Tema 1 - Qué es un hecho histórico PDF

Title Tema 1 - Qué es un hecho histórico
Course Fuentes Documentales, Evolución y Nuevos Soportes
Institution Universidad de Castilla La Mancha
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1.- ¿Qué es un hecho histórico? el valor de los datos y de los documentos. La estructura de los sucesos. Es un acontecimiento del pasado seleccionado y estudiado por el historiador por su transcendencia en el pasado. Posee una serie de características que lo definen: datos básicos y carácter interpretativo No todo acontecimiento del pasado es un hecho histórico: El historiador juega un papel primordial puesto que les da importancia

EL VALOR DE LOS DATOS Y DEL DOCUMENTO • Datos: son de carácter parcial ya que vienen tratados desde la óptica de quién los ha elaborado. • Documentos: son los escritos en los que se recogen los hechos.

LA ESTRUCTURA DE LOS SUCESOS • Siglo XX ha experimentado un cambio: se deja el “por qué” y se toman el “cuando” y el “como”. • Causa: La burocracia adquiere un nuevo ámbito de trabajo frente al tradicional: es la responsable de tomar las decisiones directamente. • Consecuencia: Se logra el anonimato que genera una historia general.

SEGÚN EDWARD HALLET CARR La Historia consiste en un cuerpo de hechos verificados. Dichos hechos lo encuentra el historiador en los documentos, en las inscripciones, etc. y a continuación trabaja con ellos. ¿Qué es un hecho histórico? Esta es una pregunta vital en la que hemos de fijarnos atentamente. Según el punto de vista del sentido común, existen hechos básicos que son los mismos para todos los historiadores y que constituyen la espina dorsal de la Historia. La necesidad de fijar estos hechos básicos no se apoya en ninguna cualidad de los hechos mismos, sino en una decisión que formula el historiador a priori. Los hechos no hablan por sí solos, sino que solo hablan cuando el historiador recurre a ellos. Él es quien decide qué hechos son importantes, además de su orden y contexto. Por tanto, que un hecho sea considerado como hecho histórico dependerá de la interpretación que le den los historiadores. Los documentos solo plasman los que opinaba su autor, lo que en su opinión tenía que ocurrir o lo que él quería que los demás creyesen que pensaba. Estos no significan nada hasta que el historiador ha trabajado con ellos y los ha descifrado.

Los hechos de la historia nunca nos llegan en estado puro, ya que ni existen ni pueden existir en una forma pura. Siempre hay una refracción al pasar por la mente de quien los recoge. Por otra parte no se puede hacer historia si el historiador no llega a establecer ningún contacto con la mente de aquellos sobre los que se escribe. Solo podemos captar el pasado y lograr comprenderlo a través del cristal del presente. La función del historiador no es amar el pasado, ni emanciparse de él, sino dominarlo y comprenderlo como clave para la comprensión del presente. El deber del historiador con respecto a los hechos no termina en la obligación de verificar su exactitud. Tiene que intentar que no falte en su cuadro ninguno de los datos conocidos o susceptibles de serlo, que sean relevantes en un sentido u otro para el tema que le ocupa o para la interpretación propuesta. El historiador y los hechos mantienen una relación de igualdad. El primero selecciona los hechos. Es una relación entre el pasado y el presente, pues el historiador es parte del presente y los hechos del pasado. El historiador y los hechos históricos se son mutuamente necesarios. Sin sus hechos, el historiador carece de raíces y los hechos, sin el historiador, faltos de sentido. SEGÚN JOHN LUKACS El historiador Owen Chadwick escribió: “Todos los sucesos históricos tienen algo de misterioso”. Y “misterioso” no significa solamente “falso”. Kierkegaard lo formulaba así: “La Verdad Absoluta le pertenece a Dios: a nosotros sólo nos es dada la búsqueda de la verdad”. Todos los historiadores deberían saber esto. Y la búsqueda de esa verdad no se mantiene inalterada, por lo que la búsqueda cambia con el paso del tiempo. Actualmente nos encontramos en una era democrática en la que tenemos que contar tanto con las condiciones y circunstancias de la vida material, como con las ideas y creencias de del conjunto de la población, ya que se supone que en su nombre “se hace” la historia. Y esto supone una serie de problemas para los historiadores, ya que la estructura de la política, de la sociedad, del pensamiento y de los poderes está cambiando. En la era aristocrática los historiadores engrandecían a ciertos individuos, mientras que en la era democrática los historiadores atribuyen buena parte de la historia a causas generales, por lo que las consecuencias de dichas causas son menos poderosas, más complejas y más difíciles de conocer. En la época democrática los historiadores se inclinarán por el determinismo. Si esta doctrina que posee muchos

atractivos para los escritores de historia y para los lectores se infiltra en la población, intentarán hacer de ver que los hechos no podían ocurrir de otra manera, pero sí que habrían podido ocurrir de otra manera, y por ello el significado de los hechos que sucedieron en realidad entrañe lo que podría haber ocurrido. Una pregunta importante es si la historia consiste en hechos. Indudablemente hay hechos, pero estos poseen al menos cuatro limitaciones, siendo estas las siguientes:  Cada hecho posee significado porque rápidamente lo relacionamos y comparamos con otros hechos.  El significado de los hechos está sujeto a las palabras con las que se enuncie.  Esas palabras dependen del objetivo que se tenga, es decir, hay enunciados en los que el hecho es cierto, pero el significado o el objetivo con el que se expresa es falso.  El “hecho” posee una historia, ya que hace varios siglos la palabra “hecho” no significaba lo mismo que en la actualidad, pues en el pasado significaba “acto” o algo realizado. Significativa es la pregunta de si la historia existía antes de que hubiera historiadores, o si existe sin que sea necesario de que haya historiadores. La respuesta de ambas preguntas es afirmativa. Ahora bien, ¿la novela podría existir sin escritores? No. Es coherente hacer esta distinción, pero para completarla falta algo. No se puede comparar a un historiador con un novelista como si fueran de diferentes categorías, tampoco se puede hacer eso con los hechos y la ficción. La Ficción y el Hecho están relacionados, y aunque el hecho es una ficción, no quiere decir que la historia posea una naturaleza ficticia, sino que la ficción tiene historicidad. En los últimos cincuenta años los novelistas han mezclado los hechos con la ficción (a esto algunos lo llaman faction o “metaficción”), provocando que muchas novelas sean imprecisas, manipuladoras o ilegítimas, como por ejemplo: Stalingrado y Moscú, de Theodor Plievier; A sangre fría, de Truman Capote; Algo en la historia, de Elsa Morante. SEGÚN FONTANA Antes de hablar sobre lo que es un hecho histórico según Josep Fontana, considero conveniente hablar sobre algunas consideraciones que este autor hace sobre la historia.

En primer lugar, cabe destacar que Fontana es un defensor del materialismo histórico por lo que defiende que “la capacidad productiva de las sociedades marca los límites de la historia” y que “es la lucha de clases la que marca el desarrollo de la sociedad”. Ésta distingue tres etapas: la primera, cuando el hombre primitivo vivía de la caza, la pesca y la recolección; la segunda, que se inicia con la invención de la agricultura; y la tercera, que se inicia a mediados del siglo XVIII con la llegada de la Revolución Industrial. El historiador no debe intentar comprender la dinámica de la evolución de una sociedad, sino que debe entender los enfrentamientos entre las distintas clases que la integran. Para ello debe buscar los criterios definidores de estas clases y las razones objetivas de estos enfrentamientos. Este autor considera que la historia debe estudiar los cambios de las trasformaciones sociales en el espacio y en el tiempo. Ésta no debe relatar el mero suceder de los hechos sino explicar el cómo y el por qué de dichas transformaciones. Además, ésta debe ocuparse del estudio del hombre en sociedad, nunca del individuo en particular. Fontana opina que debe estudiarse una “historia total”, la cual debe abarcar todas las dimensiones del hombre: aspectos políticos, económicos, sociales, culturales, etc. El autor piensa que la función de esta disciplina no es otra que “ayudar a la gente a comprender su situación actual haciéndole inteligible el pasado”. Asimismo, comprendiendo el presente pueden hacerse predicciones de futuro. Un hecho histórico, en palabras del autor, “no es solo el acontecimiento político, el dato, la anécdota o los números de una estadística, sino el resultado de un complejo de elementos de carácter social”. Fontana considera que hecho histórico es aquel acontecimiento que afecte a un número importante de personas, esto viene a remarcar su concepción de la historia, la cual debe ocuparse del hombre en sociedad, no del individuo. Por otro lado, piensa que la información que tenemos sobre los hechos históricos tiene una alta carga subjetiva por parte del autor que los relata, por lo que el historiador debe analizar bien la fuente en su contexto e intentar obtener la visión más objetiva posible de ese hecho. El historiador, en este caso, puede servirse de otras fuentes sobre el mismo hecho, ya sean contemporáneas a los hechos o no, valorarlas e intentar plasmar la visión, que a juicio del propio historiador, es la más correcta.

CONCLUSIÓN Los hechos históricos son hechos básicos y relativamente efímeros, que deben ser aceptados por todos los historiadores, conllevan una interrupción del curso normal de los acontecimientos y son la espina dorsal de la Historia. Que un hecho sea considerado como un hecho histórico dependerá de la interpretación que le den los historiadores....


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