Surrealismo PDF

Title Surrealismo
Author Styliapp Gestión
Course Modernidad Y Vanguardia: De Los Orígenes Románticos A La Actualidad
Institution Universidad de Castilla La Mancha
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Surrealismo: Manifiesto Surrealista, André Breton...


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A) INTRODUCCION GENERAL

1. DEFINICIÓN DE SURREALISMO

Según el Diccionario de la RAE, la definición de “surrealismo” es: “Movimiento artístico y literario iniciado en Francia en 1924 con un manifiesto de André Breton, y que intenta sobrepasar lo real impulsando lo irracional y onírico mediante la expresión automática del pensamiento o del subconsciente”. En el Primer Manifiesto que analizaremos posteriormente, André Bretón define como: “Automatismo psíquico puro por cuyo medio se intenta expresar verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral”.

2. ORIGEN DE LA PALABRA

El término proviene del francés: surréalisme; sur ['sobre o por encima'] más réalisme ['realismo']. Fue acuñado por el escritor francés Guillaume Apollinaire en 1917. El término no había sido creado ni por Bretón ni por ningún miembro del movimiento. Apollinaire había utilizado en dos ocasiones el término surrealista: en las notas al programa del ballet Parade y como subtítulo de su obra teatral Les Mamelles de Tirésias. El nombre surgió del subtítulo de este drama surrealista de Apollinaire, aunque en verdad esa obra no sea surrealista en el sentido que hoy damos el término. La utilización del término por parte de Apollinaire es bastante vaga y no coincide con el sentido que le acabarán concediendo los surrealistas. 3. CONTEXTO

Algunos de los antecedentes con los que buscan conectarse los surrealistas son: Baudelaire, Rimbaud, Mallarmé, Apollinaire, Lautréamont. Nos encontramos a principios del siglo XX. La escuela de la sospecha, corriente de pensamiento formada por los escritos de Nietzche, Marx y Freud pone en duda todos los valores por los que se regía la antigua sociedad, lo cual se extiende a todos los ámbitos del pensamiento de los hombres, incluyendo la cultura y el arte. En este último ámbito, diversos movimientos conocidos como vanguardias trataban de proponer alternativas al arte tradicional. La figura de Sigmund Freud, padre de la psicología y del psicoanálisis, tuvo especial influencia al ser una de las primeras personas en prestar atención a los sueños y al subconsciente, considerando que todo eso era una parte de los seres humanos que, pese a haber sido tradicionalmente ignorada y tachada de irrelevante, nos permitía conocer en mayor profundidad a las personas. Su técnica más conocida, el psicoanálisis, no hubiese sido posible sin prestar atención al subconsciente, por basarse fundamentalmente en la asociación libre de ideas. El interés por los sueños y el subconsciente y el afán de crear arte nuevo, renovador e innovador motivó la aparición de artistas como André Breton. Nacido en Tinchebray, 1896, Breton trabajó en los hospitales psiquiátricos durante la guerra, donde tuvo la oportunidad de

acercarse a los trabajos y métodos de Sigmund Freud, lo que motivó sus primeros experimentos con escritura automática, lo cual derivó en la obra Los campos magnéticos, 1920, una de las primeras en emplear esta técnica. Cuatro años más adelante escribió el Primer Manifiesto que analizaremos posteriormente. 4. EVOLUCIÓN DEL SURREALISMO

El Surrealismo surgió del dadaísmo. Fue un flujo de las divergencias personales entre Tzara y Bretón, y también de la necesidad de superar el callejón sin salida a que llevaba el nihilismo bufo de Dadá (Pedraza: p. 28) *quitar -Relación inicial y posterior ruptura con el dadaísmo. La cuestión del momento de aparición del surrealismo es una de las más controvertidas entre los especialistas en este movimiento. El surrealismo y el dadaísmo surgieron simultáneamente. Según Cristina Jarillot, es posible hablar de la existencia de tendencias surrealistas durante la fase de Dadá en París, que se irán condensando en el periodo que va desde el fracaso del congreso de París a la publicación del primer manifiesto de Breton. Aunque el grupo surrealista no esté consolidado aún y sobre todo no haya dado el paso definitivo para darse a conocer por un público amplio, se puede hablar en los años 1922 a 1924 de un periodo de incubación de algo que definitivamente no es dadaísmo. Tras el fracaso del congreso de París, Breton se encuentra relativamente aislado. La aparición en 1922 de una nueva serie de la revista Littérature marca el inicio de una fase de reagrupamiento y búsqueda de una nueva orientación. En esta etapa Breton, Aragon y Soupault y otros miembros del grupo recién llegados, se reunían con frecuencia en cafés donde se dedicaban actividades colectivas como juegos y sesiones hipnóticas. La importancia de estas para la consolidación del grupo es tal, que esta fase en el desarrollo del surrealismo se denomina “époque des sommeils”. Las sesiones hipnóticas tuvieron que ser interrumpidas porque algunos miembros empezaron a desarrollar actividades agresivas o suicidas durante el trance, pero ya habían cumplido su función de aumentar la cohesión interna del grupo. A esta fase de exaltación, sigue una etapa de desánimo (“mouvement flou”), donde algunos miembros del grupo protosurrealista llegan incluso a cuestionarse la legitimación del acto de escribir. El grupo surrealista irrumpe en el ámbito público de manera escandalosa con la publicación en 1924 del panfleto “Un cadavre” en el que ataca al muerto y a la institución literaria que representa con una enorme crudeza. Los intelectuales del momento reaccionan escandalizados y se crea una expectativa de provocación en torno al grupo. Hubo polémicas creadas en torno al Surrealismo entre algunos de los miembros y Breton. A partir de esto, tanto Breton como Aragon comienzan a redactar sendos manifiestos que legitimen definitivamente la utilización de la palabra surrealismo para el propio grupo. Es entonces cuando el grupo está constituido oficialmente, sus miembros han sido nombrados en el texto y los puntos cardinales en el programa han sido dados a conocer en el público general. El Surrealismo después del primer manifiesto se intensifica en cuanto a las actividades internas y su presencia pública. Se crea un Bureau des Reserches surrealistes, también

conocido como a central surrealista, que será punto de encuentro de los miembros del grupo durante un periodo de tiempo que va desde 1924 a 1925. Aquí tiene su sede la revista La Révolution Surréaliste, que sustituye a Littérature. El segundo manifiesto de Breton publicado en 1930 es en primer lugar un intento de superar la crisis y un ajuste de cuentas con los que han abandonado el movimiento. La figura de identificación de este manifiesto ya no es Freud, sino Hegel. El interés se desvía ahora hacia la alquimia y el ocultismo, cuya simbología y lenguaje específicos suponen una renovación en los medios de expresión poética. No solo hubo polémicas literarias dentro de los propios surrealistas, sino que también hubo posteriores disputas ideológicas en relación con el surrealismo y la política. Estas disputas entre estalinistas, troskistas y anarquistas provocaron su caída, si bien la figura de Breton quedará como defensora de la ortodoxia surrealista. 5. LOS MANIFIESTOS

Como ya hemos dicho, el primer manifiesto aparece en 1924 firmado por Breton. El segundo aparece en 1930. La decisión de analizar exclusivamente el primer manifiesto del surrealismo se debe a que en él se hace patente de un modo ejemplar la vuelta atrás en el proceso de experimentación con el género que había llegado a su punto álgido con algunos manifiestos del dadaísmo. Por otra parte, el número de manifiestos literarios del surrealismo es reducido, pudiéndose considerar como tales en sentido estricto solamente el segundo manifiesto de Bretón y “Une vague de rêves” de Aragon. El Primer Manifiesto de André Breton cierra una fase de experimentación con las posibilidades expresivas del lenguaje. En él, Breton se aparta de las investigaciones de Marinetti sobre su arbitrariedad. Con Breton la atención se desvía del lenguaje como material hacia el terreno de lo onírico y de la imagen inmotivada. El tratamiento que hace Breton del Manifiesto como forma es mucho menos lúdico, la tipografía se serena y la autoironía dadaísta desaparece: la transmisión del contenido programático vuelve a estar en un primer plano. Es la vuelta al orden, que condiciona el ambiente artístico de entreguerras. El Manifiesto surrealista es mucho menos lúdico que el dadaísmo. Lo que más interesa a Breton son las ideas y el programa surrealista que va en contra de las normas y que finalmente él lo convierte en norma. 6. EL INFLUJO

*añadir videos Buñuel ¿? Relación con el arte y el cine El Surrealismo nació en Francia, pero las mejores manifestaciones del arte y la literatura surrealistas se dieron en España o de manos de artistas españoles: en la pintura, Salvador Dalí; en el cine, Luis Buñuel; en literatura, la obra poética de Juan Larrea y la de algunos autores del 27, que se vieron influidos en mayor o menor medida por el movimiento, su espíritu o sus técnicas: Rafael Alberti en Sobre los ángeles, Federico García Lorca en Poeta en Nueva York, Luis Cernuda en Un río, un amor o Los placeres prohibidos, Vicente Aleixandre en Espadas como labios y La destrucción o el amor, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre.

Lo anterior es una simple relación que nos sirva para demostrar la importancia del Surrealismo en España. Aparte de las citadas, muchas otras obras incluyeron técnicas o influencias de este movimiento fundamental para la evolución de la literatura y el arte de los años 30.

B) ANÁLISIS DE LAS IDEAS DEL PRIMER MANIFIESTO

-La vuelta a la infancia. En el Primer Manifiesto se inicia con esta idea (ya presente en el dadaísmo): Tanta fe se tiene en la vida en su aspecto más precario, en la vida real, naturalmente, que al fin esta fe acaba por desaparecer. El hombre, soñador sin remedio, al sentirse de día en día más descontento en su sino (…) vuelve a ser como un niño recién nacido. Si le queda un poco de lucidez, no tiene más remedio que dirigir la vista hacia atrás, hacia su infancia que siempre le parecerá maravillosa. La infancia supone para los surrealistas una especie de paraíso perdido, un tiempo en el que la imaginación no se ve sometida a ningún tipo de trabas y puede desarrollarse al margen de las presiones a las que están sometidos los adultos para adaptarse a los valores dominantes en la sociedad. El espíritu que se sumerge en el surrealismo revive exaltadamente la mejor parte de su infancia. -La influencia de Freud. Como ya hemos explicado anteriormente, Breton tiene como referente a Freud. Según explica Breton en el primer manifiesto: Debemos reconocer que los descubrimientos de Freud han sido de decisiva importancia. Con base a dichos descubrimientos, comienza al fin a perfilarse una corriente de opinión, a cuyo favor podrá el explorador avanzar y llevar sus investigaciones a más lejanos territorios, al quedar autorizado a dejar de limitarse únicamente a las realidades más someras. -El concepto de sueño. Breton presenta el sueño como un estadio en el que el hombre está liberado de la pesada carga de la toma de decisiones: no tiene más que dejarse llevar, todo lo que le sucede tiene un carácter necesario y su voluntad no puede transferir en su trascurso. Uno de los aspectos que más atraen a Breton en el sueño es la irresponsabilidad. El espíritu del hombre que sueña queda plenamente satisfecho con lo que sueña. Lo angustiante incógnita de la posibilidad deja de formularse. Mata, vuela más de prisa, ama cuanto quieras. Y si mueres, ¿acaso no tienes la certeza de despertar entre los nuestros? Déjate llevar, los acontecimientos no toleran que los difieras. Careces de nombre. Todo es de una facilidad preciosa. La armonización del sueño y de la realidad otorga una realidad absoluta, una sobrerrealidad o surrealidad. Breton lo explica así:

Creo en la futura armonización de estos dos estados, aparentemente tan contradictorios, que son el sueño y la realidad, en una especie de realidad absoluta, en una sobrerrealidad o surrealidad, si así se le puede llamar. Según Breton el sueño tiene una estructura y organización: El sueño es continuo y con trazas de tener una organización o estructura. Únicamente la memoria se interrumpe de imponerle lagunas, de no tener en cuenta las transiciones y de ofrecernos antes una serie de sueños que el sueño propiamente dicho. En cuanto al sueño, Breton se plantea las siguientes preguntas: ¿Por qué razón no he de otorgar al sueño aquello que a veces niego a la realidad (...)? ¿No cabe acaso emplear también el sueño para resolver los problemas fundamentales de la vida? La vigilia es el estado de la conciencia que antecede al sueño. La vigilia es una parte fundamental del Surrealismo. Breton lo considera como un fenómeno de interferencia. Y no solo ocurre que el espíritu da muestras en estas condiciones, de una extraña tendencia a la desorientación, sino que, lo que es todavía más, parece que el espíritu en su funcionamiento normal, se limite a obedecer sugerencias procedentes de aquella noche profunda. En el primer Manifiesto se refiere a ella y la explica como: Con toda justificación, Freud ha proyectado su labor crítica sobre los sueños, ya que, efectivamente, es inadmisible que esta importante parte de la actividad psíquica haya merecido, por el momento, tan escasa atención. Y ello es así por cuanto el pensamiento humano, por lo menos desde el instante del nacimiento del hombre hasta el de su muerte, no ofrece solución de continuidad alguna, y la suma total de los momentos de sueño, desde un punto de vista temporal, y considerando solamente el sueño puro, el sueño de los períodos en que el hombre duerme, no es inferior a la suma de los momentos de la realidad, o mejor dicho, de los momentos de vigilia. -El inconsciente. Breton asimila en su Primer manifiesto lo inconsciente, a lo que él llama voz surrealista: La voz surrealista que estremeció a Cumas, Dodona y Delfos es la misma que dicta mis discursos menos iracundos. Mi tiempo no puede ser el suyo, ¿y por qué ha de ayudarme esta voz a resolver el infantil problema de mi destino? Por desgracia, parezco actuar en un mundo en el que, para llegar a tener en cuenta sus sugerencias, estoy obligado a servirme de dos clases de intérpretes, unos me traducirán sus frases, y los otros, que es imposible hallar, comunicarán a mis semejantes la comprensión que yo haya alcanzado de estas frases. Este mundo en el que yo sufro lo que sufro (mejor será que no lo sepan), este mundo moderno, este mundo, en fin... ¡diabólico! Bueno, pues ¿qué quieren que yo haga en él? La voz surrealista quizá se extinga, no puedo yo contar mis desapariciones. Yo no podré estar presente, ni siquiera un poco, en el maravilloso descuento de mis años y mis días.

Para llegar a ella, es preciso alcanzar un estado semejante al trance, eliminando todo tipo de control racional de los propios pensamientos. La voz surrealista se manifiesta en el estado de sueño tanto natural como inducido a través de la hipnosis, así como en algunos fenómenos típicos de la transición entre el sueño y la vigilia. Los surrealistas buscan liberar al ser humano de sus propias represiones. Una de las bases de esta corriente está en la psicología y, por lo tanto, entroncan con la teoría del psicoanálisis de Freud en la que juega un papel importante el sueño. La negación de la lógica y el inconsciente se puede producir en el momento en el que estamos soñando o cuando estamos despiertos. Breton se cuestiona: “¿Por qué no espero de los indicios del sueño más de lo que espero de mi grado de conciencia, de día en día más elevado?”. El interés de los surrealistas por el inconsciente va de la mano con el interés por todo tipo de desarreglos mentales, que para ellos suponen la eliminación de las barreras de la lógica y la socialización. En el mundo del inconsciente todo lo que tiene que ver con la sensualidad está muy presente. Para los surrealistas es la experiencia más trascendente que puede llevar a cabo el hombre, es equiparado al conocimiento. El erotismo desempeña un papel central en la búsqueda de sentidos surrealistas: dar rienda suelta a las fantasías sexuales es un acto de liberación equiparable a la supresión del control racional sobre el inconsciente y su fruto es también una forma de saber. -La creación literaria. Por lo que respecta la creación estrictamente literaria, uno de los puntos centrales del programa expuesto en el primer manifiesto es el concepto de imagen surrealista. La imagen surrealista supera la noción tradicional de metáfora: obteniendo su impacto del alejamiento de las realidades que pone en contacto, burlando las expectativas del lector. La voluntad del escritor no desempeña un papel de importancia en el proceso de creación de imágenes surrealistas, puesto que se produce de un modo casual, por asociación de ideas. Breton en el primer manifiesto nos ofrece la primera imagen surrealista que captó su atención: “Hay un hombre a quien la ventana ha partido por la mitad”. Breton explica que: Hay imágenes surrealistas que son como aquellas imágenes producidas por el opio que el hombre no evoca, sino que «se le ofrecen espontáneamente, despóticamente, sin que las pueda apartar de sí, por cuanto la voluntad ha perdido su fuerza, y ha dejado de gobernar las facultades» (Baudelaire).

Otras de las imágenes surrealistas que menciona Breton son: “por el cauce del arroyo fluye una canción”; “el día se desplegó como un blanco mantel”; “el mundo regresa al interior de un saco”. Breton sigue explicando: El valor de la imagen está en función de la belleza de la chispa que produce; y, en consecuencia, está en función de la diferencia de potencia entre los dos elementos conductores. Cuando esta diferencia apenas existe, como en el caso de las comparaciones, la chispa no nace. A mi juicio, no está en la mano del hombre el poder de conseguir la aproximación de dos realidades tan distantes como aquellas a que antes nos hemos referido, por cuanto a ello se opone el principio de la asociación de ideas, tal como lo entendemos. La aparición de estas imágenes surrealistas no se confía completamente al azar. La escritura automática, en la que todo control racional de la actividad creadora  o más bien, siguiendo la ortodoxia surrealista, receptora  desaparece, es el medio ideal para la proliferación de imágenes surrealistas, que no aparece entonces de un modo aislado, sino que se suceden con una velocidad vertiginosa. Es importante destacar que la imagen surrealista no es una simple técnica literaria, ni siquiera un medio de percepción de una realidad transcendente, la surrealidad. -La escritura automática. La importancia del automatismo para Breton es tal, que en ocasiones llega a identificarlo con el propio surrealismo. El objetivo de esta técnica es la producción de textos evitando toda interferencia de mecanismos de control racional. Breton ofrece instrucciones muy detalladas para la producción de textos automáticos, bajo el epígrafe “Composición surrealista escrita, o primer y último chorro”: el escritor debe aislarse y procurar que su mente esté en un estado de receptividad total y, una vez iniciado el proceso de escritura, no debe pensar en lo que está escribiendo, ni mucho menos releerse ni corregir lo escrito. Sin embargo, Breton propone que, si acaso el escritor notase que alguna de las frases obtenidas por este medio resulta convencional, debe deformarla a través de la inclusión de una letra escogida al azar. Detrás de este mecanismo supuestamente incontrolado, se esconde una voluntad clara de generar enunciados anómalos. La autosugestión conduce a la producción de textos absurdos, pero que, sin embargo, se ajustan a las normas gramaticales y de sintaxis. -La búsqueda del azar. Los surrealistas valoran lo mágico, lo maravilloso en lo cotidiano, lo que ellos llaman “azar objetivo”. Estos interpretan sucesos inesperados, casualidades recurrentes y todo tipo de fenómenos de premonición como indicios de un orden latente que tienen por tarea descifrar. Los surrealistas salen a la busca de estos rastros de lo maravilloso

de un modo consciente, preferiblemente en el escenario urbano de la ciudad mágica y surrealista por excelencia: París. Breton “el espíritu recurre al azar, di...


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