Morfologia his. PDF

Title Morfologia his.
Author 喆 穆
Course Morfología Histórica Del Español
Institution Universidad Complutense de Madrid
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PRACTICA 2...


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MORFOLOGÍA HISTÓRICA DEL ESPAÑOL

Práctica 2

APELLIDOS: Luan NOMBRE: Junyi

Comente los elementos destacados en negrita en los siguientes fragmentos:

1� Et aduga el cuerpo a los alcaldes que fagan del iusticia

-Aduga: El influjo analógico de los verbos incoativos también alcanzó a los verbos terminados en « -ucir», a pesar de no tener en su formación el sufijo en cuestión y no seguir la conjugación en -er, nos encontramos con la tercera persona del singular del presente de subjuntivo del verbo aducir, procedente del latín ad-ducere. La forma original es adducat, por lo que se produjo la siguiente evolución: adducat > aducat (contracción de las dos consonantes iguales) > aduga (sonorización de la consonante oclusiva velar sorda intervocálica, que no palataliza al no encontrarse en contacto con vocal palatal, y pérdida de la -t final, marca de tercera persona del singular en latín). El verbo aquí conserva el sentido original del verbo, “traer”, “llevar”, hoy en desuso frente al significado derivado “alegar pruebas o razones”. -Fagan: tenemos aquí una tercera persona del plural del presente de subjuntivo dentro de una oración subordinada con sentido final. Procede de la forma faciant, tercera persona del plural del presente de subjuntivo del verbo latino facere. En el caso de este tiempo, el grupo de oclusiva velar + vocal palatal no palataliza: la -i- se pierde (faciant > facant), por lo que la oclusiva velar sorda, al no encontrarse en contacto con una vocal palatal, sonoriza (fagan). La -t final se pierde en el paso del latín al español.

2. vos yrés en este carro del rrey que yo trayo

-Yrés: en este caso, nos encontramos ante una segunda persona del futuro simple de indicativo. Como puede apreciarse, el verbo haber (recordemos que el futuro simple español, en lugar de proceder del futuro simple latino, surge a partir de la perífrasis de obligación habeo + infinitivo, con el auxiliar pospuesto) aparece aquí como un morfema, no como un auxiliar, totalmente unido al infinitivo del verbo ir. La persona a la que se refiere el verbo es vos, probablemente como fórmula de cortesía en referencia a una segunda persona del singular (y no del plural). En lo que respecta al origen de la terminación -és, recordemos que, en su evolución, el verbo haber en segunda persona del plural tiene dos formas: una plena (habitualmente, cuando funciona como verbo predicativo, aunque, finalmente, es esta la que prevalece en español en todos los contextos) y otra abreviada (cuando funciona como verbo auxiliar). Esta última es hedes > heis (con pérdida de la -d- intervocálica y disimilación en la segunda -e), que puede encontrarse como hes (con contracción de las dos vocales iguales). Es esta última la que funciona en yrés como morfema de futuro. -Trayo: no tener «e» o «i» ante la palatal [y] no debían de perderla, tomaron la velar [g] que caracteriza a cierto tipo de verbos. formas usuales en la Edad Media; perduran hasta fines del siglo XVI . esta forma, la primera persona del singular del presente de indicativo de traer, procede del verbo latino traho. Como puede comprobarse, no hay en él ninguna yod que explique la forma del español medieval. Sin embargo, debido a la evolución de otros verbos que contenían secuencias con yod que palatalizan (como fugio > huyo o audio > oyo), se introdujo una consonante antihiática -y- en verbos que, etimológicamente, no tenían yod. No obstante, se produjo una modificación tardía (se extendió la consonante -g- a verbos como este) que dio lugar a la forma traigo, la que se usa en la actualidad.

3. Quiero ir a él ante que me muera, e veer l'é e bendezir l'é, e convusco, mios fijos

-Muera: aquí, tenemos la primera persona del singular del presente de subjuntivo del verbo morir, empleado en una oración temporal que indica futuro. Lo primero que debemos señalar es que, en el paso de latín al español, el verbo morior pierde su forma pasiva (era un verbo deponente, de forma pasiva y significado activo). Por otro lado, se trata de un verbo con vocal radical -o-. Al ser esta una forma en la que

encontramos una yod, dicha vocal diptonga, frente a las formas débiles, en las que se cierra. Así, primero dicha yod metatiza (moriar > moira) y, después, el diptongo resultante -oi- se asocia a -ue- por la mayor frecuencia de este. En los presentes con oǒ radical la yod derivativa solamente ejerce su influencia cuando aquella es átona (en la 1.ª y 2.ª pers. del plural del presente de subjuntivo), de manera que se comportan de forma paralela a, por ejemplo, «sentir». Este subsistema del vocalismo radical en realidad solamente lo presentan dos verbos: dormir y morir, ya que los demás se comportan, tal y como hemos visto, según el modelo de los que tienen como vocal de la raíz una ō, uǒ.

-Veer l’é: tenemos aquí un ejemplo de la primera persona del singular del futuro simple de indicativo, una forma analítica. Mientras se iba produciendo la desaparición del futuro simple latino, los hablantes comenzaron a gramaticalizar la idea de futuridad mediante otros mecanismos. El más común fue la utilización de la perífrasis habeo + infinitivo, que, en principio, tenía valor de obligación. El auxiliar habeo aparece pospuesto. Posteriormente, se convirtió en un morfema para indicar futuro y se unió al verbo. Habeo evolucionó de la siguiente forma: el grupo b + yod palatalizó (*hayo), la -o final se perdió y, finalmente, el grupo resultante de vocal más yod monoptongó en -e (*hay(o) > hai > he). La forma veer resulta de la evolución del verbo latino video (videre > veder > veer): la contracción de las dos vocales iguales aún no se ha producido.

4. Por una ira que yo ove feziste lo que te mandé luego

-Ove: en este caso, encontramos el verbo haber con el sentido originario que tenía en latín. En esta lengua, existían dos verbos para indicar posesión: habeo (más general) y teneo (que implicaba tener algo agarrado). Durante un tiempo, ambos se emplearon con este sentido en español, pero, finalmente, haber quedó como auxiliar y tener, como verbo pleno para indicar posesión. No obstante, en nuestro ejemplo haber mantiene el sentido originario del latín. Tenemos un pretérito perfecto simple de indicativo procedente de la forma latina habui, (lo que tiene

una A como vocal de la raíz , vocal que hacen «o» por atracción de la U postónica) cuya evolución es la siguiente: habui > haubi (se produce una metátesis) > ove (el diptongo -au- monoptonga y la -i final se abre en -e a final de palabra). -Feziste: solamente cuatro de ellos se transmitieron a los romances, los cuales subsisten en castellano modern. nos encontramos ante la segunda persona del singular del pretérito perfecto simple del verbo hacer, procedente del latín facere. En este caso, frente a otros verbos que sustituyeron el perfecto latino por uno más regular, se mantiene el perfecto fuerte originario, procedente de la forma fecisti. En este caso, el grupo oclusiva velar + vocal cerrada palataliza y la -i se abre en -e a final de palabra. La evolución fonética de fecisti es completamente normal.

5. e he miedo que me terniedes por onbre, muy quexoso e que non puede forçar yaquanto su coraçon, e demas por que nos ymos mucho legando a la hueste, rrogar vos ya e pedir vos ya merced e non me partiria de uos en ninguna guisa

-Terniedes: tenemos aquí una segunda persona del plural del futuro simple del verbo tener, procedente de la perífrasis habeo + infinitivo. Se trata de una forma sintética, en la que el auxiliar del verbo haber ha pasado ya a ser un morfema, unido al infinitivo. Con respecto a ella, hay que comentar varias cosas. En primer lugar, encontramos una forma terni-, que se explica de la siguiente manera. Al tratarse de una forma sintética, la vocal temática del verbo se encuentra en posición intertónica, por lo que, al tratarse de una -e-, se pierde. Esto nos deja una forma en la que aparece la secuencia -nr-, difícil de pronunciar, por lo que se produce una metátesis (-rn-). Finalmente, se añade la forma de verbo auxiliar de haber de segunda persona del plural, hedes (como ya hemos comentado), a modo de desinencia. Es destacable que, probablemente, esta segunda persona del plural haga referencia a un único individuo, pues se emplea como tratamiento honorífico. Por otro lado, el futuro aparece en una oración que, en la actualidad, llevaría un presente de subjuntivo. -Ymos: nos encontramos ante la primera persona del plural del presente de indicativo del verbo ir. En este caso, tenemos la forma procedente del latín imus, con una evolución regular (la -u final se abre en -o). No obstante, dado que eo, el

verbo latino que se toma para expresar desplazamiento desde el lugar donde se encuentra el emisor, es débil desde el punto de vista fonético, pronto algunas de sus formas fueron sustituidas por las del verbo vado (ir deprisa), semánticamente muy próximo a eo. Este es el caso de la primera persona del plural, por lo que ymos dalterna en los textos con vamos (procedente de vadimus, con pérdida del grupo -di- y apertura de la u final en o), forma que finalmente prevaleció en español....


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