Proyecto Integrador Etapa 2 PDF

Title Proyecto Integrador Etapa 2
Author Yamile Alvirde
Course Nutricion y Metabolismo
Institution Universidad del Valle de México
Pages 7
File Size 427.9 KB
File Type PDF
Total Downloads 93
Total Views 181

Summary

Download Proyecto Integrador Etapa 2 PDF


Description

UNIVERSIDAD DEL VALLE DE MÉXICO ASIGNATURA: NUTRICIÓN Y METABOLISMO PROYECTO INTEGRADOR ETAPA 2 DIABETES Y LA ALIMENTAC ALIMENTACI IÓN

INTEGRANTES: LUNA GODOY YOSHI JIZAMI MEDINA MENDOZA LIVIA GABRIELA NAVARRO VÁZQUEZ AREL GUADALUPE ORTIZ ALVIRDE AIXA YAMILE RUIZ URIBE CRISTIAN EDUARDO

PROFESORA: ERIKA ÁGUEDA LÓPEZ LÓPEZ

La epidemia de obesidad, causante del aumento de la diabetes, está impulsada en gran parte por dos tendencias que van de la mano: un cambio en los hábitos alimentarios de la población (aumento del consumo de alimentos con un denso contenido energético, ricos en grasas saturadas, azúcares y sal) y la reducción de la actividad física (entre el 30 y el 60% de la población en las Américas no alcanzan el nivel mínimo recomendado de actividad física como por ejemplo, caminar durante 30 minutos al día). De este modo, el aumento del IMC se asocia con un mayor riesgo de sufrir diabetes, así como, la obesidad abdominal se ha convertido en un factor predictivo fiable de sufrir esta enfermedad [1]. OBESIDAD, RESISTENCIA A LA INSULINA Y DIABETES DE TIPO 1 Tomando como base datos epidemiológicos, se ha propugnado que el aumento en la incidencia de diabetes de tipo 1 podría estar relacionado con el aumento de la prevalencia de obesidad. Esta teoría, defendida por Wilkin, propone que la resistencia a la insulina acelera al proceso autoinmunitario; alternativamente, un aumento de la resistencia a la insulina podría llevar a la pérdida de la euglucemia en individuos con autoinmunidad contra las células β en etapas más tempranas de pérdida de la capacidad de secreción de insulina. Si bien existe controversia en cuanto a la influencia que pueden ejercer ciertos factores dietéticos en el desarrollo de la diabetes tipo 1, es cada vez más claro que la dieta es un factor de riesgo importante . [2] DIABETES DE TIPO 2 Y OBESIDAD Durante mucho tiempo se sospechó que la nutrición desempeñaba un papel importante en el desarrollo de la diabetes mellitus. Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Japón “occidentalizó” su dieta y su estilo de vida, la incidencia de la diabetes mellitus llegó a igualar a la de los países occidentales. La creación del Estado de Israel en 1948 también fue seguida de un aumento en la incidencia de diabetes mellitus entre los nuevos inmigrantes de Oriente que se incorporaban a la sociedad israelí occidentalizada. Este fenómeno se ha observado igualmente en algunos grupos indígenas de Norteamérica, en otros países y en poblaciones aborígenes. Después de adoptar unos hábitos dietéticos similares a los nuestros, con alto contenido en calorías, grasas y azúcares refinados, además de una vida sedentaria, la incidencia de diabetes mellitus se multiplicó por diez. [2] Es bien sabido que la nutrición se halla ligada a un incremento en la diabetes a través de la obesidad. Al menos el 17% de los niños y el 32% de los adultos estadounidenses padecen obesidad. En España el 13.9% de la población de 2 a 24 años presenta obesidad y el 12.4% sobrepeso. En Estados Unidos, al igual que en otros países, se ha observado que la población en situación de riesgo está representada por minorías, tales como los indios pima, los mexicanos-americanos y los afroamericanos. En los últimos 40 años la incidencia de la diabetes entre los niños pima de 5 a 14 años se ha incrementado 5.7 veces, con una prevalencia del 6.4% entre los 15 y 24 años. Hasta el 85% de los niños con diabetes mellitus de tipo 2 padecen obesidad y son diagnosticados en la segunda década de la vida. [2]

Micronutrimentos Vitamina D: Estudios recientes sugieren la existencia de una relación entre la vitamina D y la DM1. Se ha demostrado que la suplementación temprana con vitamina D reduce la incidencia de DM. En modelos animales de diabetes de tipo 1 la administración de dosis farmacológicas de vitamina D, o análogos de ésta reduce la incidencia de insulitis y diabetes. Varios estudios han planteado la posibilidad de que exista una relación entre polimorfismos en el receptor de la vitamina D y riesgo de diabetes de tipo 1. Sin embargo, un metaanálisis reciente no ha confirmado esta relación. Los efectos de la vitamina D parecen deberse a la restauración de la función de la células supresoras, así como a la modulación de la función de la células presentadoras de antígenos, según una revisión reciente del papel de la vitamina D en la diabetes de tipo 1. [2]

Nicotinamida y vitamina E Aunque se ha propuesto que la acción antioxidante de la nicotinamida podría proteger frente al desarrollo de diabetes de tipo 1, esta posibilidad no fue confirmada por el European Nicotinamide Diabetes Intervention Trial (ENDIT), uno de los más ambiciosos estudios multinacionales de prevención de la diabetes mellitus de tipo1. De manera análoga, aunque existen bases teóricas para pensar en un posible beneficio de la vitamina E como antioxidante, su efecto en el riesgo de DM1 sólo se ha registrado en un estudio cuyo limitado número de participantes limita la extrapolación de los resultados. [2] Macronutrimentos En contra de la creencia popular, no se ha encontrado relación entre el consumo de hidratos de carbono y el desarrollo de DM1. Tampoco, se ha documentado la influencia de la ingestión de lípidos en el desarrollo de DM1, excepto por la deficiencia de ácidos grasos esenciales. En cambio, numerosos estudios han constatado el efecto de las modificaciones en la ingestión de proteína dietética en modelos animales de DM1. El hallazgo más sólido es que las dietas a base de caseína hidrolizada reducen el desarrollo de diabetes en los ratones NOD y en las ratas BB, que son los modelos animales más aceptados de DM1. [2] Gluten Dos estudios clínicos prospectivos han demostrado de forma independiente que la exposición al gluten antes de los tres meses de edad o después de los 7 meses aumenta el desarrollo de anticuerpos antiislotes en individuos con alto riesgo de DM1. Actualmente se realiza un estudio para analizar si el retraso en la exposición al gluten disminuye el riesgo de autoinmunidad contra islotes en familiares de pacientes con DM. [2]

La terapia en nutrición médica (TNM) es el proceso en el cual la prescripción dietética está dirigida a la persona con diabetes con base en factores médicos, del estilo de vida y personales, y es, por lo tanto, un componente integral y fundamental del manejo de la diabetes. [2] Los pacientes que necesitan insulina deben seguir las recomendaciones nutricionales para la población general, incluidas las que se refieren a la cantidad y distribución de proteínas, grasas, azúcares y fibra en la dieta. Asimismo, se recomienda adaptar la terapia con insulina al patrón alimentario y de ejercicio del individuo. Las personas que utilizan análogos de insulina de acción rápida o bombas de infusión de insulina deben ajustar sus dosis de insulina antes de las comidas basándose en el contenido de hidratos de carbono de éstas. Si se opta por un régimen de dosis fijas de insulina, la ingestión de hidratos de carbono debe ser consistente y estable en cantidad y horario, ya que dicha ingestión debe estar sincronizada con los tiempos de acción de la terapia insulínica. En caso de actividad física, es preferible ajustar la dosis de insulina en función de las actividades planeadas. En caso de actividades no planificadas se recomienda la ingestión de hidratos de carbono adicionales. [2] En la diabetes mellitus de tipo 2, es aconsejable la modificación del estilo de vida con el propósito de reducir la ingestión de calorías, así como de grasas saturadas, colesterol y sodio. Igualmente, se debe aumentar el gasto calórico a través de la actividad física. Dado el efecto de la obesidad en la sensibilidad a la insulina y los efectos benéficos de la pérdida de peso, la normalización de la masa corporal debe ser uno de los objetivos principales en el tratamiento de las personas con diabetes. Se recomienda llevar a cabo la monitorización de los niveles de glucosa a fin de determinar si las modificaciones en el estilo de vida son suficientes para lograr un nivel adecuado de glucemia, o si es necesario añadir el tratamiento farmacológico. [2] Dada la alta incidencia de dislipidemia e hipertensión en esta población, el tratamiento nutricional de la diabetes de tipo 2 debe dirigirse a mejorar no sólo la glucemia sino también la presión arterial y el perfil de lípidos. [2] ENERGIA En personas con sobrepeso, obesidad y resistentes a la insulina, una modesta pérdida de peso mejora la resistencia a la insulina (5 al 7% del peso inicial). [3] El aporte de energía debe ser el necesario para alcanzar y mantener un peso corporal ideal y un crecimiento y desarrollo adecuados. Es muy difícil determinar las

necesidades de energía de un individuo, ya que éstas varían mucho, especialmente durante los períodos de aceleración del crecimiento o con los diferentes niveles de actividad física. El apetito del individuo es, por lo general, el mejor indicador de las necesidades calóricas, y puede ser el único determinante de la ingestión total a menos que el individuo en cuestión esté experimentando un aumento de peso excesivo o inadecuado. [2] HIDRATOS DE CARBONO Las asociaciones de diabetes en el mundo sugirieron que los HCO y las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas aporten del 60 al 70% de la ingestión diaria de energía, dando flexibilidad con respecto a las proporciones de cada uno de ellos, dependiendo de la valoración nutricia del paciente y las metas individuales del tratamiento. La ingestión de HCO no debe ser menor de 130 g/día. Algunos expertos en diabetes consideran que el porcentaje de HCO debe reducirse a 40 a 45% de la ingestión energética total. Sin embargo, es esencial considerar las preferencias individuales y culturales para decidir la proporción de HCO del plan de alimentación (PA). El Grupo de nutrición del Departamento de Endocrinología y Metabolismo del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ) recomienda que para pacientes con elevados consumos de HCO (>60%) se prescriba el PA con 50 a 55% del aporte energético derivado de HCO, debido a las preferencias de la población mexicana. No obstante, se debe tomar en consideración que hay pacientes que se pueden beneficiar con una reducción de hasta el 40% de HCO. El exceso de hidratos de carbono (>60% del total de la energía) puede favorecer el desarrollo de hipertrigliceridemia, hiperglucemia posprandial y mayor demanda de insulina, motivo por el cual rara vez se recomienda un consumo tan elevado de estos. [3] SACAROSA La evidencia clínica ha demostrado que la sacarosa no incrementa la glucemia más que las cantidades isocalóricas de almidones. El tipo específico de HCO (almidón contra sacarosa) no siempre predice de manera exacta su efecto sobre la glucosa sanguínea. A partir del 2004 se comenzó a dar más importancia a la cantidad total de HCO que a la fuente o el tipo. Una ingestión no mayor al 10% del total de la energía diaria es aceptable, considerando el azúcar agregada a los productos industrializados, la utilizada en bebidas, etcétera. Sin embargo, el consumo de sacarosa y otros azúcares en una persona con diabetes se debe evaluar desde la perspectiva del aporte de energía al plan de alimentación, sobre todo en pacientes con sobrepeso u obesidad. En dado caso, resulta mejor sustituir los azúcares por otras fuentes de HCO que aporten fibra, vitaminas y minerales (p. ej., verduras y leguminosa) [3]. FRUCTOSA La fructosa es un azúcar presente en su gran mayoría en las frutas y en la miel. Su principal fuente es la sacarosa (50% fructosa + 50% glucosa). Inicialmente, entre las ventajas del uso de la fructosa se destacó el hecho de no ejercer un efecto significativo sobre la glucemia (con un índice glucémico de 19 en comparación con un índice glucémico de 100 para la glucosa) o la insulinemia, ni sobre la producción de ácidos grasos y triacilgliceroles. Posee un poder edulcorante de 173, en tanto que para la glucosa es de 74 y para la sacarosa es de 100. A partir de esta y otras consideraciones, la fructosa fue incorporada en la elaboración de productos alimenticios dirigidos específica mente al tratamiento nutricio del paciente con diabetes. Por todo lo anterior, la OMS recomienda un consumo no mayor de 10% del total energético diario de azúcares totales, que son las recomendaciones para azúcar añadida, ya que no hay recomendaciones específicas para la fructosa. La recomendación específica de ingestión de fructosa es de menos del 12% de la energía total del PA. El consumo excesivo de frutas y sus jugos puede aumentar la ingestión de este azúcar en la dieta si no se limita la cantidad, lo cual puede ser dañino en personas con diabetes. La ingestión de jugos de frutas naturales

o industrializados debe eliminarse del PA de la persona con diabetes y preferir la fruta íntegra con el aporte de fibra que esta representa. En resumen, en personas con diabetes la fructosa no provee ventajas sobre la sacarosa, ni hay una razón para evitar completamente el consumo natural de fructosa de las frutas, siempre y cuando se mantenga su ingestión en el contexto de una alimentación correcta. [3] POLIALCOHOLES Los endulzantes con energía aprobados por la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) de Estados Unidos incluyen los azúcares de alcoholes (polioles), por ejemplo, eritritol, isomalta, lactitol, maltitol, manitol, sorbitol, xilitol, tagatosa e hidrolizados de almidones hidrogenados. Estos producen una respuesta menor en la glucemia que la sacarosa o la glucosa. Su contenido de energía es de 2 kcal/g (la mitad de la energía proporcionada por otros endulzantes como el azúcar). El uso de estos endulzantes parece ser seguro; sin embargo, un consumo mayor de 10 g/día puede causar diarrea. [3] EDULCORANTES NO NUTRITIVOS La FDA ha aprobado siete edulcorantes no nutritivos: acesulfame-K, aspartame, Luo Han Guo Extract, neotame, sacarina, estevia y sucralosa, mostrando ser seguros cuando se consumen dentro de las ingestiones diarias recomendadas (IDR) y por lo tanto son útiles en personas con diabetes. En México los edulcorantes no nutritivos que se encuentran aprobados son: acesulfame-K, alitame, aspartame, ciclamatos, glucósidos de esteviol(estevia), neotame, neohesperidina dihidrochalcona, sacarina (y sus sales de calcio, potasio y sodio) y sucralosa. El uso de estos endulzantes no calóricos es una estrategia para reducir el consumo de energía en per sonas con diabetes que presentan sobrepeso u obesidad. [3] FIBRA Al igual que la población general, las personas con diabetes deben consumir una alimentación variada con alimentos que contengan fibra, tales como verduras, leguminosas, cereales ricos en fibra (≥5g/porción), frutas y productos integrales; estos aportan vitaminas, nutrimentos inorgánicos y otras sustancias importantes para una buena salud. Una alimentación rica en fibra (~50g/día) reduce la glucemia en sujetos con diabetes tipo 1 y la glucemia, hiperinsulinemia y lipemia en sujetos con diabetes tipo 2; sin embargo, en la práctica clínica se debe evaluar la tolerancia del paciente a una cantidad tan elevada de fibra. La recomendación de consumo de fibra en personas con diabetes es de 14 g/1000 kcal (~25-35 g/día) [3]. PROTEÍNAS En personas con diabetes tipo 2 y función renal normal, la ingestión de proteína se puede mantener igual que para la población general (15-20%) y no hay recomendaciones especiales. En personas con nefropatía diabética se recomienda calcular la ingestión de proteínas de acuerdo con la ingestión diaria recomendada (IDR), que suele ser menor a la ingestión usual de proteínas de la población general. En otras palabras, se deben considerar 0,75 g de proteína/kg/día (~0,8 g/kg/día) según las recomendaciones de ingestión de nutrimentos para la población mexicana (~10% de la energía diaria). En este grupo de pacientes es prudente evitar ingestiones de proteína mayores del 20% de la ingestión de energía diaria. En la mujer embarazada con diabetes se deben agregar 6 g diarios de proteína en el segundo trimestre y 11 g diarios en el tercer trimestre, de acuerdo con la IDR para la población mexicana. [3] LÍPIDOS Las dietas altas en grasas, principalmente del tipo saturadas e hidrogenadas (ácidos grasos trans), se han asociado con el incremento de factores de inflamación, resistencia a la insulina y riesgo cardiovascular. Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y, por lo tanto, se debe limitar el

consumo de grasas saturadas, grasas hidrogenadas (ácidos grasos trans) y colesterol. Se recomienda un mayor consumo de grasas monoinsaturadas (>15% del contenido total de energía) [3]. SUPLEMENTACIÓN CON VITAMINAS Y NUTRIMENTOS INORGÁNICOS No hay clara evidencia científica del beneficio de la suplementación con vitaminas y nutrimentos inorgánicos en personas con diabetes, con respecto a la población general, a menos que hubiera deficiencias. La suplementación rutinaria con antioxidantes, tales como vitamina E y C, caroteno y cromo, tampoco se debe recomendar. Los requerimientos diarios de vitaminas y nutrimentos inorgánicos se deben obtener de una alimentación equilibrada y variada y cubrir la IDR para la población mexicana [3]. ALCOHOL Para personas con diabetes aplican las mismas precauciones que para la población general. Las mujeres embarazadas se deben abstener de tomar alcohol, así como personas con otras enfermedades como pancreatitis, neuropatía avanzada, hipertrigliceridemia grave o abuso de alcohol. Para quienes toman alcohol, se recomienda un consumo no mayor de dos copas para hombres adultos y no más de una copa por día para mujeres adultas. Una copa se define como 360 mL de cerveza, 150 mL de vino o 45 mL de bebidas destiladas, cada una de ellas con ~15 g de alcohol. El alcohol puede ocasionar hipoglucemia o hiperglucemia en personas con diabetes. Los efectos que produce dependen de la cantidad ingerida de manera aguda, si se consume con alimentos o sin ellos y su ingestión crónica y excesiva. Para reducir el riesgo de hipo glucemia, el alcohol se debe consumir siempre con alimentos [3].

Es evidente que la nutrición y la diabetes continúan estando íntimamente interrelacionadas. Un mejor entendimiento de esta asociación puede reducir el riesgo de diabetes, mejorar su control diario y disminuir algunas de las complicaciones de la enfermedad. Por lo tanto, es imprescindible que toda la población en general obtenga la mayor información verídica acerca sobre la Diabetes y una buena alimentación, que no solo conlleva a la prevención de esta enfermedad, sino de muchas otras enfermedades tales como la Obesidad, Hipertensión, Anorexia, Anemia, etc.

Mito: La diabetes no es una enfermedad grave. [4]

Realidad: La diabetes causa más muertes al año que el cáncer de seno y el SIDA juntos. Dos de 3 personas con diabetes mueren por una enfermedad cardiaca o derrame cerebral. Mito: Las personas obesas o con sobrepeso van a tener diabetes tipo 2. [4] Realidad: El sobrepeso es un factor de riesgo para tener esta enfermedad, pero otros factores de riesgo también influyen como los antecedentes familiares, raza y edad. Desafortunadamente, muchas personas no prestan importancia a los otros factores de riesgo y piensan que el peso es el único factor de riesgo para la diabetes tipo 2. Mito: La gente con diabetes debe comer alimentos especiales para diabéticos. [4] Realidad: Un plan saludable de alimentación para personas con diabetes generalmente es igual al plan de comidas saludables de cualquier persona: bajo en grasa (especialmente grasas saturadas y trans), consumo moderado de sal y azúcar, alimentos con granos integrales, vegetales y fruta. Mito: Las personas con diabetes no pueden comer dulces ni chocolate. [4] Realidad: Las personas con diabetes pueden comer dulces y postres si los comen como parte de un plan de alimentación saludable o en combinación con ejercicio. Estos alimentos no están prohibidos para las personas con o sin diabetes. La clave es comer una porción muy pequeña de dulces y reservarlos para ocasiones especiales, de modo que las comidas se enfoquen en alimentos más saludables. Mito: Si alguien tienes diabetes, solo puede comer pequeñas cantidades de alimentos con carbohidratos como pan, papa y fideos. [4] Realidad: Los alimentos con carbohidratos pueden ser parte de...


Similar Free PDFs