Resumen política comparada PDF

Title Resumen política comparada
Course Política Comparada
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Resumen de CF...


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POLÍTICA COMPARADA La preparación de esta asignatura exige como único material obligatorio el siguiente libro: Todd Landman (2011), Política comparada: Una introducción a su objeto y métodos de investigación. Madrid: Alianza Editorial. Este libro, seleccionado y revisado en su traducción al castellano por el equipo docente de la asignatura, consta de 14 capítulos. Los estudiantes que cursen la asignatura ʹPolítica Comparada ʹ sólo tendrán que estudiar los siguientes seis capítulos: Parte I. Política comparada y método comparado: 1. La lógica de la comparación en Ciencia Política (se corresponde con el capítulo 1 del libro de T. Landman). Página 2 a 12 2. Los métodos comparados: ventajas y limitaciones de las diferentes opciones metodológicas (se corresponde con el capítulo 2 del libro de T. Landman). Página 13 a 29 Parte II. Análisis comparado de cuestiones relevantes para la Ciencia Política: 3. Desarrollo económico y democracia (se corresponde con el capítulo 6 del libro de T. Landman). Página 30 a 48 4. Violencia política y revolución social (se corresponde con el capítulo 7 del libro de T. Landman). Página 49 a 61 5. Contestación democrática y movimientos sociales (se corresponde con el capítulo 8 del libro de T. Landman). Página 62 a 75 6. Las transiciones hacia la democracia (se corresponde con el capítulo 9 del libro de T. Landman). Página 76 a 92

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Capítulo 1. La lógica de la comparación en Ciencia Política. ¿Por qué comparar países? Comparar es una actividad humana natural. Históricamente el descubrimiento de nuevos pueblos se debía al deseo de conquistarlos, pero la necesidad de comprender las similitudes y diferencias entre conquistadores y conquistados ha sido fuerte. Actualmente los ciudadanos de todos los países continúan comparando su posición con la de otros respecto a las identidades regionales, étnicas, lingüísticas, familiares, culturales; de posiciones económicas, sociales y políticas; así como de su lugar relativo en los sistemas de poder y autoridad. En definitiva, comparar es humano, pero ¿cómo es el proceso de comparación científica? ¿Y cómo nos ayuda la comparación entre países a comprender el mundo político en sentido amplio?

Razones para la comparación.

La actividad de comparar países se centra en cuatro grandes objetivos, si bien algunos reciben más atención que otros en función de los objetivos del investigador: La descripción contextual permite a los politólogos saber cómo son otros países. La construcción de clasificaciones y tipologías reduce la complejidad del mundo político y proporciona al investigador “contenedores de datos” en los que organizar las pruebas empíricas. La función de verificación de hipótesis de la comparación permite descartar explicaciones alternativas de eventos, actores, estructuras, etc.; con el fin de construir teorías más generales. La predicción de los resultados probables en otros países no incluidos en la comparación original, o bien de resultados futuros cuando se dan ciertos factores y condiciones, se produce con la comparación de países y las generalizaciones derivadas de esa comparación.

Descripción contextual.

El primer objetivo de la política comparada es describir los fenómenos y eventos políticos de un país concreto, o de un grupo de países. Se consideraba comparativista a quien llevase a cabo investigaciones sobre cualquier país que no fuese el suyo, con una descripción (a menudo) muy detallada. La comparación con el país del propio investigador es implícita o explícita, y la finalidad de la descripción contextual consiste en obtener más conocimientos sobre el país estudiado. La literatura comparada está repleta de ejemplos de este tipo de investigación. 2

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Se denomina como la “antigua política comparada” en contraposición a la “política comparada nueva” con aspiraciones que trascienden la mera descripción. El debate sobre lo que constituye política comparada antigua y nueva a menudo no tiene en cuenta que toda investigación sistemática comienza con una buena descripción. La descripción precede a los otros tres objetivos de la comparación. Los estudios descriptivos sirven de materia prima a los estudios comparados que aspiran a niveles de explicación más elevados y proporcionan pistas sobre qué temas de investigación pueden resultar de interés y qué factores pueden ser importantes para explicar fenómenos relacionados con esos temas. La obra de Nacauley “Sandino Affair” representa un ejemplo de descripción contextual, es un informe exhaustivo de la guerra de guerrillas emprendida por Sandino para expulsar a los marines estadounidenses de Nicaragua tras una crisis de sucesión presidencial. Detalla los eventos, la manera en que Sandino defendió sus principios de no intervención mediante ataques guerrilleros a los marines y, finalmente, la muerte de Sandino a manos de Anastasio Somoza.

Clasificación. En aras de la simplificación cognitiva, los comparativistas establecen clasificaciones conceptuales para agrupar a un número elevado de países, sistemas políticos o acontecimientos en categorías diferenciadas con características identificables y compartidas. La clasificación puede ser una simple dicotomía o una gama más compleja de regímenes y sistemas de gobierno que permiten una mayor diferenciación. Al igual que la descripción contextual, la clasificación es un componente necesario de la comparación sistemática, se trata de agregar muchos hechos descriptivos separados en categorías más simples. Reduce la complejidad del mundo identificando las características que comparten los países y/o las que no comparten. Los esquemas de clasificación pueden ser el primer paso para reconocer puntos de variación internacional de fenómenos políticos, por ejemplo países democráticos y autoritarios, etc. El proceso de clasificación no es nuevo, ya se halla en la obra de Aristóteles “Política”, donde distingue entre seis formas de gobierno: monarquía, aristocracia, república, tiranía, oligarquía y democracia. Un intento más reciente de clasificación es el de Finer (1997) en su obra “The History of Government”, en la que sostiene que todas las formas de gobierno que han existido desde la antigüedad se resumen en cuatro tipos: estado palaciego, estado eclesiástico, estado nobiliario y estado asambleario. Cada tipo se diferencia por la naturaleza del personal gobernante. Aristóteles estableció su clasificación deductivamente, encajando luego en ella las distintas ciudades-estado reales, mientras que, la clasificación de Finer se basa en la observación empírica y en el razonamiento inductivo (ambos ejemplos se amplían en el cuadro resumen 1.1) CUADRO RESUMEN 1.1 Formulación de clasificaciones: Aristóteles y Finer 3

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La descripción y la clasificación son elementos fundamentales de la política comparada, la clasificación simplifica las descripciones de los objetos importantes de la investigación comparada. Las categorías que integran el sistema de clasificación pueden derivarse inductivamente a partir de la evidencia disponible o mediante un proceso de deducción en el que se generan tipos “ideales”. Las constituciones y sus clasificaciones. En el Libro III de “Política”, Aristóteles deriva formas de gobierno que se dividen entre puras y las corruptas; también en el diferente número de gobernantes que integran la autoridad decisoria: una sola persona, una minoría o la mayoría. Los gobiernos puros gobiernan a favor del interés general, los corruptos en interés de los que forman la autoridad dominante. La intersección entre estas dos divisiones arroja seis tipos de gobierno. Entre las formas puras se encuentran: la monarquía, la aristocracia y la república. Entre las corruptas incluye: la tiranía, la oligarquía y la democracia. 1. La monarquía es el ejercicio del poder por una persona en pro del interés general. 2. La tiranía es el ejercicio del poder de uno para ese uno. 3. La aristocracia es el gobierno por la minoría en beneficio del interés general. 4. La oligarquía es el gobierno por la minoría en beneficio del interés de esa misma minoría. 5. La república es el gobierno de la mayoría en pro del interés general. 6. La democracia es el gobierno de la mayoría en interés de esa mayoría, lo que Aristóteles llama “gobierno de la multitud”. Formas de gobierno. Finer identifica cuatro formas de gobierno “puras” y sus derivados “híbridos”, cada forma de gobierno se basa en la naturaleza se su personal gobernante. Las formas “puras” son el palacio, el foro, la nobleza y la Iglesia. Las formas “híbridas” son las seis posibles combinaciones de las formas “puras”. Estas formas puras e híbridas deberían describir todas las formas de gobierno que han existido en la historia del mundo. Una vez que las cosas han sido descritas y clasificadas, el comparativista puede pasar a investigar los factores que podrían contribuir a explicar lo descrito y clasificado. La comparación de unos países con otros permite excluir explicaciones alternativas y contrastar hipótesis derivadas de ciertas perspectivas teóricas examinando similitudes y diferencias internacionales. Con este modo de análisis los investigadores identifican variables importantes, establecen relaciones entre ellas e ilustran estas relaciones de manera comparada con vistas a generar y construir teorías. Liphart sostiene que la comparación permite verificar relaciones empíricas entre variables hipotetizadas. Katzenstein argumenta que la investigación comparada implica enfatizar las relaciones analíticas entre variables validadas por las ciencias sociales. 4

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Para Mayer la comparación de países y el contraste de hipótesis contribuyen a la acumulación progresiva de conocimientos sobre el mundo político. La teoría, la explicación y la función de comparación continúan figurando en primera línea entre las cuestiones de las que se ocupan hoy los politólogos. La publicación de libros con enfoques comparativos continúa demostrando lo fructífero de este modo de análisis. Por ejemplo: Luebbert (1991) compara Gran Bretaña, Francia, Suiza, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Noruega, Suecia, Checoslovaquia, Alemania, Italia y España para poner de manifiesto los orígenes de clase de los regímenes que gobernaron Europa entreguerras. Wickham-Crowley (1993) compara casos de actividad revolucionaria en América Latina para descubrir la configuración causal de las revoluciones sociales. Foweraker y Landman (1993) comparan casos de autoritarismo de Brasil, Chile, México y España para ilustrar la relación entre derechos ciudadanos y movimientos sociales. En todas estas obras, se definen las variables explicativas y las resultantes, y se muestran las relaciones entre ellas mediante la comparación de evidencias empíricas. CUADRO RESUMEN 1.2. Contraste de hipótesis. Participación electoral. En “Contemporary Democracies”, Powell (1982) examina varias hipótesis referentes a la participación del electorado en 29 países democráticos. Sostiene que la participación del electorado debería ser más alta en países con niveles de desarrollo económico (PIB per cápita) más elevados. Su análisis estadístico de los datos procedentes de estos países pone de manifiesto el efecto positivo de todas estas variables en la participación del electorado. Su análisis muestra que el nivel de desarrollo económico y la estructura constitucional no están relacionados directamente con la participación electoral, pero contribuyen al desarrollo de los sistemas de partidos y al diseño de leyes electorales que animan a los votantes a acudir a las urnas.

Predicción.

El objetivo final y más difícil de la política comparada es la extensión lógica del contraste de hipótesis: formular predicciones sobre lo que ocurre, o puede ocurrir en el futuro, en otros países, basadas en las generalizaciones a partir de la comparación inicial. Las predicciones suelen plantearse como probabilidades. En “The Prospects of Democracy”, Huntington (1996) identificó nueve agrupamientos culturales clave en los que cabe englobar a la población del mundo actual, y predijo que los conflictos futuros tendrían más probabilidades de surgir en áreas en las que dos o más de estas culturas concurrieran o “chocaran”. Trató de predecir futuros conflictos que cobraron una mayor relevancia tras los atentados del 11 de septiembre del 2001 en los Estados Unidos, que muchos interpretaron como una prueba de choque de civilizaciones entre Occidente y el Islam descrito en su libro. Sin embargo, en 5

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contraste con la predicción de Huntington, el grupo islámico no es más violento per se y, además, los niveles globales de terrorismo no han aumentado significativamente después de la Guerra Fría. Vanhanen ha formulado predicciones acerca de la probabilidad de democratización de distintos países y regiones del mundo. Poe y Tate (1994) deducen de su análisis de la variación transnacional en la protección de los derechos humanos que el desarrollo económico y la democracia tienen un efecto positivo sobre la protección de los derechos humanos, mientras que la participación en guerras internacionales y civiles tiene un efecto negativo. CUADRO RESUMEN 1.2 Contraste de hipótesis. En “Contemporary Democracies”, Powell (1982) examina varias hipótesis referentes a la participación del electorado en 29 países democráticos. Sostiene que la participación del electorado debería ser más alta en países con desarrollo económico (PIB per cápita) más elevados. Su análisis estadístico de los datos procedentes de estos países pone de manifiesto el efecto positivo de todas estas variables en la participación del electorado. Su análisis muestra que el nivel de desarrollo económico y la estructura constitucional no están relacionados directamente con la participación electoral, pero contribuyen al desarrollo de sistemas y al diseño de leyes electorales que animan a los votantes a acudir a las urnas.

La ciencia en la ciencia política. Realizar inferencias consiste en utilizar hechos que conocemos para aprender algo sobre hechos que no conocemos. La política comparada aspira a formular inferencias mediante la comparación de países. Definimos “ciencia” como la acumulación gradual de conocimientos sobre el mundo empírico mediante la práctica de investigación sistemática, que incluye la recogida de evidencia, la generación y el contraste de hipótesis, así como también la extracción de inferencias significativas. La ciencia política y las ciencias naturales exigen la recogida sistemática de evidencias, su estructuración u ordenación, la búsqueda de pautas discernibles; la formulación y el contrate de explicaciones alternativas sobre pautas observadas; y la construcción de teorías más generales. Así pues, la ciencia política siempre contendrá este núcleo metodológico de evidencia-inferencia. Dos ejemplos de las ciencias naturales pueden ayudar a aclarar estos puntos. Tanto la teoría de la evolución como la teoría de la gravedad se basan en la recogida sistemática de pruebas. Charles Darwin trató de documentar la totalidad de la fauna y flora de la tierra. Isaac Newton formuló la teoría de la gravedad basada en la recogida de evidencias, observando sus efectos. Así pues, la evolución y la gravedad son construcciones intelectuales cuya repetida verificación empírica les ha otorgado una categoría similar a la de una ley. Al igual que los científicos de las ciencias naturales, los politólogos también recaban pruebas de manera sistemática. En política comparada, el científico compara países en su empeño por contrastar las teorías que han sido 6

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formuladas. A pesar de estas similitudes entre ambas ciencias, persisten dos diferencias importantes: la experimentación y la generación de “leyes” científicas. La primera diferencia entre las ciencias naturales y la ciencia política estriba en el papel de la experimentación. Por lo general los avances en la ciencia naturales están respaldados por evidencias recabadas de la experimentación, lo que supone una manipulación controlada de la materia objeto de estudio con vistas a aislar factores causales. La evidencia en ciencia política no suele recabarse mediante experimentación. La política comparada no puede recurrir a la experimentación por razones tanto prácticas como éticas. Por ejemplo: la imposibilidad de volver a repetir unas elecciones, o redistribuir la renta de manera intencionada en un país en desarrollo para estudiar si estalló una revuelta civil, etc. estos ejemplos muestran la necesidad de utilizar “contrafactuales” o situaciones en las que los investigadores imaginan una situación de la cual están ausentes los factores antecedentes de un determinado hecho, y en la cual se considera un curso de acontecimientos o resultados alternativos. Cuando los politólogos formulan afirmaciones sobre factores explicativos importantes están sugiriendo una situación contrafáctica. La afirmación de que los sistemas electorales mayoritarios tienden a generar sistemas bipartidistas, en realidad equivale a constatar que los países que no tienen un sistema electoral de este tipo serán necesariamente sistemas con muchos partidos políticos. La segunda diferencia entre ciencias naturales y la ciencia política hace referencia la categoría similar a ley que se otorga ciertas teorías científicas. La experimentación y el contraste empírico proporcionan a las teorías de las ciencias naturales el rango de leyes. Sin embargo, la naturaleza de las evidencias recabadas para respaldar las teorías de la ciencia política es tal, que hace difícil hallar generalizaciones similares a leyes. En la disciplina de la ciencia política hay tres “leyes” ampliamente reconocidas: La ley de hierro de la oligarquía de Michels establece que los procesos naturales observables en la dinámica de las organizaciones y grupos pequeños, con el tiempo, tienden a crear en todos los grupos y las organizaciones una estructura de autoridad jerárquica con una pequeña elite a la cabeza. La evidencia recogida por Tarrow (1994) apunta a que las organizaciones de movimientos sociales con más éxito y mayor duración tienden a ser las que presentan estructuras burocráticas formales y órganos de dirección autoritarios integrados por las élites del movimiento. La “ley Duverger” establece que los sistemas electorales mayoritarios tienden a generar dos partidos, mientras que los sistemas con representación proporcional suelen dar lugar a varios partidos. Esta ley ha sido repetidamente contrastada en estudios comparados sobre sistemas electorales y encuentra respaldo en la evidencia disponible. Según la tercera ley sobre “la paz democrática” las democracias no se declaran la guerra, mientras que según una ley derivada de la anterior, las democracias son menos susceptibles de verse involucradas en conflictos armados que los países no democráticos. La “ausencia de guerra entre democracias es lo más parecido una ley empírica que tenemos en el campo de las relaciones internacionales”. 7

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Aparte de estas tres “leyes” de la ciencia política, el grueso de la investigación comparada evita hacer afirmaciones tan categóricas. Así pues, ¿cuáles son las grandes conclusiones sobre política comparada que cabe extraer de esta comparación somera con las ciencias naturales? En primer lugar la política comparada relaja parte del rigor de las ciencias naturales, aun cuando sigue empleando la misma lógica de inferencia. En segundo lugar, la política comparada es una ciencia social no experimental (o cuasi-experimental) se trata de hacer generalizaciones basadas en la mejor evidencia disponible. En tercer lugar, la comparación permite cierto control al poder mantener ciertas variables constantes mientras examinan y se explican las diferencias observadas. En cuarto lugar, si bien no se trata de formular leyes inmutables, la política comparada busca la claridad, la comprensión y la explicación de fenómenos políticos sobre los que puede obtener una certeza razonable.

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