Inteligencia Y Debilidad Mental Desde UNA Perspectiva Psicoanalítica – ANNY Cordié PDF

Title Inteligencia Y Debilidad Mental Desde UNA Perspectiva Psicoanalítica – ANNY Cordié
Course Psicopatología II
Institution Universidad Católica de Santiago del Estero
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sw ANNY Cordié...


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INTELIGENCIA Y DEBILIDAD MENTAL DESDE UNA PERSPECTIVA PSICOANALÍTICA – ANNY CORDIÉ Abordaremos la inteligencia y la debilidad mental a través del conjunto de operaciones que presiden el nacimiento del sujeto. Es imposible disociar el funcionamiento intelectual de todo aquello que constituye un ser: afecto, libido, fantasmas, pulsiones, deseos, forma de ser en el mundo. Los mecanismos que presiden la suspensión de la inversión intelectual que designaremos bajo el término genérico de inhibición. 1. Inhibición intelectual como desorden neurótico: la inhibición es provocada por el conflicto inconsciente. El conflicto puede referirse a las instancias del yo, con mucha frecuencia está vinculado a las identificaciones edípicas. A un nivel más arcaico encontramos siempre la inhibición vinculada con la pulsión, Freud habla del conflicto con el ello. Angustia e inhibición marchan entonces a la par. El deseo de saber está entonces inhibido, golpeado por la interdicción cuando el conocimiento amenaza el equilibrio. 2. Inhibición en las estructuras psicóticas: la inhibición ya no está ligada a un mecanismo de rechazo sino a la forclusión. El sujeto no puede acceder al orden simbólico en razón de una falla estructural que problematiza profundamente su acceso al saber. 3. Inhibición puede pasar a segundo plano cuando el sujeto se encuentra ante la imposibilidad de elaborar las estructuras simbólicas por carecer de aportes significantes: se trata de niños criados en un medio en el que los intercambios verbales están poco desarrollados. Esta pobreza de expresión hablada puede ser cultura. La comunicación en estos casos se hace por otros caminos, los intercambios no verbales pueden ser de una gran riqueza. Pero también puede referirse a familias en las que la pobreza de los intercambios verbales recubre una pobreza afectiva. El lugar del niño está marcado desde su nacimiento por el signo de la debilidad mental. En estos medios desfavorecidos, al déficit cultural y afectivo se asocia a menudo un componente inhibidor hecho de miedo y de sumisión. Le será sumamente difícil al niño romper el círculo de las repetencias. Estas situaciones engendran deficiencias intelectuales precoces que pueden pasar por una “debilidad innata de las facultades intelectuales”. Es este tipo de “debilidad mental natural” que se opone a la “pseudo debilidad mental” de origen neurótico Inteligencia y debilidad mental: definiciones Debilidad mental como la limitación de las facultades intelectuales, dificultad para comprender. Los sinónimos son la idiotez, la imbecilidad, la estupidez y la “boludez”.

La inteligencia es la facultad de conocer, la aptitud de comprender; comprender las relaciones entre los elementos de una situación e inventar los medios para lograr sus fines. Se destacan los aspectos múltiples de esta facultad. Etimológicamente viene del latín “legere” elegir. La cuestión de la elección constituye el centro de las operaciones intelectuales. Lacan da a inter-legere el sentido de leer entre líneas. El entendimiento se sitúa más allá de las palabras y de su sentido literal. Ser inteligente es saber leer entre líneas, comprender lo que se dice más allá de las palabras. La primera evidencia en el arte de comprender es la necesidad de establecer los lazos. Es lo que hace el niño pequeño desde su primer día de vida: establece vínculos entre las cosas, reúne las informaciones que le llegan de todas partes, ya sea por percepción, la sensación o la palabra. El mismo trabajo de vinculación se hace de una manera más específica para el lenguaje propiamente dicho, una palabra llama a la otra, porque un significante no existe jamás aislado en su función de significante. No basta con establecer vinculaciones es necesario separar, escoger, clasificar los datos: elegir. Deberá abstraerlas, conservarlas en la memoria, transponerlas para apoderarse del sentido. Cuando comienza a hablar podrá, mediante la práctica del ensayo-error perfeccionar su comprensión de la lengua. Olvido y memorización no son efectivamente de la misma naturaleza que en la máquina y el olvide en el ser humano no es una borratina total. Para mantener la coherencia del discurso en un “querer decir” permanente, el sujeto opera a cada instante una selección entre los significantes que se le presentan. Lo que se elimina, lo que no se retiene, lo olvidado en apariencia, no desaparece totalmente. Estos restos van a constituir una reserva, un depósito siempre vivo, listo para intervenir, a pesar del sujeto, en todas las operaciones del pensamiento. El aprendizaje se hace en un movimiento espiral con un constante retorno sobre sí mismo para el incremento general de los conocimientos, incremento que la maquina no realiza puesto que es un sistema cerrado. Esta actividad del descifrado, de señalamiento de puntos de referencia que se ejerce desde el primer día de vida, es un proceso extremadamente activo. En la expresión reconocer, conocer, escuchamos siempre la palabra nacer. Nacer en tanto sujeto. Si el cuerpo nos es dado, sucede lo mismo con el lenguaje, las palabras pertenecen a todo el mundo, será necesario tomarlas por nuestra cuenta, hacerlas nuestras; se plantea entonces todo el trabajo de apropiación del lenguaje. Esta es la doble conquista que el autista no hace y en la que le psicópata falla.

Inteligencia y lenguaje El niño pequeño está sumergido desde su nacimiento en un baño de lenguaje, establece rápidamente la diferencia entre los fonemas emitidos por la voz materna y los que le trae la voz del padre. Las palabras escuchadas se asocian a las personas, a las situaciones. El niño podrá después del trabajo de aislamiento del significante en diferentes contextos, determinar el significado en la frase en la que será empleado. Mucho antes de hablar el niño ha realizado un trabajo sobre la lengua que trata de apropiarse, no solamente para hacerse comprender sino también para construir fantasmas y a través de ellos su identidad. El lenguaje no es solamente palabra, es constitutivo de la estructura misma del sujeto. El lenguaje no puede ser neutro, no es nunca un repertorio de palabras almacenadas a la manera de un programa de ordenador, desde su origen está cargado de afectos por la situación especial en la que se encuentran el recién nacido y el niño muy pequeño. La extrema sensibilidad sensorial y perceptiva es simétrica con una total incapacidad en el plano motor. No puede ni desplazarse ni alimentarse, manipulado, solicitado, concreta en su cuerpo la presencia misma del objeto a, objeto tomado de la pulsión, el fantasma y el deseo de Otro. En esta dependencia absoluta del adulto nutricio, sentirá con extraordinaria agudeza todas las manifestaciones que provengan de él: amor, odio, rechazo, indiferencia. Esto comienza mucho antes del nacimiento y va a marcarlo de una manera indeleble. Determinará la manera de aprehender su cuerpo, de mirar al mundo y de construir su ser como sujeto. Para existir tiene que comprender, es decir encontrar el orden del mundo y el camino de su propio deseo. Comprender es entonces una operación que toca lo más esencial de la constitución del ser, es parte integrante de la pulsión de vida de la que hablaba Freud y por ello puede convertirse en una pasión, la pasión de saber. La pasión de la ignorancia corresponde a la pulsión de muerte. Para reconsiderar los mecanismos que favorecen la debilidad mental, debemos volver a partir de la noción de sujeto e interrogarnos sobre su esencia. ¿Qué es un sujeto? Se trata del sujeto del inconsciente, sujeto barrado. Lacan adelanta dos causales del inconsciente con respecto a este tema: una alienación que se refiere a la inscripción del sujeto en el lenguaje, con el mecanismo fundamental de la represión; la otra, la separación, que se refiere al objeto, objeto “a” que él inventa y cuya función se ocupará de determinar en los últimos años de su seminario. El sujeto aparece entonces dividido por las elecciones que debe hacer:

1- El orden significante: para construir una cadena, para que aparezca el sentido, es necesario elegir una determinada cupla de significantes; el significante que desaparece, aunque reprimido, aumentará la reserva inconsciente. La división del sujeto está asegurada en este caso por la represión. 2- En el orden pulsional: lacan se dedicará a reencontrar los componentes pulsionales fundamentales articulándolos con el objeto a, polo central del goce. El sujeto se encuentra entonces dividido por la represión, que se relaciona con el lenguaje, y por el objeto, causa de su deseo, cuya verdadera naturaleza ignora. No es dueño absoluto ni de sus palabras ni de sus pulsiones. Esta carencia es estructural en él. El lazo entre estas dos operaciones de causalidad del sujeto, la alienación, plantea el profundo problema de la imbricación de los fenómenos lingüísticos y el goce. La alienación significante Tiene un doble aspecto. El proceso secundario: en términos lingüísticos nos encontramos con una estructura diacrónica. Se presenta como una cadena, es la cadena de la palabra, la cadena del discurso. Hay un encadenamiento, cada significante es como el eslabón de una cadena. Esta estructura diacrónica se llama también “categoría de lo ordinal”, tiene un carácter lineal, implica un orden lógico, una temporalidad, un querer decir. Esta forma de funcionamiento tiende a la significación, prevalece en las operaciones lógicas y en el razonamiento. Freud lo designa con el nombre de proceso secundario para diferenciar del proceso primario que es de otra naturaleza. Lacan habla del proceso secundario en términos de cadena simbólica o del orden simbólico. El proceso primario: si el proceso secundario es el soporte de la lógica y de la razón, si implica siempre un querer decir que se dirige al otro, y en consecuencia es palabra, el proceso primario deriva del funcionamiento del inconsciente. En términos lingüísticos se llama una estructura sincrónica. Un sistema no organizado que no induce ni a un orden ni a una métrica, múltiples S 1 que cohabitan en un aparente desorden. Estas asociaciones de significantes son propias de cada uno, se forman a lo largo de la historia singular del individuo y constituyen la huella dejada por las primeras experiencias constitutivas del sujeto. Si la lengua es común a todos los miembros del grupo social, la lengua es una producción original del sujeto. Este funcionamiento inconsciente se opone al decir consciente de proceso secundario, sostenido por la cadena del discurso, en este caso Freud habla de “energía ligada”....


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