Resumen - síntesis - Unidad 5 - Best & Taylor - Bases Fisiológicas de la Práctica Médica - Capitulo 38 PDF

Title Resumen - síntesis - Unidad 5 - Best & Taylor - Bases Fisiológicas de la Práctica Médica - Capitulo 38
Course crecimiento y desarrollo
Institution Universidad Nacional de Entre Ríos
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Resumen – síntesis “Best & Taylor - Bases Fisiológicas de la Práctica Médica - Capitulo 38”

Generalidades del sistema endocrino – Unidad hipotálamo-hipofisaria GENERALIDADES DEL SISTEMA ENDOCRINO La definición de hormona es la de una sustancia química producida en un órgano, que se vierte en la sangre en pequeñas cantidades y ejerce sus efectos sobre un órgano blanco situado a distancia. El sistema endocrino es el conjunto de glándulas de secreción interna, localizadas en distintos puntos del organismo, y que elaboran hormonas, a las que se atribuyen diferentes funciones: - Hay numerosos tejidos u órganos, además de las glándulas con capacidad de secretar hormonas. - Las hormonas pueden actuar como mediadores químicos en la vecindad de su sitio de producción, y ejercer efectos paracrinos y autocrinos. La hormona (el mensaje) no lo es todo. Hay otros factores necesarios para que se produzca un efecto hormonal. Por ejemplo, el transporte, la detección de la señal hormonal, la afinidad de los receptores, la presencia de anti-cuerpos que mimetizan o antagonizan la acción de las hormonas. ¿Para qué sirve el sistema endocrino? El mecanismo de acción de una hormona siempre es el mismo. Los distintos grupos celulares tienen mecanismos similares de recepción y de transducción intra-celular, pero difieren en la maquinaria enzimática que se activa luego de la interacción hormona-receptor. Así como una hormona puede regular varias funciones dentro del organismo, hay numerosos procesos o variables regulados por más de una hormona. Una de las finalidades principales del sistema endocrino es mantener la homeostasis. Está “preparado” para detectar una necesidad y “actuar” en consecuencia. El requisito de mantener la constancia del medio interno plantea otra exigencia, saber cuándo debe cesar la secreción desencadenada por el estimulo original. Los sistemas hormonales están controlados por mecanismos de retroalimentación. Estos constituyen un aspecto clave de la función endocrina. La retroalimentación es negativa cuando tiene efecto inhibitorio y es positiva cuando el producto de la glándula periférica estimula el hipotálamo y la hipófisis, lo que aumenta su secreción hormonal. Se produce una ampliación gradual considerable de la señal. La alteración de los ejes hormonales controlados desde el sistema suele manifestarse por una hipofunción o una híper-función de la glándula periférica. Para saber si la lesión tiene asiento en la glándula periférica o en el sistema de control hipotálamo-hipofisario es imprescindible medir no solo los niveles de la hormona que, se sospecha, genera los signos y síntomas de la endocrinopatía, sino también de la trofina correspondiente.

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UNIDAD HIPOTALAMO-HIPOFISARIA El hipotálamo regula funciones esenciales para la supervivencia del individuo y de su especie, ya que integra aferencias externas e internas y genera respuestas autonómicas, endocrinas y conductuales. El sistema puede recibir y enviar múltiples mensajes. Actúa como sitio de integración de señales provenientes del medio interno y también del medio ambiente que rodea al individuo. En respuesta a estas señales, el hipotálamo inicia procesos en el corto y largo plazo destinados a modificar la función correspondiente, y son mediados por el sistema nervioso (respuestas conductuales: sed, ingestión, aproximación sexual, o autonómicas: taquicardia, midriasis, pilo-erección) o por el sistema endocrino (secreción de las distintas trofinas, catecolaminas, etc.). Además de contener las células de la adeno-hipófisis que responden a las hormonas hipotalámicas liberando las trofinas correspondientes, la pituitaria reúne varias glándulas en una sola. La neuro-hipófisis secreta dos hormonas, la vasopresina y la oxitocina, sintetizadas en neuronas cuyos cuerpos se encuentran en el hipotálamo. Los productos de secreción viajan a lo largo de los axones de estas neuronas y se liberan en el lóbulo posterior de la hipófisis. La relación entre hipotálamo y adeno-hipófisis: el sistema porta-hipofisario El hipotálamo elabora sustancias que controlan el crecimiento y la función de la mayoría de las células de la adeno-hipófisis. Productos de naturaleza peptídica modifican la función de distintos grupos celulares de la hipófisis, los que recibieron el nombre de factores liberadores o inhibidores, de acuerdo con el efecto que ejercieran sobre la trofina correspondiente. Los factores cuya estructura química se conoce se denominan hormonas hipotalámicas y se utilizan en el diagnostico y tratamiento de algunas alteraciones de la función del eje hipotálamo-hipofisario.

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Recuerdo anátomo-histológico La hipófisis se ubica en una cavidad ósea denominada silla turca. La glándula se encuentra conectada al hipotálamo por el infundíbulo. La relación entre la adeno-hipófisis y el hipotálamo es de tipo hemático y está provista por el sistema de vasos portales hipofisarios. Las células secretoras de la adeno-hipófisis están dispuestas en racimos o bien en cordones interconectados. Las hormonas son sintetizadas y almacenadas en gránulos. La adeno-hipófisis secreta distintas hormonas, a través de sus células somatotrópas, que secretan hormona de crecimiento (GH), y las células mamotropas o lactotropas, que elaboran y liberan prolactina. De la misma manera se han caracterizado células tirotropas, gonadotrópas y corticotropas. El hipotálamo se localiza en la base del cerebro, por debajo del tálamo, del cual está separado por los surcos hipotalámicos. Este tiene conexiones neuronales (aferentes y eferentes) con casi todo el sistema nervioso central.

El área hipofisotrópica El área hipofisotrópica envía vías eferentes a distintas porciones del sistema nervioso central, principalmente al tronco encefálico y a la medula espinal, al septum, a la amígdala, a otras regiones del cerebro límbico e incluso a la corteza cerebral a través del tálamo. Así proveen el sustrato anatómico para la integración de las respuestas que se originan en el hipotálamo, con sus distintos componentes, neuroendocrinos, conductuales y autonómicos. La región hipofisotrópica del hipotálamo recibe conexiones nerviosas, directas o indirectas, de casi todas las regiones del cerebro. Su actividad está regulada por centros superiores. El hipotálamo funciona a través de mecanismos de regulación homeostática y de reflejos neuroendocrinos. De acuerdo con sus características funcionales, los sistemas reguladores hipotalámicos pueden dividirse en homeostáticos y reflejos. Implican una respuesta rápida y transitoria originada por aferencias sensitivas.

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La rama eferente de los reflejos neuroendocrinos es una secreción hormonal. Constituyen ejemplos de estos mecanismos la secreción de oxitocina, la liberación de vasopresina y el pico ovulatorio de gonadotrofinas. Los sistemas homeostáticos tienen la función de controlar, en forma permanente, una variable fisiológica alrededor de un punto fijo o de referencia, también llamado set point. Los mecanismos de retroacción negativa tienen un papel clave en el mantenimiento de este estado. Además de las respuestas neuroendocrinas y autonómicas apropiadas, los mecanismos homeostáticos incluyen a menudo conductas específicas, que colaboran en la consecución de la finalidad perseguida. La búsqueda de agua o alimentos son ejemplos de conductas adaptativas básicas iniciadas desde el hipotálamo. Otras son las respuestas de agresión o de congelamiento ante una amenaza. Las hormonas hipotalámicas son péptidos que actúan a través de receptores con siete dominios transmembranas y sus acciones son mediadas por proteínas G.

Características de los principales péptidos hipotalámicos hipofisotrópicos TRH En la adeno-hipófisis la TRH es la responsable del control de la secreción de tirotrofina (TSH) y, en menor grado, de prolactina (PRL).

CRH Es el principal regulador de la secreción de ACTH; responsable del control del eje hipotálamohipófisis suprarenal.

LHRH (LRH – GnRH) También denominado GnRH u hormona liberadora de gonadotrofinas, ya que su función primaria es estimular la liberación de ambas gonadotrofinas hipofisarias, la LH y la FSH.

GHRH La hormona liberadora de la de crecimiento o GHRH tiene un efecto estimulante en la secreción de hormona de crecimiento. La función principal de este péptido (GHRH), junto con la somatostatina, es la secreción de GH.

GHIH (somatostatina) Al actuar sobre la adeno-hipófisis, la GHIH disminuye la secreción de GH.

HORMONAS DE LA ADENO-HIPÓFISIS 4

La hormona de crecimiento (GH) y la prolactina (PRL) forman una familia de hormonas polipeptídicas. Otro grupo está conformado por las glucoproteínas TSH, LH y FSH, y la adrenocorticotrofina (ACTH).

Prolactina (PRL) Esta hormona proteica pertenece a la familia de las somatomamotropinas. Las células lactotropas constituyen un 25% de la población celular en el lóbulo anterior de la hipófisis. Aumentan ante la presencia de estrógenos. La función principal de la prolactina es indicar el crecimiento de la glándula mamaria y la secreción de leche por parte de esta después del parto. La interacción de la prolactina con sus receptores de membrana lleva, en el nivel de las células alveolares, a un incremento en la transcripción de los genes para proteínas constitutivas de la leche materna. Una función muy importante de la prolactina es el estimulo del sistema inmunitario. La prolactina aumenta la proliferación de linfocitos T. La secreción de prolactina se encuentra bajo un control negativo por parte del hipotálamo, ejercido por la dopamina. Los cambios más notorios en las concentraciones séricas de prolactina tienen lugar durante el embarazo y la lactancia. La concentración de prolactina aumenta en forma progresiva (estimulada por los niveles crecientes de estradiol) hasta unas diez veces por encima del valor basal a lo largo del embarazo, cae después el parto y se eleva en las horas posteriores al amamantamiento, gracias al estimulo que aporta la succión del recién nacido. Este estimulo seria mediado por la oxitocina, que llega a la adeno-hipófisis desde el lóbulo posterior a través de los vasos portales cortos. Cuando las concentraciones de prolactina están aumentadas, la secreción de dopamina se incrementa para que las concentraciones de prolactina vuelvan a la normalidad.

Tirotrofina (TSH) La tirotrofina (TSH) es una glucoproteína. Sintetizada en las células tirotropas de la adeno-hipófisis. La TRH, al incrementar los niveles en las células tirotropas, aumenta la síntesis de TSH. Los niveles de TRH y de hormonas tiroideas intervienen en forma decisiva sobre la secreción de TSH. Adrenocorticotrofina Las células corticotropas sintetizan la ACTH. Esta es un péptido. Tanto la síntesis como la secreción de ACTH son estimuladas por la CRH. Los efectos de la ACTH se ejercen sobre las células de la corteza supra-renal. El aumento de los niveles se traduce en un incremento de la síntesis y liberación de cortisol y andrógenos, en menor proporción también, de aldosterona.

HORMONAS DE LA NEURO-HIPÓFISIS Las neuronas hipotalámicas forman la neuro-hipófisis. Estas células son parte del sistema nervioso central (el lóbulo posterior es, en realidad, una parte del cerebro) pero funcionan como una glándula de secreción interna. La principal hormona elaborada en este sistema es la vasopresina, también conocida como hormona anti-diurética o ADH. La vasopresina tiene una potencia función vasoconstrictora, la hormona anti-diurética hace referencia a la función renal de esta hormona, que estimula la translocación de canales de agua hacia la membrana de las células de los túbulos colectores, para permitir la reabsorción de agua y la elaboración de una orina concentrada. La oxitocina, estimula las contracciones del útero y tiene un papel muy importante en el desencadenamiento del parto y la lactancia, como también en la génesis de distintas conductas maternas. 5

Estructura química de las hormonas de la neuro-hipófisis Tienen una estructura peptídica y están formadas por nueve aminoácidos. Las moléculas de estas hormonas difieren entre sí únicamente por dos aminoácidos. Después de su secreción, la hormona anti-diurética y la oxitocina circulan como polipéptidos sin unirse a la proteínas de transporte alguna, y esto hace que su vida media sea muy corta (inferior a 8 minutos).

Hormona anti-diurética El incremento de la osmolaridad plasmática resultante de la deprivación de agua o bien de un aumento de las pérdidas (sudación excesiva, vómitos o diarrea) estimula la secreción de HAD. El aumento de la osmolaridad del plasma lleva a una disminución del contenido intra-celular de agua en las células y estimula la liberación de HAD. El principal efecto de la hormona anti-diurética es inducir la absorción de agua en el túbulo contorneado distal y en el túbulo colector de la neurona. Este proceso lleva a la elaboración de una orina concentrada, con disminución de la perdida de agua por orina. De esta manera disminuye el aumento de la osmolaridad plasmática que dio origen a la secreción de la hormona.

Oxitocina La oxitocina es una hormona de la neuro-hipófisis relacionada con la función reproductiva. Es responsable de las contracciones uterinas que tienen lugar durante el parte y desempeña una función importante al estimular la contracción de las células mioepiteliales que rodean los alveolos y los conductos de la glándula mamaria, lo que facilita la extrusión de leche materna. Los principales estímulos para la liberación de oxitocina están dados por la estimulación táctil del cuello uterino y de los pezones.

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