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Reseña crítica de el documental de comprar, tirar, comprar...

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OBSOLESCENCIA PROGRAMADA, UN SISTEMA QUE CREA NECESIDADES. Título: Comprar, tirar, comprar Autor: Cosima Dannoritzer Año: 2010 Países: España y Francia Autor de la reseña: David Moreno Sánchez

Comprar, tirar, comprar es un documental de Cosima Dannoritzer, estrenado en 2010, donde se toma como investigación principal la desconocida historia de la obsolescencia programada, es decir, la duración limitada de la vida útil de los bienes, de forma intencionada, por parte de sus fabricantes. Esta estrategia se usa con la intención de incentivar el consumo de productos. Podemos ver el enfrentamiento entre productividad y desarrollo sostenible, en el que se muestra, cómo la búsqueda de ganancias parece ser lo que mantiene en movimiento a la sociedad, sin ser consecuentes de la contaminación producida al llevar a cabo esta programación. El inicio de la investigación se produce por la duración de las bombillas, que en un principio era el objetivo principal de los fabricantes, en cambio, debido a la presión del cártel, se comenzaron a diseñar bombillas mas frágiles para que no tuvieran una vida larga, con el fin de crear la necesidad de reemplazarlas de forma regular y asegurar así su consumo. En el desarrollo del documental se puede ver como a este producto le seguían muchos otros como, las medias de nylon, impresoras, calzados… no solo diseñados para dejar de funcionar, también para pasar de moda. Hoy en día un claro ejemplo son los smartphones, aunque funcionen, nos creamos la necesidad de tener la última tecnología. El problema al que nos enfrentamos al vernos envueltos en este ciclo es que, tanto los recursos como el espacio del que se disponen son limitados para un modelo de desarrollo que tiene como base el crecimiento ilimitado. Ese crecimiento da lugar a grandes cantidades de desechos y residuos que, como se explica en el documental, acaban en países en vías de desarrollo. Se expone el ejemplo de Ghana, donde a pesar de sufrir unas condiciones ambiéntales y sociales deplorables han sabido adaptarse y usar los residuos, dando así esperanza a un posible nuevo modelo económico. Aunque la obsolescencia programada sea beneficiosa para un sistema capitalista como el que se encuentra hoy en día, no es sostenible para la naturaleza, incluso no es beneficioso para los consumidores ya que tienen que invertir más en algo que realmente sería innecesario. En el documental la totalidad de testimonios comparten esta opinión, criticando y tomando una posición negativa frente a la obsolescencia programada, pero quizás sería necesaria ver la otra parte de la moneda y dar voz en él a grandes empresas que hagan uso de esta, como, por ejemplo, Apple, Samsung, Cannon… ya que realmente son estas las que tienen el poder de hacerlo. Pero, dando por hecho que esto no va a pasar o que en el mejor caso se va a demorar, debemos tomar una serie de acciones individuales, por lo que este documental es totalmente recomendable para adquirir conciencia de las posibles alternativas e imaginar, como lo hace Dannoritzer, que la obsolescencia tiene fecha de caducidad....