Resumen HEM 1 - Historia económica mundial PDF

Title Resumen HEM 1 - Historia económica mundial
Course Historia Económica Mundial
Institution Universidad Argentina de la Empresa
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Historia Económica Mundial: Resumen Primer ParcialEtapas de la Edad Media -Etapa Formativa: Siglo V- IX Etapa de Consolidación: Siglo IX- XIII Etapa de Crisis: Siglo XIV-XV Etapa Formativa (V-IX) Características: -Invasiones: Los pueblos considerados barbaros se invaden mutuamente, se los considera ...


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Historia Económica Mundial: Resumen Primer Parcial Etapas de la Edad Media -Etapa Formativa: Siglo V- IX -Etapa de Consolidación: Siglo IX- XIII -Etapa de Crisis: Siglo XIV-XV Etapa Formativa (V-IX) Características: -Invasiones: Los pueblos considerados barbaros se invaden mutuamente, se los considera introductores de costumbres ya que a partir de ellos se mezclan lenguas y religiones. -Caída del Imperio Romano Occidente -Inestabilidad: Nomadismo, corrupción, colapso de autoridad central, ocaso de comercio interregional. -Economía: Pastoreo, colonato (colono = persona que cultiva una tierra que no le pertenece, ligado a ella sin poder abandonarla), inexistencia de comercio a larga distancia, trueque (no monedas). Conformación de Sociedad Medieval: El imperio Romano es conformado a partir del siglo III a.C en torno al mar Mediterráneo con centro en la ciudad de Roma. Debajo del mundo urbano del Imperio (compuestos por “ciudadanos” que compartían derechos, el latín, creencias y un similar estilo de vida) se extendía el mundo rural que incluía a la parte más numerosa de la sociedad. Este mundo, estaba compuesto por campesinos libres que cultivaban sus parcelas, y principalmente esclavos encargados de trabajar extensas propiedades de aquellos que los pudieran comprar. Gran parte de la mano de obra esclava había sido obtenida en aquellas guerras que le habían permitido a Roma controlar el territorio que rodeaba el Mediterráneo. Durante la Pax Augusta (término utilizado para referirse a el periodo de estabilidad de roma) los emperadores decidieron terminar con las guerras perjudicando directamente a la esclavitud como institución, ya que agotaron la principal fuente de suministros de esclavos. Producto de esta situación se debía recurrir a la compra en un pequeño “goteo” de esclavos en la frontera. Esto produjo que los principales centros manufactureros entraran en decadencia y que la producción se trasladara a zonas periféricas donde mano de obra libre se dedicara al trabajo manual. Este traslado de las ciudades a las aldeas confirmo el carácter agrario del Imperio Romano sobre elementos urbanos. En el ámbito rural, el agotamiento progresivo de fuentes de mano de obra esclava obligo a los terratenientes a buscar otros trabajadores. Se recurrió entonces en forma creciente a los colonos que recibían una parcela de tierra, e incluso las herramientas, del propietario y, a cambio, pagaban con una parte de la cosecha. En el siglo III la crisis se hizo catastrófica debido a que los pueblos germanos presionaban la frontera, la Administración Imperial había aumentado los impuestos y la caída de la productividad agrícola había desembocado en una caída demográfica, logrando que también estallaran conflictos sociales. El Estado adquirió rasgos autoritarios y los emperadores comenzaron a ser vistos con rasgos de divinidad. Las guerras y la inseguridad creciente habían llevado a que muchos campesinos libres busquen refugio debajo de un terrateniente poderoso. El Estado cada vez con menos recursos empezó a transferir sus funciones a los terratenientes generando que su poder crezca, síntoma claro del debilitamiento de la autoridad central. Así las invasiones encontraron poca resistencia efectiva en un mundo desgarrado, con una sociedad fracturada y una economía irreparablemente debilitada. Otro factor que ayudo al debilitamiento de la autoridad central fue la expansión de la religión cristiana, ya que sus ideales eran contrarios. En un Estado autocrático donde el emperador estaba revestido de divinidad y donde la vida se realizaba en el mundo terrenal, la idea de un dios y una recompensa por los buenos actos en el trasmundo debía ser perseguida. Sin embargo, dado el crecimiento de numero de cristianos, las persecuciones se finalizaron rápidamente y al poco tiempo se declaró a el cristianismo como única religión del Imperio. Durante el mandato de Teodosio el Imperio queda dividido en dos (Oriente y Occidente) ya que él lo había legado a sus dos hijos.

El Imperio Occidente tuvo una suerte efímera, ya que a comienzo del siglo V tribus germánicas cruzaba las fronteras comenzando su invasión. Al poco tiempo el territorio se vio cubierto por pueblos que buscaban donde instalarse y reducían al poder imperial a una total impotencia, logrando que se dé prontamente la caída del Imperio. Estos invasores incorporaron al Imperio el legado germánico. Estos pueblos hablaban distintos dialectos y aunque no formaban un estado unificado poseían una organización socioeconómica y una cultura semejante. Los germanos eran agricultores organizados en aldeas o comunidades campesinas, en donde la tierra pertenecía a la comunidad y era distribuida entre los clanes o familias. El pueblo germano tenía una concepción de que la guerra era una actividad estacional, durante los meses en que la agricultura no exigía demasiados brazos, hacían la guerra, saqueaban y obtenían el botín que repartían entre los guerreros. Su ideal era que el hombre se realizaba siendo un buen guerrero y los actos heroicos era los que daban la fama. A partir de la invasión del Imperio Romano Occidente la guerra comienza a convertirse, aun mas, en un negocio lucrativo. Se buscaba obtener esclavos y luego venderlos. Muchos agricultores abandonaron su actividad y buscaron dedicarse exclusivamente a la guerra, surgiendo así, linajes más ricos y poderosos. Estos guerreros profesionales comenzaron a rodearse de pequeños ejércitos privados. De esta forma a partir del Siglo V quedaron constituidos los llamados Reinos Romanos-Germánicos y comenzó un lentísimo proceso de fusión. Dentro de esos nuevos reinos, se evolucionaba hacia una economía predominantemente rural. Sin embargo, en una situación de gran inestabilidad, sin un Estado organizado, no había quien defendiera a los más débiles de la inseguridad. La búsqueda de protección significaba someter a una persona, pagar contribuciones o incluso entregar la parcela que se tiene en propiedad a una terrateniente o noble, para recibirla en usufructo y pagarla con parte de la cosecha. Ante la violencia que reiteraba los conflictos, la iglesia emergió como un elemento de moderación, imponiendo ciertas normas de convivencia. Los monarcas buscaron apoyarse en la iglesia, surgiendo así la tradición de que fuese ella, a través de obispos o del papa, la responsable de coronar a los reyes o emperadores para reafirmar la idea de que el poder venia de Dios. En el año 771 Carlomagno es consagrado rey de los francos, y después de la conquista de Italia (a través de una serie de campañas militares que realizo) se consagra Emperador de Roma. Carlomagno en un intento de restaurar el Imperio comienza un proceso que luego, a partir de unas modificaciones, será conocido como feudalismo. Teniendo un amplio territorio, repartió las tierras entre generales del ejército “más allegados”. Estos guerreros recibirían dinero y títulos de nobleza a cambio de organizar ejércitos, cuidar las tierras y en algunos casos administrarlas. Primeramente, organizo las tierras limítrofes con el fin de proteger el imperio de enemigos. Los generales establecidos en estas tierras son conocidos como Marqueses ya que esos territorios limítrofes son denominados Marcas. Una vez organizadas las tierras limítrofes, ser organizaron las tierras internas (ducados y condados) en donde los guerreros fueron llamados Condes o Duques en función del tamaño del territorio que manejaban. Tras la muerte de Carlomagno asume su hijo Luis el Piadoso, pero fue entre sus nietos (Carlos el Calvo, Lotario I, Luis el Germánico) que se desencadeno una larga lucha por el poder cuyo resultado fue la división del Imperio. Tras la muerte de Luis comienza una disputa entre hermanos para definir el sucesor del Imperio que no finalizaría hasta la firma de Tratado de Verdún, en el año 843. En dicho tratado los hermanos pactan la división del imperio estableciendo que regiones la corresponde a cada uno.

A partir de la disgregación del Imperio Carolingio, las guerras civiles surgidas a partir de las disputas entre hermanos y la oleada de invasiones del siglo IX (musulmanes, eslavos, magiares y normandos) crearon las condiciones de inseguridad que debilitaron a las monarquías y aumentaron el poder de la nobleza. En efecto, príncipes y nobles se apropiaron de las prerrogativas que se les habían sido delegadas, les otorgan carácter hereditario y las incorporaron a dinastías que quedaron confirmadas de hecho. De este modo, se afianzaron las condiciones que permitieron el establecimiento de relaciones feudales que alcanzaron su punto de madurez en el siglo XI. Etapa de consolidación (IX-XIII): Esta etapa se caracteriza por el establecimiento formal del Sistema Feudal o Feudalismo. A partir del siglo VIII y durante dos siglos más, los francos y otros pueblos europeos se vieron amenazados por nuevas hordas de invasores. En el 711, el Reino Visigodo de España fue invadido y derrotado por musulmanes, logrando incluso avanzar y convertir el Mediterráneo en un lago musulmán. Entrado el siglo los Vikingos lograron poner las Islas Británicas bajo su dominio, conquistaron Normandía y avanzaron hacia Paris. Para hacer frente a estas amenazas, los reyes francos idearon un sistema de relaciones políticas y militares, posteriormente denominado feudalismo. La solución consistió en otorgar a los guerreros, a cambio de sus servicios militares, la renta de grandes haciendas. Estos guerreros quedaron encargados de mantener el orden y administrar justicia en sus tierras. Esta relación se da a través de un “contrato de vasallaje”, en donde el monarca entregaba un feudo a un señor a cambio de un juramento de fidelidad, juramento que transformaba al beneficiario (el señor) en vasallo del rey. Los vasallos tenían obligaciones con su señor. Las principales eran dos: consejo y ayuda. Para prestar consejo los vasallos debían acudir cuando el señor los convocaba para dar su opinión sobres distintos asuntos referidos al territorio. La segunda obligación incluía distintos tipos de ayuda, pero fundamentalmente implicaba el auxilio militar: el vasallo debía participar con su señor en la guerra. Es decir, que si el rey quería hacer la guerra dependía básicamente de la fidelidad de sus vasallos. Esto causo problemas al monarca al tiempo, ya que en distintas regiones de Europa fueron perdiendo cada vez más poder político y militar que quedo en manos de la clase feudal. A partir del siglo XI, en una amplia zona de Europa los señores dejaron de reconocer a los reyes su derecho a retirarle las tierras que, de este modo, se transformaron en propiedad de grandes familias señoriales. Fue entonces cuando se consolidó el poder de la nobleza feudal. Los grandes nobles-duques, condes y marqueses- que poseían gran cantidad de tierras que abarcan muchas aldeas, concedieron algunas de estas a señores o caballeros de inferior categoría, que pasaron a ser sus vasallos, a cambio de un juramento de homenaje y fidelidad similar al que ellos daban al rey; a este procedimiento se le llamo subinfeudación.

El problema del proceso de subinfeudación radicaba en que el señor debía entregarle al rey la misma cantidad de dinero o tributo que antes de realizar otra división de tierra y dejarla en manos del que pasara a ser su vasallo. Esto generó un aumento en las exigencias del campesino, que debió producir más a fin de generar más excedente para compensar el surgimiento de nuevos vasallos. En este nuevo Sistema que regía la sociedad existían dos grupos sociales fundamentales: Señores y Campesinos. Dentro de la población campesina existía diferentes categorías sociales, pero en términos generales había dos: hombres libres y siervos. Entre los campesinos medievales eran muy raros los hombres libres (libres de mudarse de un pueblo a otro, adquirir tierra o de casarse sin pedir permiso a algún señor). El poder de los señores sobre sus siervos (sirvientes que trabajan para el a cambio de protección) no era ilimitado, ya que no eran propiedad de ellos, sino que estaban ligados a la tierra. La esclavitud poco a poco había ido desapareciendo, considerándose que los esclavos se transformaron en siervos, cuya diferencia principal era que los siervos si bien no son considerados libres, no son propiedad de nadie. Sustentando el sistema feudal, estaba la organización económica y social basada en el manor. Las grandes fincas de la aristocracia romana se trasformaron en haciendas autosuficientes y los campesinos quedaron ligados a la tierra por ley, presiones económicas o sociales. El manor consistía en terrenos en donde campesinos cultivaban y habitaban. La tierra se dividía en terreno de cultivo y tierra baldía. El dominio del señor constituía el %30 de la tierra cultivable y no necesariamente estaba separada de la tierra de los campesinos. Este dominio contenía la manor house (castillo) que usualmente estaba fortificada servía de residencia del señor, establos, la forja, jardines, huertos y viñedos. La tierra que los campesinos labraban para sí, estaba situada en vastos campos abiertos que rodeaban la manor house y el pueblo. Los campesinos vivían en compactas aldeas a los pies de las murallas de la manor house o en sus cercanías. La organización del trabajo en el manor implicaba una mezcla de cooperación y coacción regidas por la costumbre, con muy poco margen para la iniciativa individual. Las operaciones más importantes eran arar, segar y cosechar, y en ellas participaban casi todos los habitantes del pueblo. El sistema de campos abiertos y el hecho de que las parcelas de cada campesino estuvieran diseminadas por los campos forzaban a acometer el trabajo en común. En las principales áreas basadas en el manor se criaban aves de corral, ganado vacuno, ovino y porcino por su carne (el ovino también por la lana), y de paso por el abono que producía, pero la ganadería ocupaba, sin duda alguna, un lugar secundario en comparación a la agricultura. La mayoría de los campesinos se veían obligados a trabajar en el demesne (dominio) del señor, teniendo este trabajo preferencia sobre su labor en las propias parcelas.

Además de los servicios de trabajo, la mayoría de los campesinos estaban sometidos a otros deberes, pagos y prestaciones, en dinero y en especie. De éstas, unas se recaudaban regularmente y otras en ocasiones especiales, por ejemplo, al contraer matrimonio. También debían pagar el diezmo a la Iglesia, y en ocasiones tributos al rey. La Sociedad del Feudalismo plenamente desarrollada dividía la sociedad en tres órdenes y se asignaba un deber a cada uno de ellos. Los señores proporcionaban protección y mantenían el orden, los clérigos cuidaban el bienestar espiritual

de la sociedad y los campesinos trabajaban para mantener a los órdenes superiores (los que pelean, los que rezan y los que trabajan). Esta organización surgió a partir de una creencia que se había difundido en el siglo IX, en donde se establecía que el Orden Feudal respondía a la “voluntad de dios”. Dios había asignado a cada persona un trabajo que debía realizar desde su nacimiento hasta su muerte. La iglesia también participaba del poder feudal. Reyes y señores le habían entregado tierras en calidad de donaciones con el objetivo de salvar sus almas. De este modo, obispos se transformaron en señores eclesiásticos que incluso, en algunos casos, gozaban de inmunidades, es decir, estaban exentos de la administración de la justicia real. Los señores laicos y señores eclesiásticos también estaban relacionados por estrechos vínculos de parentesco. En la sociedad feudal, para evitar una excesiva fragmentación se instauró el mayorazgo, por el que heredaba únicamente el hijo mayor. De este modo, los hijos segundones entraban al servicio de la Iglesia y los varones tercerones podían quedarse en el castillo formando parte del ejercito de su hermano mayor. Económicamente desde el siglo IX-XI se genero una declinación de las ciudades, la vida rural tomo, aun mas protagonismo. Sin embargo, los altos impuestos, la poca tecnología, baja productividad generaron hambrunas y pobreza en los feudos. Periodo de crecimiento (XI-XIII): Hacia el siglo XI una serie de sucesos estrechamente vinculados con la consolidación del feudalismo dieron lugar. Tales fueron: aumento poblacional, expansión territorial, revolución agrícola y activación del mercado. El aumento de la productividad se vinculó con la introducción de una serie de perfeccionamientos técnicos, surgidos principalmente de la necesidad de aumentar el excedente de la producción. El aumento de la producción agrícola permitía alimentar a más gente. De allí que se reflejara en un aumento de la población. Pero esta expansión demográfica también creo problemas. La ocupación humana se hizo excesivamente densa en las zonas más antiguamente pobladas generando la necesidad de incorporar nuevas tierras. De esta forma, a partir de las últimas décadas del siglo XI se comenzó a llevar a cabo un amplio movimiento de roturación, es decir, crear nuevos campos de cultivo a expensas de las extensiones incultas. Esto fue posible por perfeccionamientos técnicos que permitieron desecar pantanos, ríos y a partir de la sierra hidráulicas talar bosques. Los Señores más sensibles al espíritu de lucro advirtieron ventajas del procedimiento de expansión llevado a cabo originalmente por campesinos. De este modo, las roturaciones se transformaron en un negocio señorial. Esto consistió muchas veces en la apertura de nuevas tierras, que podían ser muy distantes del núcleo originario, generalmente, en las zonas fronterizas. Este tipo de colonización implicaba el traspasamiento de poblaciones a distancias muy largas y adquirió la forma de una verdadera empresa en la que el señor debía adelantar fondos para instalar colonos, roturar, desecar pantanos y talar bosques. Revolución Agrícola-Innovaciones: La innovación más importante de la agricultura medieval fue la situación de la rotación doble de la agricultura clásica mediterránea por la triple (rotación trienal), innovación íntimamente unida a la introducción del arado a ruedas y el uso del caballo como animal de tiro. La rotación doble consistía en cultivar y dejar en barbecho los campos alternativamente para mantener la fertilidad del suelo y acumular humedad. En cambio, la rotación trienal se basaba en la sucesión en el campo de cultivo de un cereal de invierno durante la primera parte del año, un cereal de primavera la segunda parte del año y al final del año dejar en barbecho que es dejar una tierra en reposo mientras la otra es cultivada. La rotación trienal tenia diversas ventajas: aumento de la productividad del suelo, reducción de riesgo de hambre en caso de perderse la cosecha, y al haber más tierra de cultivo disponible, se podía introducir mayor variedad de plantas, con el consiguiente efecto favorable sobre la nutrición. El arado de ruedas contribuyo al espíritu cooperativo de la agricultura feudal, ya que requería varios bueyes u otros animales de tiro, que individualmente un campesino no poseía. El beneficio característico del arado a ruedas es que podía romper y remover la compacta tierra compuesta de marga y arcilla del noroeste de Europa, con lo que contribuyó a que sus usuarios pudieran disponer de nuevos recursos. Por otro lado, al ser los suelos más profundamente perforados toleraban una absorción más constante de sus nutrientes. Con anterioridad al siglo X los caballos raramente se empleaban para arar por diferentes razones. Criarlos resultaba más caro en comparación con los bueyes, consumían alimentos más costosos y su mayor demanda correspondía a la población más acomodada para usarlos en la guerra y como medio de transporte. Otra razón es que antes de la Edad

Media los arneses que se utilizaban apretaban el cuello del animal, dificultándole la respiración y reduciendo su eficiencia como animal de tiro. Poco antes de la llegada del siglo X se introdujo la collera, que descansaba en la espalda del caballo y la costumbre de herrarlos para proteger sus pezuñas, más delicadas que las de los bueyes. A partir de entonces se difundió su uso como animal de tiro para el arado y los carros, pero sin llegar a sustituir, ni mucho menos, al buey, ya que, si bien era más fuerte y veloz, era más caro de criar y mantener. Aparte de estas innovaciones fundamentales, la agricultura medieval experimento un sin número de mejoras e innovaciones menores. Como resultado de nu...


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