Tema 3 - El cristianismo en la España visigoda PDF

Title Tema 3 - El cristianismo en la España visigoda
Course Religiosidad Cultura y Herejías en la Edad Media
Institution Universidad de Castilla La Mancha
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Tema 3. El cristianismo en la España visigoda El mundo visigodo El pueblo visigodo es una rama del pueblo godo, de origen escandinavo que se trasladaron hacia el suroeste, atravesando en el 338 el limes del Danubio. En época de Alarico (que habría saqueado Roma) ya son cristianos arrianos. En el siglo V se mantuvieron en Tolosa, creando un reino propio. Ya en esta época están documentadas incursiones en Hispania en el papel de defensores federados de Roma. En el 507 abandonan el reino visigodo de Tolosa, debido a la presión de los Francos. Clodoveo los vence en este año, naciendo así el reino visigodo de Toledo, que perdurará hasta el 711. Aunque nació en el 507, será a mediados del siglo VI cuando se articule como reino propiamente dicho.

1. Del reino hispano-visigodo arriano al reino hispano-visigodo católico Los visigodos eran arrianos. El arrianismo es una herejía que se expande en Oriente en el siglo IV, cuando Arrio (de origen Sirio) empieza a predicar su doctrina: fundamentalmente defiende que el hijo es inferior al Padre (es una criatura suya), presentando al hijo como ser intermedio entre Dios y el mundo y artífice de la creación. Para responder a estas cuestiones se condena esta herejía en el concilio de Nicea (325). Osio de Córdoba tuvo un papel importante en este concilio. Tras esta condena y tras la muerte de Constantino, el arrianismo se expandió por oriente. En el curso de esa expansión, son evangelizados en los Balcanes varios pueblos germanos, como los godos, los burgundios, etc. Es la religión que traen los visigodos a la Península. El arrianismo formará parte de las diferencias socio-políticas que hay entre la etnia germánica y la etnia hispano-romana. Es una seña de identidad racial para los visigodos. Hay una minoría germánica visigoda con su lengua, costumbres y religión propias que se impone a una mayoría hispano-romana que es de creencias católicas. En un principio, se buscó la segregación entre visigodos e hispano-romanos, para mantener la fuerza militar frente a los hispano-romanos. En el 571 sin embargo, Leovigildo cambiará las premisas de la relación entre visigodos e hispano-romanos, pretendiendo la unificación mediante la supresión de las diferencias con los hispanoromanos. Entre las medidas de Leovigildo destacaron la permisión de los matrimonios mixtos (que en muchos casos se daban antes de la permisión legal), venció a los suevos, luchó contra los bizantinos que habían invadido el este, unificó las funciones entre hispano-romanos y visigodos. En este contexto trató de llevar a cabo una unificación religiosa en el arrianismo, tratando de atraer a la aristocracia religiosa hacia sí. Por ello, hizo medidas favorables para los trámites para ser arriano, debatió doctrinalmente con los sacerdotes católicos, etc. Pese a sus esfuerzos, Leovigildo fracasó en su intento de unificar religiosamente a los hispano-romanos y a los visigodos. En esta época hubo una corriente apologética anti-arriana, debido a la persecución de católicos por parte de los vándalos.

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Una muestra del fracaso de Leovigildo en materia de religión es la rebelión de su hijo Hermenegildo, gobernador de la Bética. Éste se bautizará católico por influencia de san Leandro, obispo de Sevilla. Su rebelión política irá unida a la reivindicación del catolicismo. Con esta medida, podía ganar aliados entre los católicos (bizantinos y suevos entre otros). Hermenegildo fue vencido y hecho prisionero, después de negarse a abjurar de la fe católica para pasar de nuevo al arrianismo. Por este hecho, siglos después se le trataría como mártir. Leovigildo acabaría por convertirse al catolicismo años después. Recaredo instauraría oficialmente el catolicismo como religión de los hispano-visigodos en el III Concilio de Toledo (589). Este concilio se desenvuelve principalmente en tres aspectos:  



Supone la unidad del reino hispano-visigodo. Colaboración entre la realeza y la Iglesia. Los obispos colaboran políticamente con los reyes. Una expresión de esto son los concilios generales de Toledo, donde el poder político visigodo adquiere representación y donde se tratarán no sólo temas religiosos sino también problemas que afectaban a la política. Serán convocados por los reyes y acuden los magnates. Hay una simbiosis entre poder político y eclesiástico. Reforzamiento de la autoridad de los reyes. El rey se sacraliza (rex gratia Dei). Un ejemplo de esto son las alabanzas de san Leandro en sus homilías para ensalzar la labor religiosa del rey. Se habla del rey como “el ungido de Dios” aunque no habrá noticias de la unción regia hasta el rey Wamba. Este proceso es imponer un aceite al nuevo rey que significa que le rey está marcado por Dios y por tanto sacralizado. En el IV Concilio de Toledo se expresa claramente, recibiendo el título de “ungido”. Atentar contra el rey pasa a ser un sacrilegio.

2. La Iglesia visigoda como Iglesia nacional

El término “Iglesia nacional” o “Iglesia regional” se debe a que dese los albores del siglo IV, la Iglesia en el mundo germánico se identifica con cada reino. Esto no quiere decir que no exista el primado del papa, pero sí que a cada Iglesia regional le corresponda todo lo referente a la organización disciplinar (costumbres eclesiásticas, liturgia, etc.). Nace una colaboración entre Iglesia-Estado. El fenómeno de la Iglesia nacional hispano-visigoda se enmarca dentro de un ambiente europeo en el que la Iglesia se presenta más como un mosaico de religiosidades, todas como respuesta a una misma fe y a una misma religión: el cristianismo.

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En Hispania, la Iglesia estaba dividida en seis provincias que a su vez estaban divididas en distintas diócesis. Las seis provincias era: la Narbonense (con sede en Narbona), la Gallaecia (con sede en Brácara, actual Braga), Lusitania (con sede en Merita, actual Mérida), Bética (con sede en Sevilla), Cartaginense (con sede en Cartagena) y Tarraconense (con sede en Tarraco). En cada provincia había una sede metropolitana, que solía ser la sede episcopal más antigua, de mayor prestigio o simplemente la capital provincial. En estas sedes se hallaba el obispo metropolitano (que en épocas posteriores al siglo XI, pasará a llamarse en algunos casos arzobispo), que era el encargado de supervisar todas las diócesis de la provincia.

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La diócesis es el territorio dependiente de un obispo. Tal territorio abarcaría una ciudad y los terrenos circundantes de la misma. 18

2.1.

La elección de los obispos

Desde la llegada del cristianismo, los obispos (sucesores legítimos de los apóstoles) fueron elegidos canónicamente casi por aclamación popular y por la aprobación del clero de esa diócesis. Se solía elegir entre los presbíteros con fama de santos, o con predisposición a ayudar especialmente a la diócesis. A partir del siglo IV (desde el concilio de Nicea, en el 325) la elección de los obispos será responsabilidad del obispo metropolitano y los obispos sufragáneos. Durante los siglos VI y VII, en todo el ámbito de la Europa germánica, el poder regio irá interviniendo en la elección de los obispos. En el caso de Hispania, el obispo toledano irá adquiriendo el primado hasta obtener la competencia de la elección de todos los obispos del territorio, y no sólo de su provincia. 2.2.

Funciones de los obispos

Los obispos diocesanos:           

Son los supremos pastores de la diócesis: consagran a los clérigos, sean del orden que sean. Bautizar: es un poder delegado a todos los presbíteros. Excomulgar: la capacidad de expulsar a alguien de la comunidad. Reunir sínodo cada año y acudir al concilio provincial convocado por el obispo metropolitano. Ser juez en un tribunal eclesiástico. Velar por las iglesias parroquiales, dependientes del obispo. Cura animorum: la cura de las almas, Nombrar a los clérigos. Realizar una visita diocesana de inspección. Consagrar cualquier lugar y las iglesias. Percibir una parte de las rentas de la Iglesia parroquial.

Los obispos metropolitanos:    

Consagrar a otros obispos Mediar en las disputas entre obispos Vigilar la preparación litúrgica Anunciar la fecha de la Pascua

El obispo metropolitano estaba en la sede metropolitana, normalmente la sede de mayor prestigio o antigüedad. Sin embargo, el obispado de Toledo no cumplía estos requisitos. Era una diócesis más dentro de la sede provincial cartaginense. El por qué Toledo obtuvo primacía se explica por la invasión bizantina de Cartagena (551-621) que hizo que la provincia cartaginesa se desgajara y diera lugar a la provincia carpetana celtibérica con sede en Toledo. Esto se dio debido al deseo por parte de la Iglesia de Toledo de no estar sujetos a las normas de un obispo bizantino, que a su vez estaba ligado al emperador de Oriente.

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En el año 610, el rey Gundemaro dio un decreto por el cual establece que el obispo metropolitano era el de Toledo y no el de Cartagena. En el 621, los bizantinos fueron expulsados, pero Cartagena no recuperó el rango de sede metropolitana. Durante el siglo VII se aprecia cómo el obispo de Toledo comienza a actuar como obispo encumbrado y avalado por la sociedad, tomando decisiones que se salían de su ámbito provincial. Tenía una corte de obispos que iban rotando para cumplir ese cargo. Según algunos autores, en el año 641, el obispo de Toledo ya intervendrá de manera activa en las decisiones de todo el territorio hispano-visigodo. En el año 681 (XII Concilio de Toledo) se establece que en adelante el obispo de Toledo podrá nombrar obispos y por tanto poseer primacía frente al resto de obispos metropolitanos. En el año 1086, Toledo, que había sido tomada por los musulmanes, será reconquistada por Alfonso VI. Esta conquista estará imbuida por la idea de que Toledo era sede primordial del cristianismo. En el 1088, Urbano II otorgará la bula por la que Toledo pasará a tener el primado de Hispania (cunctus sanctorum). El caso es que hay una identificación entre Iglesia y Estado. La capitalidad eclesiástica se identificará con la capitalidad del reino.

2.3.

Iglesias privadas y parroquiales

A partir del siglo VI nace el fenómeno de las iglesias parroquiales en el mundo rural. (eclesia parroquiae). Estas iglesias son definidas por la delegación episcopal. El obispo elige al clérigo, consagra el altar y percibe parte de la renta obtenida. Sin embargo, en la práctica fue más frecuente la creación de las iglesias propias o privadas.3 El señor pasaba a ejercer patronato sobre esa iglesia, percibiendo él mismo la renta y dando al clérigo un salario (llamado presbiterium), frecuentemente demasiado escaso para que el clérigo pudiera vivir en buenas condiciones. La Iglesia, aunque rechazaba el fenómeno de las iglesias propias, no lo persiguió, dado que pese a quitar competencias al obispo, extendía la evangelización por estas zonas rurales.

2.4.

La política regia anti-judaica

Las raíces del anti-judaísmo: la presencia judía en la Península se remonta a época romana e incluso a épocas anteriores (Emilio Mitre los sitúa en época fenicia) y se perpetuará hasta 1492, cuando los Reyes Católicos los expulsaron.

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Las Iglesias propias son iglesias fundadas por un señor (en esta época más bien un terrateniente) dentro de sus dominios. Por tanto, los costes y los beneficios (la parte de la renta) así como las decisiones (la elección del clérigo, la reparación del templo…) pasan a ser parte del dominio del señor, como cualquier otra propiedad, como ocurría por ejemplo con los molinos. 20

La hostilidad contra el pueblo judío no es propia exclusivamente del pueblo cristiano. Las fuentes antiguas hablan de una existente conflictividad entre los pueblos semitas y los pueblos de la antigüedad. En el mundo romano, también hubo medidas en contra de este colectivo (por ejemplo las del emperador Claudio). Para Roma, la religión judía era una religión inasimilable (los romanos eran conocidos por su sincretismo religioso) y el separatismo cultural propio de los judíos generó desprecio por parte de los romanos y por parte de los judíos hacia los paganos. Aquí nacen las bases del antisemitismo cristiano. Las acusaciones que se daban en el ámbito romano serán las mismas que en siglos posteriores los cristianos les lanzarían: sediciosos, orgullosos, avaros y obscenos (a la que se añade la acusación de ser el pueblo deicida). En el reino hispano-visigodo (en el concilio de Elvira) ya hay medidas antijudaicas. Las normas de este concilio quedarán operantes para los cristianos pero no adquirirán la categoría de normas civiles. En el reino hispano-visigodo católico, estas normas pasarán a ser normas civiles. El Estado es el que emprende una política judaica. Las causa principales de recelo contra los judíos fueron:   

 

Causas religiosas: la de deicidio. Causas culturales: el separatismo judaico, las normas dadas para la vida cotidiana y la fuerte conciencia de grupo. Causas políticas: las relaciones con los bizantinos y desde tiempos de Recaredo, como rey cristiano que tiene la misión de guiar a su pueblo hacia la salvación. Imponiendo su poder ante estos grupos no asimilados, daba la visión de ser un rey fuerte. Causas económicas: los judíos eran un grupo prósperos y los cristianos tenían un gran resentimiento hacia ellos por dicha prosperidad En tiempos de crisis, los judíos serán el chivo expiatorio. Los judíos serán el blanco de confiscación de bienes para poder recuperar dinero en tiempos de crisis.

 El denominador común de las medidas anti-judaicas Hay dos objetivos:  

Segregar a los judíos para evitar su influencia sobre los cristianos. Integrarlos como cristianos bautizados.

Se dio el problema de los falsos conversos que judaizaban a los cristianos. Lo que la inquisición persiguió fue el fenómeno judaizante. El III Concilio de Toledo (589) Recaredo.    

Se prohíben los matrimonios mixtos. Se prohíben el acceso de los judíos a cargos públicos. Se obliga a liberar a los esclavos que habían sido circuncidados por los judíos. Se ordena a bautizar a los hijos de matrimonios mixtos. 21

Sisebuto (612-621)    

Aplicó medidas anti-judaicas romanas (prohibición de tener esclavos judíos) Pena de muerte si se convertía a un cristiano al judaísmo Se prohíben el trabajo durante el domingo. En el 616 decretó expulsión o conversión: bautismo forzoso. Esta medida fue criticada en el seno de la Iglesia hispana (principalmente san Isidoro).

Sisenando 

Tras sublevarse con éxito contra Suitila, promulga medidas antijudaicas, legitimándose como rey cristiano

Recesvinto (653-672) 

Prohíbe las manifestaciones externas del judaísmo.

Égica (687-672; con Witiza hasta 702) Concilios XVI de Toledo (693)  

Exención de impuestos a los conversos. Se prohíbe que haya intercambios comerciales entre judíos y cristianos.

Concilio XVII de Toledo (694)    

Confiscación de los bienes de los judíos. Estatuto de siervos del rey para todos los judíos. Deportación y dispersión por la península. Entrega de los hijos de los judíos a los cristianos (a los 7 años) para que en un futuro se casaran con cristianos.

En el Thomus Regis, Égica decía que había intentado ser tolerante con los judíos, por lo que les devolvió los esclavos. Sin embargo, dado que no cumplieron la promesa Witiza (702-710) sí favoreció a los judíos. Colaboraron con los musulmanes en la invasión. En gran medida, estas medidas legales no se pusieron en práctica. La situación real no fue tan dramática como las leyes nos hacen ver. Las propias normas reflejan que había un buen flujo comercial, patrimonial y de esclavos. No había una situación de miseria. Además, pese a estas medidas, subsistieron a lo largo de toda la Edad Media. Sánchez Herrero afirma que estas políticas fueron discontinuas. En el siglo VII, siete reyes fueron anti-judaicos y once practicaron tolerancia o protección.

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2.5.

La cultura: el renacimiento isidoriano

En los siglos VI y VII, surge una pléyade de autores que pertenecen al denominado movimiento isidoriano (en torno al 600). Es la figura más importante del siglo VI y VII. Esta pléyade afirma que hubo un nivel cultural sin parangón en el resto de la Europa germánica. La producción de estos autores tenía un perfil religioso (en torno a la liturgia, poesía religiosa, teología, reglas ascéticas o monásticas…). La producción isidoriana acogió el bagaje cultural latino. San Isidoro fue obispo de Sevilla. Escribió Las etimologías, que a modo de enciclopedia recopila el saber de su época en cuestiones relativas al universo, la naturaleza, etc. Se dice que fue la obra más leída en toda la Edad Media por lo menos hasta el siglo X. Escribió otras obras sobre ética, herejía, reglas monásticas, exégesis de las escrituras y una obra de historia4. Autores isidorianos:      

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Severo de Málaga Braulio de Zaragoza Julián de Toledo San Leandro de Sevilla Quirico de Barcelona Ildefonso: De virginitate sancte Mariae

De godos, de los vándalos y los suevos. Hay un elogio de los godos a los que remonta a los nietos de

Noé, Gog y Magog. Hay también una exaltación de la España visigoda donde brilla la fe cristiana.

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