Las escrituras góticas cursivas en Castilla. Cortesana y Procesal PDF

Title Las escrituras góticas cursivas en Castilla. Cortesana y Procesal
Author María V. J.
Course ARCHIVÍSTICA
Institution Universidad Pablo de Olavide
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Cómo leer las escrituras góticas del XII al XVII...


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Las escrituras góticas cursivas en Castilla entre los siglos XV y XVII Poco más cabe añadir sobre la escritura gótica. Básicamente cabe decir que la cursividad de la escritura fue en aumento como consecuencia, entre otras cosas, de la democratización de la cultura en la sociedad. A esto se le añade que se difunde el papel como soporte sobre el que se escribían los documentos. Todo ello condujo a una progresiva cursividad, donde muchos paleógrafos han visto una degeneración y crisis de la escritura. Muchos de los primeros paleógrafos del siglo XVIII echaban peste en sus escritos de este tipo de escritura, y no les falta razón: llegado un punto la escritura es ilegible, ininteligible y áspera de leer. Y no sólo ellos, ya en la época en que se desarrollan estas escrituras, existen escritos en los que se critica esta letra, por difícil de entender. Aunque no fue sólo un fenómeno exclusivo de la península ibérica (Francia e Italia también sufrieron esta decadencia escritural), nosotros nos centraremos en los documentos de las Coronas de Castilla y Aragón. Los dos tipos de escrituras que vamos a ver en esta época son dos: la cortesana y la procesal. Ambos tipos son variantes de una misma escritura: la cursiva gótica. La escritura cortesana Se forma entre 1400 y 1425 y va a tener una vida muy corta, apenas de un siglo. A partir de ese primer cuarto del siglo XV, se puede decir que fue la única escritura que se usó en Castilla para los documentos particulares y para códices no elegantes que contenían obras literarias. Acabará desapareciendo en favor de la escritura humanística. La escritura procesal Tendrá una vida muy larga, al contrario que la cortesana. Nace en el siglo XV y para 1450 ya estaba formada. Se mantuvo libre de toda influencia humanística y se sigue utilizando por los notarios hasta mediados del siglo XVII, evolucionando hacia formas mucho más cursivas e ininteligibles. Las formas cursivas más extremas de la procesal son la procesal encadenada o de cadenilla, con la cual se trazaban de un tirón y sin levantar la pluma líneas enteras. El propio Cervantes pone en boca de Don Quijote estas palabras en referencia al grado de ininteligibilidad de la escritura procesal: "Tú tendrás cuidado de hacerla trasladar en papel de buena letra en el primer lugar que hallares donde haya maestro de escuela de muchachos, o si no, cualquier sacristán te la trasladará; y no se la des a ningún escribano que hacen la letra procesada que no la entenderá Satanás." Morfología: cuando hablamos de morfología nos estamos refiriendo al conjunto de símbolos que definen ya no sólo las letras propias de la escritura, sino sus nexos y sus abreviaturas. Como en el fondo este trabajo consiste en reconocer los trazos propios de cada letra, nexo y abreviatura, iremos describiendo cada letra del alfabeto una por una y acompañaremos las descripciones con un cuadro donde se muestren cada una de las particularidades de cada letra, nexo o abreviatura. 1. Letras. Lo primero que hay que distinguir son las mayúsculas de las minúsculas. Las mayúsculas pueden tomar formas capitales romanas y unciales o limitarse a agrandar las formas minúsculas. Estos son algunos ejemplos de mayúsculas:

Letras mayúsculas de la letra procesal

Para la minúscula, describiremos cada una de las letras una por una. Los números entre paréntesis se refieren a los correspondientes dibujos del cuadro I, que pondré más adelante. a. La forma más antigua se presenta trazada en dos golpes de pluma, quedando a veces sin capelo (1-3); más moderno es trazar de un solo golpe de pluma (4), que a veces no cierra por abajo (5-6); ya en el siglo XV existe una a constituida por la unión en su parte superior de dos curvas cóncavas (7-10), tipo este que se empleará frecuentemente como mayúscula. Hay que señalar que la a (9), muy usada en la cortesana, puede confundirse con la e (5). b. Por lo general, incurva su astil hacia la derecha (1-2); en la procesal es baja y muy ancha (3-6) c. Se puede trazar con un solo golpe de pluma (1,3,4,7) o con dos (2). Sobre la c con cedilla: por efecto de la cursividad, la cedilla no cuelga de la c, sino de la letra siguiente (5 y 6). d. La de los siglos XV y XVII es casi siempre de tipo uncial (1); la parte superior forma ojo hacia el interior de la letra y hacia la derecha (2 y 3); en la procesal, la parte inferior no suele cerrar (4 y 5); en la Edad Moderna también se utiliza una d minúscula con forma muy semejante a la mayúscula de hoy (6) e. Puede trazarse con un solo golpe de pluma (1) o con dos (2); a veces se confunde con c (3 y 4); en el XV y XVI es muy frecuente una e con idéntica forma que a (10), con la diferencia de que la e tiene un pequeño trazo horizontal con el que se une a la siguiente letra (5 y 6); en la procesal predominan los tipos de lazo confundibles con otras letras como la b y la l (7 y 8); un tipo que se utiliza como conjunción copulativa y como letra inicial de palabras es el formado por una espiral que gira a la izquierda (9), su origen puede estar en la conjunción et y un semicírculo de adorno (10); a veces, pueden trazarse en un sólo golpe de pluma (11). f. Es muy semejante a la actual manuscrita (1); durante el XV tiene tendencia a formar un ojo en la parte superior, adoptando una forma parecida a la p (2 y 3). g. Adopta distintas formas. La más sencilla consiste en trazar primero el caído y luego el ojo (1), o bien en trazar una u con un caído prolongado e incurvado hacia la izquierda y cerrarla por arriba mediante una recta (2 y 3). En la cortesana se traza también la g con un solo golpe de pluma (4) derivando de esta las formas más cursivas (5, 6 y 8). También se emplea la g procesal de doble ojo (7), que puede

confundirse

con

la

f.

h. Su astil suele cerrarse en forma de ojo, mientras el caído se prolonga (1 y 2); en la procesal la curva inferior llega a desaparecer (3-5); con frecuencia presenta dos ojos (6) de forma parecida a g y f. i. No lleva punto hasta el siglo XVI. La forma normal no difiere de nuestra i (1) y la larga, que cae por debajo del renglón, es el origen de nuestra jota (2-4). En la procesal adopta forma de un 3 cerrándose a modo de ojo en la parte inferior (5). l. Puede ser sencilla (1) o de ojo (2 y 3). En la procesal es ancha y baja, confundiéndose con b, c y e (4-5) m y n. Su trazado puede ser agudo (1) o redondo (2). o. Puede presentar dos formas singulares: la semejante a una v (1) y la de forma de e espiral (2); esta segunda es derivación muy cursiva de la o precedida por un semicírculo (3) que también se escribe de un solo trazo (4). p. Junto a las formas más sencillas con caído vertical (1) o arqueado (2), en la cortesana se desarrolla la tendencia a dejar abierta la p por la parte superior (3 y 4), apertura que es a veces desmesurada en la procesal (5 y 6); en la cual se desarrolla también una p parecida a una x cerrada por su derecha (7-8) q. Junto a las formas cuyo caído es vertical (1-2) aparecen las que lo incurvan hacia la izquierda (3-4). r. La r minúscula con forma de martillo fue la predominante en los siglo XVI-XVII, en cuyo transcurso fue prolongado su caído (1 y 2); con frecuencia adopta forma de cruz (3); la r redonda, que en el siglo XIII se escribía como un 2, evoluciona y se traza como una z (4 y 5). Mención especial merece el uso de la r mayúscula (6-11) que se usó al inicio y en medio de palabras para representar el sonido rr. s. Son variadas las formas que adopta, derivando todas ellas de la s de doble curva (1) o de la s alta (2). t. En su forma aislada difiere poco de la actual (1-4); unida a la letra siguiente modifica su forma. u. Ya sea en forma redonda (1) o angulosa (2) no difiere de la u actual. v. Está formada por dos líneas curvas que se unen mediante ángulo más o menos pronunciado, en su parte inferior. La línea curva primera suele ser más alta (1, 2, 3, 4) x. Semejante en todo a la actual; es frecuente que prolongue su extremo inferior izquierdo (1-5) y. Sin dificultades de lectura, las escasas variantes se originan sólo por la diversa posición del caído (1-4) z. Al lado de la forma minúscula (1-2) se desarrolla la que prolonga su caído (3-6) adoptando el aspecto de un 3. 2. Nexos. La dificultad de lectura de las letras procesal y cortesana no radica tanto en sus letras aisladas, sino en el momento en que estás letras se unen unas con las

otras. No es posible enumerar la inmensa cantidad de nexos distintos, así que abajo adjunto un cuadro con los de más difícil lectura. 3. Abreviaturas. El signo general de abreviación consiste en un punto o en una línea recta o curva colocada encima de la palabra abreviada. Los signos abreviativos son pocos comparados con los de las épocas anteriores, el problema es que van variando, dependiendo de las circunstancias y detalles....


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