Taller De Filosofía PDF

Title Taller De Filosofía
Author Leyman Carrillo Serrano
Course Filosofía del Derecho
Institution Universidad de La Guajira
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Taller De Filosofia...


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Taller De Filosofía Responde las siguientes preguntas: 1. Desde el punto de vista del conocimiento del mundo físico en tu opinión cuál de estos 2 autores (Parménides y Heráclito) ves como el más valido, explica tu posición.

2. Considerando los 2 caminos posibles del conocimiento la experiencia y la razón, determina cual eligió cada uno de estos pensadores (Parménides y Heráclito) y que consecuencias tubo para cada uno en su pensamiento.

3. Realiza un escrito donde expreses y fundamentes tus opiniones sobre las pruebas de la existencia de Dios en San Anselmo.

4. Ya te habrás dado cuenta de la gran similitud entre las causas planteadas por Aristóteles y las pruebas de Santo Tomas. Toma cada una de las causas aristotélicas y explica cómo es usada por Santo Somas en una o varias de sus demostraciones.

5. Teniendo presente el pensamiento de Santo Tomas, explica la siguiente afirmación: “Es mejor existir que no existir”.

6. La segunda y la tercera vía de Santo Tomas son muy semejantes. A grandes rasgos, un habla de la naturaleza de las causas, y otra de la contingencia o necesidad de seres. Reflexiona detenidamente sobre esto, y explica con mayor amplitud y extensión la diferencia.

7. Realiza por escrito un ensayo donde des tu posición respecto de las pruebas de Santo Tomas. Bien sea que las critiques o las aceptes, fundamenta tus razones.

8. Compara las pruebas dadas por Santo Tomas, con las de San Anselmo. Determina en que son semejantes y en que diferentes.

1. Le relevancia que ha tenido la edad media en entorno al conocimiento ha sido demasiado significativa, tanto así que hoy en día las corrientes filosóficas desarrollados en ese periodo humano, son las bases del conocimiento humano, como bien es sabido todas las todas las teorías fueron realizadas en temas contextuales distintos, Los filósofos de la antigua Grecia Heráclito y Parménides son dos referencias de la historia del pensamiento. Ambos retomaron críticamente la investigación de los filósofos de Mileto con el objetivo de explicar en qué consiste el ser de la naturaleza y plantearon la gran pregunta: ¿cómo conocer un mundo que, aparentemente, no cesa de cambiar? Según Heráclito, la sustancia primera de la naturaleza es el fuego, la más susceptible de cambio y la más móvil. Del fuego proceden el mundo entero, las cosas singulares y hasta el alma. “Este mundo, que es el mismo para todos, no lo ha creado ninguno de los dioses o de los hombres, sino que siempre fue, es y será fuego eternamente vivo, que se enciende con medida y se apaga con medida”, Heráclito fundamenta su teoría utilizando una analogía respecto al cambio… Una persona no puede bañarse en el mismo río dos veces por qué, el agua con que se baña la primera vez no será la misma cuando lo haga por segunda vez, ya que todo está en continuo movimiento y cambio, entonces cuando desciendo al río por segunda vez, ni yo ni el río somos los mismos, este cambio que se produce en el ser según Heráclito, es continuo e imprevisible y consecuentemente hace que los objetos pierdan su identidad por lo tanto el conocimiento es imposible, yo no puedo conocer una sustancia que está en continuo cambio, y yo no puedo conocer si yo cambio continuamente. Parménides mantenía que los fenómenos de la naturaleza son sólo aparentes y debidos, en esencia, al error humano; parecen existir, pero no tienen entidad real. Sostenía también que la realidad, “Ser verdadero”, no es conocida por los sentidos, sino que sólo se puede encontrar en la razón. Esta creencia le convirtió en un precursor del idealismo de Platón. La teoría de Parménides de que el ser no puede originarse del no ser, y que el ser ni surge ni desaparece, fue aplicada a la materia por sus sucesores Empédocles y Demócrito, que a su vez la convirtieron en el fundamento de su explicación materialista del universo. La teoría que veo más valida es la de Parménides, “El sentido del ser emerge en el contraste entre el ser y la nada.” Ya que Parménides se remite a la oposición suprema, aquella en la que los opuestos nada tienen en común. La absoluta Nada, el absoluto No-Ser, no encuentra un lugar dentro de los límites del Todo, del Ser. Más allá del Todo nada existe, porque el Todo es el Ser, y más allá del Ser no hay nada. Nos topamos así con una llamativa negación del devenir. En el mismo momento en que el sentido del Ser sale a la luz, aparece a la vez a necesidad, la Verdad. Todo aquel que preste sus oídos generosamente a la Verdad, sabrá de modo inmediato que el Ser es y que además se hace imposible que no sea. Si nos atrevemos a decir del Ser que no es, se afirma a la vez con ello que el Ser es No-Ser: un absurdo que la misma Verdad prohíbe mencionar. La única vía que afirma que el Ser es y el No-Ser no es, significa la vía de la persuasión, puesto que acompaña a la Verdad.

2. Parménides y Heráclito tenían diferentes formas de pensar y de entender el mundo, Heráclito fue un filósofo griego, quien sostenía que el fuego era el origen primordial de la materia y que el mundo entero se encontraba en un estado constante de cambio. Él pensaba que precisamente los cambios constantes eran los rasgos más básicos de la naturaleza. Declara y fundamenta su teoría en base a experiencias, en este caso sensitivas, y en cuanto a Parménides era un filósofo muy importante que pensaba que todo lo que hay ha existido siempre, lo que era una idea muy corriente entre todos los griegos, daban por sentado que todo lo que existe en el mundo es eterno y nada podía surgir de la nada, y algo que existe, tampoco se puede convertir en nada. En cuanto a sus recursos teóricos se basan más en el conocimiento y la aplicación de ellos en el contexto general. La teoría de Heráclito era totalmente contraria a la de Parménides, Heráclito tenía más fe en lo que decían sus sentidos que Parménides. Heráclito insiste de manera incesante en la multiplicidad. Una multiplicidad que, a pesar de todo, debe basarse en alguna ley: la realidad, al fin y al cabo, reclama una razón constitutiva última, pues es siempre uno y lo mismo en nosotros, lo vivo y lo muerto, lo despierto y lo dormido, lo joven y lo anciano. Lo primero se transforma en lo segundo, y lo segundo en lo primero. No hemos de dar importancia a los nombres que usamos para referirnos a las cosas, sino fijarnos más bien en la realidad como un todo. “El aparente devenir de la naturaleza solo responde a opiniones desencaminadas de los humanos”. Parménides asegura, abriendo un debate que Sartre recogerá siglos más tarde al hilo del problema de la libertad, que la existencia de lo múltiple o del devenir ha de ser negada, en tanto que implica la identificación del ser y de la nada. Es la engañosa opinión la que nos sugiere que todo se crea y desaparece, pero el Ser es increado, imperecedero, inmóvil e ilimitado. En frase célebre de Parménides, «todo está lleno de Ser». Las palabras nacer y perecer solo adquieren sentido en el lenguaje humano. Porque, se pregunta el filósofo de Elea, ¿cómo en el curso del tiempo podría ser destruido el Ser? ¿Cómo podría llegar a existir? Y más allá: ¿cómo podríamos conocer una realidad que no cesa de devenir y, por tanto, de no-ser? El desarrollo de las ideas de Parménides y Heráclito los llevo a desarrollar teorías que con sus análisis siguen contribuyendo a la filosofía la conclusión de sus teorías fueron totalmente diferentes Heráclito dice que “debemos saber que la guerra es común a todos y que la discordia es justicia y que todas las cosas se engendran en discordia y necesidad». Pero no solo eso; también encontramos en este contraste natural el principio del placer: Es la enfermedad la que hace agradable la salud; el mal, el bien; el hambre, la saciedad; el cansancio, el descanso” y por su parte Parménides sostiene que la naturaleza no puede consistir en una oposición entre contrarios, pues el universo ha de ser necesariamente un continuo repleto de Ser. Somos nosotros, seres finitos, los que en nuestro afán por conocer el mundo imponemos límites a la inmutable y eterna realidad, que solo se diversifica aparentemente: el devenir es mera apariencia que niega la realidad del Ser. Nada hay ni habrá fuera del Ser, ya

que el Destino lo encadenó en una totalidad inmóvil. Se suele presentar la filosofía de Parménides en oposición a la de Heráclito: para éste, todo fluye, todo está en movimiento permanente, de modo que, parafraseando su conocido fragmento, nadie puede bañarse dos veces en el mismo río; para Parménides, por el contrario, todo está en reposo, el ser es inmóvil e inmutable. Ambos, sin embargo, coinciden, en que la razón, y no los sentidos, es la fuente del conocimiento verdadero.

4. Causas Aristotélicas

Aristóteles

Santo Tomas

-En el mundo material sólo existen sustancias concretas.

- Para santo Tomás en la sustancia también podemos distinguir la esencia de la existencia.

- Distinción entre sustancia y accidentes. Respecto A La Sustancia:

Respecto Su Concepción Del Hombre:

- También acepta la composición hilemórfica: toda sustancia se compone de materia y forma (acepta también la distinción potencia-acto)

- El hombre: es una sustancia compuesta de alma y cuerpo. La unión alma y cuerpo es sustancial, no un castigo.

- Para Aristóteles la sustancia primera subsiste por sí misma. Para santo Tomás no: todo ser es creado por Dios, es decir, todos los seres finitos son contingentes (pueden existir o no); sólo Dios es un ser necesario (su esencia implica su existencia) - La diferencia fundamental en este punto es que santo Tomás admite la inmortalidad del alma.

- Nos habla de tres funciones del alma.

Ética:

- Sigue la Ética a Nicómaco, de Aristóteles. La ética de santo Tomás es también eudemonista y teleológica. - Santo Tomás también define la virtud como un hábito: hay virtudes intelectuales y morales.

- Para santo Tomás la felicidad absoluta consiste en la visión de Dios en el más allá.

5. Para Santo Tomás la característica básica de toda la realidad creada es la contingencia, el ser así, pero poder ser de otro modo, el existir, pero poder no existir, o no existir y poder existir. La razón última que explica la contingencia o carácter radicalmente indigente de todos los seres creados es la existencia en ellos de una composición metafísica básica, la composición de esencia y existencia. Todos los seres creados son seres compuestos: las substancias puramente espirituales como las almas humanas y los ángeles constan de la composición metafísica citada de esencia y existencia, y en el caso de los seres corpóreos, además, de composición material. Que estén compuestos de esta manera quiere decir que la existencia es un añadido a la esencia o la esencia a la existencia, como se quiera. Cuando una característica se encuentra en la esencia de una cosa, esa cosa necesariamente la ha de poseer: puesto que el tener tres líneas rectas se encuentra en la esencia de los triángulos, dado un triángulo se tienen que dar necesariamente tres líneas rectas; en la esencia del hombre se encuentra el tener voluntad, por lo que dado un hombre, necesariamente debe poseer voluntad; pero si la característica no se encuentra en dicha esencia, la cosa la posee de forma contingente, no necesaria: el tener una altura de diez centímetros es algo añadido y no esencial al triángulo o tener color blanco es un añadido no esencial al hombre, por ello se puede ser triángulo sin tener diez centímetros de altura u hombre sin ser blanco. Del mismo modo, a las cosas les corresponde en último término la gratuidad completa de su existencia pues la existencia no se encuentra en su esencia, por ello pueden dejar de existir si existen o pueden existir si no existen. Santo Tomás creerá que la contingencia de las cosas exige para dar cuenta de su presencia en el mundo, para dar cuenta de su existencia, de un ser necesario que la haya puesto en el ser. Ese ser necesario es Dios.

6. “La segunda vía se basa en la causalidad eficiente.” Hallamos que en este mundo de lo sensible hay un orden determinado entre las causas eficientes; pero no hallamos, ni es posible, que cosa alguna sea su propia causa, pues en tal caso habría de ser anterior a sí misma, y esto es imposible. Ahora bien, tampoco se puede prolongar al infinito la serie de las causas eficientes, porque siempre que hay causas eficientes subordinadas, la primera es causa de la intermedia, sea una o muchas; y ésta, causa de la última; y puesto que, suprimida una causa, se suprime su efecto, si no existiese una que sea la primera, tampoco existiría la intermedia ni la última. Si, pues, se prolongase al infinito la serie de causas eficientes, no habría causa eficiente primera, y, por tanto, ni efecto último ni causas eficientes intermedias, cosa falsa a todas luces. Por consiguiente, es necesario que exista una causa eficiente primera, a la que todos llaman Dios. “La tercera vía considera el ser posible o contingente y el necesario, y puede formularse así.” Hallamos en la naturaleza cosas que puedan existir o no existir,

pues vemos seres que se producen y seres que se destruyen, y, por tanto, hay posibilidad de que existan y de que no existan. Ahora bien, es imposible que los seres de tal condición hayan existido siempre, ya que lo que tiene posibilidad de no ser hubo un tiempo en que no fue. Si, pues, todas las cosas tienen la posibilidad de no ser, hubo un tiempo en que ninguna existía. Pero, si esto es verdad, tampoco debiera existir ahora cosa alguna, porque lo que no existe no empieza a existir más que en virtud de lo que ya existe, y, por tanto, si nada existía, fue imposible que empezase a existir cosa alguna, y, en consecuencia, ahora no habría nada, cosa evidentemente falsa. Por consiguiente, no todos los seres son posibles o contingentes, sino que, entre ellos, forzosamente, ha de haber alguno que sea necesario. Pero el ser necesario o tiene la razón de su necesidad en sí mismo o no la tiene. Si su necesidad depende de otro, como no es posible, según hemos visto al tratar de las causas eficientes, aceptar una serie infinita de cosas necesarias, es forzoso que exista algo que sea necesario por sí mismo y que no tenga fuera de sí la causa de su necesidad, sino que sea causa de la necesidad de los demás, a lo cual todos llaman Dios. Después de analizar detenidamente las vías de Tanto Tomas de Aquino, específicamente la segunda y la tercera, pude comprender y diferenciar las vías de tal manera en que la segunda menciona sobre Aquí «lo posible» equivale a "lo que puede ser y puede no ser", a lo cual llamamos «contingente». Y luego la tercera por lo tanto te habla más concretamente sobre la contingencia

8. Diferencias: El argumento ontológico de San Anselmo representa el ejemplo más conocido de la demostración a priori. San Anselmo está convencido de que ha demostrado la existencia real de Dios, porque tiene el concepto en la mente de que Dios es lo máximo pensable. Por tanto, si lo piensa por el hecho de pensarlo necesariamente debe existir en la realidad. En cambio, Santo Tomás argumenta desde la experiencia sensible. El ser sensible es finito y, por tanto, fue hecho por algo superior e infinito porque lo que es finito y limitado ha tenido que empezar en un tiempo. Santo Tomás también quiere demostrar la existencia de Dios, pero parte de la experiencia sensible, porque la proposición “Dios existe”, el entendimiento humano no la puede conocer de forma inmediata. Por lo tanto, es imprescindible tomar como punto de partida los objetos sensibles, aquello que el ser humano si puede conocer de forma inmediata. En la forma de argumentar también existen diferencias en cuanto a la forma ya que la argumentación de los escolásticos consistía en defender tesis sobre temática religiosa, pero San Anselmo lo hace de manera deductiva, utilizando una dialéctica, que es punto fundamental en su obra y Santo Tomás parte de hechos concretos supuestos inductivos y después procede deductivamente, sirviéndose implícitamente de la silogística aristotélica. En cuanto a los valores de Dios, Santo Tomás dice que Dios los elige de acuerdo a los requisitos de su naturaleza y no por un acto arbitrario de su voluntad, como afirma san Anselmo. San Anselmo al contrario que Santo

Tomás pasa del Ser supremo que es Dios como causa del universo a la Trinidad, y como ya hemos visto respecto a este problema Santo Tomás diferencia dos problemas: el de Ente supremo y el de Dios único y Trino. Santo Tomás hace una total distinción entre fe y razón y de cada uno de sus componentes, aunque a la hora de llegar a entender algo son complementarias; pero dando siempre primacía a la fe respecto a la razón. San Anselmo parte de la fe, pero de una fe que busca comprender. Acentúa la necesidad de empezar desde la fe, pero se opone a una fe ciega, no como Santo Tomás que rompió con la línea agustiniana de su tiempo e incorporó al mundo de la fe no sólo la racionalidad, sino también es carácter realista y empírico de la obra aristotélica. Semejanzas: Ambos son escolásticos y como ello defienden una tesis (que es la existencia de Dios) sobre temática religiosa. Los dos establecen unos caminos para demostrar racionalmente la existencia de Dios, de la cual están convencidos ya que mediante sus argumentaciones la prueban. Ambos tienen una meta: establecer los caminos de la prueba de que Dios existe. Las conclusiones que obtienen, actúan como máximas en sus teorías. San Anselmo y Santo Tomás anteponen la fe a la razón, y dan primacía a la primera respecto a la segunda; aunque ambas son entendidas según cada autor de forma peculiar. Ambos coinciden en una iluminación o gracia divina que permite al hombre conocer a Dios, esto (según ellos) sólo es posible por medio de la revelación. Los dos coinciden en Dios como un Ser supremo con un gran número de atributos, causa del universo y que sin el cual nada es posible. Ambos actúan en mayor o menor medida como mediadores entre los grandes problemas filosóficos de su época; San Anselmo aparece como mediador entre los que pensaban que la razón tenía que subordinarse a la fe, y entre los que valoraban positivamente a la razón y afirmaban que los contenidos de la fe debían ser probados racionalmente. Y nos aparece Santo Tomás como un “cristianizador” de la postura aristotélica, de esta forma la obra tomista une cristianismo y aristotelismo, la fe y la razón....


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