Tema 4 Desarrollo de la Arquitectura Toscana en Italia PDF

Title Tema 4 Desarrollo de la Arquitectura Toscana en Italia
Author jose ramon parrilla casero
Course Arte del Renacimiento
Institution Universidad de Sevilla
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APUNTES DE José Roda Peña sobre el arte toscano...


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Tema 4:DESARROLLO DE LA ARQUITECTURA TOSCANA EN EL QUATTROCENTO: BERNARDO ROSSELLINO, AGOSTINO DI DUCCIO, GIULIANO DA MAIANO Y GIULIANO DA SANGALLO. OBRAS ANÓNIMAS. Bernardo Rossellino (1409-1463)

Su actividad artística está íntimamente vinculada a la trayectoria de tres pontífices, Eugenio IV, Nicolás V y Pío II, y su producción arquitectónica está dispersa, fundamentalmente en las ciudades de Arezzo, Roma, Florencia y Pienza. Sus contemporáneos señalan la habilidad técnica de la que siempre hizo gala, así como la rapidez y el ímpetu con el que afrontaba sus encargos. Con apenas 25 años recibe su primer encargo independiente, la finalización de la fachada principal de la Misericordia de Arezzo(1435). Durante estos mismos años, va a recibir un encargo importante, pues viene del papa Eugenio IV. Se trataba de levantar la Capilla del Sacramento en la Antigua Basílica de San Pedro, que no ha llegado a nuestros días porque se demolió en el proceso de construcción de la nueva. De regreso a Florencia va a trabajar en el Claustro de los Naranjos de la Abadía Florentina(1436 y 1437). Este claustro nos remite al claustro del convento de San Marcos de Florencia, en el que Michelozzo emplea arcos rebajados sobre columnas de orden jónico, prácticamente son un calco. Posteriormente Bernardo Rossellino abandonó la actividad arquitectónica para centrarse en la faceta escultórica. En 1450 lo encontramos de nuevo en Roma, esta vez trabajando al servicio del papa Nicolás V, estancia que va a ser muy importante porque tiene la oportunidad de entrar en contacto con Alberti, con quien colaboró para la edificación del Palacio Rucellai .

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Donde verdaderamente podemos apreciar la obra de Rossellino en todo su esplendor es en Corsignano, villa natal del papa Pío II, de nacimiento Eneas Silvio Piccolomini. Cuando este papa ascendió al solio pontificio, decidió dignificar su pueblo natal transformándolo en una ciudad episcopal,con un obispo al frente y, consecuentemente, una catedral, junto con otra serie de edificaciones que contribuirían a la monumentalización de la villa. De hecho, desde ese momento Corsignano cambió su nombre por el de Pienza, en homenaje al papa. Las obras de transformación que se iniciaron entonces fueron encomendadas a Bernardo Rossellino. Estas se dieron con gran rapidez entre los años 1460 a 1462, teniendo como núcleo de actuación la plaza principal, que fue convertida en un espacio público de planta trapezoidal y donde se levantaron los edificios más significativos del nuevo plan urbanístico: la catedral, el palacio episcopal, el ayuntamiento o palacio comunal, denominado Palacio del Pretorio, y el Palacio Piccolomini, de tipo señorial. La remodelación de Pienza fue el primer ejemplo de transformación urbanística en búsqueda de la ciudad ideal renacentista que tomó forma visible, ya que, por lo general, estas se quedaron en el papel, diseñadas en tratados de arquitectura y otros documentos, pero sin materialidad física. Sin embargo, aquí la obra original del papa pudo llevarse a la práctica,ya que dio instrucciones muy precisas sobre los edificios que debía acoger e incluso pudo haber intervenido a la hora de influir en cuanto a las formas y las fuentes.

La Catedral de Pienza (1459-1462) presenta una planta de tres naves de igual altura que hace que el templo se aleje de los modelos italianos y se asemeja más a la tipología de hallenkirche o iglesia de planta de salón, que tan arraigada estaba en Europa central. Parece que esto fue un deseo expreso del papa, que pudo haber visto este modelo arquitectónico en sus viajes a Alemania cuando era cardenal . Además, 2

este modelo arquitectónico permite una mejor iluminación del interior. Las naves se articulan por esbeltos pilares con semicolumnas adosadas que llevan insertos sobre los capiteles los fragmentos de entablamento que tan característicos habían sido en la obra de Brunelleschi, y que elevan la altura de las bóvedas de crucería que cubren los tramos de las naves. La disposición de esas piezas sobre los capiteles se ha interpretado como un afortunado error ya que cuando se trajeron de las canteras,las columnas,resultaron ser bastante bajas,esto no había sido proyectado en el diseño original, pero acabaron resultando una solución atractiva. La fachada blanca de mármol travertino presenta gran pureza de líneas y volúmenes. Se articula por medio de una composición tripartita, con tres arcos sobre columnas de orden compuesto prolongados a través de los dos cuerpos que conforman la fachada. Cada arco acoge una entrada.El conjunto queda rematado por un frontón triangular de grandes dimensiones en cuyo tímpano se disponen las armas de Pío II, que son las de su familia coronadas por las llaves de San Pedro.

En uno de los lados de la plaza, a la derecha de la catedral, se halla el Palacio Piccolomini (1459). Su fachada sigue muy de cerca el modelo del Palacio Rucellai de Alberti, pues de nuevo se trata de una fachada de tres niveles separados por entablamentos y articulados por un sistema de pilastras y una superposición de órdenes, tal y como aparece en algunos monumentos de la Antigüedad romana, como el Anfiteatro Flavio o el Teatro de Marcelo. Otros elementos que aparecen en el Palacio Rucellai y que se toman aquí son las características ventanas bíforas, de las que toma también el arquitrabe que interrumpe los arcos, y el empleo del

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almohadillado como elemento decorativo. La fachada trasera del palacio dispone de unas magníficas vistas del jardín y del paisaje por deseo expreso del papa.

La plaza se completa con el Palacio Episcopal y el Palacio del Pretorio, que cumplía las funciones de ayuntamiento. Este recurre al formato usual de palacio florentino casi de origen medieval. En él destaca una logia en el piso inferior y un cuerpo de ventanas bíforas en el superior. Además, presenta un aspecto de fortaleza muy propio de la Toscana,características generales que se repiten en los demás edificios del entorno urbano.Y por contraste encontramos la fachada del Palacio Epicopal, muy a la romana, con una monumentalidad desnuda.

Agostino di Duccio (1418-1481):Agostino di Duccio se dedicó por encima de todo a la escultura, sólo de manera puntual se asomó al campo de la arquitectura. Vivió en Rímini durante muchos años, en los que llegó a conocer a Alberti, que le influiría de forma considerable. Entre sus obras podemos destacar el oratorio de San Bernardino, en Perugia (1457-1461), primera iglesia levantada en honor a este santo.

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Donde destaca su fachada policromada en su totalidad. Esta, como es característico de la región de la Umbría, exhibe unos colores vivos algo apastelados.

Giuliano da Maiano (1432-1490)

Giuliano da Maiano dio sus primeros pasos como arquitecto como colaborador de los grandes maestros de la primera generación renacentista, siguiendo los pasos de Brunelleschi y Michelozzo, pero siempre dando muestras de un especial talento por un tipo de diseño personal. Una de sus obras más significativas es la Catedral de Faenza (1474), dedicada a San Pedro y cuya fachada quedó inconclusa. Nos interesa su interior donde llama la atención la alternancia de soportes, donde se combinan columnas con pilares con

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pilastras adosadas. Otra particularidad de esta catedral es el hecho de que la totalidad de sus naves están cubiertas por bóvedas vaídas, convirtiéndose en la primera catedral renacentista en hacerlo. Algunos estudiosos proponen que Da Maiano pudo observar este procedimiento en Venecia.

Giuliano será, además, uno de los muchos arquitectos que intervenga en la basílica de la Santa Casa de Loreto (1468), un santuario mariano de gran importancia, debido a que custodia la que se venera como la casa de María en Nazaret, traída a este punto de Italia,según la leyenda, por ángeles. Las labores del arquitecto se centraron en la cabecera de la basílica. En el año 1484 viaja hasta Nápoles donde erigió la Porta Capuana,perfectamente encajada entre dos grandes bastiones de lo que era la muralla medieval de la ciudad. En ella emplea el tradicional esquema de arco de triunfo de inspiración romana, a lo que añade una gran riqueza escultórica.

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En Nápoles levantó, entre 1487 y 1490, la Villa de Poggioreale, que, por desgracia,ha desaparecido, pero de la que se conserva un plano y un alzado Sebastián Serlio.

Giuliano da Sangallo (ca 1445-1516)

Arquitecto nacido en Florencia, que responde al oficio de arquitecto puro, en el sentido en que no se formó en una materia distinta a la arquitectura, como sí lo hicieron la mayoría de los artistas del Renacimiento. Se dedicó enteramente a la arquitectura. Dirigió un amplísimo taller que no tenía el menor reparo en aceptar cualquier tipo de trabajo que estuviera relacionado con la construcción. Hacia 1465, con 20 años, viajó a Roma con el propósito de conocer de primera mano y estudiar los monumentos antiguos. En la Ciudad Eterna permaneció durante siete años, a lo largo de los cuales realizó un importante número de dibujos y bocetos con anotaciones manuscritas,que fueron recogidos en el Codex Barberini Latino, hoy custodiado en la Biblioteca Vaticana.

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Tras esta etapa de formación regresó a Florencia, donde afrontó, en solitario, la construcción del Palazzo Scala o “della Gherardesca” (Florencia, 1473-1480), por encargo del canciller Bartolomé Scala. El edificio sigue los modelos domésticos de la Antigüedad y cuenta con un peristilo, un elemento muy característico de la domus romana, delimitado por unas arcadas de medio punto sobre las que se asienta el piso superior. Entre un nivel y otro un amplio basamento exhibe doce relieves monumentales en los que se presentan temas mitológicos y alegóricos.

A Giuliano se debe el diseño del ejemplo más perfecto de villa humanista ,esta toma el nombre de Villa Medicea di Poggio a Caiano, (1480-1485). Perteneciente a la familia Medici, la residencia estival de Lorenzo el Magnifico. Posee una indudable inspiración romana, sobre todo en su monumentalidad que, aun propia de Roma, está traducida pasada por el tamiz de un lenguaje formal toscano. Presenta una planta cuadrada, los principios de proporción y simetría se aprecian tanto en la planta como en el alzado. En su fachada principal cabe distinguir la presencia de un cuerpo inferior de arcos de medio punto, rematado por una balaustrada, y sobre el que se asienta un gran pórtico concebido como un templo grecorromano hexástilo, y rematado por un gran frontón triangular con las armas de la familia Medici en el tímpano. A este se accede por una doble escalinata de perfil curvilíneo que responde a una modificación posterior.

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Tan satisfecho quedó Lorenzo el Magnífico con el resultado de la villa que hizo un segundo encargó a Giuliano. Se trata de la iglesia de la Madonna delle Carceri de Prato(1486-1495),que debido a su carácter votivo obedece a una planta centralizada de cruz griega. El arquitecto rinde homenaje a la obra de Brunelleschi, como lo demuestra el interior de la iglesia, que sigue muy de cerca el estilo del venerado maestro a través de la articulación del espacio mediante pilastras corintias y entablamentos de pietra serena y la bicromía de esta con el blanco de los enlucidos, pero también la cubrición del crucero mediante una cúpula de paraguas sobre pechinas, iluminada con tondos, y la disposición de algunos elementos decorativos de cerámica. Esta iglesia nos trae el recuerdo de la Capilla Pazzi o Sacristía Vieja.

Para los Pazzi edificó el atrio de la iglesia de Santa María Magdalena dei Pazzi (Florencia, 1482-1492), que remite por sus formas al pórtico de la capilla Pazzi, de la misma familia, de trazas muy similares. Al igual que este, se compone de una serie de columnas que soportan un entablamento interrumpido en el centro por un arco de medio punto.En este caso la desornamentación es absoluta frente al carácter más decorativos de la Capilla Pazzi de Brunelleschi. También sigue muy de cerca el estilo de Brunelleschi en la sacristía de la iglesia del Santo Spirito (Florencia,1482-1492). Vemos que se trata de una planta centralizada, octogonal concretamente,de nuevo articulada por un sistema de pilastras corintias de orden gigante,donde se encuentra según los expertos los capiteles corintios más bellos de toda la Florencia del Quattrocento ,y arcos de medio punto moldurados, elaborados como es tradicional con la autóctona pietra serena, por lo que también aquí encontramos la bicromía entre el gris de la piedra y el blanco del enfoscado.La estancia se completa con una serie de piezas muebles propias de una sacristía lo que reduce la luminosidad del interior. Una sacristía que casi desde su momento inicial acogió en su interior el crucificado, que es una de las obras juveniles de Miguel Ángel en su etapa florentina.

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En el terreno de la arquitectura palaciega destaca el Palacio Gondi de Florencia (1490), donde también se nota la influencia de Brunelleschi. Fue iniciado en 1490 con un estilo fiel a la tradición por el empleo del almohadillado, pero dotando a la fachada de un claro sentido decorativo, porque en cada piso de la fachada los sillares han sido tratados de forma distinta.A este respecto destaca un elemento muy característico y distintivo de este palacio, como es la ubicación de un sillar con forma de cruz encajado entre ventana y ventana, en el piso intermedio. Además hay dispuesto un banco corrido en el piso inferior, siguiendo la idea de Alberti en el Palacio Rucellai, y como elemento decorativo destaca el escudo de armas de la familia patrocinadora en unas de las esquinas del edificio.

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Otro palacio destacado en la obra de Giuliano da Sangallo es el Palazzo Strozzi (Florencia, 1489), en cuya construcción contó con la colaboración del arquitecto Simone del Pollaiolo “Il Cronaca”, que fue quien se encargó de verdaderamente de la construcción.A este último debemos el diseño del patio central,así como la disposición de la sobresaliente cornisa,probablemente la de mayor vuelo de Florencia,que remata la fachada. También se continúa con la tradición de la graduación de los sillares de piedra en cada planta,haciéndose más suaves y pulidos conforme se asciende en altura. Sigue también utilizando los recursos de la tradición florentina en cuanto a los vanos geminados,presentes por ejemplo en el Palazzo Rucellai de Alberti,con un doble arquillo descansando no en un parteluz sino sobre una viga horizontal a modo de arquitrabe.

Palazzo della Rovere(Savona,1495-1497). Cuando los Medici fueron expulsados de Florencia, Giuliano se vio obligado a buscar nuevos patrocinadores. Así, el cardenal Giuliano della Rovere, futuro papa Julio II, le encarga este palacio,que es un exponente del clasicismo que desarrolla Da Sangallo en el último tramo de su carrera, y caracterizado por su desnudez. Plantas articuladas por unas sencillas pilastras de orden toscano. Encontramos un elemento que no hemos visto hasta ahora pero que va a tener un uso muy frecuente en la arquitectura palaciega, sobre todo en romana, se trata de la superposición de dos ventanas en la misma planta, en este caso en el Piano Nobile. La fachada tan limpia de decoración y pendiente de calidad exclusiva del diseño es lo que evoca ese paso al estilo purista romano.

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Cuando accede al papado León X, de la familia Medici, esta vuelve al poder en Florencia, y con ella la protección a Sangallo. El papa lo llamará a Roma y lo nombrará junto a Rafael arquitecto de las fábricas pontificias. Por ello, se vincularán con la construcción de la nueva basílica de San Pedro, para la que idearon un proyecto del que se conserva un plano fechado en 1505 en la Galería de los Uffizi. Son planos muy convencionales,no introduce ninguna aportación relevante y son plantas de compromiso entre un diseño basilical dominado por la cruz latina. Estos no obstante son interesantes porque sabemos que influyeron en cierta medida a Bramante cuando él realizó el proyecto original de la Basílica de San Pedro.Sin embargo, Sangallo estaba ya en el final de su carrera, era ya mayor, por lo que se desvinculó del proyecto.

Para completar el estudio de la arquitectura toscana del Quattrocento, debemos señalar una serie de obras que aún permanecen en el anonimato. Una de ellas es la abadía de Fiesole, ciudad cercana a Florencia, que se construye a partir de 1456, y que recibe su principal impulso constructivo del abad Timoteo Maffei. Este proyecto se entronca perfectamente con las virtudes y características que se dan en la producción arquitectónica toscana del periodo, por su austeridad, armonía y perfección de las proporciones, ideas iniciadas por Brunelleschi y continuadas y asentadas por seguidores como Alberti y Michelozzo. Es una iglesia de una sola nave en la que se abren capillas laterales. Capilla cuyo crucero se cubre con una gran bóveda semiesférica mientras que la capilla mayor, bastante profunda, lo hace con una bóveda de cañón.

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Otra obra anónima pero que constituye uno de los principales hitos de Florencia es el Palacio Pitti, construido a partir de 1458, bajo los auspicios del banquero Luca Pitti. Aunque desconocemos el arquitecto que proyectó el edificio, se ha atribuido a Luca Fancelli. Hay algo en el Palacio Pitti que traiciona a lo que se venía haciendo en Florencia en el plano arquitectónico, y es su colosalismo, su monumentalidad, más cercano a lo romano que a lo florentino. Estas grandes proporciones hay que entenderlas dentro del afán de superación y competitividad que había entre familias florentinas del siglo XV. De hecho, Luca Pitti dijo “ que quería que en el patio de su palacio cupiera todo el Palacio Medici”. El núcleo original se corresponde con los siete tramos centrales de su fachada principal, el resto es producto de ampliaciones llevadas a cabo en el siglo XVI por arquitectos manieristas: Vasari y uno de los mejores discípulos de Miguel Ángel, Bartolomeo Ammanatti. Como es tradicional, en la fachada se emplea un paramento almohadillado, idéntico en las tres plantas, pero a diferencia de lo que se había hecho anteriormente no se emplea ningún orden arquitectónico, es decir, nos encontramos con pisos corridos, solo interrumpidos por los ventanales y las puertas del piso bajo. Cada una de las tres plantas está coronada por una balaustrada de orden jónico. El palacio llegó a cobijar en su interior uno de los más tempranos salones para banquetes abovedados de todo el Renacimiento italiano.

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