TEMA 9 Conducta DE Ayuda PDF

Title TEMA 9 Conducta DE Ayuda
Author MAITE CONEJERO
Course Psicología Social
Institution UNED
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apuntes esquemáticos y claros ...


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TEMA 9 CONDUCTA DE AYUDA 1. INTRODUCCIÓN ¿Por qué unas veces empleamos tiempo y esfuerzo para resolver el problema de otra persona y en cambio hay ocasiones en que nos mostramos pasivos ante la necesidad del que tenemos al lado? ¿Por qué a veces nos sienta tan mal que alguien se empeñe en ayudarnos? ¿Es el ser humano realmente altruista cuando ayuda a los demás, o busca siempre su propio interés?

El estudio de la conducta de ayuda es tardío en la historia de la disciplina. Fue a finales de los años 60 del siglo pasado cuando renació el interés por esta cuestión, que fue iniciada por McDougall (1908). Como consecuencia de la Guerra mundial, los psicólogos sociales parecían más preocupados por entender y reducir la maldad en la conducta humana que por comprender y fomentar el lado bueno. Tras el incidente de Kitty Genovese (1964), el interés por el comportamiento humano en situaciones de ayuda se disparó. Desde mediados de los años 90 del siglo pasado, el foco de interés se ha ampliado, no centrándose tanto en la ayuda interpersonal, abarcando las bases biológicas y neurológicas de estos comportamientos, así como la conducta de ayuda y la cooperación que tienen lugar en los grupos y organizaciones. Los psicólogos sociales han recurrido a diferentes estrategias de investigación:



Crear situaciones experimentales en las que los participantes son testigos de una emergencia o se encuentran a una persona que necesita ayuda.



Diseñar juegos experimentales en los que los participantes tienen que elegir entre cooperar y competir.



Analizar casos de ayuda en la vida real, como el voluntariado o la donación de sangre.

La conclusión general que se extrae es que no todos los tipos de ayuda son iguales, y que los factores que influyen en la conducta en unas situaciones no tienen necesariamente el mismo efecto en otras. El capítula aborda esta conducta desde el punto de vista del que la realiza.

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2. ¿QUÉ SE ENTIENDE POR CONDUCTA DE AYUDA EN PSICOLOGÍA SOCIAL?

Palabras como: “altruismo”, “conducta de ayudar” o “conducta prosocial”, se emplean frecuentemente como si fueran sinónimos, pero esto no puede ocurrir en el contexto de la Psicología Social.



El término “conducta prosocial”( La Enciclopedia Blackwell de Psicología Social): Toda conducta que en el contexto de una sociedad determinada, se entiende como generalmente beneficiosa para otras personas y para el sistema social. -

Énfasis en el carácter contextual del término: La sociedad o cultura a la pertenece el individuo, son los que determinan los comportamientos prosociales.

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Es un concepto categorial amplio, incluyendo a otros más específicos como el de “conducta de ayuda” y “conducta altruista”.

 El término “conducta de ayuda”: Cualquier acción que tenga como objetivo proporcionar algún tipo de beneficio o mejorar el bienestar de otra persona. Pero una acción que no busque intencionadamente beneficiar a otra persona no sería considerada dentro de esta categoría. Ejemplo: Cuando alguien se levanta del asiento del autobús porque va a salir en esa parada, otro pasajero se puede sentar, pero la intención del que se levanta no ha sido cederle el asiento.

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Énfasis en la intención: por lo que una acción que se realiza con el fin de beneficiar a otro, aunque no lo consiga, se considera conducta de ayuda.

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No se requiere contacto directo entre las dos personas.



El término altruista : Es un concepto más específico que el anterior. Para que una acción se considere altruista no basta con que sus consecuencias sean beneficiosas para el que las recibe ni que haya intención de ayudar.

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Hay dos tipos de definiciones de conducta altruista:

Definición empleada por los psicólogos sociales

Definiciones en referencia a la relación costebeneficio

Este alude a los factores motivacionales.

Cualquier conducta de ayuda que proporcione más beneficios al receptor que al que la realiza.

En consecuencia incluye sólo aquellas conductas de ayuda realizadas voluntaria e intencionalmente con el fin primordial de reducir el malestar o el problema de otra persona y sin tener en cuenta las propias necesidades.

A veces algunos autores imponen que, el donante de ayuda incurra en algún coste En esta se engloban: -

Esta conducta se realiza únicamente en consideración de la necesidad del otro, sin tener en cuenta las posibles recompensas por realizarla ni perjuicios por lo no hacerlo.

Sociobiólogos Etólogos Psicólogos evolucionistas…

Este será el punto de vista que se manejará para hablar de “altruismo recíproco” posteriormente.

Es importante hablar de un último término relacionado con los anteriores:



El término “cooperación”: En lugar de haber un benefactor y uno o más receptores de la ayuda, en este caso dos o más personas se unen para colaborar en la obtención de una meta común que será beneficiosa para todos los implicados. Características: -

Existe una interdependencia entre las personas.

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(A diferencia del resto), no hay unidireccionalidad que pueda implicar a veces una desigualdad de poder donde el receptor contrae una obligación hacía el benefactor. Por lo que no hay, una diferencia de poder.

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Al no haber diferencia de poder aumenta la cohesión grupal y las relaciones interpersonales positivas.

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Nosotros nos vamos a centrar sobretodo en la conducta de ayuda. Esta sea altruista o no, suele implicar una interacción, aunque sea indirecta entre el donante y el receptor de la ayuda.

La investigación se ha centrado sobre todo en: las variables relativas al emisor donante de la ayuda. Pero también puede contemplar el fenómeno desde el punto de vista del receptor.

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3. ¿CUÁNDO AYUDA LA GENTE?

Para contestar a la pregunta referente a los factores situacionales que influyen en la conducta de ayuda abordaremos dos cuestiones:

1. Las características de la situación. 2. Las características de la persona que necesita ayuda.

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3.1 CARACTERÍSTICAS DE LA SITUACIÓN El punto de partida en la investigación de los factores situacionales o contextuales: El planteamiento de la pregunta opuesta ¿Cuándo no ayuda la gente?

La causa: El incidente de Kitty Genovese

La noticia de una mujer joven brutalmente asesinada cuando volvía a su casa en un barrio de Nuevo York tuvo tal impacto que hizo que un tema que apenas tenía relevancia entre los intereses de los psicólogos sociales por aquélla época se convirtiera de pronto en centro de atención. No fue el asesinato en sí lo que provocó tal reacción, sino el hecho de que mientras un solo un hombre atacaba y apuñalaba a Kitty Genovese, en un episodio que se prolongó durante más de media hora, hubo 38 testigos que, alertados por los gritos de la víctima, presenciaron el incidente desde el principio hasta el fin si hacer nada para evitarlo. Estos testigos no eran psicópatas ni sádicos que disfrutaran del sufrimiento de los demás, sino personas normales, vecinos de la mujer a la que estaban atacando, que supuestamente vieron y oyeron todo desde las ventanas de sus apartamentos. Tan sólo uno de ellos, al cabo de media hora, llamó a la policía.

(La parábola de los 38 testigos)

¿Cómo es posible que ninguno de los 38 testigos acudiera en ayuda de aquella mujer? Todos ellos tuvieron la misma reacción, por lo que parece probable que la causa no esté ente los rasgos de personalidad o características del individuo.

¿Cuál es la causa? : Las variables de la situación y en cómo son interpretadas por los que se encuentran en ella.

Este fue el principio de la línea de investigación de Darley y Latané (psicólogos sociales).

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Estos pusieron en marcha una línea de investigación sobre la intervención de espectadores cuando se trata de ayudar a una persona en apuros.



El primero de los estudios (Darley y Latané, 1968): Prueba: El efecto del número de los espectadores sobre la conducta de ayuda de un individuo a otro que la necesita. Hipótesis: (contraintuitiva) Cuanto mayor sea el número de espectadores, menor será la probabilidad de que cualquiera de ellos preste ayuda a la persona necesitada. (La descripción del experimento en el Cuadro 9.2) “Efecto de los espectadores o Bystander effect”: En el experimento cuando había más supuestos espectadores, la conducta de ayuda resultaba inhibida, pero aun así los sujetos mostraban signos de inquietud y preocupación.

Conclusión: La intervención o no en casos de emergencia es el resultado de un proceso de decisión que tiene lugar en la mente del individuo, proceso en el cual influyen una serie de factores situacionales que inclinarán la decisión hacia la ayuda o hacia la no intervención.

MODELO DE DECISIÓN (Latané y Darley, 1970) Este consiste en 5 pasos consecutivos. Puede ir desembocando en el siguiente paso o bien en la no intervención. Una persona se encuentra en una situación de emergencia.

Ayuda SÍ

¿Se da cuenta de que la situación es anormal?

SÍ ¿Interpreta que es una emergencia?

NO Distracción. Preocupación por sus problemas

SÍ ¿Asume la responsabilidad de actuar?

NO Ambigüedad de la situación.

SÍ ¿Se considera capaz de ayudar?

NO Difusión de la responsabilidad.

¿Toma la decisión de intervenir?

NO Falta de competencia percibida.

Aprensión a la evaluación. Los costes superan las recompensas

Ignorancia pluralizada

No Ayuda 7

¿Cómo influyen las características de la situación en la decisión de ayudar o no?

Según el modelo de Latané y Darley, para que un individuo que se encuentra ante una situación de emergencia se decida a prestar ayuda:

1. En primer lugar Tiene que darse cuenta de algo anómalo está ocurriendo. Muchas veces pasan cosas a nuestro alrededor que nos pasan desapercibidas. Causas: -

La sobrecarga estimular nos obliga a seleccionar la información a la que atendemos.

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El nivel de estrés o actividad hace que tengamos la mente ocupada en otras cosas.

Ejemplo: (Cuadro 9.3 De Jerusalén a Jericó) La persona puede:

No darse cuenta de que está pasando algo anormal.

Darse cuenta de que está pasando algo anormal. (2 posibles consecuencias):

Consecuencia: no hará nada

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Interpretación como que es una emergencia en la que alguien necesita una ayuda.

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No sea interpretado como una emergencia.

A su vez depende de:

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-

La claridad de la situación.

-

Lo que hagan otras personas que estén presentes.

2. En segundo lugar Tiene que interpretarse la situación como una emergencia. 2.1 Cuando una situación es ambigua: La gente recurre a indicios sociales utilizando la conducta y opiniones de otros como información sobre la realidad y sobre lo que hay que hacer en esa situación “Dependencia informativa”. En otro de sus experimentos, Latané y Darley (1970) sometieron a los participantes a otra prueba de reflejos. Explicación de experimento: Mientras se encontraban en la sala experimental completando tranquilamente un cuestionario, la habitación empezaba a llenarse de humo hasta el punto de dificultar la visión a media distancia. Diferentes condiciones experimentales: 1. Cada participante estaba solo en la sala. 2. El participante estaba con otros dos sujetos. 3. El participante estaba con dos cómplices del experimentador que tenían instrucciones de encogerse de hombros y actuar como si no pasara nada.

Hipótesis: ¿Cómo reaccionarían los participantes en cada una de estas condiciones? Resultados: Apoyaron la hipótesis de la “Dependencia o influencia social informativa”. Lo más curioso es que algunos de estos participantes, en la entrevista postexperimental con los investigadores, trataron de justificar lo extraño de la situación, pensando que el humo era “gas de verdad”, que tenía la finalidad de hacerles ser sinceros en sus respuestas al cuestionario.

Latané y Darley explicaron este resultado mediante el concepto de: “ignorancia pluralizada”.

La ignorancia pluralizada: consiste en inhibir la expresión de una actitud o emoción porque se piensa que la mayoría no la comparte, aunque en realidad no sea así. Ejemplo: Los tres participantes necesitaban saber qué pasaba y qué debían hacer, pero ninguno de ellos quería demostrar públicamente su inquietud, así que se miraban entre ellos aparentando tranquilidad. Al ver que otros parecían tranquilos, cada sujeto sacaba la conclusión de que no había nadad que temer, y el resultado de esto juego de disimulos era la inhibición de la acción. 9

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Esto dependerá mucho de del contexto social y de las normas implícitas que rigen la interacción.

Ejemplo: En contextos donde la comunicación con extraños está socialmente reprimida y la gente tiene miedo de hacer el ridículo malinterpretando como emergencia una situación que no es, la inhibición a la hora de tomar la iniciativa será mucho mayor.

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La influencia social informativa aumenta con

La semejanza entre las personas.

Las personas a la hora de interpretar una situación ambigua, se guían más por lo que dicen o hacen otros como ellos que por las acciones de personas muy diferentes (Teoría de la comparación social; Festinger 1954).

2.2 Cuando la situación no es ambigua: La influencia de los demás observadores en cuanto a la interpretación de lo que está pasando es, lógicamente menor.

En la situación de Kitty Genovese, la situación era muy clara, ¿Por qué nadie acudió?

3. En tercer lugar Tiene que considerar que tiene la responsabilidad de prestar ayuda. Por lo tanto, no es suficiente que se dé cuenta de que pasa algo, ni siquiera es suficiente que lo interprete como una emergencia. Este es el punto donde los vecinos de la mujer asesinada fallaron. “La difusión de la responsabilidad”: La presencia de más de un observador en una situación de emergencia o donde alguien necesita ayuda puede hacer que ninguno de ellos se sienta personalmente responsable de actuar. Ejemplo: Los observadores eran conscientes de que algo pasaba, y también que se trataba de una situación de emergencia.

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¿Qué ocurrió? : La claridad de la situación y la falta de contacto directo entre ellos hacían imposible el efecto inhibidor de la influencia social informativa y la ignorancia pluralizada.

Lo que ocurrió fue que todos pensaron lo mismo: ¿POR QUÉ YO? … (Seguramente alguien acudirá en ayuda de la víctima).

4. En cuarto lugar Tiene que sentirse capaz y saber como actuar. Un observador aunque se sienta responsable de proporcionar ayuda en una situación concreta, puede no hacerlo por considerarse incapaz o no saber cómo actuar. Unas situaciones requieren un tipo de ayuda no especializado, pero otras son más complejas, como un accidente de tráfico o un incendio. La percepción que tenga el espectador sobre sí mismo como más o menos capaz desempeña un papel crucial en este sentido. Ejemplo: meta-análisis sobre estudios referentes a la intervención de espectadores en situaciones de emergencia. Resultados: Los hombres suelen prestar más ayuda que las mujeres en este tipo d ocasiones. 

Los hombres: Tienen una percepción de sí mismos como más capaces de ayudar en situaciones, parecidas a las recreaciones de los estudios; que requerían habilidades de tipo técnico o fuerza física.



Las mujeres: Tienen una percepción de sí mismas como más capaces de ayudar en situaciones con tendencias empáticas.

Estos resultados están sesgados por la existencia de diferencias en el rol de género, en los estudios que se realizan. Cuando investiguen en situaciones no tan relacionadas con el rol de género, (ejemplo: hacer un pequeño favor a otra persona), no se encontrarán diferencias entre hombres y mujeres. Por lo tanto, lo determinante no es el sexo del espectador sino si él o ella tienen confianza en su propia capacidad, en parte debido al rol de género en el que han sido socializados. 11

5. En quinto lugar La persona tiene que decidir actuar. La persona puede decidir no actuar por miedo a los costes que le supondría hacerlo.

El modelo de Latané y Darley, aunque pensado en principio para predecir la intervención y la inhibición en situaciones de emergencia, es aplicable a muchos otros casos que impliquen conducta de ayuda a más largo plazo.

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3.2 CARACTERÍSTICAS DE LA PERSONA QUE NECESITA AYUDA Uno de los factores situacionales que influyen en la decisión de ayudar o no es el relativo a las características de la persona que necesita ayuda. Ejemplo: es más probable que ayudemos a alguien que nos resulte atractivo, que a alguien que nos resulte aversivo; es más probable que ayudemos a personas semejantes a nosotros que a personas diferentes, es más probable que ayudemos a personas del endogrupo que del exogrupo. Esto son tendencias bastante generalizadas en la mayoría de culturas, pero hay algunas diferencias entre ellas en función de algunas variables (Cuadro 9.4).



Mark Levine, Prosser, Evans y Reicher (2005), mostraron que era posible conseguir que este tipo de discriminación entre endogrupo y exogrupo a la hora de prestar ayuda disminuyese significativamente. ¿Cómo? : Apelando a una categoría social de orden superior que fuese capaz de englobar a más de u n grupo. Estudio: Lograron que todos los participantes del estudio hinchas del Manchester United, ayudaran tanto a una víctima que llevara la camiseta del Liverpool como a uno que llevara los colores de su mismo equipo. Puesta en práctica: los resultados no se dieron en el primer experimento. El cambio se produjo cuando se les hicieron salientes a los sujetos, mediante instrucciones del experimentador, los aspectos positivos de ser un buen seguidor de un equipo de fútbol. Resultados: Cualquiera que llevara una camiseta de fútbol, fuera del Manchester o del Liverpool, se convertía “en uno de los nuestros”. Pero no hay que equivocarse, el principio que guía el comportamiento sigue siendo el mismo, (la gente está predispuesta a ayudar a los miembros de su grupo), la diferencia está en cómo se defina el grupo. Estrategia: Si queremos conseguir que las personas estén dispuestas a ayudar a otras tendremos que resaltar identidades inclusivas, extendiendo el concepto de “nosotros”.

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La relación entre semejanza-ayuda, se puede explicar también en términos de costes- beneficios.

Ayudar a alguien semejante a nosotros

Ayudar a alguien diferente a nosotros

Puede facilitar el inicio de una relación con alguien que comparte nuestros valores, creencias, intereses, o cualquier otra característica.

Puede resultar más amenazante y más difícil de predecir cuál será su reacción ante nuestro ofrecimiento de ayuda.

Si no le ayudamos, nos sentiremos culpables.

La cuestión no es tan sencilla: Hay muchos factores que nos pueden impulsar a ayudar a personas muy diferentes a nosotros.

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Cuando los costes de no hacerlo superan a los beneficios.

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Cuando no ayudar puede tener peores consecuencias que hacerlo (Cuadro 9.5).



La semejanza entre la víctima y el observador puede influir en la conducta de ayuda a través de otro proceso: “culpabilización de la víctima”. Aquí tenemos que tener...


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