Teoria de la compuerta PDF

Title Teoria de la compuerta
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Course Fisiología
Institution Universidad de Buenos Aires
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Neuronas sensitivas Las distintas clases de neuronas sensitivas se designan con las letras A, B o C. En otra clasificación se utilizan los números romanos I al IV, y en otra distinta se emplean las letras griegas alfa, beta, gamma y delta (Lee y Warren, 1978, citado por Walsh, 1991). ■ La percepción táctil y vibratoria se transmite por fibras del tipo A (grupos I y II, alfa), que son de grueso diámetro (20 y 515µm respectivamente). ■ Las fibras de tipo B tienen un diámetro de 3 µm y forman los nervios preganglionares y vegetativos. ■ Los nociceptores transmiten sus impulsos por fibras del tipo C (grupo IV), que son de pequeño diámetro (0.51 µm) y están muy poco mielinizadas. ■ Otras fibras sensitivas que también transmiten impulsos dolorosos son las que pertenecen al tipo A (grupo III, delta); están mielinizadas y son algo más gruesas (17 µm de diámetro). Estas fibras responden a los estímulos intensos y se cree que transmiten las sensaciones que producen los estímulos lesivos agudos (pinchazos) al actuar sobre la piel.

Bloqueo de los impulsos dolorosos El diámetro de una fibra nerviosa marca la velocidad con que se desplaza el impulso. Al aumentar el grosor de las fibras nerviosas, disminuye la resistencia a la transmisión de la corriente (Walsh, 1991), y aumenta por tanto su velocidad de conducción. Esto se puede comparar fácilmente con el agua que pasa por una cañería: cuanto mayor es el diámetro del conducto, más fácil y más rápidamente circula el agua a su través. Como algunas fibras de tipo A (grupos I y II, alfa) son gruesas, transmiten los impulsos más velozmente que ciertas fibras de tipo C (grupo IV) y que otras de tipo A (grupo III, delta) que son más finas. Tocando suavemente la piel durante el masaje se estimulan las fibras rápidas de tipo A (grupos I y II, alfa). Los impulsos conducidos por estas fibras llegan más rápidamente a la médula espinal y, por tanto, predominan sobre los estímulos más lentos. De ese modo «bloquean» los impulsos dolorosos que se transmiten por las fibras C (grupo IV) y por las otras fibras del tipo A (grupo III, delta). El bloqueo se produce en la sustancia gelatinosa, que está situada en la periferia de las astas posteriores de la médula (Melzack y Wall, 1988). En la sustancia gris existe un mecanismo de barrera que controla el acceso de todos los impulsos aferentes (sensitivos) y, especialmente, los que proceden de los nociceptores. El bloqueo que normalmente ocurre en cada segmento medular se conoce como «mecanismo de barrera del dolor». Se obtiene eléctricamente con gran facilidad utilizando corrientes de interferencia y TENS (transcutaneous electrical nerve stimulation, «estimulación eléctrica transcutánea de los nervios») (Walsh, 1991). Gracias a ese mecanismo de barrera, los impulsos dolorosos se atenúan o se impide que asciendan por la médula hacia el encéfalo. De ese modo disminuye la intensidad del dolor o no se percibe en absoluto. James Cyriax aplicó la idea del mecanismo de barrera a su técnica del masaje de fricciones profundas, donde el masaje transversal sobre una región inflamada o traumatizada se utiliza para reducir las adherencias y evitar la formación de tejido cicatrizal excesivo (Cyriax, 1945). Se dice además que la técnica servía para aliviar el dolor. La hiperemia traumática provocada por el masaje transversal al tendón o fibras ayuda a eliminar la sustancia P irritante, probablemente gracias a la liberación de histamina (Cham-berlain, 1982). En otras

investigaciones parecidas se ha confirmado también que las bases neurofisiológicas en que se apoya la teoría de la barrera frente al dolor es el mecanismo difuso de regulación inhibidora de los estímulos nocivos, que se afirma que depende del bloqueo de las fibras de tipo C (grupo IV) que se produce al estimular otros receptores, como los del calor, la presión y los agentes químicos (Le Bars et al, 1979, y R. De Bruijn, 1984). En algunos trabajos se rechaza el papel específico de los nociceptores (órganos terminales) y de la transmisión del dolor por las fibras nerviosas. En su lugar, se ha introducido la idea de la intensidad, según la cual la sensación del dolor se produce cuando la intensidad de un estímulo sobrepasa un umbral determinado. Un estímulo de cierta intensidad se percibe como «tacto», mientras que al prolongar o aumentar su intensidad más allá del umbral aparece la sensación desagradable del dolor. Otra teoría que también se acepta es que intervienen los dos elementos del mecanismo del dolor: los nociceptores y las neuronas sensitivas por un lado, y un estímulo de cierta intensidad y duración por otro (Cailliet, 1988). El circuito del dolor El masaje es quizá uno de los métodos más antiguos que se usaron para aliviar el dolor. Posiblemente, el masaje produce analgesia porque rompe el circuito del dolor (Jacob, 1960). El circuito se puede definir como una contracción muscular sostenida que genera dolor profundo en el propio músculo. El dolor, a su vez, produce la contracción refleja de ese mismo músculo o de otros. Se ha señalado que el masaje ayuda a romper el circuito del dolor por sus efectos mecánicos y reflejos y por aumentar la circulación. La relajación y distensión del tejido muscular atenúa la contracción sostenida. Además, el dolor es inhibido por el mecanismo de barrera, y eso interrumpe las contracciones reflejas ulteriores...


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