categorías que se usan para clasificar el mundo ylas poblaciones y que se enseñan en las escuelas en la actualidad, surgieron en la época de los grandes imperios europeos. De este modo los sistemas educativos siguen reproduciendo visiones del mundo etnocéntricas y estereotipos que son el germen de la discriminación negativa hacia ciertos grupos. La diversidad cultural implica por una parte la preservación y la promoción de las culturas existentes y, por otra, la apertura a otras culturas. En este sentido, la diversidad cultural es uno de los pilares del desarrollo sostenible, está relacionada con la identidad de las personas y las sociedades, con la democracia como expresión de la libertad y con el acceso de los ciudadanos a las obras de creación, especialmente a las que se producen en su región. Crea las condiciones necesarias para un diálogo entre diferentes culturas y permite así el enriquecimiento mutuo. La escuela es un lugar de reproducción social, pero también un espacio donde es posible trabajar nuevas formas de relaciones, ensayar interacciones, reorientar conductas y aprender a reconocer la riqueza de la diversidad cultural. La misma diversidad que hay en la sociedad está presente en la escuela, aunque no todos los docentes se sienten cómodos frente ella. Más bien la encuentran compleja y amenazante. Intentar trabajar las relaciones de reciprocidad, de igualdad y de confianza puede, sin embargo, transformar la diversidad en una oportunidad de aprendizaje y enriquecimiento. Nuestros sistemas educativos fueron creados en una filosofía política que consideraba a la diversidad como un obstáculo en el camino del progreso y a la homogeneidad como un proyecto deseable. Esa perspectiva ha cambiado radicalmente (Beech, 2008). En la actualidad la diversidad es considerada como un valor, un aporte a la cultura que debe ser respetada y promovida. El slogan del “respeto por la diversidad” ocupa un lugar central en el discurso pedagógico contemporáneo. Por ejemplo, la UNESCO lanzó en 2001 la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural. En nuestro país, la Ley Nacional de Educación establece que uno de los objetivos de la educación nacional es el de “Fortalecer la identidad nacional, basada en el respeto a la diversidad cultural y a las particularidades locales, abierta a los valores universales y a la integración regional y latinoamericana.” (Art 11, inciso d) El currículum debe enseñar a los estudiantes las habilidades de pensamiento crítico, los modos de construcción del conocimiento, las asunciones básicas y los valores, que subyacen a los sistemas de conocimiento, es decir, a que los alumnos sean capaces de construir su propio conocimiento. Con este modelo de Educación Intercultural, la escuela prepara a los alumnos para vivir en una sociedad donde la diversidad cultural se reconoce como legítima. Considera la lengua materna como una adquisición y un punto de apoyo importante en todo el aprendizaje escolar, incluso para el aprendizaje de la lengua oficial. El pluralismo cultural está muy presente en los programas escolares y en el proyecto educativo, no para promover los particularismos culturales, sino para desarrollar en

los alumnos el gusto y la capacidad de trabajar en la construcción conjunta de una sociedad donde las diferencias culturales se consideren una riqueza común y no un factor de división. La actuación educativa, en el día a día, nos exige fijarnos en la existencia de multitud de variables interrelacionadas. Esto nos hace ver que estamos en un mundo donde la complejidad parece ser el estado natural (Santos, 2000). En este orden de cosas, el paradigma de la complejidad formulado por Morín (1996 y 2000) nos sirve para analizar lo que pasa en nuestras escuelas. El pluralismo lingüístico y la diversidad tienen que ser valorados y formulados en la escuela. Es crucial que los profesores adquieran las habilidades y perspectivas necesarias para reconocer las diversas formas de racismo y desarrollar acciones para eliminarlos. Como mencionaba más arriba, nuestra Ley Nacional de Educación actualiza y profundiza una educación para todos, con equidad, igualdad de oportunidades y respeto a la diversidad. De esta manera, aparece dentro de la vida cotidiana de las instituciones educativas y en el vocabulario pedagógico escolar el término diversidad y, junto a él, la necesidad de educar atendiendo a la diversidad. Aspectos, estos, que aparecen fortalecidos por la variedad de características étnico-socio-culturales que distinguen a la población argentina. Pero esto se traduce, cuando nos remitimos a la práctica, en un desconocimiento o un conocimiento a medias del significado de diversidad, de las consecuencias pedagógico-didácticas y de gestión que su atención requiere, hasta llegar en algunos casos, a ser confundida como sinónimo de necesidades educativas especiales.

APUNTES VIDEO: NATURA, AMÉRICA SIN FRONTERAS. Antropólogo Lautaro Nuñez La palabra división sumada al componente político adquiere una marca de frontera que recuerda constantemente que un indivio es ciudadano de un país y no de otro, gestando un sentimiento nacional que hace que el indivio sea mas ciudadano de su pais y comparta menos elementos del otro. Nos educaron a ser diferentes imponiendonos fronteras inflexibles. El tener fronteras historicamente hace más de dos siglos hace que los individuos no comprendan el porque existen esas fronteras, no se lo cuestiona. Se trata la cuestión de los límites fronterizos. Se muestran una serie de casos donde los limites son irrisorios. Los pueblos solo pueden integrarse con amor....


Similar Free PDFs