Pec Arte de las grandes civilizaciones clásicas PDF

Title Pec Arte de las grandes civilizaciones clásicas
Author Enrique Esteban
Course Historia del Arte Clásico en la Antigüedad
Institution UNED
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Summary

PEC de la asignatura, año 2019...


Description

Parte A. Comentario de texto Este fragmento del duodécimo canto de la Odisea narra el momento en que la hechicera Circe se despide de Ulises y sus compañeros de viaje y les advierte del peligro de las sirenas, al tiempo que les indica cómo sobrevivir a su canto y qué debe hacer Ulises en caso de querer escucharlo sin perecer. Este pasaje concreto de la Odisea ha gozado de gran éxito en la iconografía no solo en Grecia y Roma, sino también hasta el siglo XIX. La narración de la Odisea se remonta, como es bien sabido, a la Guerra de Troya, aunque con el paso del tiempo se constituyó como una historia propia a la altura de la propia Ilíada. Narra el viaje de vuelta de Ulises a Ítaca, patria que gobierna y se ve obligado a abandonar con motivo de la guerra contra los troyanos. Diez años de guerra y diez años de viaje transcurren hasta el reencuentro de Ulises con su mujer Penélope y su hijo Telémaco. En cuanto a los orígenes de la obra literaria en sí, y a pesar de que existen aún varios puntos oscuros en cuanto a su autoría y configuración definitiva, parece ser que proviene de una larga tradición poética que se remonta a la Edad del Bronce, con evidentes similitudes con tradiciones recogidas del Oriente Próximo. De hecho, las sirenas, criaturas con cabeza o torso de mujer y cuerpo de pájaro, tienen representaciones muy similares en culturas mesopotámicas y en Egipto (por ejemplo, el ba egipcio se representaba de esta manera). Cuando aparece los que denominamos Grecia Clásica en el siglo V a.C. nos encontramos ante un pueblo que no conserva memorias de los tiempos de la Edad del Bronce y que construye su identidad cultural basándose en la tradición literaria, que goza no obstante de una fuerza y raigambre tan poderosas como para servir de cimientos de dos de las civilizaciones más poderosas de la Historia. En este sentido, tanto la obra homérica como las historias mitológicas de Hesíodo (Teogonía, Los trabajos y los días), se convirtieron en la pieza fundamental de la cultura griega. Como consecuencia lógica, esto se plasmó en las manifestaciones artísticas de muchas maneras. Un ejemplo paradigmático y muy conocido que representa el episodio de la Odisea narrado en el texto, es un vaso ático de figuras rojas que muestra a Ulises atado al mástil mientras sus compañeros reman impasibles ante el canto de las sirenas. En este momento concreto Ulises ha de haber pasado la prueba, pues una de las sirenas cae en picado, muerta. Aunque no aparece en el relato homérico, la leyenda cuenta que, al haber sido vencidas por el hombre, una de las sirenas debía morir. Se le suele atribuir a la sirena llamada Parténope.

Ilustración 1. Vaso ático de figuras rojas que representa el episodio de Ulises y las sirenas. British Museum, Londres, 450 a.C.

La civilización etrusca y el mundo griego fueron las principales fuentes de las que bebió el mundo romano. En los albores de la civilización romana el contacto con los pueblos de la Magna Grecia, en el sur de la Península Itálica, comenzó a configurar la cultura grecorromana que se forjaría definitivamente durante los siglos posteriores. Al comienzo, algunas de las influencias recogidas correspondían, por ejemplo, a variedades alfabéticas propias de la zona griega de la península, como pueda ser la asimilación de la letra Q como un préstamo del alfabeto calcídico que corresponde con su letra Qoppa. Resulta de interés habida cuenta de que durante la República es una de las letras que representa el poder del Senado (SPQR). Durante la época republicana, algunos miembros de la élite cultural adquirieron gran interés en el arte griego. El proceso de asimilación del estilo griego no se limitó a una mera imitación, como se ha pensado durante largo tiempo, sino que constituyó en muchos aspectos un notable avance en la medida en que los romanos optaron por dar un enfoque más pragmático a sus edificaciones, construyendo grandes obras de ingeniería (acueductos, alcantarillado…) además de los templos y otras tipologías de edificios recogidas de la tradición griega. En cuanto a la asimilación de la mitología griega, ya antes de que Livio Andrónico convirtiera los versos griegos de la Odisea a la forma latina en el siglo III a.C., existía a lo largo de todos los territorios bajo dominio de Roma un gran interés por la épica griega, así como por sus tragedias y comedias. Este mosaico conservado en el Museo del Bardo de Túnez muestra el mismo episodio de Ulises y las sirenas. En este caso la prueba no ha debido ser superada todavía, pues las tres sirenas siguen en pie. El hecho de que sean tres, al igual que en el vaso ático, forma parte de la iconografía tradicional de este tema. Podemos observar cómo la tripulación mira hacia el lado opuesto al de las sirenas, como si temieran que con tan solo verlas pudieran ser hechizados. Ulises, en cambio, contempla a las criaturas embelesado. Es un mosaico de gran calidad técnica y artística, muy bien conservado.

Ilustración 2. Mosaico hallado en Dougga, asentamiento romano situado a unos 90km de Cartago. Túnez. ca. 260 a.C.

BIBLIOGRAFÍA -Osborne, R., La Grecia Clásica, Oxford, Barcelona, 2002. -Léveque, P., El mundo helenístico, Paidós origen, Barcelona, 2005.

-Franco Llopis, B.; Molina, Á.; Vigara, J.A.; Imágenes de la tradición clásica y cristiana, Editorial Ramón Areces, Madrid, 2018 -Martínez de la Torre, C.; Stroch de la Gracia y Asensio, J.; Vivas Sanz, I.; Arte de las grandes civilizaciones clásicas, Editorial Ramón Areces, Madrid.

Parte B. Comentario de imágenes Colgante de las abejas de Malia Nos encontramos ante un colgante de oro que presenta de manera simétrica a dos abejas o avispas enfrentadas, unidas por la cabeza y la zona del aguijón, en un conjunto de gran calidad técnica. Se trata de una pieza de orfebrería minoica proveniente del palacio de Malia, correspondiente a la época de los primeros palacios, fechada en torno a 1.700 a.C. Se puede apreciar un nivel decorativo excepcional, destacando el uso de la filigrana y el granulado en el cuerpo de los insectos y una depurada técnica de soldadura. Habida cuenta de que durante mucho tiempo fue habitual fundir este tipo de obras de arte para aprovechar los ricos materiales de los que estaban hechas (oro, plata…) no son frecuentes los ejemplos de este tipo, lo que sirve como prueba clara del gran dominio técnico y la excelente calidad artística de una pieza conservada de estas características. Esta pieza fue hallada en Creta, en una necrópolis a un centenar de metros del emplazamiento del palacio, por lo que pudo pertenecer a un ajuar funerario.

Sátiro embriagado Esta obra escultórica, conocida también como Fauno Barberini, representa a un sátiro en posición desenfadada tomando un descanso, aparentemente bajo el efecto embriagador del vino. Pertenece al periodo helenístico del arte griego, en concreto a la escuela de Rodas, ciudad que desde el siglo III a.C. vivió una etapa de gran actividad comercial portuaria, expansión, paz y prosperidad. Un terremoto en el 227 a.C. causó grandes estragos en la isla, terminando con su etapa dorada y derribando la gran estatua conocida como el Coloso de Rodas. En esta escultura, realizada en mármol de Pérgamo, encontramos un rostro que no coincide con los rasgos de la estatuaria griega clásica, mostrando una personalidad ciertamente llamativa, aunque característica del tipo de obras que hacían los maestros rodios en la época: retratos individualizados que huían de los tradicionales ideales. Las esculturas de esta época y escuela muestran un naturalismo en la expresión facial y corporal sin precedentes en el arte griego clásico, poniendo de relieve las pasiones y los sentimientos de los personajes que son representados. Esta obra fue encontrada en el siglo XVII y restaurada por Bernini, que colocó la pierna derecha del sátiro en una posición flexionada y levantada, lo que probablemente no se corresponde con la colocación original.

Fresco de las tumbas tarquinias Esta escena de danza pertenece a uno de los frescos de la tumba del triclinio, cerca de Tarquinia, antigua ciudad de Etruria. Datada en torno a 480 a. C., al final del periodo de pintura arcaica etrusca, su excelente estado de conservación se debe a la técnica utilizada y al hecho de haber estado guarecida de las inclemencias climáticas a lo largo de los siglos. Estos frescos solían ocupar paredes y techos de las tumbas excavadas en la roca. En las paredes, las pinturas se encontraban divididas en tres registros, ocupando el central los temas principales, como el que nos ocupa. Encontramos en este caso una escena de danza en la que participan un hombre y una mujer, ataviados con vestimentas festivas, tema típico en las tumbas tarquinias hasta que la derrota naval de Cumas (474 a.C.) termina con la hegemonía etrusca y torna los temas más sombríos (pintura severa). A las escenas habituales de banquetes, música y danza, se unían otros como la representación de series de animales o escenas de caza. En el aspecto formal, cabe destacar la pericia en la definición de los trazos, habida cuenta de la velocidad necesaria para trabajar con pintura al fresco, y la representación del movimiento de danza de forma clara y, en líneas generales, notablemente natural.

Teatro romano de Segóbriga Se trata del teatro romano de Segóbriga que, aunque de proporciones más pequeñas que otros muchos otros teatros romanos, posee una serie de singularidades que lo hacen especialmente interesante. El teatro se construyó en la parte exterior de la muralla que rodeaba al asentamiento romano, previamente celtíbero. Una pequeña porción del muro sur se apoyaba se encontraba apoyado sobre la propia muralla. Se comenzó a construir en tiempos del emperador Augusto y fue enriquecido paulatinamente hasta finales del siglo II d.C. o principios del III. Aunque en líneas generales mantiene las características típicas de los teatros romanos tal y como las planteó Vitruvio en De Arquitectura, la cavea no es perfectamente semicircular y se asienta sobre una colina, es decir, no es un edificio exento como proponía el arquitecto romano. Como era preceptivo en los teatros romanos, la cavea se separa en tres niveles correspondientes a cada rango social, cada nivel con cinco gradas. La grada más baja se sitúa al mismo nivel que la orchestra, que tampoco tenía una forma semicircular completa. La scaena frons, a pesar de que no se conserva, debió de ser auténticamente monumental. Sin embargo, al estar construida con grandes sillares regulares perfectamente labrados (opus quadratum) y poseer bellas columnas de orden corintio de distinto tipo, además de una rica ornamentación, fue saqueada hasta los cimientos a lo largo de los siglos.

BIBLIOGRAFÍA -Martínez de la Torre, C.; Stroch de la Gracia y Asensio, J.; Vivas Sanz, I.; Arte de las grandes civilizaciones clásicas, Editorial Ramón Areces, Madrid. -Almagro Basch, M.; Almagro Gorbea, A; El teatro romano de Segóbriga, Actas del simposio “El teatro romano en Hispania”, Badajoz, 1982. -Léveque, P., El mundo helenístico, Paidós origen, Barcelona, 2005. -Blázquez Martínez, J.M.; Etruscos. Dioses y hombres, Historia 16, nº40, 1979....


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