Tema 5. LA SOCIEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA PDF

Title Tema 5. LA SOCIEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA
Author Evangelina Mariscal
Course Historia Medieval II: siglos XIII-XV
Institution UNED
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TEMA 5- LA SOCIEDAD EN LA BAJA EDAD MEDIA. 1. Las instituciones representativas y políticas. 1.1 La monarquía. Durante todo el siglo XIII, asistimos en toda Europa a un reforzamiento del poder real, favorecido por las Universidades, el Derecho Romano y las doctrinas aristotélicas. Los siglos XIV y XV, contemplarán ese afianzamiento de poder y el papel preponderante que, en todos los campos irán alcanzando las ciudades. Tanto la Iglesia como la nobleza entran en una fase de estancamiento, al depender su poder de sus posesiones agrarias. En Francia, tras la victoria de Bouvines (1214) el prestigio de la realeza aumentó y fue aprovechado por los soberanos Capeto, para influir en el proceso de centralización del reino. El ascenso de los legistas y caballeros de segunda categoría harán que ocupen puestos relevantes en la administración en detrimento de los nobles de 1er rango. En Inglaterra, la monarquía logrará que en todo el país impere una sola ley y una sola justicia. El gobierno se apoyará en el Consejo Real, Hacienda, Justicia y Cancillería. En Alemania, cuya monarquía es electiva, asistimos a continuos intentos de los soberanos por controlar las elecciones reales y vincular la corona a sus familiares. Esto cambiará con la Bula de Oro de Carlos IV. Podemos afirmar que, la monarquía irá afianzando su poder frente a aquellas instituciones que pueden frenarlo, especialmente la Iglesia, la nobleza feudal y el Imperialismo. Por este motivo, su objetivo será debilitar las estructuras feudales y después las municipales, todo lo cual desembocará en un incipiente autoritarismo. Para la concentración de todos los poderes en manos del rey se exigirá dinero. De ahí tantas reformas fiscales para poder pagar a los numerosos funcionarios y representantes reales, así como el nacimiento de embajadas en otros países y contar con un ejército profesional permanente. Ej. De este tipo de monarquías: Carlos VII y Luis XI en Francia, Enrique VII Tudor en Inglaterra o Alfonso X de Castilla o Pedro IV de Aragón. 1.2 Los parlamentos. A pesar del fortalecimiento del poder monárquico se produce una afirmación del poder ciudadano y de sus clases dirigentes (burgueses) que desean tomar parte en la política activa del reino. Durante la Alta Edad Media, los monarcas tomaban consejo y opinión de los miembros de su entorno (familiares, nobles de confianza, cargos eclesiásticos). Formaban lo que se llamaba el Pallatium, Curia Regia o Aula Regia que se reunía de forma ordinaria. Cuando las decisiones eran más importantes, convocaban al resto de nobles y altos eclesiásticos a una curia o Asamblea Extraordinaria Plena al que todos tenían la obligación de acudir por el deber del Consilium. A partir del siglo XIII, los monarcas para afirmar su poder, necesitaban disponer de importantes recursos financieros, por eso recurren a tasas especiales y al cobro de tributos extraordinarios, que necesitaban de la aprobación de la nobleza y alto clero.

La burguesía de las ciudades fue tomando mayor peso, gracias a la actividad comercial. Los monarcas protegerán a las ciudades, para frenar los poderes eclesiásticos y nobiliarios, ya que las fuentes de riqueza comienzan a provenir del comercio y la industria, en vez de la agricultura. En España, concretamente, en León, se realizó la primera celebración de una asamblea o curia con presencia de ciudadanos. Fue celebrada por Alfonso IX, en 1188. Este tipo de asambleas surgieron contemporáneamente en toda Europa, ya que atendían a las mismas cuestiones económicas. El apoyo de las ciudades era imprescindible para los soberanos con el fin de ejecutar su política. Los ciudadanos presentaban peticiones, a los que los monarcas debían acceder, a cambio de su voto favorable. Los delegados de las ciudades representaban a una determinada clase social, que constituía la oligarquía ciudadana. Tampoco hay que olvidarse que, estas asambleas no tuvieron la misma importancia en todos los reinos. Podemos decir que, a partir de la segunda mitad del siglo XV, todos los parlamentos perdieron fuerza y acabaron doblegándose a los deseos de los monarcas. 1.3 La Administración central y local. La administración central deriva en todos los reinos de la época feudal. Era la Cancillería y el Consejo Real. Continúa habiendo una cierta confusión entre lo público y lo privado, aunque se va deslindando lo perteneciente a uno u otro ámbito. Ahora las grandes áreas de administración son la Hacienda, la Justicia, la Cancillería y el Consejo Real (Órgano político que asesora al monarca, cuyos miembros, pasaron de ser elegidos por el rey a ser impuestos al rey, dando lugar a personajes opuestos a su política) El monarca necesitaba de dinero, lo cual venía motivado por el pago del creciente número de funcionarios. Este personal estaba destinado a atender las necesidades administrativas, fiscales y judiciales. Se trataba de personas cualificadas que provenían de las Universidades. Aparecen en la ciudad una nueva clase social: los administradores o letrados que, junto a la aristocracia comercial controlarán el gobierno de las ciudades. Dado que su sueldo ( gaje) no era alto, se les permitió recibir regalos en especie o quedarse con parte de las tasas y las multas. Dos son los modelos de administración local: 1- El modelo francés, que hereda de la época feudal los bailes y senescales, a los que convierte en funcionarios fijos, asistidos por recaudadores y funcionarios judiciales. 2- En Inglaterra, los sheriffs, cuya misión era garantizar el orden público de los diversos condados en los que se dividía el reino y los escheators que administran los bienes reales situados en esos condados. 1.4 La diplomacia. La diplomacia surgió para cualquier asunto de importancia con sus vecinos. Los monarcas, príncipes, ciudades-estado enviaban a sus representantes, a lo que los textos designan como: legatus, nuntius (ambos transmitían mensajes por encargo del Papa), procurator y ambasciator (Con poderes para poder negociar y proponer acuerdos).

Al principio, los embajadores se enviaban ad hoc, para un tema o circunstancia concreta. Este tipo de misión se designaba para asistir a la coronación de Papas, reyes o emperadores, matrimonios reales, firmar paces, etc. Las respectivas naciones enviaban séquitos de hasta doscientas personas. Con el tiempo, se establecieron las embajadas permanentes, al frente de las cuales se situaba un clérigo de alto rango o un noble, acompañado de personas expertas en Derecho, capaces de entender y redactar acuerdos y tratados. Las primeras embajadas permanentes surgieron tras la Paz de Lodi en 1454 y fueron los Reyes Católicos los primeros en crearlas, ante la Santa Sede, el Imperio e Inglaterra, etc. 2. Las transformaciones sociales. En el siglo XV se fraguó una nueva imagen de la sociedad, con el nombre de órdenes o estados. Estos estamentos no eran homogéneos. Se trataba de una división que se basaba en el estatuto jurídico, los privilegios y las obligaciones de sus miembros. En Inglaterra por ej. el cardenal Beaufort proponía la siguiente ordenación: 1er. estado: prelados y magnates; 2º estado: caballeros, escuderos y mercaderes; 3er. estado: campesinos, artesanos y gente del pueblo en general. 2.1 La aristocracia o nobleza. En Alemania se fueron consolidando grandes y poderosos estados nobiliarios a los que los reyes no lograrán arrebatar su poder, por lo que siguieron una política de atracción respecto a sus titulares. Lo que sí consiguieron fue que sus sentencias pudieran ser apeladas ante el Tribunal Real. Los nobles siguieron constituyendo el Consejo Real y los Parlamentos. En Inglaterra tenían la condición genérica de nobles: los condes (earls) y un grupo de unos tres mil terratenientes. A partir del siglo XIV sólo unas cincuenta familias tenían derecho a sentarse en la Cámara Alta (Lores), mientras que el resto (Gentry) se sentaba en la Cámara Baja. En Francia, la nobleza pertenecía a los señores con feudo, que tenían un rango de vida alta y gozaban de exenciones. En España, a lo largo de los siglos XIV y XV fue configurándose una nobleza de sangre, con diferencia respecto a los demás, en su condición jurídica, su riqueza y su género de vida. Los monarcas de estos siglos no pretendieron destruir la fuerza que representaba la nobleza, sino más bien controlarla. El noble de la Baja Edad Media vivía retirado en sus castillos-palacios, enclavados en sus posesiones, adoptando funciones palaciegas. Los grandes señores empiezan a rodearse de una serie de personas ligadas a ellos, mediante contratos de servicios (clientelas). Así los grandes señores rivalizaban entre ellos. Nobles, príncipes de sangre real y duques permanecerán unidos entre ellos por vínculos matrimoniales. A finales de la Edad Media, la nobleza continúa siendo la dueña de la tierra y unas cuantas familias seguían controlando el poder a través de los Parlamentos. Esto les remuneraba beneficios sustanciosos, no solo de las tierras, sino además de las rentas que percibían por el desempeño de altos cargos en la administración. En el tránsito entre vasallo y súbdito nacen las Órdenes de Caballería, creadas por los monarcas para mantener y encuadrar en torno a ellos, la nobleza de sus reinos. No solo tienen misiones de carácter militar, sino también de carácter ético y religioso, donde se debe proteger al débil y castigar la injusticia. A

las Órdenes de Caballería se accedía mediante un ritual preciso, en el que se armaba al caballero. El ritual consistía en velar las armas, entregar la espada, ceñir las espuelas y dar el espaldarazo. Recuerda la ceremonia feudal del vasallaje. La primera orden se crea en Castilla en 1330 por Alfonso XI, “Orden de la Banda”. 2.2 El clero. El clero presenta unos rasgos más definidos y el que plantea una situación más compleja a la hora de integrarlo en la nueva estructura nacional que los monarcas bajomedievales estaban creando. La Iglesia era una institución internacional, casaban mal con los proyectos de unidad nacional que perseguían los monarcas. Dos eran las cuestiones fundamentales que molestaban a los monarcas del Papado: el nombramiento de clérigos extranjeros para cubrir los cargos eclesiásticos de sus respectivos reinos y la salida de dinero hacia Roma o Aviñón, que tentaban a los monarcas a crear sus propias iglesias nacionales ante tales prácticas. El clero continuó siendo el monopolizador de la enseñanza y el que nutría de juristas a las cortes. Los reyes elegían a un obispo para situarlo al frente de la Cancillería y el Parlamento. Obispados y Canonjías eran ocupados por hijos segundones de nobles y de clases dirigentes de las ciudades. El resto de clero se dividía en: regulares y seculares. En el clero secular observamos una clara diferencia entre el que ejerce su ministerio en las ciudades o en las iglesias rurales. El clero secular rural tenía gran falta de formación, por lo que se trazaron opúsculos pastorales y morales, así como, manuales de confesores. El párroco rural vivía aislado en su parroquia y en contadas ocasiones, acudía a la ciudad. La iglesia parroquial era el centro sobre el que giraba la vida de la comunidad. Las reuniones, fiestas, juegos, danzas, todo se hacía en los claustros de la iglesia o inmediaciones. El clero rural, conservó a lo largo de toda la Edad Media una aureola de respeto, ya que la religión fue un código de conducta, y más que el amor a Dios, se temía la condena al infierno. El clero secular y regular de las ciudades aumentó por el continuo crecimiento de la población que, hizo que el número de parroquias creciera mucho. Tanto clero secular y regular estaban en constante enfrentamiento por atraerse feligreses y gozar de donaciones y limosnas, ya que, excepto las órdenes monásticas, vivían de donativos y no practicaban trabajo manual, pues era considerado servil (inhonesta mercimonia) 2.3 El Tercer Estado. 2.3.1 Sociedad urbana. 2.3.1.1 El patriciado urbano. En líneas generales, podemos decir, que el patriciado estaba formado en países mediterráneos, por descendientes de nobles de segunda fila, ministeriales y milites de un antiguo señor. En Inglaterra, Norte de Francia, Países Bajos, Polonia, etc. estaban formados por gentes ricas de negocios de paños y vinos, finanzas, préstamos, compraventas de tierras, etc. Podemos afirmar que, todos los miembros del patriciado gozaban de gran poder político y económico. Son los llamados potentes, civites, aldermen, magnates, meliores, etc.

Sus aspiraciones le llevaban a imitar la vida aristocrática y alcanzar sus privilegios. Tenían el monopolio de los cargos públicos, nombraban a los magistrados y sus funciones se heredaban. En las ciudades del Norte, los meliores eran descendientes de antiguos comerciantes y se dedicaban a todo tipo de negocios, atesorando grandes fortunas. En un círculo completo, monopolizaban el comercio, el proceso industrial y artesanal. Compraban del exterior lana más barata y se la vendían más cara a los artesanos a los que compraban los productos manufacturados para venderlos fuera. En otras ocasiones, ellos mismos fabricaban el paño, contando con artesanos asalariados, controlando la producción y fijando los precios. Formaban guildas para impedir la competencia. Este patriciado tenía el poder político y económico de las ciudades, pues controlaban los municipios y legislaban en su propio provecho. Fijaban el precio de las cosas y los sueldos de los trabajadores.

2.3.1.2 El pueblo o común. Podemos decir que el pueblo, era todo individuo, no marginado social, pero que tampoco formaba parte de la élite clerical o laica que controlaba, bien el poder o la riqueza, o ambas cosas. Bajo esta denominación entraban jornaleros, obreros textiles, mendigos, artesanos, etc. Con el aumento de la crisis entró en conflicto directo con la clase dirigente, al verse excluido del poder, siendo utilizado para apoyar a uno u otro bando, en las luchas de las distintas familias dirigentes, que no dudaban en prescindir de él una vez logrados los objetivos. 2.3.2 La sociedad rural. Antes de que comenzara la crisis agraria se crean nuevas villas y se procede a la explotación de nuevas tierras que, produjeron numerosos contratos agrarios destinados a roturar y arar esos nuevos terrenos. El efecto que en el campo tuvo este aumento de población, se tradujo en un fuerte excedente de mano de obra, aumento de la producción, bajada de salarios y un aumento del precio de la tierra. En los señoríos se produce una sustitución generalizada de las prestaciones personales que eran realizadas de mala gana, por otras a censo en metálico que les permitía parcelar las tierras de la reserva y poner en cultivo las áreas hasta entonces improductivas. Los propietarios preferían estas últimas, ya que les aseguraban buenos ingresos, necesarios para las guerras, gastos suntuarios, edificaciones y pagos a clientelas. La situación cambió a mediados del siglo XIV, especialmente por la peste negra y por el cambio climático, que produjo largos periodos de lluvias y fríos intensos, lo que ocasionó muchas penalidades y hambrunas. La gran mortalidad hizo que en el campo sobraran tierras para cultivar, por lo que, se abandonaron las tierras altas, de difícil explotación y escaso rendimiento. Cayeron los arrendamientos y los ingresos de los propietarios, por lo que muchas familias pusieron en venta sus parcelas, que fueron compradas por gentes de ciudad y campesinos hacendados, para trabajarlas ellos mismos. Por falta de mano de obra, se elevan los salarios, y se dictan ordenanzas para limitarlos. El exceso de producción, al disminuir la población y dedicarse al cultivo de cereal, hizo que el precio de éste disminuyera, por lo que muchos propietarios dedicaron sus campos a la ganadería. En líneas generales podemos decir que en el campo sólo subsistieron las explotaciones rentables. Los campesinos por primera vez eran dueños de sus destinos.

3. La crisis social 3.1 Los levantamientos populares y sus causas. En el siglo XI aparece una nueva forma de pensar no solo en el ámbito rural, sino también en la ciudad, al tiempo que surgen marginados, debido al aumento demográfico, gentes sin tierras, parados estacionales, artesanos, vagabundos, etc. En este clima surgieron movimientos de protesta que pretendieron la purificación del clero y sus costumbres, como ocurrió con la pataria milanesa. Las tensiones sociales que se produjeron a finales de la Edad Media tuvieron mayores dimensiones. Se trató de revueltas, no rebeliones, nunca hubo la intención de subvertir el orden establecido, sino de reaccionar ante una injusticia como la imposición de tasas o el acceso a determinadas magistraturas por familias privilegiadas. Tampoco hubo sincronía entre las revueltas urbanas y las campesinas, a excepción de la de Londres, que cuando una parte alcanzó sus objetivos, abandonó al otro bando a su suerte. La extracción social de los diversos dirigentes era muy variada. Los hubo de origen humilde, así como burgueses, clérigos, pequeños nobles, señores rurales… En el campo, durante el siglo XIV desaparece la servidumbre en Europa. Los trabajos se efectuaban mediante el pago de dinero a los campesinos. Solo se mantuvo la servidumbre en los señoríos eclesiásticos y tierras monásticas, pues éstos preferían pagar en productos antes que en dinero y así conservar el control directo de sus posesiones. La violencia campesina estalla, por hartazgo y tras haber llegado a una situación insoportable e inaceptable. Cada ciudad presenta una tipología diversa en la composición de su consejo municipal, en unas domina la clase burguesa, en otras los nobles, así como en otras los gremios. Al pueblo le interesaba que hubiera una monarquía fuerte, que controlara a esos dirigentes municipales, ya que éstos cobraban impuestos, dictaban ordenanzas municipales, fijaban los precios de los productos, reclutaban tropas, ejercían dominio en los alrededores, etc. 3.2 Las tensiones sociales en el campo. 3.2.1 Las revueltas flamencas (1324-1328) Se trata de la primera de las grandes revueltas, que estalló tras una época de escasez y malas cosechas. El detonante fue un impuesto extraordinario que impuso el conde de Flandes, Luis I. Estos impuestos solo los pagaban campesinos y burgueses, estando exentos los nobles y la Iglesia. Esta revuelta de los Karls, se extendió por las ciudades, especialmente, por Brujas e Yprés. Estuvo bien organizada, poniéndose al frente grandes magnatarios como Nicolás Zannekin y Jacques Peite, así como miembros de la pequeña nobleza que, estaban descontentos con la influencia negativa que ejercía Francia sobre Flandes sobre el comercio lanero con Inglaterra. Se llegó a organizar una administración paralela y se reclutó un ejército de campesinos. El conde de Flandes llamó a Felipe VI, que aplastó la revuelta en Cássel, en 1328. 3.2.2 La Jacquerie. El nombre de esta revuelta proviene de un error, ya que se adjudicó la dirección de la revuelta a otra persona, en vez de a Guillermo de Cale . La revuelta duró, apenas, dos semanas, pero fue tan grande que el

nombre de Jacques, pasó a significar campesino rebelde. Se extendió por la Isla de Francia y Baja Normandía. Motivos: -

Caída de precios en esas regiones cerealistas donde la peste negra había causado estragos,

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Daños ocasionados por las tropas anglo-navarras que saqueaban la región.

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Desprestigio de la monarquía y la caballería a causa de sus derrotas.

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El rey Juan II y parte de la nobleza estaban prisioneros por los ingleses y habían pedido un impuesto especial para pagar el rescate.

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Los Estados Generales denunciaron el despilfarro del dinero público, por lo que el descontento estaba servido.

La revuelta estalló en 1358, en varios lugares a la vez, con robos, incendios, destrucción de castillos y casas señoriales (Época del Gran Terror según algunos historiadores). Los prebostes reales consintieron esas revueltas pues favorecían los enfrentamientos entre el Delfín Carlos y el rey navarro, Carlos, el Malo. Guillermo de Cale fue invitado a parlamentar con Carlos III, el Malo. Una vez en su poder, mandó asesinarlo, al entender que las reglas nobiliarias no se iban a extender a la plebe. El 10 de Julio, la nobleza masacró a los campesinos de Mello, dando inicio a una brutal represión, no solo contra los campesinos, sino ...


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