Tipos precientificos de conocimiento y conocimiento común PDF

Title Tipos precientificos de conocimiento y conocimiento común
Author Kontragem RR
Course Epistemologia
Institution Universidad Nacional del Comahue
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MARX WARTOFSKY - “Introducción a la filosofía de la ciencia”
Cap. 3: “Tipos precientíficos de conocimiento” y
Cap. 4: “Del sentido común a la ciencia”...


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MARX WARTOFSKY - “Introducción a la filosofía de la ciencia” Cap. 3: “Tipos precientíficos de conocimiento” y Cap. 4: “Del sentido común a la ciencia” Toda ciencia es un conocimiento por medio de conceptos, pero no todo conocimiento por medio de conceptos es conocimiento científico. De esta manera, no son considerados “ciencia” la numerología, la astrología, es decir, aquello basado en supersticiones pseudocientíficas, explicado a base de poderes o seres imaginarios (1); tampoco aquello que se expresa en proverbios, dichos populares y reglas empíricas, es decir, la sabiduría popular o saber artesanal que se expresa producto de la múltiple experiencia de las generaciones (2); por último, tampoco aquello que se manifiesta en el lenguaje habitual y encierra una verdad a medias, es decir, aquello que refiere a las técnicas o reglas de actuación bien establecidas, considerados “artes”. Estos mencionados representan tipos precientíficos de conocimiento y son intentos de ordenar algún modo la experiencia con objeto de alcanzar un dominio sobre un medio y todos ellos utilizan como medio la formulación simbólica en uno u otro tipo de lenguaje. (1) El pensamiento mitopoético: la explicación antropomórfica y animista. En suma, en las explicaciones antropomórficas y mágicas existe ya un esquema conceptual protocientífico: se tiene un esquema conceptual, construido por la imaginación humana, que pretende explicar los hechos observados sobre la base de una causa hipotética. Esta causa se concibe en términos mitopoéticos, como agente personal y concreto, investida de todas las propiedades necesarias para explicar porqué ocurre algo en función de otra cosa ya conocida, que es similar o análoga en sus características formales. El mito y la magia no sólo sirvieron de modos de explicación, sino también de ideologías y métodos de gobierno social, así, en muchas sociedades primitivas, sacerdotes, reyes pertenecían a un grupo privilegiado y socialmente poderoso que gobernaba: el conocimiento es poder y, por ejemplo, el presunto conocimiento de los guardianes sacerdotales del mito lleva consigo respeto hacia su presunto poder. El proceso de transformación social por el que las clases sacerdotales gobernantes y los reyes sacerdotes teocráticos fueron destituidos o su poder se vio limitado conllevaba la adquisición de nuevos modos de explicar, que avanzaron con la adquisición de nuevas técnicas y métodos para gobernar la naturaleza. Esta evolución se dio en el pensamiento y en la historia de la antigua Grecia: las características formales de la explicación mitopoética no se abandonaron, sino que se transformaron: la explicación a base de orígenes, causas y razones, y la construcción de entidades hipotéticas, cuya naturaleza o forma de actuación explicaba los fenómenos naturales, se conservaron. Las teorías físicas sustituyeron a las antropomórficas, resultado de un viraje radical en el pensamiento humano: ponen de manifiesto un intelecto crítico y reflexivo, un intento de encerrar la gama compleja de fenómenos naturales bajo un principio de explicación único o unitario. La noción de un principio ordenador (un principio de explicación) condujo a la primera filosofía y especulación natural griega a formular la idea de un principio inteligible o racional: se puede comprender el universo mediante tal principio ordenador porque el universo mismo se encuentra ordenado por él. El universo es inteligible por su propia naturaleza. No obstante, en las explicaciones no hay solución de continuidad, ya se que se concibe la existencia de una entidad cuya naturaleza o modo de actuación es tal que da cuenta de los fenómenos naturales. Es aquí donde se encuentran los comienzos de la explicación teórica. (2) Las generalizaciones de la experiencia: las leyes descriptivas. En el transcurso de cientos y miles de años de perfeccionamiento y modificaciones, el conjunto de generalizaciones corrientes de la experiencia comienza a constituir un núcleo compacto de creencias casi inamovibles, puestas a prueba tantas veces que al final parecen casi evidentes de por sí. Estas generalizaciones operan a más de un nivel: por un lado, son literales pero, por otro, los sucesos literales también admiten una interpretación metafórica, en virtud de la cual son máximas referentes a asuntos humanos. Esta conexión entre recursos naturales y sucesos humanos y entre máximas técnicas y máximas morales

pone de manifiesto un rasgo importante del pensamiento precientífico: que el orden y la regularidad de la naturaleza que sirven de base firme a actividades humanas necesarias son afines a la necesidad que existe de regular ordenadamente la vida humana. Esto repercute en los modos precientíficos de explicar y su repercusión estriba en que las generalizaciones descriptivas a partir de la experiencia se fusionan, en el pensamiento científico, con reglas prescriptivas e imperativas, como las que son características de las normas y leyes humanas. Así, en este modo precientífico de conocer, la generalización inductiva empírica que deriva de las fuentes profundamente prácticas de la propia formación de hábitos se formula conceptualmente como una ley. Ésta, se encuentra íntimamente asociada a los imperativos prácticos de dicho conocimiento de tipo legal y tales imperativos prestan a la ley su carácter prescriptivo, dándole el carácter de imperativos humanos como los de las reglas y leyes de una sociedad. Tales leyes suponen un legislador, un propósito de bienestar humano y un instrumento de castigo a la desobediencia. (3) Reglas legislativas, máximas técnicas y leyes normativas. La fuerza de la tradición, hecha rigurosa por la formulación explícita de reglas y la santificación de éstas mediante mitos acerca de su origen divino, exigen la creencia absoluta en este “modo correcto”: esta “creencia correcta” u “ortodoxia” viene así a connotar creencia necesaria, las cuales no se adquieren de la experiencia práctica, sino que pasan de una generación a la siguiente en calidad de doctrina recibida y de verdades a priori. En esta tradición de transmisión cultural, poner en duda semejantes creencias y verdades necesarias es poner en duda toda la estructura de la organización y formación tecnológicas, así como la totalidad de la estructura social y el sistema de valores que se ha basen en dicha ortodoxia. Por consiguiente, las reglas se fijan con facilidad y pasan a constituir entidades características con una necesidad que le es propia: pasan a ser versiones de tipo legislativo acerca de cómo actuar y adoptan la forma de leyes normativas, que prescriben cuáles serán los modos correctos y los modos incorrectos de actuar. Las reglas éticas y las técnicas, y las reglas del arte y la moral se encuentran, en su origen, estrechamente relacionadas: y por su conexión íntima con ls reglas sociales y políticas, tanto en sustancia como en forma, toman el carácter de imperativos cuya observancia esta sancionada y cuya violación se castiga. EN RESUMEN, la importancia de estas formulaciones precientíficas reside en que llevan al pensamiento científico los conceptos de necesidad legislativa o ley normativa y sanción divina. Así, en cada uno de los tres tipos precientíficos de conocimiento (la explicación antropomórfica, la generalización inductiva y las reglas técnicas) se formulan ciertas pautas fundamentales de explicación. En el primer tipo, la explicación sobre la base de entidades imaginarias o hipotéticas, cuya existencia se supone y cuya naturaleza o propiedades dan cuenta de fenómenos naturales; en el segundo, la generalización de pautas de experiencia o actividad que se formula explícitamente en lo que son prototipos de leyes descriptivas; y, en el tercero, la formulación prescriptiva o normativa de leyes, en las que se considera a las propias leyes como investidas de cierta necesidad y categoría divina. De esta manera, los conceptos de una ciencia desarrollada referentes a la explicación teórica, a las leyes empíricas o descriptivas y a las nociones de necesidad natural y determinismo, se encuentran ya en forma germinal en estos tipos precientíficos de conocimiento. CAP. 4 El sentido común. Gran parte de nuestro conocimiento es saber práctico: se refiere a cómo hay que hacer las cosas, cómo se alcanzan los objetivos y cómo hay que actuar en situaciones corrientes, es decir, se trata de un “saber como”. Este conocimiento de “sentido común” es común porque es de esperar que cualquiera lo posea, constituyendo así un cuerpo de verdades familiares y ubicuas apenas articuladas en vistas a la reflexión crítica. Sus “verdades” son obvias, se dan por sentadas y sobre ellas no se reflexiona, aunque se encuentren incorporados en el lenguaje ordinario de los hombres como dichos proverbiales, giros lingüísticos o remedios caseros. Este conocimiento se encuentra listo para su utilización inmediata, debido a que corresponde a la propiedad común de una

cultura, al conjunto de previsiones certeras referentes a lo que todo el mundo debiera saber de las actividades corrientes y básicas de la vida cotidiana y, en consecuencia, proporciona previsiones seguras en materia de actividad humana. Son de importancia, a su vez, las funciones que desempeña este sentido común posibilitando el trabajo ordinario y la vida social y delimitando la aleatoriedad y el peligro en la acción. La diferencia más importante entre ciencia y sentido común reside en que la proposición científica es explícita y refutable y en que la ciencia intenta ser consciente y deliberadamente crítica como cosa natural. La condición para que haya crítica es que el objeto de la misma se articule como objeto de reflexión consciente y deje de ser tácito....


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