Resumen Historico DEL Imperio Romano PDF

Title Resumen Historico DEL Imperio Romano
Author Osvaldo Fiorenza
Course HISTORIA ECONÓMICA Y SOCIAL GRAL
Institution Universidad de Morón
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Cosmología Romana. Breve resumen histórico del Imperio Romano. Roma, antes de llegar a ser el Imperio que impactó al mundo hasta la época actual, tuvo sus inicios en medio de guerras y préstamos culturales de otros pueblos. Los Etruscos fueron los pobladores de la Toscana en la antigüedad, llegando a ser potencia naval en el Mar Mediterráneo occidental. Su Gobierno se basó en una confederación de ciudades de medio tamaño, por lo que fue casi imposible sostener su unidad ante las constantes campañas bélicas en su contra. Hacia el siglo V a.C. fue debilitándose, hasta que fueron absorbidos por Roma. Fueron predecesores de Roma y herederos del mundo helénico. No se conoce con certeza su origen. Luego de la conquista romana sobre los etruscos se dio la Monarquía Romana como forma de Gobierno. La presencia etrusca fue destacada, ya que los últimos tres reyes romanos fueron de etruscos. La monarquía se sitúa del 753 a.C. al 509 a.C. Su idioma era el latín, su religión era la romana y se encontraba en el período histórico conocido como Edad de Hierro. En el 509 a. C., cuando el último rey, Tarquinio el Soberbio, fue expulsado, instaurándose la República romana. El origen de la ciudad de Roma puede situarse especialmente cerca del monte Palatino, junto al río Tíber, en un punto en el cual existía un vado natural que permitía su cruce, siendo además navegable desde el mar (ubicado a 25 km río abajo) únicamente hasta esa posición. En ese punto el río discurría entre varias colinas excavadas por su cauce, aisladas entre sí por valles que el Tíber inundaba en sus crecidas, lo que convertía la zona en pantanosa, y por lo que la población de agricultores y ganaderos fue en su origen muy reducida. Este punto estratégico presentaba una ubicación fácil de defender respecto a la amplia llanura fértil que rodeaba el lugar, protegido como estaba por el Palatino y las otras colinas que lo rodeaban, siendo además un cruce destacado en las rutas comerciales del Lacio central, y entre Etruria y Campania. Todos estos factores fueron los que a la larga contribuyeron al éxito y a la fortaleza de la ciudad. El origen étnico de la ciudad hay que remontarlo a la fusión de las tribus latinas de la aldea del Germal (Roma quadrata) con los sabinos del Viminal y el Quirinal, creando así la Liga de Septimontium o Septimoncial

(Liga de los siete montes), una confederación religiosa pre-urbana de clara influencia etrusca, el poder hegemónico de Italia en esta época. El nombre de la ciudad podría remontarse hasta la gens etrusca Ruma, si bien existen otras teorías al respecto. La República Romana fue del 509 a.C. al 27 a.C. Se lema era: el Senado y el pueblo romano. El Cónsul era el jefe de Estado, seguido por el poder legislativo a cargo del Senado, el Derecho Romano y la Ley de las XII Tablas, la cual es materia vigente en la Facultad de Derecho en el hemisferio occidental. La República se enfrentó a una serie de guerras tanto domésticas como con los generales sucesores de Alejandro Magno. El vencedor ulterior de todas estas guerras civiles, César Augusto, abolirá de facto la República y consolidará un gobierno unipersonal y centralizado de todo el territorio, conocido como Imperio Romano. A partir de este momento, la estabilidad política del Imperio quedará ligada al carácter de los emperadores que sucederán a Augusto, alternándose los periodos de paz y prosperidad con las épocas de crisis. Diocleciano (284 - 305) emprenderá una gran reorganización del Imperio, instituyendo la Tetrarquía. Su sucesor Constantino I el Grande será el último emperador del imperio unificado. Poco después, el emperador Teodosio divide el Imperio entre sus dos hijos, Arcadio y Honorio. Éste se dividiría en el Imperio romano de Oriente —con sede en Constantinopla— e Imperio romano de Occidente. El Imperio romano de Oriente fue muy rico y avanzado culturalmente y sobrevivió durante aproximadamente mil años más. Constantino también institucionalizará el cristianismo católico-romana), al hacerlo religión oficial del Imperio.

(la

institución

Las invasiones bárbaras pondrán la puntilla a un moribundo Imperio Occidental, dando paso a la Edad Media. El último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo, será depuesto en el 476 por Odoacro, un hérulo. El Imperio romano de Oriente (Posteriormente denominado Imperio bizantino por el historiador Hieronymus Wolf en el siglo XVI) proseguirá su existencia hasta la caída de Constantinopla en el año 1453.

La vida en el primer siglo. Aunque el período que comprende toda la historia del Estado Romano, desde la Monarquía, la República y el Imperio es de varios siglos, este comentario se limitará a la cosmología romana del siglo I. Jesús vivió en el mundo romano del primer siglo; también los Evangelios y las cartas del Nuevo Testamento se escribieron en este período. El mundo de entonces estaba relativamente adelantado. Las tierras bíblicas habían estado habitadas por lo menos cuatro mil años antes del primer siglo. Durante muchos siglos se habían formado nuevas naciones que florecieron y pasaron al olvido, para ser ocupadas por los romanos tiempo después. Del período de civilización más primitiva que se conoce, hasta el nacimiento de Cristo, hay más del doble de años que desde los tiempos de Jesús hasta la actualidad. La civilización del primer siglo es llamada greco-romana porque estuvo formada principalmente por griegos y romanos. Las ideas y costumbres nativas de los distintos pueblos subyugados por Roma fueron desapareciendo gradualmente y fueron suplantados, al fin, por los hábitos de Grecia y Roma. Los romanos establecieron en el primer siglo sus principios políticos y administrativos, aunque los griegos fueron el molde de su vida intelectual. Aquel mundo era romano políticamente, griego culturalmente, pagano socialmente y greco-oriental religiosamente. La aportación griega se debe a que luego de la conquista del mundo helenístico, Roma no intentó erradicar la influencia de la vida y el pensamiento griego. En realidad el pueblo romano se hizo imitador de la cultura y filosofías griegas. Era corriente que el señor romano fuese instruido por su esclavo griego. La forma de vivir llamada helénica había sido, a partir de Aristóteles y Alejandro Magno, como un credo sagrado que debía ser transmitido al mundo. El dominio helénico durante el primer siglo era tan evidente, que es un elocuente testimonio del fervor y la devoción que poseían sus defensores. El que contempla en extensa perspectiva la situación histórica del comienzo de la era cristiana, se da cuenta de que la cultura griega estaba

esperando ser el siervo dispuesto del cristianismo. Las capas o clases sociales contrastaban muy agudamente en el mundo pagano del primer siglo. El antiguo pueblo libre que poseía la tierra de Italia había desaparecido. Muchas de las familias senatoriales habían perecido en las luchas internas. En su lugar surgió una nueva aristocracia, la de los terratenientes, que mediante su influencia acaparaban las tierras públicas y compraban a bajo precio los bienes inmuebles de aquellos empobrecidos por la guerra. La clase media casi desapareció del imperio debido a la práctica de la esclavitud basada en el derecho que se adquiría sobre los prisioneros de guerra. Había más empleo para los esclavos que para los libres, por lo que abundaba el hambre y la vagancia. Esta situación resultaba peligrosa, ya que las multitudes se inclinaban por votar por cualquier candidato cuyas promesas les pareciesen mejores que las de su competidor. Los plebeyos o gente pobre eran numerosos y de condición lastimosa. Muchos no tenían empleo y vivían peor que si fueran esclavos, porque éstos a lo menos, tenían asegurado su alimento y su vestido. La gran proporción de la población del Imperio Romano se componía de esclavos. Las filas de la población esclava se multiplicaban rápidamente debido a la natalidad, a la guerra y a las deudas. No todos eran ignorantes. Muchos eran médicos, contadores, maestros y diestros artesanos de todas clases. El efecto de la esclavitud era degradante. La posesión de esclavos hizo que los señores dependieran a tal grado del trabajo y destreza de la servidumbre que perdieron su ingenio y ambición. No era posible que sobreviviera la moralidad y el amor propio entre aquellos que dependían de quienes tenían por única ley la voluntad de un patrón arbitrario. El engaño, la adulación, el fraude y la obediencia servil eran las mejores armas del esclavo para alcanzar de su amo lo que se proponía. El horroroso cuadro del mundo gentil que aparece en Romanos 1.18-32 no es exagerado. No había en el paganismo una fuerza inherente que contuviera el creciente descenso moral. La enseñanza en el imperio antes de Vespasiano no era importante. No había educación pública. La enseñanza del niño en la familia media

romana comenzaba con el Paidagogos, esclavo que tenía la responsabilidad de enseñar al niño las primeras lecciones, y de cuidarlo en la ida y regreso entre el hogar y alguna de las escuelas privadas de la ciudad. Estas escuelas eran lugares temibles, instaladas en desvanes públicos o salones cercanos a los mercados y talleres. Enseñaban mediante interminables repeticiones, estimuladas con castigos corporales. Se enseñaba a leer y escribir, así como matemáticas básicas. Luego se podría aprender de oratoria, que permitiría redactar un discurso y presentarlo convincentemente. Los jóvenes de mayor posición socio-económica a veces podían optar por viajar a las universidades griegas de Atenas, Rodas, Tarso y Alejandría. En cuanto a la moral, en el imperio se le daba atención a las noticias relacionadas con el crimen. No era notoria la virtud de quienes llevaban una vida moral, sino que el delincuente atraía más la atención. La acusación que hace el apóstol Pablo en Romanos 1.18 hasta el 3.20 fue dirigida originalmente contra el imperio, siendo confirmada por testimonio de los escritores de aquella época, tales como Séneca. Vivió gente decente, aunque eran los menos. La tendencia general en la sociedad era de intolerancia e ilegalidad. La vida humana era de poco aprecio, y el asesinato era frecuente. El divorcio, el abandono de los niños y el infanticidio eran prácticas comunes. El paganismo heredado de Grecia y Babilonia carecía de poder para levantarse a sí mismo y el desencanto por el culto pagano derivó en un pesimismo y una depresión de la que no podía escaparse. La corrupción política, el descarrilamiento en los placeres, el fraude en los negocios, el engaño y la superstición en la religión causaron que la vida en Roma se hiciera deprimente e insoportable. El animismo era la religión primitiva de Roma en los días de la República. Había dioses del bosque y del campo, dioses del firmamento y de los ríos, dioses de la siembra y de la cosecha, y todos recibían adoración en su sitio y en su temporada. Es posible que las fiestas de las saturnales romanas con que se celebraba el principio del año en el solsticio de invierno, repercutan en la celebración de las fiestas católicas de Navidad. Con el contacto con la civilización griega se produjo una fusión de deidades bajo la influencia dominante del panteón griego. Júpiter, el dios

del cielo, se identificó con el Zeus griego; Juno, su esposa, con Hera; Neptuno, el dios del mar, con Poseidón; Plutón, el dios de los infiernos, con Hades, entre muchos otros. Toda la lista de deidades homéricas se fusionó con sus similares romanas. Gobernando Augusto se erigieron nuevos templos y se establecieron nuevas clases de sacerdotes. La adoración de los dioses griegos había empezado a declinar en el tiempo que apareció Cristo. Aunque la observancia pública de los ritos religiosos sobrevivió mucho tiempo después del siglo I. El Nuevo Testamento nos ofrece un ejemplo notable de la adoración de Diana de los Efesios, la diosa de quien se decía que su imagen había caído del cielo (Hechos 19.27, 35). Durante muchos años los reinos helenistas de los seleúcidas y los ptolomeos habían exaltado a sus reyes a la posición de dioses y les habían dado títulos como los de Señor (Kyrios), Salvador (Soter), o Manifiesta Deidad (Epiphanes). Aunque persistió la adoración a las deidades locales, se inició la adoración del Estado, el culto imperial. Este no fue establecido arbitrariamente, sino que creció progresivamente a causa de las numerosas atribuciones de honores divinos al emperador, además del deseo de centralizar la unión de todo el pueblo en su persona. Fue en el tiempo de Domiciano, al final del primer siglo, que un emperador reinante intentó obligar al pueblo a que lo adoraran. La negación de los cristianos a participar en tal adoración precipitó contra ellos una violenta persecución: los cristianos objetaron la adoración de un ser humano. Los romanos politeístas, que siempre podían añadir otro dios a su lista de dioses, consideraron la oposición cristiana como una falta del merecido reconocimiento al emperador y como una actitud abiertamente antipatriótica. La adoración del emperador era de mucha importancia para el Estado. Unificaba el patrimonio y la religión, y convertía el deber religioso en la base sustantiva del Estado. Era el totalitarismo del siglo I, y daba la base para el surgimiento de la institución católico-romana. Las religiones de misterio y la adoración de lo oculto eran dos prácticas comunes en el imperio romano. La religión del Estado y la adoración al emperador no resultaron plenamente satisfactorias. Los romanos buscaban el compañerismo con sus dioses, además de tranquilidad y fuerza

personales en los momentos de opresión y de angustia. La gente buscaba una fe más personal que les conectara con la deidad. Cada religión de misterio difería entre sí en origen y en detalles, pero eran semejantes en algunas características generales. Cada una estaba centrada en un dios que había muerto y había resucitado. Cada una poseía un ritual de fórmulas y purificaciones, por medio de las cuales los iniciados podían alcanzar la inmortalidad. La experiencia religiosa se volvió enfáticamente personal. En el caso de la adoración de lo oculto, se refiere en términos generales, a la veneración de las fuerzas del universo, las cuales están ocultas. Para las multitudes que practicaban el ocultismo en el imperio, el mundo estaba habitado por espíritus y demonios que podían ser invocados y compelidos a obedecer las órdenes del individuo, si éste sabía usar el rito o la fórmula adecuada. La filosofía fue otra fuente de la cual el hombre buscó la iluminación. Algunas filosofías negaron la existencia de un Ser Superior, mientras otras lo afirmaban; aun así, son esfuerzos humanos por medio de su propia sabiduría para comprender el mundo que le rodea. Aunque muchas utilizaron premisas y poseían rasgos parecidos al cristianismo, pueden considerarse, en general, como fuerzas de oposición más que como precursores de la fe cristiana. La filosofía trató de construir su propio camino a la iluminación sin éxito. El Logos del cual habló Platón y Heráclito no era el Logos que menciona el apóstol Juan, ya que éste es el mismo Dios y la misma Sabiduría que aquellos buscaban: Juan 1.14.

BIBLIOGRAFÍA A. Jukes (1988). Los nombres de Dios en la Sagrada Escritura. España: Libros CLIE. M. Tenney (1989). Nuestro Nuevo Testamento. Estados Unidos. Editorial Protavoz. P. Hoff (1989).Se hizo hombre. Estados Unidos. Editorial Vida. Traducción de Reina-Valera (1960). Santa Biblia antiguo y nuevo testamentos. Editorial Sociedades bíblicas unidas, Brasil. W. Barclay (1977). Palabras griegas del Nuevo Testamento. Casa Bautista Publicaciones. W. E. Vine (2007). Diccionario expositivo de palabras del antiguo y nuevo testamento exhaustivo de Vine. Editorial Caribe-Grupo Nelson, EEUU....


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