Jimenez Chavez LUIS Fernando- Iesch Medicina 4C- Integración DE LAS Ciencias Básicas A LA Fisiopatologia- Ensayo Final PDF

Title Jimenez Chavez LUIS Fernando- Iesch Medicina 4C- Integración DE LAS Ciencias Básicas A LA Fisiopatologia- Ensayo Final
Author LUIS FERNANDO JIMÉNEZ CHÁVEZ 3B
Course Licenciatura en medico cirujano
Institution Universidad Salazar
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Jimenez Chavez LUIS Fernando- Iesch Medicina 4C- Integración DE LAS Ciencias Básicas A LA Fisiopatologia- Ensayo Final...


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INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES DE CHIAPAS UNIVERSIDAD SALAZAR ESCUELA DE MEDICINA

PROGRAMA EDUCATIVO. INTEGRACIÓN DE LAS CIENCIAS BÁSICAS A LA FISIOPATOLOGÍA. DOCENTE. DR. JONATHAN ZAMBRANO ESQUIPULA. TRABAJO. ENSAYO FINAL DEL SEGUNDO PARCIAL: USO PROLONGADO DE ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDEOS, ÚLCERA GASTRODUODENAL, PRINCIPALES CAUSAS DE MUERTE EN ADOLESCENTES Y POLITRAUMA SECUNDARIO A ACCIDENTE DE VEHICULO DE MOTOR. ESTUDIANTE. LUIS FERNANDO JIMENEZ CHAVEZ.

GRADO Y GRUPO. 4-C.

TUXTLA GUTIÉRREZ CHIAPAS SÁBADO 23 DE OCTUBRE DE 2021.

INTRODUCCIÓN. La muerte como efecto extremo de la pérdida de la salud es uno de los fenómenos básicos de las condiciones de salud de una comunidad. Los adolescentes representan la mayor preocupación no solo porque ha concentrado el mayor índice de mortalidad de todas las edades, sino porque se considera que 40% de las muertes en los adolescentes son prevenibles, este hecho refleja la complejidad y la importancia que reviste el análisis de la mortalidad en ellos a pesar de la disminución de esta desde la segunda mitad del siglo pasado. La mortalidad hospitalaria es un indicador sanitario clásicamente utilizado en el control de la calidad asistencial. Se encuentra influenciado por múltiples factores entre los que cabe destacar la patología atendida, la estructura etaria de la población, régimen económico del sistema y la accesibilidad a hospitales. En México, desde hace décadas, se ha observado un cambio en la manera de enfermar y de morir. Hoy predominan las enfermedades no transmisibles y las lesiones. Esta transición está íntimamente asociada al envejecimiento de la población y al creciente desarrollo de riesgos relacionados con estilos de vida poco saludables. La transformación de los patrones de daños a la salud impone retos en la manera de organizar y gestionar los servicios, ya que las etapas intermedias y terminales de las enfermedades que nos aquejan predominantemente como sociedad demandan una atención compleja, de larga duración y costosa, que exige el empleo de alta tecnología y que precisa la participación de múltiples áreas de especialidad. La mortalidad en adolescentes continúa siendo una problemática mundial de salud, donde su reducción debe ser considerada como una alta prioridad en todos los países del mundo, especialmente en los que contribuyen fuertemente en las cifras internacionales finales.

DESARROLLO.

USO PROLONGADO DE ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDEOS. Los AINES son un grupo de fármacos que permiten disminuir la inflamación, bajar la fiebre, combatir el dolor (analgésicos). Se usan para controlar los síntomas producidos por la inflamación, aunque no tratan su causa ni modifican el curso de las enfermedades reumáticas. Actúan bloqueando una enzima (ciclooxigenasa) que facilita una reacción química en el cuerpo fundamental para la formación de sustancias que pueden producir inflamación. Estas sustancias, llamadas prostaglandinas, además de producir inflamación tienen otros efectos, incluyendo la protección contra el ácido del estómago, la llegada de sangre al riñón, etc. La alteración de estas otras funciones explica los efectos secundarios de los AINE. Los más comunes son las alteraciones gastrointestinales (leve molestia abdominal después de tomar la medicación hasta dolor intenso y hemorragia digestiva). Estos efectos son menores en los niños que en adultos, y se puede reducir tomando la medicación con comida. Los AINEs también pueden producir una elevación leve de las enzimas del hígado (las transaminasas). Este efecto secundario es muy infrecuente excepto cuando se utiliza aspirina. Los AINEs también pueden afectar la coagulación sanguínea y es la aspirina el AINE que mayor efecto presenta sobre la coagulación. Esta cualidad lo hace útil en el tratamiento de enfermedades en las que hay un mayor riesgo de trombosis (formación de coágulos sanguíneos dentro de los vasos). Existen múltiples AINEs, siendo los más utilizados el naproxeno y el ibuprofeno. No es adecuado utilizar al mismo tiempo la combinación de dos AINEs. Es cierto que un AINE puede ser más eficaz que otro en un paciente determinado. Como muchas veces se deberán usar por períodos prolongados es importante que el médico solicite estudios de laboratorio en forma periódica.

ÚLCERA GASTRODUODENAL. DEFINICIÓN. La úlcera péptica consiste en una pérdida de sustancia en la capa mucosa que puede extenderse a la submucosa e incluso a la capa muscular y que afecta a zonas del aparato digestivo que están en contacto con el ácido clorhídrico, mayoritariamente en el estómago y en el intestino proximal (duodeno), generalmente como resultado de la ruptura del equilibrio entre la secreción ácida gástrica y los correspondientes mecanismos de defensa de la mucosa. Se localiza principalmente en el bulbo duodenal y el estómago y raramente en el tercio inferior esofágico, duodeno distal o en lugares donde existe mucosa gástrica ectópica, como sucede en el divertículo de Meckel. EPIDEMIOLOGÍA. Se estima que la úlcera péptica afecta a unos 4 millones de personas anualmente en todo el mundo, aunque la incidencia de la úlcera péptica ha ido disminuyendo paulatinamente en las dos últimas décadas, fundamentalmente debido a la mejora del tratamiento, con la incorporación de potentes antisecretores gástricos (la cimetidina fue incorporada hace más 40 años) y, especialmente, con los tratamientos antibióticos de erradicación del Helicobacter pylori. No obstante, todavía es una enfermedad frecuente en países occidentales; la prevalencia actual se estima entre el 5% y el 10% de la población general. En las personas infectadas por H. pylori la prevalencia es del 10% al 20%, con una incidencia de aproximadamente el 1% anual. Hay notables variaciones regionales y raciales; de hecho, en los países occidentales es más frecuente la úlcera duodenal que la úlcera gástrica, al contrario que en los países orientales, particularmente en Japón. En la Unión Europea la úlcera duodenal es dos veces más frecuente en varones que en mujeres, mientras que la gástrica incide por igual en ambos sexos.

ASPECTOS CLÍNICOS DE LA ÚLCERA PÉPTICA. Los pacientes suelen describir un dolor de carácter urente, similar al asociado a una quemadura, localizado en el epigastrio a punta de dedo. Típicamente aparece en ayunas, se alivia con la ingesta o la toma de alcalinos, pero reaparece a las 2-3 horas; en algunos casos despierta al enfermo por la noche. Sin embargo, este patrón solo se observa en el 50-70% de los casos de úlcera duodenal y en menos del 50% de los casos de úlcera gástrica; de hecho, en la úlcera gástrica el dolor puede exacerbarse con la ingesta de alimentos. Además, es poco específico, ya que pacientes con dispepsia y especialmente con enfermedad por reflujo gastroesofágico también pueden presentar estos síntomas. La enfermedad ulcerosa tiene un curso clínico en brotes, pudiendo acompañar al dolor epigástrico náuseas, vómitos, ardor retroesternal, anorexia, estreñimiento y variaciones de peso. Debido a la sintomatología tan inespecífica que presenta, es preciso que el médico realice un diagnóstico diferencial, con el fin de descartar otras opciones como la dispepsia funcional, el reflujo gastroesofágico o incluso el carcinoma gástrico. COMPLICACIONES ULCEROSAS. Las complicaciones de la úlcera gastroduodenal en orden de frecuencia son hemorragia, penetración, perforación y estenosis. Son las auténticas responsables de la morbimortalidad asociada a esta patología. Las estrategias de gastro protección y las terapias erradicadoras de la infección por Helicobacter pylori han reducido de forma significativa su incidencia, en relación a la observada hace décadas. Son más frecuentes en fumadores y en pacientes con consumo crónico de AINE. ETIOLOGÍA. En la patogenia de la úlcera gastroduodenal juega un papel esencial la secreción gástrica, que da lugar al jugo gástrico, el cual tiene un papel fundamental en la digestión y preparación, para su absorción, de los alimentos ingeridos, la desnaturalización de las proteínas y la prevención de infecciones, puesto que muchas bacterias ingeridas en la alimentación no sobreviven al pH ácido del

estómago, pero también puede actuar como factor lesivo de la propia mucosa gástrica. El jugo gástrico está compuesto por ácido clorhídrico, pepsina, agua, electrolitos, factor intrínseco, moco y bicarbonato que se segregan desde las glándulas oxínticas, pilóricas y células del epitelio de la mucosa gástrica. FACTORES

ASOCIADOS

A

LA

ETIOLOGÍA

DE

LA

ÚLCERA

GASTRODUODENAL. 1) Helicobacter pylori. 2) Antiinflamatorios no esteroideos (AINE). 3) Síndromes de hipersecreción ácida (1% de las causas de úlcera péptica): a) Síndrome de Zollinger-Ellison. b) Mastocitosis sistémica. c) Síndromes mieloproliferativos. d) Hiperplasia de células G. 4) Otros factores relacionados: a) Factores genéticos. b) Estrés. c) Tabaco. d) Dieta y alcohol. e) Factores psíquicos. f) Enfermedades asociadas: enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cirrosis hepática, insuficiencia renal, trasplante renal etc. SÍNTOMAS. •

Dolor de estómago ardiente.



Sensación de plenitud, hinchazón o eructos.



Intolerancia a los alimentos grasos.



Acidez estomacal.



Náuseas.

El síntoma más común de la úlcera péptica es el dolor de estómago ardiente. La acidez estomacal empeora el dolor, al igual que tener el estómago vacío. A menudo el dolor puede aliviarse comiendo ciertos alimentos que amortiguan el ácido estomacal o tomando un medicamento para reducir el ácido, pero luego puede volver a aparecer. El dolor puede ser peor entre las comidas y por la noche. Muchas personas con úlceras pépticas ni siquiera tienen síntomas. Con menos frecuencia, las úlceras pueden causar signos o síntomas graves como los siguientes:



Vomitar o vomitar sangre, que puede verse roja o negra.



Sangre oscura en las heces, o heces que son negras o alquitranadas.



Dificultad para respirar.



Sentirse débil.



Náuseas o vómitos.



Pérdida de peso sin causa aparente.



Cambios en el apetito.

DIAGNÓSTICO. El diagnóstico diferencial abarcará, dada la inespecificidad de los síntomas, a muchas entidades, pero es fundamental estar alerta siempre para descartar la presencia de cáncer gástrico con la intención de detectarlo lo más precozmente posible ya que de ello depende el pronóstico. Por ello se recomienda que ante una situación clínica de dispepsia persistente del tipo que sea y edad por encima de los 40-45 años se debe programar una endoscopia oral con la intención fundamental de detectar la presencia de cáncer gástrico. Para el diagnóstico de los pacientes con clínica sugerente de úlcera péptica debemos cumplir los siguientes objetivos: excluir patología tumoral, confirmar o no la presencia de una úlcera péptica y finalmente, si existe dicha úlcera, determinar si hay o no infección por Helicobacter. Además debemos confirmar en lo posible si el paciente ha recibido tratamiento con AINE y si este tratamiento es estrictamente

necesario o no. Es posible que debas someterte a pruebas de diagnóstico, como por ejemplo, las siguientes: •

Endoscopia. Permite detectar más del 95% de las úlceras pépticas y además permite obtener muestras biópsicas y citología lo cual permite el diagnóstico diferencial con el cáncer gástrico. Un 5% de la lesiones malignas gástricas ofrecen aspecto endoscópico de benignidad y esto significa que es obligado obtener entre 4-8 muestras de bordes y fondo de la lesión. En el caso de la úlcera duodenal, la rareza de tumores malignos en dicha región, permite no realizar biopsias, excepto en casos seleccionados. La recomendación de la Conferencia Española de Consenso sobre la infección por H. Pylori, en la que participaron la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria y la Sociedad Española de Medicina General, en cuanto al diagnóstico de novo de úlcera duodenal o gástrica, es la realización de una endoscopia ante la sospecha clínica de dicha patología. Si el paciente ya tiene previamente el diagnóstico de úlcera péptica, realizado por procedimientos adecuados, deberemos diagnosticar la infección con el test del aliento de urea C13. No se recomienda tratamiento erradicador sin confirmar previamente la infección. La endoscopia permitirá la toma de muestras para el diagnóstico de la infección por Helicobacter bien con test de la ureasa, con histología, con cultivo o con una combinación de métodos. Si el paciente no ha recibido tratamientos previos que puedan modificar el status de la infección por Helicobacter, el resultado del test de ureasa rápido es suficiente. Probablemente lo más recomendable es obtener muestras para el test de ureasa para úlcera duodenal y para histología y test de la urea sa en caso de úlcera gástrica. El cultivo se reserva para casos de resistencia al tratamiento o para estudios clínicos.



Radiología. Puede demostrar hasta un 80-90% de los nichos ulcerosos con técnica meticulosa y doble contraste. Si se observa la úlcera sobre una masa, si se sitúa por dentro de la curvatura teórica, los bordes son irregulares, los pliegues no convergen hacia la lesión o si se observan signos como el

menisco de Carman, la úlcera será probablemente maligna. Sin embargo, la ausencia de estos signos, en absoluto garantiza la benignidad. •

Radiología versus endoscopia. La endoscopia es sin duda superior en fiabilidad diagnóstica, no es más cara en nuestro medio y permite la toma de muestras facilitando el diagnóstico de infección por Helicobacter, por lo que es la técnica recomendable en primer lugar. Es aceptable la exploración radiológica si la endoscopia es poco accesible por un desarrollo insuficiente de la infraestructura sanitaria o si el paciente rechaza la exploración. En cualquier caso la endoscopia es necesaria en caso de síntomas de alarma (anorexia, disfagia, anemia inexplicable, pérdida de peso, vómitos graves ), si hay más de un episodio, hemorragia digestiva, úlcera gástrica, síntomas persistentes con radiología negativa en mayores de 45 años,historia familiar de

cáncer digestivo, uso prolongado de AINE´s, radiología baritada

sospechosa, intervenciones quirúrgicas gástricas previas y en caso de resistencia al tratamiento médico correcto. •

Prueba del aliento (urea C13). La curación de la infección por Helicobacter significa en la mayoría de casos la cicatrización simultánea de la úlcera. Es por esto que esta técnica no invasiva es de elección para monitorizar la respuesta al tratamiento en la úlcera duodenal y sobretodo en aquellas que han sufrido complicaciones.La úlcera gástrica tiene un seguimiento distinto (endoscópico). Tras el tratamiento de la infección y dejando pasar un mínimo de 30 días se comprueba con esta técnica la presencia o ausencia del germen.

TRATAMIENTO. El tratamiento de las úlceras pépticas depende de la causa. Por lo general, el tratamiento consistirá en eliminar la bacteria H. pylori si está presente, eliminar o reducir el uso de los antiinflamatorios no esteroideos, AINE si es posible, y ayudar a la úlcera a curarse con los medicamentos. Entre los medicamentos, se incluyen los siguientes:



Medicamentos antibióticos para eliminar el helicobácter pylori. Si se encuentra H. pylori en el tubo digestivo, el médico puede recomendar una combinación de antibióticos para eliminar la bacteria. Estos antibióticos pueden ser la amoxicilina (Amoxil), la claritromicina (Biaxin), el metronidazol (Flagyl), el tinidazol (Tindamax), la tetraciclina y la levofloxacina. Los antibióticos se elegirán según tu lugar de residencia y los índices de resistencia a los antibióticos actuales. Es probable que tengas que tomar antibióticos durante dos semanas, así como medicamentos adicionales para reducir la acidez estomacal, incluido un inhibidor de la bomba de protones y posiblemente subsalicilato de bismuto (Pepto-Bismol).



Medicamentos que bloquean la producción de ácido y promueven la recuperación. Los inhibidores de la bomba de protones (PPI, por sus siglas en inglés), reducen el ácido del estómago bloqueando la acción de las partes de las células que producen el ácido. Estos medicamentos incluyen los de venta libre y los de venta bajo receta médica, como el omeprazol (Prilosec), el lansoprazol (Prevacid), el rabeprazol (Aciphex), el esomeprazol (Nexium) y el pantoprazol (Protonix). El uso prolongado de los inhibidores de la bomba de protones, especialmente en dosis altas, puede aumentar el riesgo de fractura de cadera, muñeca y columna vertebral. Pregúntale al médico si un suplemento de calcio podría reducir ese riesgo.



Medicamentos para reducir la producción de ácido. Los bloqueadores de ácido, también llamados antagonistas de los receptores de histamina H2, disminuyen la cantidad de ácido estomacal que se libera en el tubo digestivo, lo que alivia el dolor provocado por la úlcera y favorece la recuperación. Entre los bloqueadores de ácido de venta libre y los de venta bajo receta médica disponibles se incluyen medicamentos como la famotidina (Pepcid AC), la cimetidina (Tagamet HB) y la nizatidina (Axid AR).



Antiácidos que neutralizan el ácido estomacal. Es posible que el médico también agregue un antiácido a tu régimen de medicamentos. Los antiácidos neutralizan el ácido estomacal existente y pueden brindar un rápido alivio del dolor. Algunos de los efectos secundarios pueden ser estreñimiento o

diarrea, según los ingredientes principales. Los antiácidos pueden proporcionar un alivio de los síntomas, pero generalmente no se utilizan para curar la úlcera. •

Medicamentos que protegen el revestimiento del estómago y el intestino

delgado. En

algunos

casos,

el

médico

puede

recetar

medicamentos llamados agentes citoprotectores que ayudan a proteger los tejidos que recubren el estómago y el intestino delgado. Las opciones incluyen sucralfato (Carafate) y misoprostol (Cytotec), ambos medicamentos de venta con receta. PREVENCIÓN. Se pueden realizar cambios en el estilo de vida para reducir el riesgo de desarrollar úlceras pépticas, los cuales incluyen reducir el estrés y las comidas picantes, no fumar, limitar el alcohol y hablar con el médico sobre la ingesta de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE).

PRINCIPALES CAUSAS DE MUERTE EN ADOLESCENTES. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adolescencia como el periodo de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y los 19 años. Durante esta etapa, los jóvenes se exponen a situaciones de vulnerabilidad y riesgo en salud, con consecuencias a largo plazo. Se estima que casi dos tercios de las muertes prematuras y un tercio de la carga de morbilidad total de los adultos se relacionan con condiciones o comportamientos que se inician en la juventud, que derivan en consecuencias o enfermedades que formulan los principales retos que se deben atender desde una perspectiva de prevención y promoción de estilos de vida saludables. La mayoría de estos fallecimientos se podrían prevenir mejorando los servicios de salud, la educación y los servicios sociales. Sin embargo, muchos adolescentes que padecen trastornos mentales, consumen drogas o sufren deficiencias nutricionales

no tienen acceso a los servicios básicos de prevención y asistencia sanitaria, ya sea porque estos no existen o porque los adolescentes no los conocen. Además, muchos de los comportamientos que afectan a la salud en etapas posteriores de la vida, como el sedentarismo, la mala alimentación o las prácticas sexuales de riesgo empiezan en la adolescencia. CARACTERÍSTICAS DE LAS DEFUNCIONES REGISTRADAS EN MÉXICO...


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