Resumen COMO AGUA PARA Chocolate in capitoli di Laura Esquivel PDF

Title Resumen COMO AGUA PARA Chocolate in capitoli di Laura Esquivel
Course Lingua spagnola
Institution Università degli Studi di Napoli L'Orientale
Pages 27
File Size 388.1 KB
File Type PDF
Total Downloads 104
Total Views 150

Summary

E' un libro davvero interessante. Parla di una storia travagliata di due giovani ragazzi Pedro e Tita che a causa di una tradizione familiare non possono stare insieme....


Description

RESUMEN COMO AGUA PARA CHOCOLATE

CAPITULO 1: La

novela comienza con los ingredientes y el procedimiento para cocinar Tortas de Navidad. El narrador advierte que las cebollas de la receta le provocan un llanto incontrolable y comenta que su sensibilidad es herencia de su tía abuela Tita, que lloraba aún por el aroma desde el vientre de su madre. Cuenta que un día fue tan grande el sollozo, que provocó el parto prematuro de Tita, en plena cocina, empujada al mundo por sus propias lágrimas. Este nacimiento indica la pasión que ella sentiría por la comida, ya que fue su lugar de comodidad desde antes de nacer. A los dos días de su nacimiento, su padre muere sorpresivamente a causa de un infarto, lo que produce que Mamá Elena, su madre, sea incapaz de amamantarla por la impresión y delega la tarea de cuidarla y alimentarla a Nacha, la cocinera de la familia. Bajo sus cuidados, Tita crece sana y fuerte, inseparable de la rutina y del escenario culinario. Así, desarrolla un sexto sentido en todo lo referido a comida. Sin embargo, sus hermanas Rosaura y Gertrudis no se vinculan de igual manera con el mundo de la comida. Un día, Tita les propone jugar en la cocina y, por error, Rosaura se quema las manos con el comal, una plancha caliente que se utiliza para la cocción de alimentos. Este accidente provoca que Tita nunca más pueda jugar con sus hermanas en la cocina y que Nacha se convirtiera desde entonces en su compañera de diversión. En el rancho de la familia De la Garza, Mamá Elena impone una rutina de limpieza, lectura, rezos y preparación de alimentos. Una tarde, Tita le avisa a su madre que un muchacho llamado Pedro Muzquiz quiere visitarla. Mamá Elena le advierte que si es para pedirle casamiento pierde el tiempo, ya que la tradición familiar obliga a la hija más joven a quedar soltera para poder cuidar a su madre en la vejez. Aunque Tita se cuestiona este mandato, sabe que no hay alternativa y debe obedecer a su madre. Días después, Pedro y su padre llegan al hogar De la Garza. Mamá Elena les explica amablemente los motivos por los que Tita no puede casarse y le ofrece la mano de Rosaura. El muchacho acepta la propuesta, y le dice a su padre que se casa con Rosaura para así poder estar cerca del amor de su

vida, Tita. La muchacha, desolada por la decisión de Pedro, siente una angustia glacial que ni siquiera una Torta de Navidad puede calmar. Para calmar su tristeza, decide continuar el tejido de una colcha, tarea que había empezado un año atrás, cuando Pedro le había propuesto casamiento. Sin embargo, es inútil; no puede calmar el frío que siente.

Análisis La novela está contada desde el punto de vista de una voz narrativa innominada y posiblemente femenina, descendiente del clan De la Garza. Ya en el primer capítulo, el narrador se dirige directamente al lector. En este capítulo se desarrolla la estructura de la novela, que permanece igual hasta el desenlace: cada apartado tiene el nombre de un mes del año seguido por la receta de un plato típico de comida mexicana. Así, las cebollas de la preparación se conectan con las lágrimas de Tita al nacer en una escena fundacional de la vida del personaje. Este nacimiento anticipa ciertos elementos presentes en la vida de la protagonista; la tristeza por estar obligada a permanecer soltera para cuidar a su madre, y la alegría que siente en la cocina como un espacio de comodidad y creación. En este punto, las tareas domésticas vinculadas con lo gastronómico le otorgan una perspectiva de la vida que se diferencia de la que tiene sus hermanas, en tanto le permiten ocupar un espacio lejos de la mirada opresiva de Mamá Elena. Tita es víctima especial de sus castigos ya que le cuestiona la imposición de soltería que su madre tiene planeada para ella. Sin embargo, ante cada intento de mínima rebelión, Mamá Elena disciplina a Tita de manera tan brutal que la protagonista queda intimidada, sin ganas de cuestionarla y aceptando sus principios sin demasiados reparos. En el rancho De la Garza sólo viven mujeres. Los personajes masculinos ingresan a partir de los vínculos que establecen con la familia.Así, el amor como tema principal de la novela aparece desde la presencia de Pedro Muzquiz en la casa familiar, que intenta romper con el rígido mandato de Mamá Elena en relación con el futuro de Tita. Si bien no lo logran,

Pedro planea la boda con Rosaura como la única posibilidad de continuar cerca de Tita. Así, la novela problematiza la figura tradicional del matrimonio como unión sagrada y da protagonismo a un amor clandestino y prohibido. CAPITULO 2: Este capítulo comienza con la receta de la Torta Chabela de Boda, plato que Tita y Nacha elaboran para el casamiento de Rosaura y Pedro. Para esta fiesta descomunal de 180 personas, deben batir 170 huevos para el pastel y engordar 200 pollos. Las encargadas de la cocina están exhaustas por semejante esfuerzo, y Tita, agobiada por la tarea y movilizada por las circunstancias, comienza a oír el piar de los pollos dentro del cascarón. Mamá Elena rompe el huevo y le advierte que no va a soportar sus locuras. Tita, desconcertada, no sabe si los sonidos fueron producto de su alucinación o agotamiento. Nacha la motiva a liberar su angustia antes del casamiento. Así, Tita puede expresar su tristeza y comienza a llorar copiosamente, tanto que empapa la masa del pastel. Luego de este espacio de liberación, es el momento de la receta del relleno de la Torta de Boda. Tita abre los frascos de mermelada para elaborar la pasta y el aroma le recuerda el día en que los cosechó para elaborar el dulce. En esa jornada, Pedro intenta darle explicaciones a Tita de su decisión de casarse con Rosaura, pero la muchacha se escapa, ya que no quiere oír más sus mentiras. Se encuentra con Gertrudis y Chencha en plena tarea de bordar una sábana blanca de seda para la noche de bodas de Pedro y Rosaura. Tita queda encandilada frente a semejante espectáculo. Esta blancura enceguecedora reaparece mientras la muchacha prepara el turrón para recubrir la tarta de Bodas, pero intenta bloquear estos recuerdos para no llorar más. Sin embargo, no lo logra y sus lágrimas caen en el preparado. Cuando Nacha lo prueba, la invade una nostalgia que la obliga a pasar el resto de la noche llorando, recordando todos los banquetes de boda que había preparado en sus 85 años de vida. Al día siguiente, se siente tan débil que no asiste al casamiento de Rosaura y Pedro. Sin embargo, Tita se ve obligada a ir a la fiesta, de la que es el centro, ya que los invitados comentan a sus espaldas sobre su vínculo amoroso con Pedro. A pesar de estos chismes, Tita se sobrepone a la situación y finge una actitud triunfal y resuelta. Luego de la ceremonia, se acerca a los novios para felicitarlos

por su matrimonio y Pedro le susurra al oído que gracias a la boda va a poder estar cerca de ella, que es la mujer que verdaderamente ama. Frente a esta confesión, Tita recupera la alegría y felicidad. Mamá Elena nota este cambio de actitud y la amenaza con castigarla si se acerca a Pedro otra vez. Atemorizada, la muchacha escapa de todo contacto con su amado pero pasa el resto de la velada ensimismada en sus pensamientos. Es tal su abstracción de la situación que no nota que, al probar la torta de bodas, los invitados son invadidos por una gran melancolía, que los hace llorar y hasta vomitar. Sin embargo, Tita no sufre estas dolencias y abandona la fiesta. Mamá Elena, convencida de que su hija había envenenado el pastel para arruinar la boda de su hermana, le da una golpiza tan brutal que la muchacha pasa dos semanas en cama recuperándose. Tita no puede convencer a su madre de que está equivocada ya que Nacha, su única testigo, es encontrada muerta el mismo día de la boda, con un portaretrato en la mano de su antiguo amor.

Análisis En este capítulo se refuerza un elemento ya presente en el comienzo de la novela: el estrecho vínculo entre Tita y la cocina. En este apartado, se exhibe que esta relación es recíproca ya que, por una parte, Tita transfiere sus sentimientos a los platos que prepara y, al mismo tiempo, la comida es capaz de crear nuevos estados de ánimo en la protagonista. El ejemplo más notable es el episodio del Pastel Chabela. Las lágrimas de Tita caen a la preparación y provocan en los invitados una intoxicación rara “que tenía algo que ver con una gran melancolía y frustración que hizo presa de todos los invitados y los hizo terminar en el patio, los corrales y los baños añorando cada uno al amor de su vida.” (p. 48). Así, la angustia que siente la protagonista en la boda del amor de su vida con su hermana Rosaura se traslada al alimento y produce en los comensales una reacción descontrolada. En esta perspectiva, las emociones de Tita se transfiguran; la protagonista, obligada a encargarse de la comida para el evento, se ve también forzada a controlar y negar sus sentimientos en relación con Pedro. De esta manera, la comida funciona como un mecanismo de venganza, ya que, aún sin

quererlo, transforma la violencia emocional que sufre en un acto de violencia social. De manera literal, la vomitona colectiva de los invitados ensucia el rancho y también arruina el blanco vestido de novia de Rosaura. Sin embargo, también puede leerse metafóricamente, ya que se expone a la vista de todos la falsedad e impureza que existe en este matrimonio concertado. Cuando Mamá Elena le prohíbe a Tita todo contacto con Pedro, actúa en defensa de los valores que reinan en la familia De la Garza desde hace generaciones. En esta perspectiva, la madre simboliza el peso de la tradición familiar y marca tajantemente lo que se puede y no se puede hacer; acercarse a un hombre casado es un acto de indecencia que atenta contra las buenas costumbres. En esta perspectiva, aparece el manual de Carreño como un instructivo a seguir para mantener las buenas apariencias: “Con impaciencia esperó a que todos comieran su pastel para poder retirarse. El manual de Carreño le impedía hacerlo antes…” (p. 48) dice la voz narrativa sobre Tita. Esta obra contiene lecciones y consejos sobre cómo deben comportarse las personas en lugares públicos y privados, tales como el hogar, la familia, la escuela y el trabajo. En Como agua para chocolate ingresa como un discurso que Tita tiene internalizado acerca de lo que debe o no debe hacerse en sociedad. Estos capítulos sitúan la acción en el marco histórico de la Revolución Mexicana. La mención a este fenómeno social aparece a través de la sábana de seda francesa que forma parte del ajuar de Rosaura para su boda: “La revolución no permitía que uno viajara de una manera segura por el país, así es que, de no haber sido por un chino, que se dedicaba al contrabando, no les hubiera sido posible conseguir tela” (p. 41). La inestabilidad política se cuela hasta en los elementos más pequeños, como en la posibilidad de conseguir o no determinado género textil para el vestido de novia. CAPITULO 3: Luego De la muerte de Nacha, Tita se convierte en la cocinera oficial del rancho. Si bien se siente sola al encarar esta tarea de manera individual, también valora el espacio de la cocina como un espacio carente del control de Mamá Elena. En su primer año como cocinera, Tita recibe un ramo de rosas

de Pedro como regalo. Sin embargo, cuando Rosaura, embarazada de su primer hijo, ve las flores, tiene un ataque de llanto. Mamá Elena obliga a Tita a deshacerse de ellas, pero la muchacha, incapaz de tirarlas a la basura, las aprieta con tanta fuerza contra su pecho que su propia sangre cambia el color de los pétalos de rosa a rojo. De repente, oye la voz de Nacha dictándole una receta que las tenía como ingrediente principal y procede a utilizarlas para cocinar. El plato resulta exquisito para todos los comensales, aún hasta para Mamá Elena, aunque no duda en criticar que tiene demasiada sal. A Gertrudis, en cambio, le pasa algo extraño: es invadida por un enorme efecto afrodisíaco, que la hace sentir un inmenso calor y sudar gotas de color y olor a rosa. Corre a tomar un baño pero es tal la temperatura que emana su cuerpo que el agua se evapora antes de tocarla y las paredes de madera de la ducha se prenden fuego. La nube rosada que sale de su cuerpo llega hasta las afueras del pueblo y atrae a Juan, un revolucionario que estaba en pleno combate. Así, el soldado cabalga hasta encontrarse con Gertrudis, desnuda, la sube a su caballo sin detenerse y huyen mientras hacen el amor al ritmo del galope. Frente a este evento, Pedro y Tita se emocionan hasta las lágrimas hasta que los gritos de Mamá Elena preguntando qué había pasado sacan a la protagonista de este ensueño. Así, Tita le inventa que Gertrudis fue secuestrada por las tropas afines al Presidente. Una semana más tarde, el párroco del pueblo le comenta a Mamá Elena que Gertrudis está trabajando en un prostíbulo. Muerta de la vergüenza, quema su certificado de nacimiento y prohíbe hablar de ella en el rancho. Desde la huida de Gertrudis, Tita prepara codornices en pétalos de rosas como homenaje a la libertad obtenida por su hermana.

Análisis En este capítulo, el amor se consolida como el vínculo más fuerte que puede unir a las personas, mayor aún que el matrimonio. A pesar de los intentos de Mamá Elena para separar a Tita y Pedro, ambos encuentran formas alternativas de vivir el amor que sienten. En este sentido, las rígidas reglas

encarnadas en Mamá Elena no sirven para la relación que establecen Pedro y Tita, ya que es un vínculo que no entiende de límites y que desarrolla nuevas maneras de expresarse. Se reitera la idea de que la cocina es para Tita la forma de expresar los sentimientos sin usar palabras. Cuando Mamá Elena la obliga a desechar el regalo prohibido de Pedro, la protagonista decide transformar el deseo que siente por su amado en un plato afrodisíaco. Una vez más, Tita es incapaz de controlar el efecto de su comida en sus invitados y es Gertrudis la elegida para condensar los sentimientos de Tita hacia Pedro, tal como lo dice la voz narrativa: “Parecía que habían descubierto un código nuevo de comunicación en el que Tita era la emisora, Pedro el receptor y Gertrudis la afortunada en quien se sintetizaba esta singular relación sexual, a través de la comida.” (p. 61) Gertrudis es un ejemplo de liberación de la sexualidad femenina. Mientras que Tita se ve obligada a vivir su sexualidad recluida en el ámbito doméstico del rancho, reprimida por el mandato de Mamá Elena, Gertrudis es capaz de exceder estas limitaciones sin pensarlo dos veces. En este punto, Gertrudis y Tita representan dos posibilidades diferentes de encarnar el deseo femenino; la protagonista es incapaz de ser agente de sus deseos mientras que, por el contrario, su hermana encarna una sexualidad desenfrenada, hasta el punto de que termina trabajando en un burdel para poder saciar su pasión. El enfrentamiento de la Revolución Mexicana reaparece de manera más prominente como la única promesa de libertad para Gertrudis, ya que su cuerpo afrodísiaco atrae a un viril revolucionario que se la lleva a caballo. En este sentido, el proceso histórico viene asociado con los aires de renovación y liberación, que chocan con la opresión característica del rancho De la Garza. CAPITULO 4: La receta del mole de guajolote inicia el capítulo, ya que Tita prepara este plato para el bautismo de Roberto, el primogénito de Rosaura y Pedro. La preparación de esta deliciosa comida ocurre con Pedro en la casa, por lo que los encuentros entre él y Tita están cargados de erotismo y de

deseo. Estas miradas que cruzan le hacen darse cuenta de que el muchacho realmente la ama, a pesar de estar casado con su hermana. La protagonista recuerda hechos ocurridos en marzo de ese año. Tita había empacado una maleta de ropa para su hermana Gertrudis cuando Pedro interrumpe en la casa para pedirle que ayudara a Rosaura en el trabajo de parto, ya que no había nadie más en el rancho. Él va en búsqueda del Dr. Brown para que asista a Rosaura en el nacimiento de su hijo, con tanta mala suerte que es capturado por las fuerzas federales en el camino. A pesar de no saber nada sobre estas faenas, Tita se compromete a llevar adelante la tarea y le reza a Nacha para que la guíe durante este proceso. Gracias a las instrucciones de Nacha, Roberto nace sano y feliz. Tita siente por el bebé un amor nuevo, que le hace olvidar el odio que le tiene a la vida por no poder estar con Pedro. A la mañana siguiente, el Dr. Brown llega para cuidar a Rosaura, que sufrió complicaciones durante el parto. Queda admirado por la tarea de Tita y también por su belleza, y se compromete a visitar a su paciente hasta que mejore. Por su frágil estado de salud, Rosaura es incapaz de producir leche y alimentar a su hijo. La tarea recae en Tita, que al principio intenta darle tés al bebé, pero, finalmente, le ofrece el pecho del que, milagrosamente, sale leche. Pedro es testigo de este hecho sobrenatural y lo mantiene como un secreto entre ambos, a espaldas del resto de la familia. Así, el niño termina siendo un motivo de acercamiento entre ambos, ya que Tita lo cría como su propio hijo. Sin embargo, Mamá Elena intuye que hay algo entre su hija y Pedro y decide enviar a Rosaura, su esposo y al babé a San Antonio, Texas, con la excusa de una mejor atención médica para los males de Rosaura. Esta noticia devasta a Tita, que no puede aceptar la separación de su sobrino y del amor de su vida.

Análisis En este capítulo, el nacimiento de Roberto obliga a Tita a ejercer el rol de proveedora de alimentos, ya que Rosaura, su madre biológica, carece de leche. En este sentido, Tita asume un rol de cuidado de su sobrino, tal como Nacha lo había hecho

con ella de pequeña. De esta manera, se puede entender que, en la novela, la maternidad es una construcción ejercida por las mujeres que no tiene necesariamente relación con los lazos biológicos. En este sentido, Tita produce milagrosamente leche para amamantarlo, lo que refuerza el vínculo maternal con el bebé. Frente a este evento, los sentimientos amorosos de Pedro por Tita se refuerzan, en oposición a su vínculo con Rosaura. Esto crea una dicotomía entre su esposa, la fría madre incapaz de alimentar a su propio hijo y Tita, la mujer deseada capaz de amamantar a Roberto. Una vez más, los sentimientos de Tita se exteriorizan en la comida y traen consecuencias impensadas por la protagonista. En este apartado, a través del plato de mole del bautismo de Roberto, los invitados reciben el amor de Tita por el niño y lo transforman en un estado de euforia y alegría bastante inusual. En este sentido, no es casual que la interacción entre Tita y Pedro ocurra en la cocina, ya que las dotes gastronómicas de Tita encienden el deseo sexual. El placer culinario y el erótico están conectados sensorialmente a partir de los sonidos y olores de la cocina de Tita. Así, cuando Pedro se acerca a la cocina, también se acerca a su objeto de deseo: “En sólo unos instantes Pedro había transformado los senos de Tita, de castos a voluptuosos, sin necesidad de tocarlos” (p. 77). Esta mutación posiciona a la protagonista en un rol pasivo, que recibe la sexualización de su cuerpo sin llevarla a cabo de manera activa. Esta idea de pasividad frente al deseo sexual contrasta con Gertrudis y sus formas de vivir la libido. En este sentido, la muchacha termina en un burdel para poder saciar sus instintos sexuales. De esta manera, la novela ofrece una tercera representación de la sexualidad femenina; Rosaura y su construcción como una mujer fría, distante e incapaz de emanar sexualidad, Tita, deseada pero incapaz de moverse activamente por su pasión y Gertrudis, que vive desenfrenadamente sin ataduras de ningún tipo. En estos capítulos, el enfrentamiento de la Revolución Mexicana reaparece de manera más prominente. Por una parte, el bando federal, leal al Presidente, secuestra a Pedro y obliga

a Tita a hacerse cargo del parto de su hermana. Así, el contexto histórico irrumpe brutalmente en los devenires de los personajes y trae consecuencias directas. Por otra parte, también se menciona la peligrosidad del momento histórico y los riesgos que corren especialmente las mujeres. Sin embargo, Mamá Elena se opone radicalmente a esta idea: “sola he podido con el rancho y con mis hijas. Los hombres no son tan importantes para vivir” (p. 92). En est...


Similar Free PDFs