Industrialización alemana PDF

Title Industrialización alemana
Author Samuel Rodriguez
Course Historia Económica y Social
Institution Universidad Rey Juan Carlos
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LA INDUSTRIALIZACIÓN DE ALEMANIA

Hasta el siglo XIX Alemania no poseía un territorio integrado con un centro económico y administrativo, los accidentes geográficos delimitaban las fronteras de los diferentes estados, que frecuentemente desarrollaron vínculos más estrechos con otras regiones no alemanas que entre sí mismos. Además, la situación geográfica de Alemania y su desunión política la implicaron con gran frecuencia en conflictos militares que tuvieron consecuencias devastadoras.

A finales del siglo XVIII Alemania estaba compuesta de 314 territorios independientes y más de 1400 feudos de Caballeros Imperiales. El comercio interior estaba obstaculizado por innumerables barreras aduaneras, diferentes monedas y monopolios comerciales. Su economía se basaba en la agricultura, con un 80% de la población empleada en el sector primario. Sin embargo, existían pequeñas concentraciones industriales en la zona del Rin, Sajonia, Silesia y la ciudad de Berlín, pero eran fundamentalmente industrias artesanales o protoindustriales.

Las transformaciones económicas en Alemania están estrechamente unidas a su unificación política, que se llevó a cabo en 1871 bajo el impulso de Prusia. Previa a la unificación política se constituyó una unión aduanera, el Zollverein, que constituyó un factor favorable para el inicio del desarrollo industrial. En la segunda década del siglo XX Alemania era el país más poderoso de Europa, poseía las industrias más modernas y mayores del continente en los sectores químico, siderúrgico, de energía eléctrica y de maquinaria; en producción de carbón sólo era superada por Gran Bretaña y era un importante fabricante de cristal, instrumentos ópticos, metales no ferrosos, tejidos y otros bienes manufacturados, además de contar con una de las redes de ferrocarril más densas del mundo y un alto grado de urbanización.

Las primeras transformaciones se iniciaron en el periodo de 1815 a1833. Después de las guerras de liberación contra Napoleón, se produjeron multitud de reformas en la mayor parte de los Estados alemanes que condujeron a la ampliación de determinadas libertades económicas, la disolución de los gremios y la promulgación de Constituciones. No obstante, el proceso no fue homogéneo, por lo que se pueden distinguir dos regiones perfectamente diferenciadas: por una parte los territorios del

oeste, cuya estructura de propiedad era parecida a la de Francia, con pequeñas propiedades agrícolas. Muy unida política y económicamente a este país durante la Revolución, adoptó el sistema legal y las instituciones económicas francesas que pervivieron después de 1815. Tras la abolición de los derechos feudales mantuvo una agricultura atrasada técnicamente, por lo que fueron proteccionistas.

Por otra parte, los territorios orientales, con una estructura de propiedad más parecida a la existente en Rusia, en la que la tierra pertenecía a los señores y los campesinos se hallaban sometidos a la servidumbre. En 1807 fue abolida la servidumbre en Prusia. El agricultor que, como siervo, ocupaba una extensión de tierra que podía transmitir a sus descendientes, pasó a ser dueño de la misma con la condición de ceder una tercera parte al señor; los campesinos que no tenían derecho a la sucesión también pasaron a ser propietarios, cediendo al señor la mitad de la extensión. Esta reforma liberó a los agricultores de tipo medio que pudieron cercar sus propiedades, por el contrario el pequeño propietario se vio obligado a trabajar como obrero agrícola al obtener de su propiedad una pequeña parte de lo necesario para su subsistencia. Los grandes propietarios, junkers, consiguieron grandes extensiones de tierra y tendieron a seguir el modelo británico y establecieron explotaciones modernas, aplicando nuevos sistemas y cultivos. Estas explotaciones consiguieron un gran volumen de producción de cereales que se dirigió a la exportación.

Como consecuencia de la emancipación de los campesinos la población alemana experimentó un gran crecimiento, al aumentar la natalidad. La población pasó de 24 millones de habitantes en 1800 a 36 millones en 1850 y a 56 millones en 1900. La producción agrícola aumentó gracias a la ampliación de la superficie cultivada, al aumento de la productividad y a la introducción de la patata y otros tubérculos, de tal forma que, durante la primera mitad del siglo XIX, Alemania continuó siendo casi completamente autosuficiente con respecto a su abastecimiento de alimentos y, además, desarrolló un considerable comercio de exportación de productos agrícolas como cereales, lana y madera. Sin embargo, en la segunda mitad de siglo a pesar de que continuó la expansión de la producción agrícola no lo hizo al mismo ritmo que el crecimiento de la población, y, por tanto, Alemania se vio obligada a importar alimentos, a la vez que protegía su agricultura para contrarrestar el efecto de la competencia creciente de granos americanos y rusos. A finales del siglo XIX, gracias a

la introducción de los fertilizantes artificiales y a la introducción de la mecanización en la agricultura, la producción volvió a aumentar con mayor rapidez que la población y Alemania volvió a convertirse en un importante exportador de algunos productos agrícolas.

Desde el punto de vista industrial, las primeras transformaciones importantes se produjeron durante el periodo de 1833 a 1870. En esta etapa se pusieron los cimientos de la industria, finanzas y transportes modernos primero en Prusia y posteriormente en el resto de Alemania. Así mismo, la influencia de capital, tecnología y empresas extranjeras fue muy considerable. Francia y Bélgica invirtieron importantes sumas, especialmente en las minas alemanas, se importaron técnicas francesas e inglesas en la industria textil y siderúrgica, y se desplazaron al país un gran número de trabajadores extranjeros cualificados atraídos por salarios muy elevados. Una de las reformas económicas más importantes, liderada por los funcionarios prusianos fue la creación del Zollverein (unión arancelaria o aduanera). En 1818 Prusia rebajó sus tarifas arancelarias con el objetivo de aumentar la eficacia de la administración y el rendimiento de los impuestos. Los diferentes Estados alemanes se unieron gradualmente a este sistema, y en 1833 se constituyó el Zollverein. Los países miembros se comprometieron a adoptar el arancel prusiano y a delegar en Prusia todo lo referente a las negociaciones comerciales con terceros países. En 1848 todos los estados alemanes estaban integrados. El Zollverein abolió todas las fronteras y tarifas aduaneras internas, creando un “mercado común” alemán, que permitió la libre circulación de bienes, capitales y mano de obra entre todos los Estados alemanes.

El ferrocarril tuvo una gran importancia en la unificación económica del país. La rivalidad entre los distintos estados alemanes aceleró su construcción y, como resultado, la red alemana de ferrocarriles se expandió más rápidamente que la francesa. Gracias a sus eslabonamientos hacia adelante y hacia atrás influyó enormemente en el crecimiento de la industria, especialmente la producción de carbón y de hierro. Hasta 1860 la utilización como energía del carbón vegetal fue superior a la del carbón mineral y la extracción y producción de hierro era muy dispersa. Con la mejora en los medios de transporte varió la distribución regional de los centros mineros, convirtiéndose el Sarre, la Alta Silesia y el Ruhr en los nuevos centros de extracción y fundición de hierro.

La producción de acero se inició en 1863 con la utilización del sistema Bessemer y, poco después, se adoptó el proceso Siemens-Martin. Pero no fue hasta la introducción del proceso Gilchrist-Thomas, en 1881, que permitió el uso de mineral de hierro con componentes fosfóricos procedentes de Lorena, cuando la producción alemana de acero experimentó una aceleración impresionante.

En 1871 Alemania se unifica políticamente, formando una Confederación de 25 Estados, bajo la hegemonía de Prusia. La gran industria alemana se caracterizó por una estrecha unión entre una administración autoritaria y una minoría de industriales. El Estado alemán dictó directrices y órdenes que fueron fielmente seguidas por instituciones y personas, con el objetivo de obtener una rápida industrialización. Los sectores más dinámicos de la economía alemana fueron los que producían bienes de capital o productos intermedios para el consumo industrial (carbón, hierro y acero). Las industrias de bienes de consumo (tejidos, ropa, cuero y elaboración de alimentos) tuvieron tasas de crecimiento sustancialmente inferiores a la media, situación que contrasta con Francia.

En Alemania también destacaron especialmente dos industrias nuevas: la química y la eléctrica. La industria química se desarrolló gracias al rápido crecimiento de otras industrias que precisaban productos químicos, especialmente álcalis y ácido sulfúrico, también los agricultores empezaron a demandar fertilizantes artificiales. La industria química alemana utilizando personal y fondos de las universidades alcanzó la supremacía mundial y fue la primera que tuvo sus propios investigadores y creó ayudas a la investigación. El resultado fue la introducción de muchos productos nuevos y el dominio de la fabricación de productos farmacéuticos

La industria eléctrica creció con mayor rapidez que la química, favorecida por la demanda de las ciudades en rápido crecimiento. La iluminación y el transporte urbano fueron los primeros usos, posteriormente también se aplicó a los motores, que rivalizaron con los de vapor. Al igual que la química, también utilizó personas procedentes de las universidades alemanas. En el gráfico 8.2. se puede observar el rápido crecimiento económico experimentado por Alemania especialmente a partir de la unificación política.

Una de las características principales de las industrias alemanas es el gran tamaño de sus empresas. El tamaño estaba relacionado, en parte, con la utilización de tecnología avanzada y costosa, ya que resultaba más barato emplear maquinaria con gran volumen de producción para reducir los costes unitarios (economías de escala técnica), y en parte por economías de escala monetaria, es decir, acuerdos que proporcionaban beneficios o rentas extras a promotores o contratistas sin reducir el coste real a la sociedad.

Existe una estrecha relación entre la banca y la industria alemana; en su estructura bancaria son fundamentales los bancos industriales (kreditbanken) que se ocuparon de financiar la industria, proporcionando crédito a corto plazo y capital permanente. Este tipo de bancos, que se desarrollaron a partir de 1870, perseguían, entre otras fines, crear grandes y sólidas empresas y favorecer el desarrollo de la industria alemana, así como facilitar las exportaciones de los productos alemanes y las relaciones entre la industria nacional y el mercado financiero, y consideraban que su primer deber consistía en proporcionar capital para fortalecer la actividad industrial. Los banqueros eran miembros de los consejos de administración de todas las compañías industriales importantes y la industria se hallaba subordinada a las finanzas de forma acusada.

Existe una vinculación muy estrecha entre la investigación científica y la organización de la industria alemana. Las innovaciones no fueron el resultado de innovaciones individuales, de pequeños progresos, sino de la sistemática aplicación de la ciencia a la industria, a través de oficinas de estudio y de laboratorios de investigación pertenecientes a grandes empresas industriales. Sólo progresaron las empresas que eran suficientemente fuertes para destinar una parte importante de sus recursos a la investigación. Aquellas empresas que no podían hacer frente a dichas inversiones desaparecieron porque los bancos no las financiaron.

La influencia de los bancos también impulsó la formación de los cárteles. El cártel es un convenio o acuerdo entre empresas que conservan su personalidad jurídica para fijar precios, limitar la producción, repartirse los mercados o dedicarse a prácticas monopolísticas y restrictivas de la competencia. Mientras que en Gran Bretaña y Estados Unidos los cárteles estaban prohibidos, en Alemania eran legales y contaban con una opinión pública favorable. La gran concentración industrial que se produjo especialmente en las industrias metalúrgicas, mineras y químicas, ya que es necesaria una cierta uniformidad del producto, facilitó la creación de los cárteles. En la mayoría de los casos, éstos tenían limitados sus objetivos al establecimiento de precios y distribución de la producción.

En lo que respecta al comercio exterior las exportaciones fueron controladas y fomentadas por el Estado. El objetivo alemán fue conquistar los mercados mundiales, lo que consiguió gracias a la adopción de una política de discriminación de precios en mercados separados, así como la utilización de prácticas de dumping. La adopción de tarifas arancelarias proteccionistas a partir de 1879 permitió a los cárteles mantener artificialmente precios altos en el mercado interior, y dedicarse a exportar de forma ilimitada, incluso a precios inferiores al coste medio de producción si el margen de ganancia bruta en las ventas en el interior compensaba las pérdidas nominales en las exportaciones. La rentabilidad de este tipo de actividades aumentó con la práctica, por parte de los ferrocarriles de propiedad estatal o controlados por el Estado, de aplicar precios inferiores por los envíos hasta la frontera que los aplicados en el interior del país. El resultado fue el rápido aumento de las exportaciones alemanas....


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