Tema 7. Conducta propositiva y autorregulación de procesos PDF

Title Tema 7. Conducta propositiva y autorregulación de procesos
Course Psicología de la Personalidad
Institution Universidad Autónoma de Madrid
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TEMA 7 – LA CONDUCTA PROPOSITIVA: LA AUTORREGULACIÓN DE LOS PROCESOS La conducta propositiva

La conducta humana está guiada por objetivos, sin ellos la conducta se hace errática. Objetivos y planes son la formulación racional de la organización de la conducta, es decir, las personas estamos guiadas por deseos. Por tanto, el deseo es una unidad básica y natural de organización de la conducta. La persona humana se caracteriza por tener algún tipo de metas, por ello, la conducta humana es una conducta propositiva, una conducta dirigida a alcanzar objetivos. De hecho, sin algún tipo de estructura propositiva mínima, ni siquiera es posible hablar de conducta o comportamiento. Los aspectos propositivos son los factores de estructuración y secuencialidad de la conducta humana. La conducta propositiva varía de persona a persona, mientras algunas personas, son básicamente reactivas otras son proactivas. La proactividad varía incluso en función de áreas funcionales (ámbito empresarial vs. interpersonal), pero en general, varía en función del ciclo vital. De esta forma, se es más reactivo en las primeras fases del ciclo vital y más proactivo en las fases intermedias. La conducta propositiva y, en general, el modelo de metas tiene una fundamentación cognitiva. La regulación y dirección de la acción El control y la dirección de la acción es el proceso a través del cual establecemos nuestros objetivos y metas, verificamos su desarrollo (retroalimentación), establecemos los modos para alcanzar los objetivos (estrategias) y comprobamos su consecución o fracaso (gratificación o castigo). Varios son los modelos generales que se han elaborado sobre el proceso de autorregulación:  Teoría de la autodeterminación (Deci y Ryan, 2002): las personas tienen tendencias innatas y espontáneas a desarrollar y a elaborar un sentido unificado de sí mismo. No obstante, el contexto y las contingencias de vida pueden disminuir o incluso anular esta tendencia.  Teoría de la identifiación de la acción (Vallacher y Wegner, 1985): una acción puede tener siempre varios niveles; uno, el más elemental referido a los aspectos motores de la conducta, y otro, el más elaborado, referido a los aspectos más abstractos del propio comportamiento.  La autorregulación socio-cognitiva (Bandura, 2004): es un modelo de autorregulación centrado en los procesos cognitivos. Desde su perspectiva cognitiva, las metas que se propone el sujeto actúan como motivador mediante la representación cognitiva de la misma. La anticipación cognitiva de un futuro posible actúa generando exigencias internas de conducta que desarrollan pautas de acción dirigidas a obtener un determinado resultado. Bandura ha puesto especial énfasis en la importancia que tienen los refuerzos internos (satisfacción personal, orgullo); este tipo de reforzadores internos permiten el mantenimiento de la conducta en ausencia de reforzadores externos e incluso en presencia de reforzadores contrarios. El modelo de Bandura predice que quienes no se fijan metas tienen rendimientos menores que quienes se fijan algún tipo de metas.  Teoría del control de la acción (Kuhl, 2000): uno de los objetivos básicos de la teoría es especificar los mecanismos que subyacen en las habilidades regulatorias. Se centra en establecer la relación entre la representación cognitiva de los estados deseados y la ejecución de los actos que conducen a ellos.  Teoría de la acción razonada (Fisbein y Ajzen, 1975): parte de un modelo racional de la conducta y del supuesto de que está habitualmente bajo el control del sujeto. Consideran que la intención de conducta es el mejor indicador de qué conducta es la más probable, considerando la intención de conducta como la causa primera e inmediata de las conductas habituales. La teoría propone que la intención de conducta estaría determinada por las creencias acerca de las consecuencias de la conducta y por las creencias normativas. 1



Teoría de la conducta planificada (Ajzen, 1991): la teoría de la acción razonada está descrita para explicar las conductas que no suponen una alta conflictividad interna. Esta teoría tiene como referencia la capacidad de control de las conductas problemáticas (dejar de fumar). Los motivos de las personas

Los motivos son los factores que influencian la actividad que la persona sigue en un determinado momento, bien para satisfacer una necesidad básica del organismo, bien para obtener otros objetivos complementarios, deseos y metas. Los motivos son los factores que energetizan, direccionan y seleccionan la direccionan y seleccionan la dirección y el ritmo de la actividad. Para algunos autores como Henry Murray (1938), el estudio de la personalidad se centraba en el estudio de la motivación pues la personalidad era formulada como el perfil y la jerarquía de motivos. Factores motivacionales El estudio de las motivaciones en el ámbito de la personalidad ha seguido dos enfoques diferentes pero complementarios: como instintos/necesidades o como objetivos/metas/valores. Necesidades El estudio de las necesidades se ha centrado en el estudio de los factores motivacionales primarios, aquellos elementos que el organismo necesita para su subsistencia y desarrollo. Henry Murray (1938) consideraba como necesidades a la propensión a actuar de una determinada manera. La acción en concreto (comer), podía aparecer debido a factores organísmicos (hambre) o a factores contextuales (una suculenta comida).  Necesidades primarias: fisiológicas (satisfacer el hambre y la sed), de seguridad (sentirse a salvo, seguro y estable), de pertenencia y amor (de amar y ser amado, de pertenencia y de ser aceptado, de evitar la soledad), de estima (de consecución de logros, competencia e independencia) y de autorrealización (estar a la altura de nuestro más pleno y elevado potencial).  Necesidades secundarias Valores Las necesidades empujan, los valores atraen. El valor es un objetivo que se quiere alcanzar porque es valioso y que de alguna forma mejora y perfecciona lo que el sujeto quiere ser. En este sentido, con frecuencia contienen una conducta prescriptiva, algo que se debe ejecutar aunque sea difícil o molesta: un acto de justicia. El valor de justicia es el mecanismo que moviliza, obliga o llega a la conducta justa. Los valores son creencias prescriptivas, es decir, creencias que obligan a determinados actos. Rokeach (1973) los definía como una creencia estable de que un modo de conducta o un estado final de la existencia es preferible a otro. El modelo de S. H. Schwartz Schwartz (1992) ha propuesto una estructura de valores que tiene su fundamentación en los factores culturales. Plantea los valores como factores motivacionales que se organizan en un sistema jerárquico. Según este modelo, los diez valores básicos forman cuatro cuadrantes estructurales que se relacionan entre sí: apertura al cambio, auto-trascendencia, auto-desarrollo y conservadurismo. Los cuadrantes contiguos tienden a potenciarse y a interactuar positivamente entre ellos, mientras que los cuadrantes opuestos tienden a ser antagónicos, de tal manera que los valores suelen excluirse o inhibirse. Los sistemas de valores varían en función de las culturas y de los momentos históricos. 2

Valores Hedonismo

Rasgos y valores Los estudios correlacionales muestran:

Benevolencia

Poder Universalismo

Rasgos Extraversión Apertura Apertura Agradabilidad Responsabilidad Apertura Agradabilidad Responsabilidad Apertura

El proceso de autorregulación ¿Qué es la autorregulación? Demorar el refuerzo

Pensar a largo plazo

Impuesta externa o internamente

Proceso activo

Control o alteración de estados internos (autocontrol)

Habilidades para conseguir metas Recursos cognitivos, emocionales y conductuales

La autorregulación muestra la capacidad cognitiva de no depender del escenario actual y de elaborar otros escenarios posibles. Fases de la acción:

Fase decisional

•Toma de decisiones •Planificación

Fase volitiva

•Ejecución •Retroalimentación

Autorregulación

Conducta proactiva

Retroalimentación

3

Autocontrol

La conducta proactiva La conducta proactiva es aquella orientada a metas. Las metas organizan la conducta a corto y a largo plazo, están jerarquizadas, son dinámicas y pueden ser contradictorias. Modelos de estudio y análisis:  Modelo de proyectos personales (Little): las personas tenemos continuamente una serie de proyectos o tareas por hacer que organizan nuestra vida. Un proyecto personal supone la organización de la conducta en el tiempo y en espacio de forma que se pueda alcanzar un determinado objetivo. La persona mantiene en todo momento un conjunto de proyectos; la jerarquía y el entrelazado que forman todos ellos es lo que forma la dinámica de nuestra conducta.  Modelo de tareas vitales (Cantor): determinar el área de conductas que los períodos de la vida exigen a las personas. Las tareas vitales se asumen y se organizan de forma diferente por cada persona. Para algunos el tránsito por la universidad será algo central que focalizará todos sus esfuerzos y energías, mientras que para otros será algo periférico y circunstancial.  Modelo de preocupaciones (Klinger): se centra en las conductas que vienen parcialmente impuestas debido a los acontecimientos y a los sucesos que nos ocurren. La conducta dirigida a meta no es completamente opcional y voluntaria, una buena parte de ella está determinada por los acontecimientos y por nuestra reacción a los mismos.  Modelo de aspiraciones (Emmons): las aspiraciones personales es lo que el sujeto quiere conseguir de cada situación. Cuando se ejerce una profesión, algunos querrán ayudar a gente y cambiar las cosas, mientras que otros buscarán el dominio técnico y el progreso en la profesión.

El elemento central serían las aspiraciones o valores de las personas que son los elementos de mayor elaboración y desarrollo. Tanto los proyectos como las preocupaciones, derivan de las aspiraciones que las personas tienen, aunque estas últimas pueden tener su relativa autonomía. Finalmente, unos y otros configuran la organización de las tareas vitales que la persona se ve obligada a desarrollar normativamente en un determinado momento de su vida. Las tareas vitales se configuran en función de las aspiraciones iniciales. Los cuatro modelos insisten en proponer el aspecto personal (idiográfico) de la orientación a la meta. La teoría del desarrollo intencional considera que el desarrollo adulto está fundamentado en la orientación a metas de las personas, pues esta es la tarea básica de la persona. Existen dos formas de hacer frente a las dificultades y problemas inevitables que derivan de su puesta en marcha:  Actividades de tipo asimilativo  tratan de modificar el contexto para que las metas puedan ejecutarse.  Actividades de tipo adaptativo  tratan de acomodar las propias metas al contexto real y cambiante que se va produciendo continuamente. 4

El modelo considera que los procesos activos y asimilativos son más importantes, pero que ante la insuficiencia de recursos, o los cambios drásticos del contexto, los procesos adaptativos son los que mantienen la orientación hacia las metas

La intención de conducta: la toma de decisiones La intención de conducta es la primera fase de la acción humana; sin intención no hay conducta, pero la intención por sí sola es claramente insuficiente. La primera fase comienza por la toma de decisiones; sin toma de decisiones la intención de conducta es un simple deseo. La toma de decisiones en algunos casos es clara y la persona considera que tiene los argumentos suficientes para hacerla, pero no siempre es el caso. Se ha propuesto que la toma de decisiones no es una acción que procede simplemente del ejercicio racional más o menos limitado de la racionalidad, sino que hay estilos propios de toma de decisiones que caracterizan a las personas y que permiten una tipología relativamente sencilla.

Alta

Estilo analítico

Estilo teórico

Estilo ejecutivo

Estilo comprometido

Tolerancia a la ambigüedad

Baja

A las cosas

   

Orientación personal

A las personas

Estilo analítico: se caracteriza por una toma de decisiones precisa y por un análisis de las situaciones tan exhaustivo como sea posible. Estilo ejecutivo: buscan la obtención de la máxima eficacia y de los mayores resultados. Son sistemáticas y lógicas en su abordaje de los problemas. Estilo teórico: se orienta a los aspectos sociales y teóricos. Las decisiones suelen tener un carácter amplio y muy teórico a largo plazo. Asumen riesgos y son creativos. Estilo comprometido: la toma de decisiones suele ser compartida e intercambiada. Prefiere la toma de decisiones conjunta; tiende a evitar las decisiones que puedan resultad conflictivas para otros. Incluso en temas importantes la toma de decisiones puede hacerse sin conciencia de una fundamentación suficiente de la misma. A veces se toma la decisión porque hay que tomar una entre las alternativas posibles sin que ninguna de ellas resulte suficientemente clara.

La toma de decisiones es lo que permite al sujeto resolver problemas; por ello la capacidad para tomar decisiones, y tomar las adecuadas, es un factor de adaptación y desarrollo personal. Pero tomar decisiones es un proceso de aprendizaje que no pocas personas no tienen la ocasión de realizar. D’Zurilla y Goldfried (1971) proponen un modelo para enseñar a los sujetos a tomar decisiones y a aumentar su competencia social. Se basa en la discrepancia que fácilmente puede existir entre la realidad contingente y los objetivos deseados de la persona, lo que lleva a las persona a una situación de indecisión e incapacidad de análisis. La idea básica es que la toma de decisiones no es un proceso natural, sino un proceso aprendido que puede estar obstaculizado por la experiencia previa del sujeto. Elementos de la autorregulación

Percepción de estado

Ejecución de los medios

Necesidad o valor

Establecimiento de medios

Toma de decisiones

Establecimiento de metas

Retroalimentación

Los planes La planificación supone de alguna manera establecer el cómo, cuándo y dónde del proceso que lleva al objetivo buscado. El concepto de plan establece las formas de organización de la conducta para alcanzar tales metas. Desde esta perspectiva, la planificación puede considerarse como una simulación mental de lo que se va a hacer, de las acciones que se van a emprender y del resultado que se espera de ellas. La ejecución de la intención: la volición La tercera fase del proceso consiste en la ejecución de los deseos, intenciones o planes. Es el comienzo de la fase volitiva. Decisiones y planes capacitan inicialmente al sujeto para actuar; los primeros indican dónde dirigir la conducta, los segundos cuándo y cómo hacerlo. La retroalimentación Efectuada la decisión, elaborados los planes, comenzada la acción, el sujeto tiene que mantener la acción de forma que se garantice la consecución del objetivo; ése es el objetivo de la retroalimentación, evaluar la línea de acción adaptándola a las contingencias que puedan presentarse. Uno de los factores del suicidio puede ser el hundimiento y la pérdida de los objetivos vitales. Es decir, las ganas de vivir pueden entenderse como un amontonamiento de planes, ausentes para las personas que comenten suicidio. 6

El autocontrol Características del autocontrol El autocontrol no es una respuesta más de autorregulación, sino un tipo específico de la mima. Se trata de autorregular las conductas difíciles y problemáticas, y se ha definido como la no ejecución de una conducta de alta probabilidad y la ejecución de una conducta de baja probabilidad. Se habla de autocontrol cuando se trata de controlar, no cualquier conducta sino una que es habitual y resulta problemática y conflictiva para la persona. Existen dos tipos básicos de autocontrol:  Autocontrol decisional  consiste en actuar en un determinado momento contra el hábito adquirido que se quiere controlar, como no comprar una chocolatina si se quiere perder peso.  Autocontrol prolongado  consiste en mantener una conducta, problemática y conflictiva personalmente, porque el hábito es hacer lo contrario, como dejar de fumar. o Autocontrol decremental: afecta a las conductas apetitivas (aplazamiento de la recompensa). Hay autocontrol decremental cuando se trata de no hacer algo que a la persona le gusta o tiene la costumbre de hacer. o Autocontrol incremental: afecta a las conductas aversivas. Hay autocontrol incremental cuando la persona tiene que imponerse una conducta desagradable y molesta, pero que debe hacer. El aplazamiento de la recompensa y la resistencia a la tentación Es el tipo de autocontrol definido como decremental en el que se trata de disminuir una conducta placentera y agradable. En la vida humana frecuentemente los resultados deseados no suelen coincidir con los inmediatos, sino que entre ambos está la espera, el trabajo y el esfuerzo. Se trata de inhibir el impulso de satisfacción inmediata. Este tipo de autocontrol está en la base del desarrollo personal y la capacidad de esfuerzo. Mischel y Ebbesen (1970) desarrollaron uno de los estudios más prototípicos: los niños tenían la alternativa de dos premios de diferente valor, uno claramente más valioso que otro. Los niños podían acceder inmediatamente al de valor menor, pero entonces perdían completamente la opción al otro. Si querían el de mayor valor tenían que esperar hasta que el experimentador regresara. Los resultados indicaron que el mayor tiempo de demora lo mantuvieron quieres no tenían ninguno de ambos premios delante de sí. Estudios posteriores mostraron que los factores cognitivos y atencionales que alejan de la representación de los premios son un factor de aplazamiento y demora. Al observar a los niños durante el tiempo de espera manifestaba que los niños creaban condiciones que les permitieran mantener más tiempo la capacidad de espera. Había niños que se tapaban los ojos, que se ponían a cantar, etc. En este sentido, las actividades tanto externas como internas que cambiaran la condición facilitarían la demora de la gratificación. La demora de la gratificación supone recursos y capacidades que normalmente se obtienen mediante el desarrollo (aprendizaje social). Bandura y Mischel (1965) han planteado la hipótesis de que el retraso autoimpuesto de la recompensa está influido por los patrones observados en los modelos de referencia. El modelo del conductismo operante: el modelo clínico de Kanfer El trabajo de Kanfer sobre el proceso de autocontrl se basa en el conductismo operante que distingue dos tipos de respuesta: la respuesta controlada y la respuesta controladora. Su modelo se ha convertido no sólo en un modelo de autocontrol sino paradigma de modificación de conducta: 1) FASE 1ª – La auto-observación. La persona está insatisfecha con algún aspecto de sí misma que quiere cambiar; lo importante es la percepción del problema, aunque no es suficiente. Hay una segunda parte de intención de cambio, donde se trata de considerar otras alternativas posibles más 7

satisfactorias para la persona. Aún así, la intención de cambio es insuficiente si no hay un plan concreto, específico en el que se contempla el cuándo y el cómo. 2) FASE 2ª – La auto-evaluación. Corresponde a los sistemas y formas de su ejecución, al proceso de control, autocontrol, de la puesta en marcha del cambio. a. Registro de conductas. Lo esencial se trata de mantener un autorregistro de la conducta observada en función del contrato de conducta establecido. b. Control de los estímulos. Se trata de suprimir los estímulos que generan la conducta problemática. La conducta controlada se ejerce mediante el control de los estímulos que controlan la conducta. c. Planificación ambiental. Se trata de crear globalmente el contexto de contingencias que facilita la conducta deseada y evita la conducta problemática (no tener cigarrillo...


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