La orientación vocacional como experiencia subjetivante. Sergio rascovan PDF

Title La orientación vocacional como experiencia subjetivante. Sergio rascovan
Course Orientación Vocacional Y Ocupacional
Institution Universidad Católica de Córdoba
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Resumen del material de: La orientación vocacional como experiencia subjetivante de Sergio Rascovan de la materia de Orientación Vocacional de la Universidad Católica de Córdoba. Año 2020-2021....


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LA ORIENTACIÓN VOCACIONAL COMO EXPERIENCIA SUBJETIVANTE. SERGIO RASCOVAN EL MARCO CONCEPTUAL Utiliza el término de “orientación vocacional” porque es el más usado en nuestro país y porque permite favorecer el intercambio entre diferentes profesionales y con la sociedad misma. EL CAMPO VOCACIONAL Toma lo vocacional como una problemática actual, en efecto, una “problemática vocacional” es aquella que está implicada en la elección de un hacer junto a todos los procesos relacionados a la construcción de recorridos vitales conectados con las variadas actividades que los sujetos sociales realizan en su trayectoria vital, especialmente con las laborales y académicas. Campo vocacional: expresión que da cuenta de un amplio conjunto de actividades que un sujeto realiza a lo largo de su vida. Lo vocacional: definido como el campo de problemáticas del ser humano y la elección realización de su hacer. Lo vocacional es a la vez elección, acto y proyecto. Es resultado de una compleja trama en la que se conjugan diferentes variables sociales y subjetivas. Relacionado con el elegir y construir trayectorias vitales, por esto, se vincula claramente con el contexto económico político y cultural. Desde una perspectiva subjetiva, Rascovan relaciona a lo vocacional con la dialéctica del deseo. La búsqueda de “objetos vocacionales” como proyectos trabajos y estudios es una búsqueda incensante, ya que para este autor no hay objeto vocacional que satisfaga al sujeto. Este sujeto es un “sujeto de la falta”, ya que es esta ultima la que posibilita la circulación del deseo. Con respecto al contexto, este limita el pensar y el hacer, ya que es el contexto el que brinda posibilidad (o la falta de ellas); lo que elegimos se articula con la época, con lo social. Actualmente, las problemáticas vocacionales están relacionadas con las muchas actividades que hay para hacer, y además, con el hecho de que el trabajo y el estudio se destacan entre ellas, ya que son un punto de anclaje social. El autor afirma que cada ser humano es libre de gestionarse su propia vida, aunque esa libertad está atravesada por las condiciones materiales en las que nace y que determinan el itinerario vital ulterior. Entonces, si los puntos de partida para los sujetos son desiguales, tendrá que haber un actor que intente regular e igualar

posiciones y oportunidades. Para Rascovan, este actor tendría que ser el Estado. En contrapartida de lo vocacional como “hacer desde el deseo”, está la propuesta “desear lo que yo quiero que desees”, que es la principal maniobra ideológica del sistema, es pretender circunscribir el horizonte de elecciones a la utilidad de un sistema que se desentiende de las decisiones por considerarlas “libres”. LAS ELECCIONES VOCACIONALES Las elecciones vocacionales son al mismo tiempo, un proceso y un acto de elegir objetos. Elegir es un proceso porque se trata de un recorrido inacabado, a través del cual el sujeto busca, reconoce y muchas veces encuentra, algún objeto con el que establece un vínculo singular. Elegir es un acto expresado en la toma de decisión a través de la cual el sujeto selecciona uno o varios objetos con los que establece un vínculo particular, esperando obtener algún tipo de satisfacción. Según Rascovan, hay algo del orden del icc que organiza nuestras inclinaciones, nuestras preferencias. Las maneras de vivir los procesos de elección están fuertemente relacionados con las formas de vivir la falta y los mecanismos que se activan alrededor de ella. Formas histéricas, neuróticas, etc. También las elecciones vocacionales tienen aspectos conscientes ligados a los valores y expectativas que se ponen en juego, tales como obtención de empleo, dinero, reconocimiento social, prestigio, fama, poder y aspectos inconscientes que nos permiten ubicar a un sujeto sujetado al deseo de Otro. Además, las elecciones pueden provocar inhibición, síntoma y angustia porque elegir implica una pérdida. El síntoma en la elección vocacional puede presentarse de diversas formas, como duda entre estudiar y trabajar, como cuestionamiento entre estudiar una carrera que otorgue prestigio, poder o que me guste, como indiferencia ante todas las carreras, como interés indiferenciado por todo, etc. También se puede presentar en forma de inhibición: “no hago nada porque nada me gusta”, “me gustan varias cosas pero no averiguo nada”. Se trata de considerar los síntomas asociados a los procesos de elección vocacional como enigmas que esperan ser descifrados. Los determinantes icc de las elecciones vocacional están articulados con los atravesamientos contextuales, por lo que configuran una trama de factores intervinientes en el momento de elegir y construir proyectos futuros. Podemos considerar diferentes aspectos contextuales, entre otros, sociales, geográficos, culturales, políticos, económicos o ambientales, y también institucionales, familiares e interpersonales. Asimismo, a las elecciones vocacionales, por un lado, se las relaciona con lo ocupacional o lo profesional, pero también pueden considerarse

como aquellas que los sujetos hacen justamente por fuera del trabajo y el estudio, es decir, las elecciones de actividades que están más allá de los intereses propios de una sociedad en términos productivos. Elecciones “desinteresadas”, o con intereses no sometidos a los valores dominantes de cada cultura que en el caso de las sociedades capitalistas, son los asociados con los aspectos económicos: dinero, fama, poder. Habría diferentes significaciones imaginarias acerca de las elecciones vocacionales. Por una parte, las instituidas por la práctica oficial de la orientación vocacional y, por otra, las que resisten a ella. El autor, desde una perspectiva crítica, sostiene la necesidad de hacer visibles los efectos que un sistema de producción económica forja en las significaciones imaginarias de una sociedad. Por ello reconoce el conjunto de las elecciones que los sujetos realizan en su itinerario vital, incluyendo aquellas que están por fuera de las significaciones hegemónicas. En fin, la elección vocacional incluirá lo interesado, y lo desinteresado, lo productivo y lo improductivo. Produce una singular ligazón libidinal que une un sujeto a uno o varios objetos del hacer, buscando ese plus de satisfacción. LAS TRAYECTORIAS VOCACIONALES Itinerario: supone una hoja de ruta, un camino señalizado que permite llegar de un punto a otro. El recorrido vital se organiza desde una hoja de ruta marcada centralmente por los trayectos educativos y laborales que comportan formas de vivir moldeadas por los rasgos de época, aunque siempre se terminan de configurar por las maneras singulares de transitarlos. Es una trayectoria subjetiva configurada sobre un trayecto institucional formalizado. Es un plus que reconoce la hoja de ruta como soporte social de los recorridos vitales. Trayectorias transicionales: entendido como un salir y entrar de diferentes actividades, con más movimiento y menos estabilidad, a veces sin rumbo fijo. LA ORIENTACIÓN VOCACIONAL Lo vocacional lo definimos como un campo de problemáticas vinculado con los sujetos y los procesos de elección y despliegue de trayectorias en relación al hacer, pero a la orientación vocacional la entendemos como la intervención tendiente a facilitar la elección de objetos vocacionales representada por proyectos de distintos tipos de actividades, básicamente trabajo y o estudio, ya que son ellos los que producen inclusión social. Había, por un lado, una práctica oficial de la orientación vocacional que se propondría como una técnica eficiente al servicio de responder acríticamente a las demandas del sistema social y productivo, y por otro, una práctica pensada como una experiencia que permita revisar, repensar y hacer visibles tanto el impacto que un sistema de

producción económica y cultural forja en las significaciones imaginarias de una sociedad como sus efectos subjetivos. La orientación vocacional es la intervención tendiente a acompañar a los sujetos durante el proceso y el acto de elegir. Se ubica la mayor especificidad de la orientación vocacional en el momento en que, se le exige al sujeto una toma de decisión sobre su futuro hacer, básicamente en el área del estudio o trabajo. En cuanto intervención, tiene diferentes particularidades, que devienen tanto del marco conceptual con el que se trabaja como del contexto donde se ejercerá la práctica. EL PARADIGMA CRÍTICO EN ORIENTACIÓN VOCACIONAL Las prácticas de la orientación vocacional nacieron con las sociedades capitalistas industriales de principios del siglo XX, respondiendo a sus exigencias de manera adaptativa. Breve Genealogía Se pueden dividir cuatro períodos que no son necesariamente cronológicos: 1. Una primera etapa, con discurso psicotécnico, que se basó en el modelo de interacción sujeto-medio ambiente, conocida como la teoría de rasgos y factores. La orientación vocacional era concebida como un área de estudio de la denominada psicología científica, cuyos principales aportes provenían de la psicología diferencial. Eran tiempos en los que la elección vocacional se pensaba como la comparación de los rasgos y factores de cada sujeto con los requisitos y características de una ocupación. A propósito de esa relación, se fueron desarrollando numerosas pruebas estandarizadas, test e inventarios con validez y confiabilidad reconocida por la comunidad científica de la época, cuyo objetivo era medir ciertos rasgos considerados relevantes para el desempeño profesional. 2. En la segunda etapa, podríamos ubicar las prácticas desarrolladas alrededor de la década de 1950. Los principales aportes provinieron de las teorías psicodinámicas de la personalidad, la fenomenología y del psicoanálisis. El llamado “desarrollo vocacional” sería, desde esta perspectiva, el resultado de un proceso que articula las necesidades individuales, por un lado, y las posibilidades que ofrece el contexto sociohistórico, por otro. Super: es quien acuña la noción de desarrollo vocacional, cuyo logro dependería de diversos factores, entre ellos, el nivel ocupacional de los padres, la estimulación sociocultural y los logros en el rendimiento escolar. Describe el desarrollo del concepto de sí mismo y las etapas del desarrollo vocacional. Parte del estudio propuesto por este autor es definir los indicadores dela madurez vocacional, considerándolos como la

disposición para hacer frente a las diferentes tareas vocacionales. El pensamiento psicodinámico en orientación supone una clara confrontación respecto de la concepción estática propia de la teoría de rasgos y factores. Podríamos considerar “psicodinámico” a cualquier sistema psicológico que se esfuerce por obtener una explicación de la conducta en términos de motivos o impulsos. En Argentina, las teorías psicodinámicas, motivacionales, de desarrollo vocacional, y principalmente, del psicoanálisis nutrieron la denominada estrategia clínica, modelo original de abordaje de las problemáticas vocacionales. Holland: se propone integrar aspectos motivacionales, características ambientales y dimensiones de la personalidad. Plantea que dentro de la sociedad existe un número finito de ambientes laborales y enumera seis: motrices, intelectuales, de apoyo, de conformidad o convencionales, de persuasión y estéticos. A su vez, destaca seis tipos de personalidad: realista, sociable, investigador, convencional, emprendedor, artístico. Krumboltz: consiste en plantear una explicación acerca de la adquisición y concreción de las preferencias vocacionales. Para ello utiliza un esquema denominado “reciprocidad triádica”, consistente en la articulación entre los procesos cognitivos, afectivos y valorativos del sujeto. Establece la existencia de diferentes factores que coadyuvan en los procesos de elección: genéticos, ambientales acontecimientos vitales, experiencias de aprendizaje y habilidades para enfocar tareas específicas. Bandura: sostiene que los sujetos son portadores de creencias fundamentales, entre ellas, la de autoeficacia, entendida como aquellas representaciones que tienen los seres humanos sobre sus capacidades para alcanzar determinados niveles de rendimiento. 3. La tercera etapa correspondería al período denominado desarrollo de la carrera. El concepto de carrera fue reemplazando al de vocación. Las publicaciones y los encuentros académicos internacionales correspondientes al período entre los años 80 y 90 tuvieron un fuerte anclaje de estos aportes teóricos y prácticos. Watts: organiza el campo de la orientación en general en tres áreas principales: la orientación personal y social, que incluye problemáticas psicosociales y de desarrollo personal, la orientación educativa, que contiene problemas de aprendizaje y elecciones referidas a la educación, y la orientación vocacional profesional, que corresponde a la ayuda que se lleva a cabo con las personas en sus elecciones respecto de ocupaciones, profesiones, trabajos y trayectos educativos. La denominada “educación de la carrera” es una de las estrategias propias de esta etapa. Su propósito es identificar y utilizar recursos en la escuela y en la comunidad para ampliar el desarrollo profesional: brindar información acerca de las

oportunidades educacionales y ocupacionales disponibles, proveer una progresión planificada de experiencias para capacitar en la adquisición de competencias personales relacionadas con la toma de decisiones y transiciones, explorar alternativas profesionales. La orientación desde esta perspectiva es entendida como educación vocacional, basada en la investigación activa por parte del alumno para el desarrollo de su propio proyecto de vida. Su objetivo es que el joven enfoque su futuro personal social y laboral, para lo cual utiliza un método que articula la investigación, la acción y la reflexión con pares y adultos. 4. La cuarta etapa es la que estaríamos transitando y que se encuentra en construcción. Corresponde a la necesidad de pensar y operar en orientación vocacional articulándola con el actual escenario histórico. Esta etapa podría caracterizarse por la búsqueda de un nuevo paradigma que nos permita distanciarnos de la herencia moderna en la cual la vocación se organizaba como una estructura esencial, única, estática y absoluta. Se trataría de generar un espacio de confluencia de discursos y prácticas que tiendan al abordaje de las problemáticas propias de nuestra región y a la búsqueda de soluciones con compromiso social que atiendan fundamentalmente a los sectores más desprotegidos de la población. Una orientación como práctica liberadora, emancipadora, que pretenda dar respuesta a las demandas de los latinoamericanos a través de un enfoque interdisciplinario y psicosocial, una práctica contextuada y con compromiso social, además de unos principios éticos y políticos que tengan en cuenta el escenario de incertidumbre laboral y desigualdad social en América Latina para poder ser un paradigma crítico.

El principal objetivo que se tiene por delante es responder creativamente a las nuevas demandas sociales: el drama que aqueja a millones de personas que no encuentran un lugar en la vida colectiva. Por eso el autor propone generar una revisión crítica que nos permita ubicar los problemas vocacionales bajo el paradigma de la salud mental, entendida como una trama inextricable entre lo subjetivo y lo social. Podríamos ubicar nuestra época como el final de una forma de pensar determinista, lineal y homogénea. En su lugar estaría emergiendo una conciencia de la discontinuidad, de la no linealidad, de la diferencia, entendidas como dimensiones operativas en la construcción de los escenarios en que vivimos. La orientación debería promover una fuerte transformación de las practicas actualmente existentes, a fin de evitar que la futura inclusión de los sujetos en los espacios sociales reproduzca sus lugares de origen, para impedir que las practicas de la orientación sean dispositivos de reproducción de la continuidad de un orden social sesgado por la exclusión y la inequidad.

El paradigma complejo, crítico y transdisciplinario se propone confrontar con las concepciones de orientación que se presentan como neutras. Se trata de un saber crítico que intenta el develamiento de las deformaciones, presiones y restricciones que operan en los sujetos singulares y en los colectivos humanos. Este saber crítico tiene objetivos emancipadores que deberían constituir el pilar de las prácticas de la orientación vocacional. Se buscará interrogar los conflictos presentes en la elección y realización de los proyectos de vida, articulándolos con el contexto sociocultural y las lógicas de poder que lo sostienen. Este paradigma es complejo en tanto invita a pensar y operar en los atravesamientos entre lo singular y lo colectivo, y reconoce la multidimensionalidad de los fenómenos en general y de los humanos en particular. El paradigma es transdisciplinario en la medida en que lo vocacional es un campo y no un objeto, es decir, un conjunto de problemáticas atravesadas por dimensiones de distinto orden. Lo vocacional es un campo y no un objeto en la medida que su existencia implica un entrecruzamiento de diferentes variables intervinientes, sociales, políticas, económicas, culturales, etc. Desde este paradigma, la vocación tomada como proceso acabado, no es. Es un ser siendo, como proceso abierto, indefinido, contingente. Entendida en este sentido como algo que se va construyendodeconstruyendo- reconstruyendo a lo largo de la vida, como algo que se mantiene pero también cambia, la vocación sí existe, y podemos desarrollarla, enriquecerla, reorganizarla. La vocación quedara implicada en los procesos relativos al deseo y al goce, junto con la herida narcisística que inevitablemente producirá en la teoría y en la práctica de la orientación vocacional. Desde una perspectiva psicoanalítica, sostenemos que la elección de un objeto vocacional quedará asociada a la dinámica del goce y el deseo, en la que el primero constituirá la meta final en la búsqueda de satisfacción del sujeto pero que conllevará la amenaza de un peligro a su integridad. Por ello el sujeto se encuentra dividido ante el goce: buscará alcanzarlo y se protegerá de su proximidad. En síntesis, el abordaje propuesto desde el paradigma complejo, crítico y transdisciplinario se propone no legitimar lo que ya se sabe sobre los problemas vocacionales y obre los dispositivos tradicionales de atención- acompañamiento sino abrir interrogantes sobre sus enunciados y sus prácticas con el propósito de alentarnos a pensar la orientación vocacional de otro modo. ORIENTACIÓN VOCACIONAL Y SALUD MENTAL Podríamos situar el campo de la salud mental comunitaria en las complejas interrelaciones que se producen entre los sujetos y los conjuntos sociales. Calificar como comunitaria a la salud mental hace

visible la imposibilidad de reducir los problemas psíquicos al sujeto o a la sociedad exclusivamente. La idea central de la salud mental comunitaria es trascender la noción de enfermedad mental y promover una consideración del sufrimiento humano en su inseparable articulación con la vida social. Los problemas vocacionales son parte del campo de la salud mental comunitaria. Su abordaje no puede reducirse a la comprensión de lo individual como un fenómeno aislado, pero tampoco a la abstracción de una casualidad social. Los problemas vocacionales se ubican justamente en la relación entre el sujeto y la sociedad, y esta manera de pensar coloca a la comunidad en el centro del problema. Esta perspectiva para comprender e intervenir en lo vocacional apuntará a los sectores más desprotegidos de la población que no constituyen la población que suele consultar en orientación vocacional. Así, la orientación vocacional debería integrarse al conjunto de las políticas sociales en general. Esto significa la posibilidad de que la orientación vocacional como dispositivo de intervención coexista y se articule en instituciones educativas y de salud con otros programas de alcance social y comunitario. LA ORIENTACIÓN VOCACIONAL: TIPOS DE INTERVENCIÓN Intervención Pedagógica Su principal finalidad es promover el conocimiento de los objetos a elegir y la problematización sobre el contexto sociohistórico en el que la elegimos. Quiere promover procesos de enseñanza- aprendizaje con los que están ahí es decir los estudiantes que favorezcan la comprensión de la nueva r...


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